Introducción
Los trastornos musculoesqueléticos son problemas de salud muy frecuentes en al ámbito laboral, sobre todo en naciones industrializadas y en vías de desarrollo.1 En los países nórdicos representan un gasto de un 2,7 a un 5,2 %, mientras que en la Unión Europea los costos oscilan entre 2,6 y 3,8 %, y, de ellos, el 50 % se relaciona con la columna lumbosacra.1,2
A nivel global casi el 90 % de las visitas al consultorio se deben a la lumbalgia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).1 La mayoría de los trabajadores han padecido dolor lumbar en algún momento de su vida.2) Estudios estadísticos en Estados Unidos revelan que dos tercios de la población adulta sufren, o sufrieron, esta enfermedad y constituye una de las principales razones de consultas médicas, ausentismo laboral, e incapacidad temporal y permanente.3
En tal sentido, un estudio realizado por The European Agency for Safaly and Health at Work (EU-OSHA) menciona que el 7,4 % de los europeos padecen varios problema de salud a causa del trabajo y la lumbalgia ocupa un importante lugar.4) Las tareas que exigen una postura sedentaria de forma prolongada, como los sectores textiles, el transporte, los farmacéuticos, las comunicaciones y los servicios en general, provocan dolor lumbar.2,5 Aunque no se ha demostrado que estas labores produzcan una lumbalgia definida, sí se conoce que agravan el malestar ya presente.5
El dolor lumbar irradia a los miembros inferiores y limita las actividades diarias alrededor de 90 días. En ese tiempo el trabajador no puede ejecutar su labor y a pesar de que las molestias se alivian en un 90 % en los primeros 45 días, el paciente no conoce ni tiene un diagnóstico acerca de la causa del problema.5 En Norteamérica la lumbalgia se considera la segunda causa de pérdida de días de trabajo, su evaluación y tratamiento llegan a costos exuberantes, aproximadamente 33 billones de dólares, sin contar las horas de descanso.6
Un estudio sobre riesgos ergonómicos en el personal de enfermería demostró la alta probabilidad de desarrollar lesiones a nivel musculoesquelético en este sector, con un índice 5,6 veces mayor que la población en general.6 Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de Ecuador, el 44,2 % del personal sanitario presentó trastornos musculoesqueléticos, específicamente a nivel lumbar, y se incrementó el riesgo de acuerdo con su actividad laboral.7
Actualmente, la lumbalgia se asocia con la enfermería, sobre todo con las unidades de tratamiento intensivo; sin embargo, la prevalencia en esta área no se ha evidenciado. Asimismo, existen factores individuales exógenos, como género, edad, obesidad, musculatura y fuerza muscular; y factores organizacionales relacionados con la normativa de cada institución de salud.8,9
Solo la tercera parte de todos los países cuentan con estrategias para atender asuntos relacionados con enfermedades ocupacionales. La OMS motivó a sus países miembros a garantizar servicios básicos dirigidos a la prevención de los problemas de salud asociados a factores de riesgo ergonómicos ocupacionales, teniendo en cuenta que el 37 % corresponde a lesiones dorsolumbares.1,9
En Cuba se han realizado pocas investigaciones sobre riesgos ocupacionales en este sector. En el Hospital Pediátrico de Camagüey el personal de enfermería refiere múltiples exposiciones a estos riesgos con posible repercusión en su salud física; por consiguiente, el objetivo de este estudio fue identificar los factores de riesgo relacionados con la lumbalgia ocupacional en enfermeros.
Métodos
Se realizó un estudio observacional descriptivo, tipo serie de casos, en el Hospital Pediátrico Provincial “Dr. Eduardo Agramonte Piña” de Camagüey, durante el tercer trimestre de 2022 para identificar los factores de riesgo relacionados con la lumbalgia ocupacional. Del universo de 272 enfermeros se seleccionó una muestra de 146 (53,7 %). Se incluyeron todos los que habían presentado, en el último año, al menos un episodio de lumbalgia relacionado con la profesión y estuvieron de acuerdo con participar en la investigación, previo consentimiento informado.
Se estudiaron las variables grupo etario, sexo, años de servicio, tiempo de la jornada laboral, lugar en el que prestan asistencia, factores de riesgo y duración de la lumbalgia. Las encuestas constituyeron el registro primario de información y el secundario, la base de datos del personal de enfermería de la institución. Para el procesamiento de los datos se empleó el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS), versión 24.0, en computadora Pentium IV. Se obtuvieron valores absolutos y porcentajes como medidas de resumen. Los resultados se presentaron en forma de textos.
El estudio se aprobó por el Consejo Científico y el Comité de Ética del Hospital. La codificación de las variables garantizó la confidencialidad de los datos, que fueron accesibles únicamente para los investigadores. La información obtenida no se empleó para fines ajenos a la investigación y se siguieron los principios de la Declaración de Helsinki.
Resultados
Los enfermeros con antecedentes de lumbalgia ocupacional se organizaron por grupo etario y sexo. Predominaron los profesionales de más de 60 años y el sexo femenino (tabla).
Grupo etario | Sexo | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Masculino | Femenino | Total | ||||
Cantidad | % | Cantidad | % | Cantidad | % | |
20-29 | 0 | 0,0 | 2 | 1,4 | 2 | 1,4 |
30-39 | 2 | 1,4 | 24 | 16,4 | 26 | 17,8 |
40-49 | 2 | 1,4 | 28 | 19,2 | 30 | 20,6 |
50-59 | 2 | 1,4 | 30 | 20,5 | 32 | 21,9 |
60 y más | 0 | 0,0 | 56 | 38,3 | 56 | 38,3 |
Total | 6 | 4,2 | 140 | 95,8 | 146 | 100,0 |
Según los años de servicio, los enfermeros entre 15 y 19, seguido por los de más de 20, sobresalieron como los más afectados por la lumbalgia, relacionada con la profesión. El 34,2 % trabaja 24 horas y el 30,8 % cumple con turnos entre 8 y 12 horas (fig. 1).
El personal de los servicios de terapia intensiva y cuerpo de guardia sufrió más eventos de dolor lumbar. El resto de las áreas se muestra en la figura 2.
Entre los factores de riesgo modificables y no modificables de la lumbalgia ocupacional se destacaron el sedentarismo y las posturas extremas; también incidieron la insuficiencia venosa periférica y la hipertensión arterial (fig. 3). Los porcentajes se calcularon atendiendo al total muestral (146), sin alcanzar el 100 % en la sumatoria porque un mismo caso declaró varias causas.
En cuanto a la duración del cuadro clínico, sobresalieron las formas agudas (50 %), seguidas de las subagudas (34,9 %) y las crónicas (15,1 %) (fig. 4).
Discusión
Las lesiones osteomusculares se consideran uno de los problemas más acuciantes para la salud laboral. El personal de enfermería, específicamente, se asocia a una serie de factores que lo hacen vulnerable. En el presente estudio predominaron el grupo etario con más de 60 años y el sexo femenino. Este resultado coincide con Ismail y otros,9 quienes en 2019 observaron predominio de mujeres con una edad mayor de 60 años en el personal de un hospital público; igualmente, Del Águila10 alcanzó este resultado en su investigación. En cambio, Merino y Rea11 indican la supremacía etaria de 25 a 45 años, aunque también se destacan las féminas. A mayor edad se incrementa la degeneración de las articulaciones de la columna vertebral, debido a la artrosis y la estenosis vertebral; además, las condiciones laborales de la profesión, compuesta en su mayoría por mujeres, inciden en el desarrollo de estos padecimientos.
El predominio de la lumbalgia en el personal con más años de servicio resulta proporcional a la avanzada edad de los enfermeros estudiados. La enfermería exige posturas estáticas por tiempos prolongados, trabajos repetitivos, movimientos violentos, entre otros elementos que van causando daño osteomioarticular.10,12) También establece jornadas laborales de 12 y 24 horas: la mayoría de los profesionales de esta muestra ejercen un día completo. Varios estudios señalan predominio de lumbalgias en turnos rotativos de 12 horas11 y atribuyen la enfermedad a la carga horaria.9,13) Mientras más tiempo se permanece expuesto a una postura de riesgo, debido a la carga y el compromiso muscular, mayores serán las afectaciones a la salud.
La terapia intensiva y el cuerpo de guardia implican jornadas laborales extendidas, por la gran carga de pacientes, y una alta exigencia física, debido a actividades como movilizaciones, cambios posturales o posiciones incómodas. Los enfermeros que laboran en estos servicios realizan procederes de mayor complejidad, y permanecen más tiempos en bipedestación y posturas complejas, lo cual repercute en la columna lumbosacra.
El presente estudio señaló como factores de riesgo de la lumbalgia ocupacional el sedentarismo, las posturas extremas, la insuficiencia venosa periférica y la hipertensión arterial. En esta vertiente, Quille y Rodríguez13) señalan entre los riesgos ergonómicos del personal de enfermería las posiciones corporales inadecuadas en el área de trabajo; Huamán14 refiere el sedentarismo y la obesidad; mientras que Salinas15 establece la edad, el ambiente laboral, la ansiedad y la obesidad. Conocer los principales agentes que provocan esta patología, permite diseñar una estrategia para su prevención.
En cuanto a la duración del cuadro clínico, sobresalen las formas agudas de la enfermedad. Merino y Rea10 observaron la presencia de eventos con una duración menor a los 10 días y evaluaron el cuadro de agudo. Por su parte, Camargo16 concluyó que existía una alta proporción de enfermeras con dolor lumbar agudo y Del Águila10 explicó que el 79 % padecía su segundo episodio de lumbalgia, con tendencia a ser crónico en el 59 % y de moderada intensidad en el 68 %. Otros autores también afirmaron la agudeza del dolor lumbar17,18) en profesionales de la enfermería.
Aunque se exploraron algunos de los factores de riesgo de la lumbalgia ocupacional no se relacionaron con las variables. Resulta de vital importancia determinar la fase y la duración de este padecimiento para la medicación y evitar su empeoramiento; asimismo, se debe modificar el estilo de vida para contrarrestarlo. Se recomienda el autocuidado, no hacer fuerzas, los horarios rotatorios y mantener pausas durante la jornada laboral. El trabajador debe chequearse periódicamente para diagnosticar con prontitud cualquier patología. Además, se sugiere utilizar técnicas de relajación para disminuir el estrés, lograr un ambiente laboral más a gusto y un mejor desempeño.