Introducción
La historia de la Ortopedia y Traumatología en Cuba, desde sus inicios en el año 1904, se encuentra reflejada en el “Tratado de Cirugía Ortopédica y Traumatológica” del Profesor Rodrigo Álvarez Cambras,1) cuando es inaugurada la primera sala de ortopedia con cuatro camas en el Hospital “Nuestra Señora Reina de las Mercedes”, donde se mencionan personalidades de la Ortopedia de la etapa prerrevolucionaria que trabajaron en la capital y en diferentes provincias del país, los cuales jugaron un papel importante en el nacimiento de esa especialidad en Cuba. Sin embargo, es un penoso olvido, que no se incluyera entre estas personalidades a un ortopédico matancero que durante su corta existencia hizo aportes a la cirugía ortopédica cubana y contribuyó también al desarrollo de esta especialidad. Como un homenaje de los ortopédicos matanceros a esta figura de la ortopedia cubana se presenta este trabajo con el objetivo de exponer las evidencias históricas que muestran la vida profesional del destacado ortopédico matancero Alberto Jiménez Plá.
Método
Se utilizó el método de revisión documental, que contempló documentos editados desde 1941 hasta el 2009. Se revisaron los artículos del Dr. Jiménez Plá publicados en la Revista de Médica que se encuentran en la Biblioteca Gener del Monte, de Matanzas (ejemplares únicos) y otras investigaciones sobre la historia de la medicina matancera, así como referencias personales con familiares allegados, siendo el principal el Dr. Gustavo Torres, especialista en Ortopedia y sobrino del Dr. Jiménez Plá.
Desarrollo
Alberto Jiménez Plá nació en Matanzas, el 11 de agosto de 1901 y falleció el 28 de febrero de 1949 a los 47 años de edad, en accidente de tránsito, cuando se dirigía de Matanzas a La Habana (Fig. 1). Desarrolló sus estudios primarios en la escuela de Don Tomás F. López, en Matanzas; más tarde pasó a la escuela de los Padres Paules del Sagrado Corazón de Jesús. Se graduó de bachiller en el Instituto Primario de Matanzas, en 1918 y matriculó en la Universidad Nacional, en la Facultad de Medicina, donde se graduó como médico en 1924.
Como alumno de Medicina, trabajó en la Casa de Socorro de Casuso, en La Habana. Al término de sus estudios trató de posesionarse en La Habana, pero no consiguió trabajo, por lo que se refiere que su primer trabajo fue como médico −durante cuatro meses− en el poblado de Cidra, actual Consejo Popular del municipio Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas.
El mismo año de su graduación, el 4 de septiembre, comienza a trabajar en el Hospital Civil Santa Isabel de Matanzas como médico interno, donde fue Jefe de la Sección de Bromatología en la Jefatura Local de Salubridad.
Durante este período desempeñó varios cargos. Fue nombrado médico tocólogo el 30 de noviembre de 1926; ocupó nuevamente el cargo de médico interno desde noviembre de 1928 hasta 1933, y en junio de 1934 fue nombrado médico interno de Radiología hasta el 22 de noviembre de 1936, fecha en que fue nombrado Jefe de Laboratorio; quedó excedente el 22 de octubre de 1938.
En ese año el Dr. Jiménez Plá decide dedicarse a una sola especialidad, por lo que asiste con frecuencia a la “Cátedra de Ojo” del Hospital Nuestra Señora Reina de las Mercedes. De forma accidental atiende en este hospital a un paciente con una fractura compleja del húmero, por lo que se vincula a la consulta del Dr. Alberto Inclán Costa, notable ortopédico y traumatólogo cubano, quien le dio a esta especialidad cubana un alto lugar en el plano internacional y por ende, a la sala de Ortopedia de dicho hospital. El Dr. Jiménez Plá llegó a ser uno de los alumnos preferidos del Profesor Inclán, lo que le permitió adquirir los conocimientos necesarios que lo consagrarían como especialista en Ortopedia.2
La investigación realizada por el profesor Madrigal Lombá3 sobre la historia del Hospital Civil Santa Isabel de Matanzas muestra el escaso número de médicos que existía en el año 1937 en dicho centro, donde aparecen los cirujanos Jorge Salazar, Oscar Forrest, los internistas Arturo García y Juan Guerra, el radiólogo Alfredo Botet, y Alberto Jiménez Plá, que aún no se encontraba nombrado como ortopédico en dicho centro, lo que ocurrió el 1 de abril de 1939. A partir de ese momento, el Dr. Jiménez Plá ocupa el cargo de médico honorario de Ortopedia y jefe de Laboratorio.con cargo a los fondos propios del mencionado Hospital de Matanzas. En ese año organizó el Servicio de Ortopedia de ese hospital y atendió de manera gratuita, con sus propios materiales e instrumentos, a aquella población carente de una atención adecuada por el Estado.2
Además de trabajar en el Hospital de Matanzas brindaba consulta privada en su casa, sita en Bonificio Byrnes−hoy calle Contreras− # 59, de la ciudad de Matanzas. Con sus conocimientos llenó el vacío de atención de esa especialidad en la provincia de Matanzas, e hizo posible el tratamiento y curación de las fracturas, por graves que esta fueran, sin necesidad de traslado a La Habana como era costumbre en aquella época (Fig. 2).
En 1946, ocupa el cargo de director del Hospital Civil de Matanzas Dr. Jorge Salazar, y en la nueva plantilla de este centro, de acuerdo a lo referido por el Dr. José A. Fernández Dávalos, se encuentran los siguientes médicos:3
Dr. Pantaleón Luis de la Concha. Medicina interna y Cardiología
Dr. Alfonso Borges. Cirugía ginecológica
Dr. Alberto Jiménez Plá. Ortopedia y Traumatología
Dr. Raúl González. Oftalmología.
Dr. Rafael Betancourt. Medicina general
Dr. Leopoldo Tápanes. Medicina general
Dr. Casares Urología. Vías urinarias
Dr. Reinaldo Togores. Proctología
Dr. Manuel García Suárez. Radiología
Dr. Quiñónez. Radiología.
De acuerdo a Sosa,4) en estos años había pocos médicos prestando servicio en Matanzas; alrededor de 164 médicos y de ellos solo 15 prestaban asistencia en zonas rurales, sobre todo en los centrales azucareros. En esa época, la formación de los médicos se realizaba solamente en La Habana, con una duración de siete años y resultaba difícil para estudiantes del interior del país o con pocos recursos económicos, trasladarse a la capital; tampoco era interés de los gobiernos de la época prestar una asistencia de salud adecuada a la población.
En 1939 organizó el primer Servicio de Ortopedia en el Hospital Civil Santa Isabel de Matanzas, que atendió de manera gratuita, llevando sus propios materiales y sus aparatos para atender a aquella población carente de una atención adecuada por el Estado.2
En las vacaciones, el Dr. Jiménez Plá viajaba a Estados Unidos de Norteamérica para actualizarse en nuevas técnicas quirúrgicas. Trabajó con reconocidos especialistas del Prebisteriam Hospital de Pittsburgh, en el For Join Disseases de New York y con los doctores Samuel Kleinberg y Krida del Bellevue Hospital de New York.
En Cuba asistió a los congresos de ortopedia que se efectuaron en la época, en los que presentó sus investigaciones, así como en las sesiones de la Sociedad de Cirugía y Medicina de Matanzas, a las que sistió asistió en varias ocasiones el distinguido Profesor Alberto Inclán Costa.1
En el año 1941 formó parte del Comité de Redacción de la Revista Trimestral de Cirugía Ortopédica y Traumatología (Fig. 3), dirigida por el profesor Inclán, donde publicó algunos trabajos.5
En 1942 presentó la investigación “Tratamiento de las fracturas por tracción esquelética”, por lo que recibió la felicitación del Profesor Alberto Inclán Costa inivitado a su exposición. Con este trabajo logra su ingreso a la Sociedad de Medicina y Cirugía de Matanzas.5
El 9 de diciembre del mismo año presentó sus resultados en reunión realizada en la Sociedad de Medicina y de Cirugía de Matanzas, sobre el tratamiento conservador y quirúrgico de la fracturas de clavícula, por lo que recibió frases de elogio del Profesor Alberto Inclán por ser uno de los primeros cirujanos ortopédicos en aplicar la osteosíntesis en las fracturas inestables de la clavícula en Cuba6.
En esta ocasión el profesor Inclán expresó, al término de la exposición
“… En primer término quiero felicitar a mi amigo y compañero, el Dr. Jiménez Plá, por esta labor constante que, en pro de la Traumatología local está realizando. Ya es la segunda vez que tengo el honor de concurrir a esta Sociedad de la cual me siento muy honrado en ser uno de los miembros”.6
El Dr. Jiménez Plá presentó varios estudios en la Sociedad de Medicina y de Cirugía de Matanzas como se refiere a continuación:
“Fractura del maxilar inferior mediante un anclaje interdentario con alambres de acero”.7 (15 de enero de 1944)
“Tratamiento conservador de las fracturas cerradas”, donde presentó su experiencia con 1400 fracturados asistidos por él en el Hospital Civil de Matanzas.8 (marzo de 1947)
“Tratamiento quirúrgico de las fracturas”.9 (22 de febrero de 1949)
Debido a un accidente del tránsito fallece el 28 de febrero de 1949, seis días después de su última presentación en la Sociedad de Medicina y de Cirugía de Matanzas.
En las palabras de despedida del duelo el Dr. Domingo Álvarez del Puerto, director del Hospital Civil de Matanzas, señaló el gran impulso que el Dr. JiménezPlá había dado al perfeccionamiento de la especialidad, otorgándole personalidad a la Ortopedia matancera, así como el alto prestigio alcanzado tanto en la atención a los pacientes en el servicio privado como a los pacientes en el hospital público.2
Dihigo Llano, figura matancera importante de la medicina cubana de aquellos años, en nombre del Club Rotario de Matanzas describió también en la despedida del duelo, el altruismo del Dr. Jiménez Plá al crear la primera sala de Ortopedia y Traumatología en Matanzas con sus propios recursos, muy modestos en sus inicios. Construyó instrumentos para la reducción de fracturas, adquirió instrumental y puso en condiciones de brindar un servicio hospitalario que compartió con otros colegas.10
En las palabras finales señaló también que para el Dr. Jiménez Plá la vida tenía un objetivo claro y definido: servicio y trabajo. En sus palabras finales señaló que Alberto Jiménez Plá hubiera podido adoptar como lema de su vida: “Estudia y trabaja como si fueras a vivir siempre. Vive como si fueras a morir mañana”.2
Conclusiones
Esta breve revisón de la vida de Alberto Jiménez Plá, ortopédico matancero que a pesar de una vida efímera logró un gran prestigio entre sus colegas y pacientes y que decidió, además, utilizar los conocimientos adquiridos con el notable Profesor Alberto Inclán Costa para el bien de los matanceros de la época, pretende ser el reconocimiento a una figura poco conocida de la historia de la medicina cubana. Es un ejemplo, para las nuevas generaciones, de una vida dedicada a brindar una atención de calidad a los pacientes y de superación personal permanente