Introducción
El deterioro del medio ambiente es cada vez mayor, los problemas ambientales globales aumentan cada día, ya sea por causas naturales o antrópicas pero el mayor problema ambiental global con consecuencias desastrosas que preocupan a la humanidad es el cambio climático.
El cambio climático está dado por alteraciones del clima con cambios en la variabilidad de sus propiedades durante prolongados periodos de tiempo produciendo eventos climáticos extremos de frío, calor, lluvias intensas, sequías, inundaciones, pérdida del hielo polar, entre otros, todo lo cual afecta a millones de personas y causa cuantiosas pérdidas económicas.1,2
En Cuba, están presentes diferentes manifestaciones del cambio climático que se traducen en perjuicios a diversos componentes del medio ambiente tanto abióticos como bióticos que transitan, desde transformaciones a los ecosistemas comprometiendo la vida de la flora y la fauna, hasta daños a los seres humanos, ya que el cambio climático al igual que los otros problemas ambientales se relaciona con variados problemas de salud que van desde las enfermedades transmisibles hasta las no transmisibles.3,4,5,6,7.
Existen numerosos ejemplos de la relación entre problemas ambientales y problemas de salud y, en particular, cambio climático y problemas de salud, como son las enfermedades transmisibles como el dengue, chicungunya, zika, malaria, influenza y enfermedades no transmisibles como la enfermedad renal crónica, infarto agudo de miocardio y enfermedades cerebrovasculares.7,8,9,10,11,12
Este hecho hace que el médico por su papel en la sociedad deba conocer a profundidad la relación problemas ambientales-problemas de salud, que le permitirá realizar mejor sus variadas funciones y entre ellas las educativas, por lo que puede convertirse en un verdadero educador ambiental con su ejemplo, acciones, consejos y conocimientos. Además, como parte de las acciones recogidas en el plan del Estado para el enfrentamiento al cambio climático “Tarea Vida” es imprescindible crear conciencia de la situación que afrontamos y para ello se deben poseer determinados conocimientos.13
Es importante que durante los estudios de la carrera de Medicina el futuro médico adquiera los conocimientos en la esfera ambiental que les permitirá realizar con mayor calidad y eficiencia sus funciones de prevención y promoción de salud. Para ello hay que introducir en los planes de estudio los contenidos necesarios para alcanzar esas metas, por tal razón es importante determinar cuál es el nivel de conocimientos de la dimensión ambiental que se adquiere en la carrera de Medicina.14,15
Hace algunos años se realizó un diagnóstico para determinar el nivel de conocimientos de la dimensión ambiental (DA) en estudiantes y residentes de medicina general integral (MGI) y profesores principales de la Universidad Médica, a través del cual se constató insuficiencias cognoscitivas en esa esfera en las diferentes muestras estudiadas.16) Posteriormente, otros autores también realizaron diagnósticos con esos mismos fines con resultados similares,17 de ahí la necesidad de conocer su comportamiento actual.
Por lo que el presente estudio tiene el objetivo de evaluar el nivel de conocimientos sobre la dimensión ambiental en estudiantes de sexto año de la carrera de Medicina y residentes de primer año de medicina general integral.
Métodos
Se aplicó una encuesta de conocimientos (Anexo) a 32 estudiantes de sexto año terminado de la carrera de Medicina correspondiente al 35,55 % del total de la matrícula, así como a 29 residentes de medicina general integral también con primer año de la residencia finalizado para un 55,76 % de los matriculados.16 Las muestras pertenecientes a las facultades de ciencias médicas (FCM) “Manuel Fajardo” (municipio Plaza) y “Salvador Allende (municipio Cerro) se seleccionaron de forma aleatoria. De los estudiantes participaron 18 mujeres y 14 hombres, que representaron el 56,25 % y el 42,75 %, respectivamente, del total de la muestra. Los residentes que participaron fueron 19 mujeres y 10 hombres, que representaron el 65,52 % y el 34,48 %, respectivamente. Las edades oscilaron entre 20 y 42 años de edad, encontrándose el mayor porcentaje entre 20-30 años (75,0 %).
El cuestionario estuvo conformado por 11 preguntas, 10 abiertas (1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9, 10,) y 2 cerradas (7, 11) referidas las primeras a conceptos sobresalientes de la dimensión ambiental, los principales problemas ambientales en nuestro país y los vínculos entre el medio ambiente y el proceso de salud-enfermedad; las segundas exploran la relación entre los problemas ambientales y los problemas de salud. Dicho cuestionario fue aplicado a través de la plataforma Moodle.
El total de puntos de la prueba fue de 107 puntos y se consideró como aprobado el 70 % o sea, 75 puntos. Previo a su aplicación se coordinó con las direcciones de ambas facultades y se obtuvo el consentimiento de los encuestados antes de aplicarle el instrumento.
En este trabajo se presentan los resultados de las preguntas cerradas y abiertas del cuestionario, las cuales fueron procesadas por métodos de estadísticas descriptivas, se calcularon las frecuencias y porcentajes correspondientes.
Resultados
El resultado general del cuestionario fue del 21,88 % de aprobados para los estudiantes y el 27,59 % para los residentes. La pregunta 1 que exploró conceptos básicos de medio ambiente, mostró que tanto estudiantes como residentes obtuvieron idénticos resultados y solo tres de ellos tuvieron más del 80 % de las respuestas correctas (“desechos”, “higiene” y “ecosistema”). No obstante, el concepto “antrópico” no fue respondido por ninguno de los encuestados y el término “resiliencia” solo alcanzó el 3,13 % de aciertos.
Los principales problemas ambientales de Cuba según la “Estrategia Nacional Ambiental 2015-2020” se trataron en la pregunta 2, en la que se observó que solo la “contaminación” alcanzó más del 80 % de las respuestas correctas en estudiantes (81,25 %) y residentes (89,66 %). El porciento más bajo se situó en “afectaciones a la cobertura forestal” con el 15,63 % y el 31,03 %, respectivamente.
En la pregunta 3 (Fig. 1) que relacionaba los problemas ambientales de Cuba con sus correspondientes efectos, se mostró un conocimiento insuficiente de dicha relación en ambas muestras, ya que en la mayoría de esos problemas se exhibieron bajos porcientos de aciertos, con un valor menor en los estudiantes. En el caso de los residentes solo “degradación de los suelos” y “cambio climático” alcanzaron un 51,72 % de respuestas correctas, con un comportamiento menor en los estudiantes. Solo un 3,13 % de los estudiantes y un 13,79 % de los residentes relacionaron correctamente pérdida de la diversidad biológica y deterioro de los ecosistemas con sus efectos. Se destaca que los problemas más vinculados con la salud humana, por ejemplo, “contaminación” (6,25 % de estudiantes y 24,14 % de residentes) y “deterioro de la condición higiénico-sanitaria” (ambientales) en los asentamientos humanos mostraron bajos porcientos de aciertos.
Debido a la importancia de algunos conceptos fundamentales en la esfera medioambiental, se evaluó el conocimiento de las definiciones de estos a través de la pregunta 4 (Fig. 2). Ninguno de estos conceptos, siete en total, alcanzó el 80 %, el único con mayor porcentaje fue “cambio climático” con un 62,50 % en estudiantes y un 79,31 % en residentes. Los conceptos menos acertados fueron “desarrollo humano sostenible”, más bajo en los residentes (13,79 %), “desarrollo sostenible” y “dimensión ambiental”. Se destaca que incluso el concepto de “medio ambiente” mostró un bajo porcentaje (25 % en estudiante y el 37,93 % en residentes) en ambas muestras.
Al analizar la relación entre diferentes enfermedades y los factores ambientales que inciden sobre ellas, explorada en la pregunta 5, se observó que con respecto a los residentes solo “calidad de los alimentos” no alcanzó el 80 % de respuestas correctas (75,86 %). Sin embargo, los demás factores lo sobrepasaron, en particular “calidad del aire” que obtuvo el mayor porciento de aciertos, tanto en estudiantes (84,30 %) como en residentes (96,66 %) junto con “vectores” (residentes 93,10 %). Llama la atención que los estudiantes exhibieron porcientos más bajos de aciertos con respecto a los residentes, con solo un 53,13 % en “vectores”.
La figura 3 (pregunta 6) aborda conceptos relacionados directamente con la “Medicina”. Se observa que ninguna de las dos muestras obtuvo el 80 % de aciertos, solo se acercaron a ese valor “rehabilitación” y “radiación” con el 72,41 % cada uno en residentes y con un porcentaje menor (68,75 % “rehabilitación”; 50 %, “radiación”) en estudiantes. Los de menor porcentaje fueron “acidificación” (15,63 % en estudiantes y 20,69 % en residentes) y oxidación con un 20,69 % en residentes, seguidos por “sinergismo” y “ruidos” con un 27,59 %, cada uno en residentes.
En la pregunta 7, que exploró los problemas de salud relacionados con el cambio climático se pudo observar que solo el 43,75 % de los estudiantes y el 68,97 % de los residentes relacionaron las enfermedades respiratorias con el cambio climático. Es de destacar que solo un bajo porciento de estudiantes y residentes vincularon las enfermedades diarreicas agudas y las gastrointestinales con el problema ambiental antes mencionado. Lo mismo se puso de manifiesto con las enfermedades producidas por vectores, solo el 12,5 % y el 25,0 % de los estudiantes y residentes las propusieron.
La relación de algunas enfermedades con la calidad del aire y del agua se abordó en la pregunta 8. Se observó que las afecciones respiratorias obtuvieron el porcentaje mayor de aciertos, en ambas muestras, en estudiantes fue de un 81,3 % y en residentes un 93,10 %, igual porcentaje fue alcanzado por estos últimos en la relación de las ginecológicas con el agua. Sin embargo, las dermatológicas y oftalmológicas no llegaron al 80 % de respuestas correctas; los estudiantes fueron los que obtuvieron un porcentaje menor en ambas afecciones, tanto en su relación con la calidad del aire como en la del agua, 31,25 % y 34,38 %, respectivamente.
Los desechos de la asistencia médica a veces se tornan un problema de difícil solución, agravado por el hecho de que no se tiene, en ocasiones, absoluta claridad de cuál debe ser su ubicación, ni cómo clasificarlos. Estos dos aspectos se exploraron en las preguntas 9 y 10. Aunque la mayoría de los encuestados (71,88 % estudiantes y 86,21% residentes) seleccionó la opción lugares destinados para ello; el 9,38 % y el 3,45 %, respectivamente, eligieron las opciones “junto a los desechos domésticos”, e incluso “en la vía pública” (Tabla).
En el caso de la pregunta 10 (Fig. 4) solo el 65,63 % de los estudiantes y el 72,41 % de los residentes marcaron la opción de “peligrosos”. No obstante, el 3,13 % de los estudiantes y el 13,79 % de los residentes consideraron que son inocuos, así como, el 6,25 % y el 3,45 %, respectivamente, plantearon que eran domésticos.
La pregunta 11 que abordó la relación entre problemas ambientales y problemas de salud mostró que menos del 80 % de los estudiantes y residentes respondieron adecuadamente. Uno de los problemas ambientales mejor conocidos es contaminación o mala calidad del agua que fue relacionado con problemas gastrointestinales o digestivos por un 65,63 % de la muestra de estudiantes y un 68,97 % de la de residentes. También se evidenció cierto grado de dominio en relación con la contaminación del aire, aunque solo un 37,50 % de los estudiantes y un 55,17 % de los residentes lo vincularon con problemas respiratorios. La contaminación acústica que es un problema ambiental importante de La Habana solo fue relacionada con hipoacusia o pérdida de la audición por el 6,25 % de los estudiantes. Hay que destacar que el cambio climático a pesar de ser el problema ambiental más importante de esta época ni siquiera fue mencionado por los estudiantes y un porciento muy bajo de residentes lo relacionaron con enfermedades de la piel (3,45 %) y respiratorias (6,89 %).
Discusión
Los resultados generales concuerdan con un bajo porciento de aciertos en diferentes preguntas que evidencia dificultades cognoscitivas en la esfera ambiental y en su relación con la esfera de salud. Similares resultados se obtuvieron en trabajos realizados anteriormente.16
En la pregunta 1 se observa un bajo dominio de ciertos conceptos básicos a pesar de que algunos de ellos están vinculados con la Medicina. El conocimiento de los principales problemas ambientales de Cuba explorados en la pregunta 2 muestra que tanto estudiantes como residentes tienen poco dominio del tema, excepto en el caso de “contaminación” que obtuvo el porcentaje más elevado, y aunque indudablemente la contaminación tiene consecuencias importantes para la salud, los demás problemas ambientales, directa o indirectamente también lo tienen, en particular el impacto del cambio climático que, sin embargo, no alcanzó el 80 % de los aciertos.
Con respecto a la pregunta 3 que relaciona los problemas ambientales de Cuba con sus efectos (Fig. 1), llama la atención que siendo “contaminación” el problema ambiental de Cuba mejor identificado (pregunta 2) no puedan relacionarlo con sus efectos ninguna de las dos muestras estudiadas, sobre todo por la importancia que tiene este problema en la salud. Lo mismo ocurre con “deterioro de la condición higiénico-sanitaria (ambientales) en los asentamientos humanos” que también mostró un bajo porcentaje de acierto, quizás la razón de estos últimos resultados esté relacionada con un insuficiente tratamiento en los programas de las asignaturas.
En la figura 2 (pregunta 4) se observa que conceptos tan importantes como el de “medio ambiente” no son dominados por la mayoría de los encuestados, a pesar de que algunos de esos términos son empleados frecuentemente por los medios de comunicación lo que sugiere que no se utilizan, al menos asiduamente, en el marco de la docencia y de la práctica médica. Sin embargo, es sorprendente que “contaminación” que fue identificado como uno de los principales problemas ambientales de Cuba, por ambas muestras, y que no fue adecuadamente relacionado con sus efectos por la mayoría de ellos, haya obtenido en esta pregunta un mayor porciento de aciertos con respecto a otros conceptos, aunque no llegó al 80 %.
Los resultados de la pregunta 5 (relación entre diferentes enfermedades y los factores ambientales asociados a ellas) probablemente guardan estrecha relación con el hecho de que estos son aspectos vinculados con la actividad profesional. No obstante, por el vínculo que tienen estos contenidos con la práctica médica debía haber sido correctamente respondida por el 100 % de las muestras.
Los conceptos relacionados directamente con la Medicina (pregunta 6, Fig. 3) mostraron un bajo dominio en la mayoría de los casos, este hecho llama la atención por ser conceptos importantes en la salud que son tratados en la carrera de Medicina.
En la pregunta 7 que explora la relación entre problemas ambientales y el cambio climático las respuestas fueron muy limitadas e incompletas que demuestra dificultades en establecer esa relación. Los porcientos obtenidos son bajos, aunque los problemas de salud son diversos y son estudiados en la carrera de Medicina y tratados en la atención primaria y secundaria de salud, por lo que es posible que en esos niveles no se establezca la relación entre ellos y el cambio climático.
En la relación de algunas enfermedades con la calidad del aire y del agua (pregunta 8) se debe resaltar que, aunque los residentes muestran un dominio mayor de estas relaciones, ninguno alcanza el 100 % de aciertos a pesar de que estos contenidos están íntimamente vinculados con la actividad profesional y en algunos casos se observa menos del 80 % de respuestas correctas; esta situación es aún más grave en los estudiantes, por lo que esta relación no se establece en todos los casos.
Con respecto a la ubicación de los desechos de la asistencia médica (pregunta 9, Tabla) sus resultados ponen de manifiesto la poca importancia que se le da a este aspecto, que, al parecer, algunos encuestados no tienen en cuenta las consecuencias de esa acción al ubicarlos, lo mismo junto con los “desechos domésticos”, que en la “vía pública”.
En la pregunta 10, figura 4 (clasificación de los desechos de la asistencia médica) es evidente el desconocimiento de este aspecto por parte de algunos miembros de las muestras, ya que algunos los clasificaron como “inocuos” y “domésticos”.
Estos resultados indican que los conocimientos en la esfera ambiental adquiridos durante la carrera de Medicina y en el primer año de la residencia de MGI no son suficientes, así como, las relaciones entre algunos conocimientos propios de la salud y la esfera ambiental. Estas limitaciones se han puesto de manifiesto en otros trabajos realizados por diferentes autores que, fundamentalmente, exploran criterios, opiniones, valores entre otros aspectos.17
Se concluye que el nivel de conocimiento mostrado por los estudiantes y los residentes, acerca de la dimensión ambiental, evidencia insuficiencias cognoscitivas en esta esfera y en su relación con la actividad profesional.