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Revista Cubana de Salud Pública

versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.25 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dic. 1999

 

Historia de la Salud Pública

Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas

Las primeras revistas médicas cubanas de la segunda mitad del siglo XIX

José Antonio López Espinosa1
 

Resumen

Con una breve descripción de los principales elementos formales y de contenido de los primeros títulos de revistas médicas surgidos en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, se le da continuidad a las reseñas que abordaron las publicaciones aparecidas entre 1840 y 1850, dadas a la publicidad en las tres entregas anteriores de la Revista Cubana de Salud Pública. Con este trabajo, dedicado a las revistas que circularon durante la década de los años 50 de la pasada centuria, se pretende que los lectores dispongan de una referencia científicamente fundamentada de las publicaciones cuyo surgimiento representó un importante acontecimiento dentro de la historia de la medicina cubana en general y de la bibliografía médica nacional en particular.

Descriptores DeCS: PUBLICACIONES PERIODICAS/ historia; BIBLIOGRAFIA DE MEDICINA; CUBA.

En los tres números de la Revista Cubana de Salud Pública previos a éste, se dispuso de un espacio para reseñar con cierto grado de detalle las publicaciones que fueron precursoras de las revistas cubanas especializadas en medicina y en sus ciencias afines, las cuales se dieron a la estampa entre noviembre de 1840 y febrero de 1848.

El presente trabajo tiene el objetivo de describir brevemente los títulos surgidos con posterioridad al Repertorio Médico Habanero, Boletín Científico, El Observador Habanero y Repertorio Económico de Medicina, Farmacia y Ciencias Naturales. De tal manera se hará en estas páginas un somero comentario de las revistas que vieron la luz durante la década de los años 50 de la pasada centuria, a fin de dar continuidad cronológica al inventario de publicaciones que constituyen los antecedentes de la bibliografía médica de la Mayor de la Antillas.

Procede advertir que todas estas revistas tuvieron una existencia fugaz, posiblemente porque la profesión médica todavía no estaba lo suficientemente educada para contribuir a su mantenimiento, ni tampoco la cultura general del país lo permitía.1
 

El Criterio

En 1852 nació El Criterio, publicación autodenominada periódico de medicina, farmacia y ciencias auxiliares, que era más bien de carácter crítico y tenía como principal objetivo la defensa de las ideas homeopáticas.2 La dirección de esta revista estuvo a cargo del licenciado José Espárrago y Cuéllar, mientras que como redactores fungieron los doctores Joaquín F. de Aenlle y Juan Manuel Sánchez de Bustamante.

Durante el poco tiempo que se mantuvo circulando, divulgó en sus páginas artículos de Espárrago, Aenlle y Sánchez de Bustamante, así como de los homeópatas Terrada, Escofet y Cruxent.

El Criterio dejó de publicarse en el mismo año de su surgimiento. Aunque reapareció en mayo de 1871, su segunda época duró apenas cuatro meses,3 ya que su producción cesó definitivamente en el mes de agosto siguiente.
 

Gaceta Médica de La Habana

El 1ro. de enero de 1854, salió el primer número de esta revista mensual concebida por su director, el doctor Ramón Zambrana, para divulgar en artículos los resultados de estudios sobre medicina, cirugía, farmacia y otras ciencias auxiliares. Para las labores de redacción, Zambrana contó con el apoyo de los también doctores Nicolás Manzini y Ambrosio González del Valle, además del de los licenciados Joaquín de Zayas, Félix y Pedro Giralt, Antonio Caro, José Trujillo, Justino Valdés Castro, Antonio Oliva, Francisco y Juan Bruno Zayas, Félix Martín y Antonio Cairo.

En esta publicación, que dio prioridad a la divulgación de casos clínicos, quedaron registrados interesantes trabajos de este tipo producidos por Zambrana , Manzini, Zayas, Valdés Castro, Caro, los Giralt, Agustín Rosell, Juan Cardona y José Andrés Piedra, aunque en sus páginas aparecen también algunos artículos originales como"Hernias, su frecuencia en Cuba y Operación", de Manzini;"Fiebre amarilla", de Zambrana y "Operación de la talla bilateral", del doctor Esteban González del Valle, que tuvieron gran acogida por parte de la comunidad científica de la época.4

De la Gaceta Médica de La Habana salieron sólo diez números, que formaron un volumen con 168 páginas. Su publicación se suspendió en octubre de 1854.
 

Revista Médica de La Habana

A los dos meses de desaparecida la Gaceta Médica de La Habana, nació otra publicación de frecuencia mensual, y también dedicada a la divulgación de trabajos sobre medicina, cirugía, farmacia y otras ciencias auxiliares, pero con un período de circulación más prolongado pues, a diferencia de la primera que apenas duró diez meses, ésta logró mantenerse durante dos años y medio (fig. 1). Su director, el doctor Justino Valdés Castro, tuvo la ayuda en la redacción de los también doctores Ambrosio, Esteban y Fernando González del Valle, Isidro Cordovés, Carlos Fonseca, Miguel de Céspedes, Ramón M. Hita, Manuel Ibarrola, Andrés Meireles, José M. Pérez, Antonio Aragón, Enrique H. Leuchsenring, Daniel Gans, Agustín Val-dés Sánchez, Joaquín Lastre Ginarte, Julián Córdova, Luis E. de Varona, Miguel Nascio y Cascales, Eugenio González, Claudio André, Francisco Ochoa, Sixto Zívico, Teodoro Beaulieau, José Alonso y Delgado, Antonio Echavarría y José González Guerra, quienes fueron además sus benefactores, pues su apoyo económico voluntario facilitó no sólo la financiación de los procesos de edición e impresión de la revista, sino también su distribución gratuita.2,4
Figura 1
Fig. 1. Cubierta del primer número de la Revista Médica de La Habana.

Entre los trabajos más llamativos en ella publicados se cuentan"Memoria teórico práctica sobre la fiebre amarilla", del doctor José Fernández Cruzado; las monografías del doctor Justino Valdés Castro tituladas"Memoria estadística del cólera morbo asiático", "Algunas reflexiones sobre la fiebre amarilla" y "Memoria sobre la lactancia", así como"Heridas penetrantes de pecho y vientre seguidas de curación", del doctor Esteban González del Valle.

El primer volumen de la Revista Médica de La Habana se completó con la entrega 24 del 1ro. de noviembre de 1856, mientras que el segundo comenzó el 1ro. de enero de 1857 y concluyó con el número correspondiente al 1ro. de julio del mismo año. La cantidad de páginas en uno y otro volumen fue de 385 y 112 respectivamente.

La publicación de este título cesó al cabo de los 30 meses de su inicio, pues para sus redactores fue imposible seguir llevando la carga que implicaba sufragar sus costos.

La Bandera de la Homeopatía en La Habana

Este fue el título de una publicación que circuló durante casi tres años, concebida para divulgar la doctrina de Hahne-mann. Su fundador y director, el Intendente de Provincia Manuel Zapatero, fue una persona en la cual no concurría otro título que su apego a las ciencias homoepáticas, el cual lo inspiró a crear un órgano en el que todos sus partidarios podían consignar el fruto de sus observaciones.2

Cuando se inició en enero de 1856, La Bandera de la Homeopatía en La Habana tenía una periodicidad semanal. A partir de la primera entrega del tercer volumen comenzó a publicarse quincenalmente (fig. 2).

Figura 2
Fig. 2. Cubierta del último número de La Bandera de la Homeopatía en La Habana.

Al producirse su último número en octubre de 1858, tenía un total de 966 páginas acumuladas en el primer volumen, 608 en el segundo y 387 en el tercero.

Repertorio Económico de Medicina, Cirugía y Ciencias Naturales

Los nombres de los doctores Rafael Agustín y Luis María Cowley se vieron en muchos trabajos publicados durante la segunda mitad del siglo XIX. Todo parece indicar que ello obedecía al abolengo de su padre, el doctor Ángel José Cowley y Alvirdes quien ostentó el cargo de Secretario de la primera Junta de Sanidad de la isla y contribuyó poderosamente a la ilustración médica de su época.5 Rafael Agustín, quien fuera desde muy joven un activo colaborador de la prensa médica y más tarde llegara a ser Catedrático de Terapéutica en la Universidad, inauguró siendo todavía bachiller en medicina, una publicación a la que dio el título de Repertorio Económico de Medicina, Cirugía y Ciencias Naturales (fig. 3).
Figura 3
Fig. 3. Portada del primer número del Repertorio Económico de Medicina, Cirugía y Ciencias Naturales.

Esta revista, cuyo primer número salió a la arena periodística el 1ro. de junio de 1856, se produjo con el objetivo de consignar en sus páginas los hechos y noticias de mayor relevancia en relación con los logros de la práctica del arte de curar, según se declara en los párrafos introductorios de la primera entrega.6

Si se revisan algunos de sus números, se puede comprobar que con artículos como "Apuntes inéditos sobre el cólera morbo", firmado por el doctor Agustín Encinoso de Abreu; "Operación de catarata por depresión", del doctor Ambrosio González del Valle; "Sobre el uso y abuso de fumar tabaco", del propio Rafael Agustín Cowley;"Hidrofobia", de su padre, el doctor Ángel J. Cowley;"Reducción de las hernias estranguladas sin operación sangrienta", del gran Nicolás J. Gutiérrez y "Anomalías orgánicas", del doctor Ramón N. Chaple, la revista cumplió su cometido.

Durante su breve existencia el Repertorio Económico de Medicina, Cirugía y Ciencias Naturales circuló con frecuencia irregular y produjo dos volúmenes; el primero de ellos se extendió de junio a diciembre de 1856 con 216 páginas, mientras que el segundo abarcó de enero a mayo del año siguiente y sólo alcanzó 152 páginas. Su suspensión definitiva se produjo con la entrega número nueve de ese segundo volumen, correspondiente al 15 de mayo de 1857.
 

El Restaurador

El día 1ro. de octubre de 1856 surgió en Santiago de Cuba con el título de El Restaurador, una publicación concebida para brindar información vinculada con la cirugía, la farmacia y las ciencias naturales. Su fundador, director y redactor fue el licenciado José Garófalo, un ilustre galeno español radicado en esa ciudad oriental.

Esta revista apenas dejó huellas de su existencia; se suspendió a los tres meses de su primera salida, cuando se produjo la muerte de Garófalo en Madrid, lugar hacia donde éste se había trasladado para tratar de mejorar su deteriorado estado de salud.7

A El Restaurador corresponde el mérito de haber sido la primera publicación de ciencias médicas producida fuera de La Habana.
 

Revista Médica de la Isla de Cuba

Con esta publicación mensual dedicada a la medicina, la cirugía y las ciencias auxiliares, que tuvo igualmente una breve duración, reaparecieron los nombres de Julio Jacinto Le Riverend en calidad de director y de Ramón Zambrana como redactor, quien compartió su labor como tal con los doctores Joaquín García Lebredo y Federico Gálvez. El administrador fue Pablo Sala y de la Cruz (fig.4). En las 322 páginas acumuladas en los ocho números que formaron su primer y único volumen, que abarcó de marzo a octubre de 1858, se pueden leer buenos artículos relacionados con la clínica médica y los medicamentos, lo cual evidencia que durante su corta vida la revista cumplió el objetivo para el que fue creada.8
Figura 4

En los ocho números producidos de esta publicación, aparecen en total 49 trabajos firmados por 11 autores que escribieron sobre 59 temas diferentes.9 Entre ellos merecen mencionarse los que salieron con los títulos"Enfermedades del corazón observadas en esta isla","Asma de milar complicada de angina pseudomembranosa tomada por el crup" y "Consideraciones sobre la epidemia reinante de viruelas, seguida de la descripción de esta fiebre exantémica, de sus complicaciones y tratamiento", por el doctor Le Riverend; "Neuralgias", por el doctor Zambrana; "Litotomía" y "Resumen de la discusión sobre la fiebre puerperal", por García Lebredo; así como "Elefantiasis del cuero cabelludo", por Gálvez.

Otro dato de interés en relación con la Revista Médica de la Isla de Cuba, es que cada entrega se acompañaba de tres pliegos de la"Patología especial de la isla de Cuba", del doctor Le Riverend
 

El Eco de París

Aunque como se desprende de su nombre se publicó fuera de Cuba, El Eco de París fue otro de los títulos que integraron la extensa relación de revistas dirigidas y redactadas por médicos criollos durante el siglo XIX. Su contenido, orientado a los estudiantes de la Universidad de La Habana, tuvo como base los trabajos sobre medicina, cirugía y ciencias auxiliares, salidos de las plumas de sus redactores en forma de apuntes, extractos y traducciones de documentos científicos producidos originalmente en el país galo. Su director y redactor principal fue Carlos Valdés un ingenioso médico espirituano que vivió muchos años en la capital francesa, donde permaneció hasta el fin de sus días. Los restantes miembros del cuerpo de redacción fueron los entonces estudiantes en París Luis María Cowle y Gabriel María García, Pedro de Hevia, Antonio Mestre y Ramón Luis Miranda (fig.5).
Figura 5
En los párrafos introductorios dedicados a la presentación de la revista, se evidencia el espíritu solidario de los redactores con sus compatriotas, pues en ellos dejaron bien sentada su intención de utilizarla como vehículo para compartir con los estudiantes de La Habana los conocimientos por ellos adquiridos y para romper la barrera idiomática que les impedía acceder a la información sobre los progresos de las ciencias médicas en Francia.10,11

En diversos números de la publicación aparecen interesantes notas sobre clínica médica del Hotel Dieu, tomadas de la Gaceta de los Hospitales por Luis M, Cowle y algunos artículos sobre la fiebre amarilla, traducidos por Ramón L. Miranda y gran número de notas terapéuticas, extractadas o reproducidas por Carlos Valdés.

El Eco de París se estrenó en marzo de 1858, para desde entonces formar un volumen de 390 páginas, hasta el número correspondiente a febrero de 1859, que constituyó el último.
 

La Emulación Médica

Con este título se identificó otra revista de medicina, cirugía y ciencias auxiliares y que igualmente se comenzó a publicar en la capital francesa (fig.6).
Figura 6
Esta revista, cuyo primer número apareció el 25 de julio de 1859, fue la continuadora de El Eco de París, suspendido meses atrás. Si se examina la colección de La Emulación Médica hasta su última entrega del 25 de febrero de 1860, se puede notar que en ella se mantuvieron colaborando los mismos redactores de su antecesora.

La continuidad de ambas publicaciones se pone de manifiesto en la introducción del primer número de la segunda, en parte de cuyo texto se lee:"La Emulación Médica viene a responder en cierto modo al llamamiento hecho por El Eco de París en el último de sus números. Allí se habló de la necesidad en que estábamos de reunir nuestros esfuerzos con el objeto de sostener una publicación, donde se consignasen los adelantos de la ciencia médica, sirviendo a la vez de noble estímulo y motivo a investigaciones ulteriores sobre la materia de nuestros estudios; allí dejaron sentir sus redactores la esperanza que abrigaban de que la idea no hubiese muerto, y de que en otras manos había de cobrar más valor del que ellos pudieron comunicarle..."

"...Ayer El Eco de París, hoy La Emulación Médica, quizás mañana otro molde en que acomodar la misma idea, porque no es ella la que varía la fortuna, sino el nombre y la forma con que se representa el pensamiento, forma y nombres que están muy lejos de constituirlo..."12

En su escaso tiempo de existencia, La Emulación Médica formó un volumen con 256 páginas.
 

Consideraciones generales

Durante la década de los años 50 del siglo XIX se produjo en Cuba un total de nueve revistas médicas que abordaron diversos temas de mucho interés y utilidad para el gremio médico de entonces. Entre los aspectos incluidos en el contenido de la mayoría de ellas, se destacaron la medicina, la farmacia, la farmacología, la química y la higiene pública, además de la homeopatía y de las noticias de hospitales y de instituciones extranjeras.13

El lapso de circulación de todas estas publicaciones fue efímera. Prueba de ello es que en su conjunto promediaron sólo 14 meses de duración. La Revista Médica de La Habana, cuya existencia llegó a 32 meses, fue la que más tiempo se mantuvo; mientras que la que menos vivió fue El Restaurador, que desapareció a los tres meses, de su nacimiento.

Otros hechos significativos del decenio que se analiza fueron las primeras revistas producidas por estudiantes de medicina, aunque ello ocurriera fuera de Cuba; así como la primera surgida en una ciudad del interior de la isla.

Si bien en ese período continuaron brillando como publicistas las personalidades que en la década anterior se habían consagrado a poner la información a la disposición de sus colegas, al fundar entonces las primeras revistas especializadas en medicina, justo es asimismo destacar que a los nombres de Nicolás J. Gutiérrez, Justino Valdés Castro, Julio J. Le Riverend, y Ramón Zambrana, se unieron los de José Espárrago, Manuel Zapatero, Rafael A. Cowley, José Garófalo y Carlos Valdés como iniciadores de la historia de la prensa médica nacional.

Todos ellos estimularon con su esfuerzo y dedicación la difusión de los progresos de su tiempo, y contribuyeron con su iniciativa a la consolidación del nacionalismo profesional.

Otra conclusión importante que se puede derivar de la lectura de esta reseña, es la convicción que tenían estos hombres acerca de la necesidad de la existencia de las revistas como vehículo para exteriorizar el producto de la labor investigativa y como medio para obtener y ampliar conocimientos en relación con el continuo y progresivo avance de la medicina.

Lo antes explicado ha sido la mayor motivación para preparar este trabajo, el cual, al igual que los que le han antecedido sobre el tema, pretende que quede constancia científicamente fundamentada de las publicaciones precursoras de las revistas médicas cubanas.

Summary

The brief description of the main formal and content elements of the first titles of medical magazines emerged in the second half of the 19th century is the continuation of the reviews which dealt with publications from 1840 to 1850 and were published in the three previous issues of Revista Cubana de Salud Pública. This paper, devoted to magazines that were issued during the 50’s of the last decade, attempts to provide the readers with a scientifically founded source of reference of publications the appearance of which represented an important event in the history of the Cuban medicine in general and the national medical bibliography in particular.

Subject headings: PERIODICALS/history; BIBLIOGRAPHY OF MEDICINE CUBA.
 

Referencias Bibliográficas

  1. Fernández JS. La prensa médica en la Isla de Cuba. Cron Med Quir Hab 1900;26(8):253-8.
  2. Valdés Castro J. Apuntes para la historia de la prensa médica de Cuba. Cron Med Quir Hab 1877;3(9):447-56.
  3. Trelles CM. Biblioteca científica cubana. Matanzas: Imprenta de Juan F. Oliver, 1919;t2:22-34.
  4. Sánchez Roig M. Bibliografía de la prensa médica cubana de 1840 a 1885. La Habana: La Propagandista, 1939:9,19.
  5. Fernández JS. Bosquejo histórico del periodismo médico en la isla de Cuba. Rev Med Cir Hab 1905;10(17):396-411.
  6. Cowley RA. Al público. Rep Econ Med Cir Cien Nat 1856;1(1):1-3.
  7. Le Roy Cassá J. La historia y la prensa médica de Cuba. Rev Med Cir Hab 1917;22(23): 617-38.
  8. Le Riverend JJ. A nuestros lectores. Rev Med Isla Cuba 1858;1(1):1-2.
  9. López Serrano E. Índice de la Revista Médica de la Isla de Cuba. La Habana: Biblioteca Nacional José Martí, 1986:55-63.
  10. Beato Dolz J, Cowley LM, García GM, Havá JG, Hevia P de, Landeta JB, et al. Al público. El Eco de París 1858;1(1):1-4.
  11. López Serrano E. Prensa médica en Cuba. Publicaciones del siglo XIX. Rev Cubana Adm Salud 1984;10(4):364-71.
  12. Sánchez Roig M. Bibliografía de la prensa médica cubana de 1840 a 1885. La Habana: La Propagandista, 1939:11, 21.
  13. Díaz Argüelles N, González RM, Valero M. Revistas cubanas de contenido científico publicadas durante el siglo XIX: catálogo. La Habana: Editorial Academia, 1988:10, 39, 46-7.
Recibido: 18 de enero de 1999. Aprobado: 31 de marzo de 1999.
Lic. José Antonio López Espinosa. Centro Nacional de Información de Ciencias. Calle E No. 454 entre 19 y 21. El Vedado. Ciudad de La Habana. Cuba. CP. 10400. Correo electrónico:jale@infomed. sld.cu.

1 Licenciado en Información Científico-Técnica y Bibliotecología. Departamento Procesamiento de la Documentación. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas.

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