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Revista Cubana de Salud Pública
versión On-line ISSN 1561-3127
Rev Cubana Salud Pública v.36 n.4 Ciudad de La Habana oct.-dic. 2010
INVESTIGACIÓN
Desigualdades de salud en la infección por el VIH en Cuba
Health inequalities in HIV infection in Cuba
Osvaldo Miranda GómezI; Ana Teresa Fariñas ReinosoII; Gisele Coutín MarieIII
IMáster en Salud Pública. Especialista de II Grado en Higiene y Epidemiología. Hospital "Dr. Luis Díaz Soto". La Habana, Cuba.
IIDoctor en Ciencias de la Salud. Especialista de II Grado en Higiene y Epidemiología. Escuela Nacional de Salud Pública. La Habana, Cuba.
IIIMáster en Informática en Salud. Especialista de II Grado en Bioestadística. Facultad de Ciencias Médicas "Manuel Fajardo". La Habana, Cuba.
RESUMEN
Introducción El análisis de las desigualdades en salud ha adquirido importancia ante la evidencia creciente de que, lejos de desaparecer, estas condiciones permanecen y en algunos países se han incrementado.
Objetivos Examinar la influencia del sexo, la orientación sexual, la edad, la región de procedencia, el color de la piel, la ocupación y el nivel escolar de personas VIH positivas.
Métodos Se realizó un estudio ecológico. El universo estuvo constituido por todos los diagnósticos de personas VIH positivas desde 1986 hasta el 2007. La información se obtuvo de la base de datos de VIH/sida del Ministerio de Salud Pública.
Resultados El 80,57 % de los VIH positivos fueron hombres, manteniéndose la razón hombre/mujer de los contagiados por encima de la de la población cubana durante todo el período. El 84,34 % de los hombres infectados tenían relaciones sexuales con otros hombres, mientras que solamente una mujer declaró tener relaciones con otras mujeres. Los grupos de edades de 20 y 34 años fueron los de mayor incidencia. Existió predominio de las personas de color blanco diagnosticadas como VIH positivas (84,44 %). El mayor número de seropositivos diagnosticados, 15,90 %, provenía del sector de la salud. En La Habana coincidió el alto número de casos diagnosticados con su elevada densidad poblacional. Centro Habana, 10 de Octubre, Santa Clara, Habana Vieja y Plaza, fueron los municipios de mayor acumulado de personas VIH positivas del país, los cinco son urbanos y altamente poblados.
Conclusiones Los hombres predominaron en la epidemia cubana, específicamente los que tienen sexo con otros hombres. Las personas de color blanco son las más diagnosticadas como VIH positivas. Tanto en las provincias como en los municipios, la mayor cantidad de casos generalmente proviene de regiones urbanas y densamente pobladas. El mayor número de seropositivos diagnosticados procede del sector de la salud.
Palabras clave: Infección por el virus de inmunodeficiencia humana, desigualdades de salud, seropositivos, VIH positivos.
ABSTRACT
Introduction The analysis of health inequalities has gained importance due to growing evidence that these conditions tend to remain rather than to disappear, and even they have increased in some countries.
Objectives To examine the influence of gender, sexual orientation, age, place of origin, race, occupation and education in HIV-positive individuals.
Methods An ecological study was conducted. The universe of study was all the diagnoses of HIV-positive people from 1986 to 2007. Data were collected from the HIV/AIDS database in the Ministry of Public Health.
Results Among the HIV-positive individuals, 80,57 % were men, thus the male/female ratio of the infected people kept above that of the Cuban population during the whole period. Of the infected men, 84,34 % had sexual relations with other men whereas just one woman declared having had sex with other women. The highest incidence was found in the 20 years-old and 34 years-old age groups. Caucasians were predominantly diagnosed with HIV (84,44 %). The highest number of seropositive people (15,90 %) came from the health care sector. The high number of diagnosed cases matched the high population density in Havana. Five highly populated urban municipalities named Centro Havana, 10 de Octubre, Santa Clara, Habana Vieja and Plaza exhibited the highest cumulative number of HIV-positive persons throughout the country.
Conclusions Men prevailed in the HIV/AIDS epidemic in Cuba, particularly those having sex with other men. Caucasians are the most diagnosed with HIV. Both at municipalities and provinces, the highest number of cases came, as a general rule, from overpopulated urban areas. The majority of diagnosed seropositives was found in the health care sector.
Key words: Infection from human immunodeficiency virus, health inequalities, seropositive people, HIV-positive people.
INTRODUCCIÓN
Las desigualdades socioeconómicas en salud resultan de un proceso de acumulación de desventajas durante el ciclo vital. Los determinantes socioeconómicos de la salud están definidos por las condiciones del individuo y del hogar (nivel económico, educación, hábitos saludables y otros) y las condiciones externas (políticas públicas, entorno rural o urbano, entre otros).1
El término equidad procede del latín aequitas, derivado a su vez de aequus, que significa igual; consiste en dar a cada uno lo que le corresponde por sus méritos y condiciones. En su enfoque humanístico, la equidad supone no favorecer en el trato a uno, perjudicando a otro.2
La División de Salud y Desarrollo Humano de la OPS/OMS, presenta distintos aspectos y conceptos de la equidad en relación con la salud: igualdad es uniformidad y equidad es imparcialidad. Lo igual puede ser equitativo en determinadas situaciones pero también puede ser inequitativo. Para que lo que no sea igual sea equitativo, tiene que tener justificación ética y moral.3
La OMS asume el criterio de equidad considerando las implicaciones de los acercamientos de la política enfocados a: abordar desventajas de la salud en grupos específicos de la población, reducción de brechas de la salud, dirección del gradiente de la salud a través del espectro completo de posiciones socioeconómicas.4
La definición de iniquidad en salud más divulgada y sintética en su esencia la plantea referida a desigualdades que son innecesarias y evitables, pero que además, se consideran injustas. Así, para calificar una situación como no equitativa, la causa tiene que ser examinada y juzgada como injusta en el contexto de lo que sucede en el resto de la sociedad. Por tanto, la igualdad no implica necesariamente equidad, como la desigualdad no necesariamente implica iniquidad. Una igualdad injusta es asimismo una iniquidad.5
Epidemiológicamente, toda diferencia o desigualdad reducible, vinculada a condiciones heterogéneas de vida, constituye iniquidad y las iniquidades representan desigualdades consideradas y calificadas de injustas y evitables.2
La noción de equidad, de la cual parte el sistema de salud cubano, se fundamenta en un criterio de justicia social que no niega la diversidad e incluso la conceptualiza como un elemento enriquecedor de lo social y presupone la erradicación de toda práctica discriminatoria en cualquiera de las esferas de la actividad humana. La equidad en salud para los cubanos, significa iguales oportunidades de acceso a los recursos disponibles, una distribución democrática del poder y de los conocimientos en el sistema de salud y una política de salud que beneficie a todos sin consentir privilegios debido a diferencias de raza, género, territorio, discapacidad u otro rasgo de distintividad grupal o personal.5
La implementación en Cuba de un sistema para monitorizar la equidad en salud se justifica por las modificaciones sustantivas que se han producido en las condiciones de vida de la población y en otras esferas del quehacer económico y social unido a la disminución de la homogeneidad que caracterizaba a la población cubana, porque se está aún distante de conocer cómo las disparidades sociales pueden impactar en el estado de salud de la población y porque se hace necesario el estudio de la diversidad entre grupos humanos que presentan diferencias, entre ellas, en el acceso a los servicios de salud, geográficas y socioeconómicas. Adicionalmente, existe la voluntad política del gobierno y estado cubanos de eliminar las injustas desigualdades que pudieran existir en el país.6
Para determinar el efecto de las desigualdades de salud en el comportamiento de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana en Cuba se decidió examinar la influencia del sexo, la orientación sexual, la edad, la región de procedencia, el color de la piel, la ocupación y el nivel escolar de las personas VIH positivas diagnosticadas hasta el 31 de agosto del 2007.
MÉTODOS
Se realizó un estudio ecológico donde el universo estuvo constituido por todas las personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana en el período comprendido desde enero del 1986 hasta diciembre de 2007. La información fue obtenida de la base de datos de VIH/sida del Ministerio de Salud Pública. Para el análisis se emplearon algunas variables de desigualdades de salud definidas por la Organización Mundial de la Salud tales como el género, la preferencia sexual, la edad, la provincia y el municipio de procedencia, el color de la piel, la ocupación y la escolaridad. Se trabajó con los valores absolutos y el porcentaje. Los cálculos se realizaron con el paquete estadístico SPSS versión 11.5 para Windows.
RESULTADOS
Hasta el 31 de diciembre del 2007, en Cuba se diagnosticaron 9 260 casos de personas positivas al VIH; de ellos 7 461 pertenecían al sexo masculino (80,57 %) y 1 799 al sexo femenino (19,43 %). La razón de sexos de personas VIH positivas estuvo por encima de la razón de sexos de la población cubana durante todo el período de análisis. En el primer año del estudio fue de aproximadamente tres hombres por cada mujer diagnosticada, y al año siguiente aumentó a razón de cuatro hombres por cada mujer. Luego disminuyó en el año 1988 a una razón aproximada de 2:1 y se mantuvo relativamente estable hasta 1995. A partir de este año, comenzó a ascender de forma irregular con un pico máximo en el 2002 (seis hombres por cada mujer), para cerrar el año 2007 con un aproximado de cuatro hombres por cada mujer contagiada (tabla 1).
Tabla 1. Porcentaje anual de personas VIH positivas según sexo. Cuba, 1986-2007
Años | Femenino | Masculino | Total | Razón | Razón* | |||
No. | % | No. | % | No. | % | |||
1986 | 23 | 23,23 | 76 | 76,77 | 99 | 1,07 | 3,3 | 1,01 |
1987 | 14 | 18,67 | 61 | 81,33 | 75 | 0,81 | 4,4 | 1,01 |
1988 | 35 | 37,63 | 58 | 62,37 | 93 | 1,00 | 1,7 | 1,01 |
1989 | 34 | 28,10 | 87 | 71,90 | 121 | 1,31 | 2,6 | 1,01 |
1990 | 39 | 27,86 | 101 | 72,14 | 140 | 1,51 | 2,6 | 1,01 |
1991 | 58 | 31,69 | 125 | 68,31 | 183 | 1,98 | 2,2 | 1,01 |
1992 | 56 | 32,00 | 119 | 68,00 | 175 | 1,89 | 2,1 | 1,01 |
1993 | 29 | 28,43 | 73 | 71,57 | 102 | 1,10 | 2,5 | 1,01 |
1994 | 31 | 25,62 | 90 | 74,38 | 121 | 1,31 | 2,9 | 1,01 |
1995 | 36 | 29,51 | 86 | 70,49 | 122 | 1,32 | 2,4 | 1,01 |
1996 | 54 | 22,78 | 183 | 77,22 | 237 | 2,56 | 3,4 | 1,00 |
1997 | 68 | 18,73 | 295 | 81,27 | 363 | 3,92 | 4,3 | 1,00 |
1998 | 77 | 21,33 | 284 | 78,67 | 361 | 3,90 | 3,7 | 1,00 |
1999 | 81 | 16,40 | 413 | 83,60 | 494 | 5,33 | 5,1 | 1,00 |
2000 | 91 | 16,88 | 448 | 83,12 | 539 | 5,82 | 4,9 | 1,00 |
2001 | 126 | 19,44 | 522 | 80,56 | 648 | 7,00 | 4,1 | 1,00 |
2002 | 90 | 13,98 | 554 | 86,02 | 644 | 6,95 | 6,2 | 1,00 |
2003 | 148 | 20,00 | 592 | 80,00 | 740 | 7,99 | 4,0 | 1,00 |
2004 | 118 | 15,36 | 650 | 84,64 | 768 | 8,29 | 5,5 | 1,00 |
2005 | 153 | 16,33 | 784 | 83,67 | 937 | 10,12 | 5,1 | 1,00 |
2006 | 204 | 18,13 | 921 | 81,87 | 1 125 | 12,15 | 4,5 | 1,00 |
2007 | 234 | 19,95 | 939 | 80,05 | 1 173 | 12,67 | 4,0 | 1,00 |
Total | 1 799 | 19,43 | 7 461 | 80,57 | 9 260 | 100 | 4,1 |
* Razón de sexos de la población cubana.
Fuente: base de datos del Ministerio de Salud Pública y Oficina Nacional de Estadísticas
de personas positivas al VIH y enfermos de sida.
La mayor parte de los diagnosticados como positivos al virus de la inmunodeficiencia humana mantenían relaciones sexuales con personas de su propio sexo (6 277 seropositivos para el 67,79 %). Sin embargo, al hacer un análisis más profundo se pudo observar que el 84,34 % de los hombres infectados (6 276 seropositivos) tenían sexo con otros hombres, mientras que solamente una mujer (0,02 %) declaró tener sexo con otras mujeres. Los grupos de edades donde se registró la mayor cantidad de infectados por el VIH correspondieron a las personas con edades comprendidas entre 20-24 años, con un acumulado de 1 998 infectados; le siguió el grupo de 25-29 años con 1 798 personas y después el grupo de 30-34 años con 1 592 diagnosticados. Los grupos donde menos seropositivos se registraron lógicamente coincidieron con las edades donde la vida sexual es menos activa, estos fueron los menores de 15 años, con un acumulado de 64 diagnosticados y los de más de 60 años con 111 seropositivos (tabla 2).
Al hacer una comparación entre las provincias (tabla 3), tomando en cuenta el acumulado de casos VIH positivos según la base de datos de VIH/sida del Ministerio de Salud Pública y la densidad poblacional según datos aportados por la Oficina Nacional de Estadística, se aprecia que en Ciudad de La Habana coincidió su gran número de casos diagnosticados con su elevada densidad poblacional (más de 170 habitantes/km2). Santiago de Cuba y La Habana son dos provincias medianamente pobladas (entre 116 y 170 habitantes/km2); La Habana arrojó un elevado acumulado de casos, mientras que Santiago de Cuba tuvo un mediano número de diagnósticos. Villa Clara y Holguín, a pesar de ser provincias regularmente pobladas (entre 70 y 115 habitantes/km2), aportaron un elevado número de casos diagnosticados. Llama la atención el hecho de que Pinar del Río, a pesar de ser una provincia de baja densidad poblacional (menos de 70 habitantes/km2), tuvo un elevado número de personas VIH positivas diagnosticadas.
De los 169 municipios de Cuba (tabla 4), Centro Habana fue el de mayor acumulado histórico con el 7,63 % del total de los diagnosticados y también es el municipio con mayor grado de urbanización del país. Le siguieron 10 de Octubre, Santa Clara, Habana Vieja y Plaza. Nótese que los cinco son urbanos, altamente poblados y con la mayor cantidad de casos diagnosticados. Por el contrario, Ciénaga de Zapata y Martí (ambos de Matanzas), fueron los de menor acumulado, pero también son municipios con un bajo grado de urbanización. Es de señalar que solamente en el municipio Maisí, provincia Guantánamo, no se notificaron personas positivas al virus de la inmunodeficiencia humana durante los años de epidemia, este municipio tiene un bajo grado de urbanización.
Tabla 4. Distribución de personas VIH positivas según municipio de residencia.
Cuba, 1986-2007
Municipio | Total | % | Municipio | Total | % |
Centro Habana | 699 | 7,63 | Songo la Maya | 24 | 0,26 |
10 de Octubre | 583 | 6,36 | Fomento | 23 | 0,25 |
Santa Clara | 465 | 5,07 | San Cristóbal | 23 | 0,25 |
Habana Vieja | 434 | 4,73 | San Luis (SC)* | 23 | 0,25 |
Plaza | 376 | 4,10 | Guanajay | 22 | 0,24 |
Arroyo Naranjo | 372 | 4,06 | Ranchuelo | 22 | 0,24 |
Playa | 349 | 3,81 | Pedro Betancourt | 21 | 0,23 |
Cerro | 334 | 3,64 | Yaguajay | 21 | 0,23 |
San Miguel del Padrón | 320 | 3,49 | Consolación del Sur | 20 | 0,22 |
Habana del Este | 308 | 3,36 | Los Palacios | 20 | 0,22 |
Marianao | 277 | 3,02 | Mariel | 20 | 0,22 |
Santiago de Cuba | 247 | 2,69 | Guaimaro | 19 | 0,21 |
Boyeros | 242 | 2,64 | Jagüey Grande | 19 | 0.21 |
Holguín | 218 | 2,38 | Jiguaní | 19 | 0.21 |
Lisa | 197 | 2,15 | Madruga | 19 | 0.21 |
Bayamo | 172 | 1,88 | Nuevitas | 19 | 0.21 |
Pinar del Río | 172 | 1,88 | Encrucijada | 18 | 0.20 |
Camagüey | 170 | 1,85 | Jaruco | 18 | 0.20 |
Guanabacoa | 162 | 1,77 | Río Cauto | 18 | 0,20 |
Guantánamo | 127 | 1,39 | Bahía Honda | 16 | 0,17 |
Cotorro | 117 | 1,28 | Remedios | 16 | 0,17 |
Regla | 109 | 1,19 | Santa Cruz del Norte | 16 | 0,17 |
Cienfuegos | 104 | 1,13 | Vertientes | 16 | 0,17 |
Las Tunas | 103 | 1,12 | Camajuaní | 15 | 0,16 |
Ciego de Ávila | 99 | 1,08 | Niquero | 15 | 0,16 |
Sancti Spíritus | 98 | 1,07 | Santa Cruz del Sur | 15 | 0,16 |
Isla de la Juventud | 91 | 0,99 | Varadero | 15 | 0,16 |
Matanzas | 82 | 0,89 | Chambas | 14 | 0,15 |
Cabaiguan | 74 | 0,81 | Guisa | 14 | 0,15 |
Manzanillo | 74 | 0,81 | Jatibonico | 14 | 0,15 |
San Antonio de los Baños | 55 | 0,60 | Moa | 14 | 0,15 |
Cárdenas | 53 | 0,58 | Quivicán | 14 | 0,15 |
Mayarí | 49 | 0,53 | San Luis (PR)** | 14 | 0,15 |
Güines | 44 | 0,48 | Aguada de Pasajeros | 13 | 0,14 |
San José de las Lajas | 43 | 0,47 | Batabanó | 13 | 0,14 |
Palma Soriano | 40 | 0,44 | Bejucal | 13 | 0,14 |
Bauta | 37 | 0,40 | Colombia | 13 | 0,14 |
Sagua la Grande | 37 | 0,40 | Cumanayagua | 13 | 0,14 |
Artemisa | 35 | 0,38 | Esmeralda | 13 | 0,14 |
Manicaragua | 34 | 0,37 | Guane | 13 | 0,14 |
Caibarién | 33 | 0,36 | Amancio Rodríguez | 12 | 0,13 |
Baraguá | 12 | 0,13 | Bolivia | 7 | 0,08 |
Buey Arriba | 12 | 0,13 | Calimete | 7 | 0,08 |
Perico | 12 | 0,13 | Cauto Cristo | 7 | 0,08 |
Trinidad | 12 | 0,13 | Céspedes | 7 | 0,08 |
Urbano Noris | 12 | 0,13 | Majagua | 7 | 0,08 |
Caimito | 11 | 0,12 | San Antonio del Sur | 7 | 0,08 |
Campechuela | 11 | 0,12 | Yara | 7 | 0,08 |
Candelaria | 11 | 0,12 | Abreus | 6 | 0,07 |
Cifuentes | 11 | 0,12 | Alquízar | 6 | 0,07 |
Gibara | 11 | 0,12 | Cueto | 6 | 0,07 |
Jesús Menéndez | 11 | 0,12 | Limonar | 6 | 0,07 |
Jovellanos | 11 | 0,12 | Sandino | 6 | 0,07 |
La Palma | 11 | 0,12 | Báguanos | 5 | 0,05 |
Rafael Freyre | 11 | 0,12 | Ciro Redondo | 5 | 0,05 |
Rodas | 11 | 0,12 | Corralillo | 5 | 0,05 |
Taguasco | 11 | 0,12 | Imías | 5 | 0,05 |
Baracoa | 10 | 0,11 | Jimaguayú | 5 | 0,05 |
Los Arabos | 10 | 0,11 | Mantua | 5 | 0,05 |
Mella | 10 | 0,11 | Najasa | 5 | 0,05 |
Cacocum | 9 | 0,10 | Niceto Pérez | 5 | 0,05 |
Cruces | 9 | 0,10 | Antilla | 4 | 0,04 |
El Salvador | 9 | 0,10 | Florencia | 4 | 0,04 |
Manatí | 9 | 0,10 | Manuel Tames | 4 | 0,04 |
Minas de Matahambre | 9 | 0,10 | Melena del Sur | 4 | 0,04 |
Nueva Paz | 9 | 0,10 | Minas | 4 | 0,04 |
Pilón | 9 | 0,10 | Calixto García | 3 | 0,03 |
Quemado de Güines | 9 | 0,10 | Lajas | 3 | 0,03 |
Sagua de Tánamo | 9 | 0,10 | Primero de Enero | 3 | 0,03 |
Viñales | 9 | 0,10 | Tercer Frente | 3 | 0,03 |
Frank País | 8 | 0,09 | Yateras | 3 | 0,03 |
Guamá | 8 | 0,09 | Caimanera | 2 | 0,02 |
Jobabo | 8 | 0,09 | La Sierpe | 2 | 0,02 |
Majibacoa | 8 | 0,09 | Segundo Frente | 2 | 0,02 |
Media Luna | 8 | 0,09 | Sibanicú | 2 | 0,02 |
Palmira | 8 | 0,09 | Ciénaga de Zapata | 1 | 0,01 |
San Nicolás de Bari | 8 | 0,09 | Martí | 1 | 0,01 |
Sierra de Cubitas | 8 | 0,09 | Maisí | 0 | 0 |
Unión de Reyes | 8 | 0,09 | Total | 9 167 | 100 |
Venezuela | 8 | 0,09 |
|
|
|
Bartolomé Masó | 7 | 0,08 |
|
|
|
*Santiago de Cuba, **Pinar del Río.
Fuente: base de datos del Ministerio de Salud Pública de personas positivas al VIH y enfermos de sida.
La población cubana, según el censo realizado en el año 2002, es mayoritariamente de color de piel blanco (65, 06 %), seguido de los de piel mestiza (24,86 %), por encima de las personas de piel negra (10,08 %).7 En correspondencia con esto, se pudo apreciar que existió un amplio predominio de las personas de color blanco diagnosticadas como VIH positivas (84,44 %), las de piel negra (8,58 %) desplazaron a los mestizos (6,98 %) del segundo lugar.
Un poco más de la mitad de las personas VIH positivas estudiaban o trabajaban en algún sector de la sociedad (4 748 personas, para el 51,27 %). Sin embargo, hubo un gran porcentaje de personas desocupadas (3 375 personas, para el 36,45 %). Es válido señalar que no se pudo conocer el estatus laboral de 1 137 personas, que representaban el 12,28 % del total de diagnosticados.
Al hacer un análisis por sexo se pudo observar que existió un predominio de hombres afectados que trabajan, con el 54,98 % con respecto al 36,30 % de las mujeres. Por otro lado, el 51,86 % de las mujeres VIH positivas estaban desocupadas, contrastando con el 32,64 % de los hombres en igual situación.
El mayor número de seropositivos diagnosticados provenía del sector de la salud, representando el 15,90 % del total. Este grupo estuvo seguido de los trabajadores del comercio y gastronomía con el 12,66 % de los diagnósticos. En orden descendente le siguieron los trabajadores de los servicios y los obreros, cada uno con el 12,01%. Es de resaltar que el mayor número de casos perteneció al sector de la salud cuando la principal vía de transmisión de la epidemia en el país es la sexual y no la hematógena.
Cuando se analizó la relación existente entre el nivel escolar y el diagnóstico de personas positivas al virus de la inmunodeficiencia humana se pudo observar que predominaron las de nivel escolar secundario con el 35,13 %, seguido del grupo de preuniversitarios con el 32,43 % del total. Los iletrados y los universitarios fueron los de menor porcentaje con 1,17 % y 7,93 % respectivamente.
DISCUSIÓN
La transmisión del VIH no es un fenómeno que se produce al azar. La propagación del virus está muy influenciada por el entorno social, económico y político. Las personas que viven en condiciones de adversidad, como la pobreza, la opresión, la discriminación y el analfabetismo, son especialmente vulnerables a infectarse por el VIH.8
El comportamiento por sexos en Cuba corresponde con lo ocurrido en otros países, donde las relaciones sexuales entre hombres continúan figurando en el centro de la epidemia que se está propagando en América, Asia, África del Norte y Europa.9 Este comportamiento se contrapone con lo que ocurre en el Caribe, donde la principal vía de transmisión es a través del coito heterosexual.10 El predominio de los hombres registrados como seropositivos, se relaciona con el mayor diagnóstico en los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), que se corresponde con lo planteado por la OPS que dice que la transmisión homosexual masculina continúa siendo primordial en la región.11 Este aumento acelerado coincide con la revolución sexual ocurrida en Cuba en los primeros años de la década del noventa, donde la homosexualidad ha dejado de ser vista como un comportamiento aberrado y es más tolerada por la sociedad. En la década de los años ochenta, la aparición de la epidemia del VIH/sida se consideró como un hecho social y de salud pública, que tuvo efectos negativos sobre las representaciones y valoraciones de la sexualidad y el erotismo. El surgimiento de la epidemia determinó un retroceso en relación con las formas de entender la sexualidad y el erotismo y propició el restablecimiento de las ideas esencialistas y normativas sobre los comportamientos sexuales. Esta situación trajo consigo la intolerancia y la marginación de las minorías sexuales, la estigmatización de las identidades sexuales y prácticas eróticas que difieren del paradigma heterosexual.12 El factor de riesgo no es el hecho de ser homosexual, sino su responsabilidad ante el sexo, como la promiscuidad e inestabilidad de la pareja. Ello se muestra en el aumento progresivo de los casos de infección por el VIH en heterosexuales.13
Para los HSH resulta más probable que algunas de sus parejas sexuales sea una persona que vive con el VIH, dada la elevada incidencia del VIH en esta población, a diferencia de una persona exclusivamente heterosexual. Para un HSH tener un comportamiento desprotegido puede traer, con mayor probabilidad, la consecuencia de adquirir el VIH que una persona exclusivamente heterosexual. Por este motivo, el elevado número de HSH infectados con el VIH no es sinónimo de que tengan mayores conductas sexuales de riesgo, sino una muestra de su mayor vulnerabilidad frente a la epidemia. El rechazo de la familia, la carencia de espacios públicos y la necesidad de ocultar los comportamientos homosexuales para evitar el rechazo social, generan cambios frecuentes de pareja, relaciones sexuales con desconocidos, el mantenimiento de dichas relaciones en lugares inadecuados, oscuros, con posibilidades de agresión o donde es necesario el silencio para no ser descubiertos y puestos en evidencias; lo que influye en que los HSH tengan un mayor número de parejas sexuales y dificultades para negociar el uso del condón u otras prácticas menos riesgosas.14
Expuestos a procesos de exclusión y discriminación que no les permiten recurrir a los mismos mecanismos de interacción concedidos a la población heterosexual, los HSH tienen una menor gobernabilidad y autonomía sobre su sexualidad, y se ven obligados a construir escenarios paralelos para la conquista, el contacto sexual y el desarrollo de la personalidad.15
En la medida en que el carácter acumulativo de los datos perfilan las formas de difusión, la consecuencia resultante muestra que el VIH en Cuba se ha expandido de manera totalmente clásica, es decir con una difusión jerárquica, donde un proceso aparece fuertemente controlado por las relaciones entre las poblaciones y ciudades que configuran la jerarquía de lugar urbano o central y una difusión por contagio especial, que se extiende sobre el mapa como una mancha de vino que se extiende sobre un mantel, desde municipios densamente poblados y con entornos socio-ambientales desfavorables hacia zonas menos pobladas.16 Según Contandriopoulos la valoración económica de factores determinantes de la salud es una de las áreas más importantes de la llamada salud positiva. Este campo analiza el peso que algunos factores tienen sobre la salud, entre ellos, educación, ingreso, vivienda, cultura, ocupación y otros.17
Se puede concluir que en la epidemia cubana predominan los hombres, específicamente los hombres que tienen sexo con otros hombres. Las personas de color blanco fueron las más diagnosticadas como VIH positivas. Los grupos de edades con mayor incidencia correspondieron a los comprendidos entre 20 y 34 años. Tanto en las provincias como en los municipios, la mayor cantidad de casos generalmente provenía de regiones urbanas y densamente pobladas. El mayor número de seropositivos diagnosticados procedió del sector de la salud.
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Recibido: 16 de julio de 2009.
Aprobado: 7 de abril de 2010.
Osvaldo Miranda Gómez. Hospital "Dr. Luis Díaz Soto". Avenida Monumental Km 3 ½. Habana del Este. La Habana, Cuba.
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