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Revista Cubana de Salud Pública

versión impresa ISSN 0864-3466versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.28 n.3 Ciudad de La Habana sep.-dic. 2002

 

Historia

Departamento Procesamiento de la Documentación.
Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Institución.

Revistas médicas cubanas que comenzaron a circular entre 1886 y 1890

José Antonio López Espinosa1

Resumen

Se citan algunos hechos que ilustran acerca del estado de progreso de la ciencia y la cultura, que se comenzó a manifestar en la isla de Cuba a partir de la octava década del siglo XIX. Se destaca la influencia de este período de gran esplendor intelectual sobre la producción cada vez más fecunda de literatura científica y, en particular, de la dedicada a las ciencias médicas y sus disciplinas afines. Se hace una breve descripción de los aspectos formales y de contenido más importantes de los ocho títulos de revistas médicas surgidas en La Habana entre 1886 y 1890, cuya circulación fue expresión de ese progreso, a la vez que respuesta a las crecientes necesidades de información de los médicos, cirujanos, farmacéuticos, dentistas y naturalistas cubanos de entonces. Con este artículo se trata de brindar otra modesta contribución a la historia de la bibliografía médica cubana, y posibilitar que las actuales y futuras generaciones de salubristas dispongan de información referencial al respecto.

DeCS: BIBLIOGRAFÍA DE MEDICINA; PUBLICACIONES PERIÓDICAS/historia; CUBA

 

Desde los primeros años de la década de 1880 se comenzó a vislumbrar en Cuba un auge de la cultura intelectual. Esto se expresaba, entre otras cosas, por que a partir de entonces se podía aspirar al Doctorado en todas las carreras universitarias y cada provincia disponía de un Instituto de Segunda Enseñanza y de numerosos planteles de instrucción primaria. En particular la Medicina y la Cirugía habían experimentado grandes avances, al punto de que ya los médicos y cirujanos criollos tenían cada vez menos necesidad de viajar a otros países para ser capaces de diagnosticar y tratar con acierto enfermedades de difícil pronóstico, o de practicar con buenos resultados las más arriesgadas operaciones. Muchos de los jóvenes que habían cursado estudios en otras naciones se hallaban ya de regreso y constituían, junto a los formados en la isla, un respetable grupo de buenos médicos, cirujanos, farmacéuticos y naturalistas. A eso hay que agregar la poderosa fuente de ilustración que representaban en conjunto corporaciones como la Sociedad Económica de Amigos del País, la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, La Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, La Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, el Colegio de Farmacéuticos de La Habana, la Sociedad Odontológica de La Habana y otras instituciones científicas de la capital y de otras regiones del país. En esta relación no se puede dejar de hacer referencia a la inauguración en La Habana, el 8 de mayo de 1887, del Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica, primer centro experimental de su tipo en el continente americano, cuya creación tuvo como protagonista al destacado oftalmólogo cubano doctor Juan Santos Fernández Hernández (1847-1922).1 Tampoco es justo dejar de dedicar aunque sea unas líneas a recordar que, entre el 15 y el 22 de enero de 1890, tuvo lugar en la sede de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana el Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba, el cual contó con la participación de un total de 193 médicos, de ellos 130 de la capital, 64 de otros territorios del país, un estadounidense y dos franceses, la mayoría ponentes de los 87 trabajos allí presentados como temas libres, o bien en la forma establecida de antemano por la comisión organizadora.2

Consecuencia directa de este auge cultural fue la proliferación de literatura, sobre todo la de contenido científico, a partir del segundo lustro del decenio 1881-1890. Las ciencias de la salud en particular tuvieron en este sentido una gran productividad y prueba de ello es la abundancia de interesantes obras que vieron la luz durante ese lapso, entre las que destacan varias de las incluidas por el célebre bibliógrafo cubano Carlos Manuel Trelles y Govín (1866-1951) entre los 150 libros más notables escritos por cubanos en todas las ramas del saber humano.

Ejemplos de estas son el TRATADO ELEMENTAL DE TÉCNICA HISTOLÓGICA, del doctor JULIO SAN MARTÍN Y CARRIERE (1854-1905), que se publicó en La Habana en 1888, considerado el primer libro de su clase escrito en español y que fuera adoptado como texto de estudio en la Universidad de Buenos Aires; la tesis del doctor Joaquín Albarrán Domínguez (1860-1912) "ESTUDIO SOBRE EL RIÑÓN DE LOS URINARIOS", publicada en París en 1889, premiada por la Facultad de Medicina parisiense entre todas las presentadas ese año y traducida al inglés, al alemán y al español; y las "INVESTIGACIONES MICROBIOLÓGICAS Y EXPERIMENTALES SOBRE EL TÉTANOS" del doctor Domingo Sánchez Toledo (¿-1918), original trabajo premiado por el Instituto de Francia, publicado también en París en 1890, y en el cual su autor demostró que el bacilo del tétanos es un microbio telúrico.3

A las obras anteriores se pueden añadir otras de mucho valor, como las contribuciones de los miembros de las corporaciones científicas antes mencionadas en sus sesiones regulares y extraordinarias, que se ponían al alcance de la comunidad científica de la isla y de otros países mediante la edición de folletos y a través de sus respectivos órganos de divulgación. De ahí la plétora de importantes trabajos científicos que entre 1886 y 1890 aparecieron en las páginas de los Anales de la ACADEMIA DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA; EN LOS ARCHIVOS DE LA SOCIEDAD DE ESTUDIOS CLÍNICOS DE LA HABANA; en los ANALES DE LA SOCIEDAD ODONTOLÓGICA DE LA HABANA; en el BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ANTROPOLÓGICA DE LA ISLA DE CUBA, etc.

En ese lustro surgieron también nuevos títulos de revistas vinculadas a las ciencias de la salud que, aunque en la mayoría de los casos tuvieron una vida efímera, fueron exponentes de la productividad de los científicos cubanos, a pesar de estar sometidos a una dominación colonial que entonces trataba de ahogar toda manifestación de progreso y de evitar a toda costa su expresión por medio de la imprenta.

El objetivo principal de este trabajo es precisamente hacer una breve descripción de los aspectos formales y de contenido de esas publicaciones.

Revista Enciclopédica de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Isla de Cuba

En septiembre de 1886, se anunció en la "CRÓNICA MÉDICO QUIRÚRGICA DE LA HABANA" la aparición de una nueva publicación, llegada a la arena del periodismo científico con bríos juveniles y, según el redactor del artículo de su presentación, "con la más segura prenda de cuanto se debía esperar de sus fervorosos alientos". A renglón seguido el articulista expresó que la emulación que se podía entablar al disponerse de gran número de revistas científicas, era un bien imposible de alcanzar con una sola publicación. Para dicho redactor, la naciente "REVISTA ENCICLOPÉDICA DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES DE LA ISLA DE CUBA" representó pues otra "posibilidad de búsqueda de la suspirada meta de progreso", la cual, al igual que las otras, prometía hacerse digna de su autoimpuesta misión.4

Cuando se publicó ese artículo, hacía ya cerca de un mes que circulaba el primer número de la nueva revista bajo la dirección del doctor Carlos de la Torre y Huerta (1858-1950), quien durante el bienio 1885-1886 había integrado la directiva de LA ENCICLOPEDIA. Esta publicación se concibió por él con el mismo formato y similares objetivos que aquella y es de lamentar su corta existencia, pues de ella solo se produjeron 11 números con salidas una vez al mes entre agosto de 1886 y junio de 1887; incluso dejó varios artículos sin concluir y no dio cuenta de su desaparición.5 Durante ese breve lapso que no llegó al año, se formaron dos volúmenes de este título, el primero con 226 páginas y el segundo con 272.

Crónica dental

También en 1886 se dio a conocer la "CRÓNICA DENTAL", como el órgano de la Asociación Libre de Cirujanos Dentistas, que dirigida por los doctores Federico Poey y Pedro Calvo, circuló hasta 1891. Tuvo igualmente una corta vida, acaso porque muy pronto cumplió su cometido de llevar a cabo una campaña contra el uso excesivo del cloroformo, muy en boga en aquellos tiempos en las operaciones dentales.

No obstante, ajenos a este propósito, vieron la luz en sus columnas algunas contribuciones de carácter puramente científico, salidos de la pluma del doctor Calvo. Uno de ellos abordó cuestiones de histología y se tituló "Eburnitis"; otro artículo se denominó "Enfermedades del período de dentición" y el otro, con el nombre de "Resorcina", se ocupó de una materia tratada por primera vez entre los cubanos.5 En esta revista aparecieron también anuncios con las direcciones de depósitos dentales o de cirujanos dentistas, que ejercían la profesión con carácter privado.

Revista de Ciencias Médicas

Dirigida por el doctor Benjamín de Céspedes, se comenzó a publicar el 15 de octubre de 1886 la "REVISTA DE CIENCIAS MÉDICAS", que se mantuvo con salidas quincenales los días 15 y 30 de cada mes, hasta la entrega del 30 de octubre de 1887. Reapareció con un número fechado 20 de diciembre del mismo año, dirigida entonces por el doctor Joaquín Jacobsen y Cantos (1862-?), con salidas los días 5 y 20 de cada mes, hasta el 20 de junio de 1896 en que se suspendió para siempre.6,7 Su objetivo estaba orientado a poner a disposición de sus lectores las observaciones clínicas de cada quincena en el Hospital "Mercedes"; a divulgar extractos de las intervenciones en diferentes corporaciones como la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba; a reproducir resúmenes tomados de la prensa extranjera y trabajos científicos presentados a congresos médicos celebrados en otros países; así como a publicar artículos originales de médicos cubanos.

Cabe consignar que la directiva de esta publicación estableció el premio denominado "La prensa médica", el cual se otorgaba al mejor trabajo presentado sobre un tema de medicina y cuyo importe ascendía a 200 pesos oro.

La cantidad de páginas por cuaderno fue en realidad inestable, pues entregas de un mismo volumen podían tener lo mismo 6, 8, 10 ó 12 páginas, o bien excederse a 16, 20 ó 24. Otra peculiaridad de esta publicación fue que en principio cada número editado comenzaba en la página 1. Fue a partir del volumen 4 de 1889 que empezó a salir con paginación corrida.

Durante cerca de diez años se efectuó un total de 229 entregas de la "Revista de Ciencias Médicas", con un promedio aproximado a 24 números por volumen.

En el bienio 1888-1889 aparecieron tres títulos, dirigidos todos por estudiantes,8 a saber, "LA QUINCENA MÉDICA" y "LA SEMANA MÉDICA" en 1888, de las que solo se produjeron tres números, ambas bajo la dirección de T. García; y "EL ESCALPELO", un decenario de medicina, cirugía y farmacia, dirigido por Luis Valdés de la Puente, que comenzó y cesó en 1889. De estas revistas no se ha podido encontrar ejemplar alguno y la escasa información que hoy se puede dar de ellas, se ha tomado de la obra "BIBLIOTECA CIENTÍFICA CUBANA" de Trelles.9

El Progreso Médico

En octubre de 1889 el doctor Gabriel Casuso Roque (1851-1923) comenzó a publicar con frecuencia mensual esta revista autodenominada de medicina, cirugía y ciencias, que añadía a los trabajos originales información acerca de acontecimientos de sociedades científicas, estadísticas demográfico-sanitarias, noticias de la prensa extranjera y otras contribuciones que divulgaban los avances de las ciencias médicas fuera de Cuba. (fig. 1).

Fig. 1. Cubierta del primer número de El Progreso Médico.

Los móviles que llevaron a la publicación a la arena periodística y la diversidad de temas abordados por los autores que escribieron para ella, quedan demostrados al pasar lectura a la tabla de contenido de cualquiera de sus números, en los cuales se puede notar además el interés de su directiva en dar a conocer cada mes la morbilidad y mortalidad por grupos de edades en La Habana, así como otros datos relevantes como los nacimientos y defunciones por razas, los matrimonios y los movimientos de pasajeros, entre otros.

"EL PROGRESO MÉDICO" se mantuvo saliendo de manera regular hasta agosto de 1896, en que se interrumpió bruscamente como consecuencia de la difícil situación política existente en el país y de la corrupción del gobierno que lo regía. Pero la chispa prendida en 1895 por el movimiento emancipatorio, que luego adquirió las proporciones del gigantesco incendio con el cual se logró su independencia como colonia española, ayudó a que la dirección de la revista recobrara sus esperanzas en el porvenir y esta reapareciera el 1ro. de julio de 1899, animada de los mismos propósitos de cuando fue fundada.10 En su segunda época la revista continuó la numeración de los volúmenes que se habían publicado entre octubre de 1889 y agosto de 1896. Así siguió saliendo hasta que en abril de 1902 se efectuó su última entrega.

Entre las dos etapas de su existencia formó 12 volúmenes, cada uno con distinta cantidad de páginas, que oscilaba entre las 200 y las 400.

Repertorio Médico Farmacéutico y de Ciencias Auxiliares

El primer número de esta revista mensual hizo su aparición en enero de 1890. Aunque, como se desprende de su título, divulgaba conocimientos sobre medicina, farmacia y otras ciencias auxiliares, concentró más bien su atención en cuestiones relacionadas con asuntos prácticos de la farmacología. Su fin principal era satisfacer las necesidades de información de carácter farmacéutico y terapéutico y contribuir a dilucidar las dificultades en el arte de recetar. Con los artículos que en ella se publicaban, se trataba de actualizar a los médicos y farmacéuticos acerca de las reacciones e incompatibilidades de los nuevos medicamentos. A tal efecto, se reproducían en sus páginas trabajos sobre el tema, registrados originalmente en otras fuentes nacionales y extranjeras, sobre todo las de origen inglés, estadounidense y alemán, con independencia de que en ocasiones se podían consultar fórmulas de aplicación acompañadas de comentarios (fig. 2).

Fig. 2. Cubierta de un número del Repertorio Médico Farmacéutico y de Ciencias Auxiliares.

Un mérito del fundador, director y propietario de la revista, el doctor Antonio González Curquejo (¿-1930), fue sin duda la sugerencia que hizo a través de ella de establecer en La Habana una agrupación dedicada a velar por los asuntos higiénicos, iniciativa acogida con gran calor por otros directores de la prensa médica, que tuvo como colofón la fundación de la Sociedad de Higiene en 1891.

El "REPERTORIO MÉDICO FARMACÉUTICO Y DE CIENCIAS AUXILIARES" se mantuvo, desde su primera entrega, con salidas ininterrumpidas los últimos días de cada mes hasta diciembre de 1895.11 A partir de entonces no se supo más de él hasta que en enero de 1904 comenzó de nuevo a circular con la misma periodicidad mensual. En diciembre del año siguiente se vio por última vez.

Los 96 números producidos de esta publicación conformaron ocho volúmenes, a razón de 12 números por volumen, con un promedio de 400 páginas cada uno.

Consideraciones generales

En un período en que, a pesar de la aparente tranquilidad, los patriotas criollos mantenían su sed de libertad del dominio español y se preparaban para la contienda definitiva a partir del 24 de febrero de 1895, se observaron en la isla algunos pasos de avance, conducentes a situarla en el contexto de los países más civilizados de aquella época en América. Ejemplos hay muchos de cubanos de entonces, para los cuales era más común el interés de acopiar la mayor cantidad posible de conocimientos para ponerlos al servicio de sus compatriotas, que la preocupación por reunir un copioso capital. Los enfermos tenían a su disposición muchos médicos nacidos en Cuba para encontrar alivio a sus dolencias. No pocos profesionales de la salud unían a su reconocida competencia asistencial una gran capacidad para la docencia y la investigación. Varios de ellos lograron, incluso, dotar al país de instituciones científicas que rayaban a la mayor altura. Paradigmas de esta brillante etapa de la actividad intelectual y científica en la Mayor de las Antillas fueron, entre otros, la introducción de la Anatomía patológica y del tratamiento contra la rabia, la realización de los primeros injertos y el inicio de la nueva cirugía con la práctica de histerectomías, ovariotomías y nefrolitomías.12

Esta manifestación de progreso incrementó y mejoró la calidad de la literatura científica en general y de la medicoquirúrgica en particular. Por ello, a la profusión de valiosas obras que se publicaban en libros y folletos y a la abundancia de interesantes artículos que veían la luz en prestigiosas revistas que circulaban desde años atrás, se agregó en el transcurso del quinquenio de 1886 a 1890 la creación otros títulos con salidas periódicas, en cuyas páginas dejaron también su huella autores de gran talla. Tales fueron los casos, fundamentalmente, de la "REVISTA DE CIENCIAS MÉDICAS", de "EL PROGRESO MÉDICO y del REPERTORIO MÉDICO FARMACÉUTICO Y DE CIENCIAS AUXILIARES" las cuales, junto a otras revistas cuya vida fue muy breve, sentaron pauta para la historia de la bibliografía científica nacional.

Para evitar que su existencia escape a la memoria de la generación que actualmente tiene el privilegio de disponer de una tecnología de avanzada para obtener y profundizar los conocimientos y que en el futuro se llegue a desconocer el papel que jugaron en su tiempo, se han descrito en este artículo aspectos relacionados con su forma y contenido.

Summary

Some facts illustrating the progress of science and culture observed in Cuba from the eighth decade of the XIX century on are mentioned. It is stressed the influence of this period of great intellectual splendor on the growing fecund production of scientific literature and, particularly, of that one devoted to medical sciences and their related disciplines. It is made a brief description of the most important formal and content aspects of the 8 titles of the medical journals that appeared between 1886 and 1890, whose circulation was an expression of this progress and an answer to the increasing needs of information of the Cuban doctors, surgeons, pharmacists, dentists and naturalists at that time. We try to make a modest contribution to the history of the Cuban medical bibliography and to make possible that the present and future generations of health specialists have referential information on this regard.

Subject headings: MEDICAL BIBLIOGRAPHY; PERIODICALS PUBLICATIONS/history; CUBA

Referencias bibliográficas

  1. Díaz-Argüelles García N. Breve bosquejo histórico del Laboratorio Histobacteriológico e Insti-tuto de Vacunación Antirrábica de La Habana: En: Anuario del Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia (1988). La Habana: Editorial Academia, 1989;n1:170-99.
  2. Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba, celebrado en La Habana en enero de 1890. Habana: Imprenta de A. Alvarez, 1890:5-600.
  3. Trelles CM. Los ciento cincuenta libros más notables que los cubanos han escrito. Habana: Im-prenta "El Siglo XX", 1914:22-4.
  4. Una nueva publicación. Cron Med Quir Habana 1886;12(9):405-6.
  5. Calvo P. Reseña histórica de la prensa dental cubana. Cron Med Quir Habana 1911;37(6):188-91.
  6. Fernández JS. La prensa médica de la isla de Cuba. Cron Med Quir Habana 1903;29(12):431-6.
  7. Carranza García J, Ponte M. Catálogo de publicaciones seriadas cubanas de los siglos XVIII y XIX. Santiago de Cuba: Editorial Oriente, 1984:310.
  8. Le Roy Cassá J. La historia y la prensa médica de Cuba. Rev Med Cir Habana 1917;22(23): 617-38.
  9. Trelles CM. Biblioteca Científica Cubana. Matanzas: Imprenta de Juan F. Oliver, 1919;t2:27-8.
  10. Renacimiento. Prog Med 1899;9(1):3-5.
  11. González Curquejo A. Despedida. Rep Med Farm Cien Aux 1895;6(12):385-6.
  12. Montoro Saladrigas O. La medicina en Cuba. En: Otero JJ, Sabatés J, Pazos R. Libro de Cuba. La Habana: Publicaciones Unidas, 1954:166-73.

Recibido: 28 de noviembre de 2001. Aprobado: 30 de enero de 2002.
Lic. José Antonio López Espinosa. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Licenciado en Información Científico-Técnica Sección de Humanidades Médicas Universidad Virtual de Salud de Cuba
Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas

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