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ACIMED
versión impresa ISSN 1024-9435
ACIMED v.8 n.1 Ciudad de La Habana abr. 2000
Contribución a la historia de la bibliografía farmacéutica cubana
Resumen
Con el objetivo de dar una modesta contribución a la historia de la bibliografía cubana sobre farmacia, se reseñan las publicaciones producidas en la isla durante el siglo XIX, con información relativa a la especialidad. A tal efecto se refieren en principio las fuentes que constituyeron los antecedentes del surgimiento de la prensa farmacéutica nacional; se describen aspectos formales y de contenido de las nueve revistas de la disciplina que vieron la luz en La Habana entre 1863 y 1900 y se orienta el lugar en que pueden ser localizadas. Con ello se trata que la actual y las futuras generaciones de especialistas en farmacia y de profesionales de la información vinculados a esta rama de la ciencia, conozcan y recuerden los títulos, en cuyas páginas han quedado registrados los resultados de la producción científica de los cubanos que entonces se consagraron al estudio de los remedios y de su composición.
Descriptores: FARMACIA; BIBLIOGRAFIA/historia; BIBLIOGRAFIA RETROSPECTIVA; PUBLICACIONES PERIODICAS; CUBA.
El gran volumen de información sobre farmacia que se publica hoy día en Cuba, es una demostración palpable del desarrollo alcanzado por esa especialidad. Tanto en la Revista Cubana de Farmacia, como en otras publicaciones de la época actual, se atesoran muchos trabajos vinculados a la disciplina, que tienen el privilegio de poder estar registrados en índices, en bases de datos y en otros dispositivos bibliográficos y referativos computadorizados, gracias a los cuales se garantiza su conservación y su amplia difusión.
Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XIX circularon en la isla varias revistas, cuyo paso por la arena periodística no es bien conocido por no existir entonces las mencionadas ventajas y por no haberse recuperado sistemáticamente la información contenida en ellas, lo cual ha conllevado que la comunidad científica actual no pueda consultarlas.
Con el presente trabajo se trata de brindar una modesta contribución a la historia de la bibliografía cubana sobre farmacia, a cuyo efecto, se reseñan aspectos formales y de contenido de las primeras revistas de la especialidad producidas en el país. Con ello se aspira, además, a salvar de la ignorancia, a rescatar del olvido y a estimular la consulta de los trabajos redactados por los cubanos que antaño dedicaron gran parte de sus vidas a la ciencia farmacéutica.
ANTECEDENTES DE LA BIBLIOGRAFÍA FARMACÉUTICA CUBANA
La farmacia dio sus primeros pasos como disciplina independiente en Cuba a partir del primer tercio de la pasada centuria, período en el que su ejercicio dependía de la aprobación por el Real Tribunal del Protomedicato de La Habana de un examen teórico-práctico, el cual se realizaba después de la práctica de una pasantía con una duración de cinco años.
La figura más destacada de aquella época fue José Estévez y Cantal, quien subvencionado por la Junta de Fomento, viajó a Europa para estudiar botánica, aunque al sentir más vocación por la química, se dedicó a ella con un entusiasmo tal, que se convirtió en el primer cubano que sobresalió en su estudio. Varios de los productos farmacéuticos generados por Estévez Cantal llevaron su nombre, entre los cuales descollaron la tintura de hierro y el láudano, cuya fórmula tuvo un mayor grado de concentración que la del médico inglés Thomas Sydenham.1,2 Pero el hecho que más elevó su reputación fue el análisis que hizo y publicó del turbit mineral o subnitrato de mercurio. Este cuerpo era la base de lo que se llamaba la píldora de ugarte, medicamento de gran crédito, cuya composición se desconocía y que se explotaba por alguien con ese apellido. El éxito de Estévez radicó en haber descubierto la verdadera composición de un cuerpo que se empleaba con buenos resultados en numerosas enfermedades y que salvó a muchos individuos de la muerte.
En las Memorias de la Sociedad Económica y en los Anales de la Junta de Fomento aparecieron los primeros trabajos sobre botánica aplicada, física y química, hechos por personalidades como Tranquilino Sandalio de Noda, un autodidacta de gran erudición; José Luis Casaseca y Silván, quien sin ser farmacéutico fue profesor de farmacia, además de fundador, primer maestro de química en Cuba y autor de interesantes trabajos sobre varios cuerpos de uso en farmacia; Pedro Alejandro Auber Sánchez, maestro de farmacéuticos sin serlo él y a los que enseñaba Historia natural; Ramón de La Sagra y Peris, José María Dau García y otros.3
Con posterioridad al surgimiento del Repertorio Médico Habanero, la primera revista médica cubana y en cuya colección, que abarca de 1840 a 1843, se publicaron cinco trabajos sobre Botánica aplicada a la medicina,4 se fundaron otros títulos hasta que en febrero de 1848 se dio a conocer el Repertorio Económico de Medicina, Farmacia y Ciencias Naturales, creado entre otros por un catedrático de farmacia nombrado Juan Pinet, quien desde el 18 de junio de 1836 había obtenido el grado de licenciado en la Real Junta Gubernativa de Farmacia. En esta revista, que se mantuvo en circulación hasta agosto de 1851, vieron la luz varios artículos sobre farmacia práctica, análisis químico e hidrología médica.5
En el Eco de París, que se dio a la estampa en la capital francesa durante el bienio 1858-1859 por un grupo de médicos cubanos allí residentes, aparecen trabajos del farmacéutico Manuel de Vargas Machuca y González del Valle; y en El Estímulo, revista que duró de 1861 a 1863, había una sección dedicada a medicina y farmacia, en la que redactó varios artículos el laborioso publicista Juan Pinet.
NACIMIENTO DE LA PRENSA CUBANA ESPECIALIZADA EN FARMACIA
La Emulación
Bajo la dirección de Joaquín Fabián de Aenlle y Mongueoti, un químico de sólida reputación, que desempeñó varias cátedras en la Universidad de La Habana hasta llegar al cargo de Decano de Farmacia; Marcos de J. Melero Rodríguez, autodidacta sin título profesional con claro talento y gran amor al estudio, y con quien se podía hablar y discutir lo mismo sobre astronomía, química o farmacia; y Fernando Valdés Aguirre, quien brilló desde los bancos universitarios y llegó a ser profesor de análisis químico y de historia de la farmacia, surgió, en febrero de 1863, La Emulación, la primera revista genuinamente farmacéutica producida en Cuba.3
Este título puso de relieve a la profesión con la publicación de artículos originales y de otros traducidos, que daban cuenta de los avances de la farmacia y la química en otros países. La información contenida en sus páginas servía de medio de enseñanza a los farmacéuticos que ejercían en Cuba, de estímulo a los estudiantes universitarios y de recurso en defensa de los intereses morales y materiales de todos los vinculados a la disciplina (fig. 1).
Fig. 1. Cubierta del primer número de La Emulación
Se trata realmente de una revista que merece ser consultada por quienes necesiten conocer el movimiento científico de su tiempo, pues en ella aparecen colaboraciones de los principales hombres de ciencia de entonces, además de biografías de químicos y farmacéuticos célebres y fórmulas nuevas o adaptadas a los intereses nacionales.
El primer volumen de La Emulación abarcó desde febrero de 1863 hasta enero de 1864 con 388 páginas; el segundo comprendió los meses restantes de 1864 con 312 páginas; el tercero se extendió de enero a diciembre de 1865 y llegó a 349 páginas; el cuarto apareció durante todo 1866 con 330 páginas y el quinto y último en 1867 y un acumulado de 264 páginas.
La colección completa de esta revista se puede revisar en la biblioteca del Instituto de Literatura y Linguística. También es posible la consulta de algunos números en el Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia "Carlos J. Finlay" y en la Biblioteca Nacional "José Martí".
El Genio Científico
Los años que siguieron al Grito de Yara, trajeron consigo un temporal silencio de las ciencias y de la actividad de publicación de trabajos científicos, la cual no dio nuevas señales de vida hasta marzo de 1873, con la aparición de El Genio Científico, título dirigido por Marcos de J. Melero, el autodidacta sobre el cual se hizo antes referencia, quien fue, además de talentoso, un adalid incansable del periodismo científico.6
Concebida para difundir los adelantos de las ciencias físicoquímicas y naturales y sus aplicaciones a las demás ciencias, a la industria y a las artes, el contenido básico de esta revista, que salía el primer día de cada mes, se concentró en trabajos sobre farmacia, química, física, medicina, higiene pública, biología, antropología y psicología fundamentalmente; aunque también se pueden encontrar en ella algunos artículos sobre astronomía, geometría, arquitectura, geodesia, geología, economía y meteorología. Asimismo se pueden hallar en sus páginas informes de las sesiones públicas de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana; las biografías de científicos célebres; bibliografías y otras variedades (fig. 2).
Fig. 2. Cubierta del primer número de El Genio Científico.
Las 1 360 páginas de El Genio Científico, impresas de marzo de 1873 a septiembre de 1875 y distribuidas con 480 en cada uno de sus tres volúmenes, guardan trabajos de inestimable valor por su originalidad y por la autoridad de quienes los escribieron.
Al igual que la de La Emulación, toda la colección de El Genio Científico se puede encontrar en la Biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística. También hay varios cuadernos sueltos en el Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia Carlos J. Finlay" y en la Biblioteca Nacional "José Martí".
Repertorio de Farmacia
En enero de 1880 circuló el primer número de esta revista mensual de Farmacia, Medicina y sus ciencias auxiliares, fundada y redactada por los doctores José de Jesús Rovira Borrero y Manuel de Vargas Machuca y González del Valle. Su surgimiento vino a llenar un vacío, pues entonces se echaba de menos la falta de una publicación periódica dedicada a la farmacia. En ella se escribieron buenos trabajos por farmacéuticos y médicos de la talla de los doctores Antonio González Curquejo, Joaquín Lastres Juiz, Carlos J. Finlay Barrés, Luis y Rafael Cowley Valdés-Machado, Juan Santos Fernández y Hernández y Francisco Torralbas Manresa. El doctor Rovira publicó allí unos "Apuntes sobre farmacofitología cubana"; el doctor Manuel Fraga y Leyro redactó una serie de apuntes interesantes sobre la historia de la farmacia en Cuba; y el doctor Ramón Botet y Formullá dio a luz varios escritos, entre ellos sus apuntes sobre la farmacopea hispanocubana (fig. 3).
Fig. 3. Cubierta del primer número del Repertorio de Farmacia.
De esta fuente de información se llegaron a publicar seis volúmenes con 302, 344, 392, 320, 234 y 196 páginas respectivamente. A partir del cuarto volumen, se dio a conocer en su cubierta que la revista era el Órgano del Colegio de Farmacéuticos de La Habana. El último número del Repertorio de Farmacia que salió fue el del mes de diciembre de 1885.
En el Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia "Carlos J. Finlay", faltan los números del período enero-mayo de 1885; en la Biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística están todos los cuadernos de 1880 a 1884; mientras que en la Biblioteca Nacional "José Martí" nada más es posible revisar las entregas de enero a diciembre de 1880 y la de octubre de 1884.
Anales del Colegio de Farmacéuticos de La Habana
Por iniciativa de los propios directores del Repertorio de Farmacia, se creó, también en 1880, el Colegio de Farmacéuticos de La Habana, que ese mismo año empezó a publicar sus Anales hasta 1884. El primer presidente del Colegio fue el licenciado José Sarrá y Valdejuli y su secretario el licenciado Eligio Villavicencio y Porcel. Integraron también la organización los doctores Cayetano Aguilera Navarro, Carlos Donoso y Lardier, Francisco Torralbas Manresa, Joaquín Lastres Juiz, José Delgado Carabot, Manuel Johnson Larralde, Francisco Figueroa Álvarez, Eduardo Castro, Ramón María de Hita, Canuto Valdés Martínez, Juan García Zamora y Juan Antonio Gallego, entre otros.3
Los Anales del Colegio de Farmacéuticos de La Habana, guardaron en sus páginas fundamentalmente las actas y otros documentos relacionados con la vida interna de la corporación, así como la clasificación y nomenclatura de productos farmacéuticos, casi siempre elaboradas por el doctor Manuel Botet (fig. 4).
Fig. 4. Cubierta del primer número de Anales del Colegio de Farmacéuticos de La Habana.
De esta publicación apenas se conservan algunos números de los años 1882 y 1883 en la biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística.
Boletín de la Farmacia El Amparo
El 15 de noviembre de 1884 el farmacéutico y médico Anselmo Castells Berri hizo llegar al estadio de la prensa el Boletín de la Farmacia El Amparo, donde insertaba anuncios de los productos farmacéuticos producidos en el establecimiento de ese nombre y del cual era propietario, con la reproducción de artículos de periódicos, revistas y folletos extranjeros, principalmente de tendencia terapéutica que, a pesar de su importancia, eran poco o nada conocidos por su escasa o nula circulación en Cuba.
Con independencia de que los propósitos de esta publicación eran más industriales que científicos, hay que reconocer los beneficios que produjo como propagadora de los trabajos sobre farmacia y medicina escritos originalmente en fuentes prestigiosas como British Medical Journal, The Lancet, The Western Druggist y otras por autores renombrados de todo el mundo.6
Cada número del Boletín, que salía los días 15 de cada mes, se componía de ocho páginas, mientras que cada tomo disponía de 12 números con 96 páginas en total.
Su primera serie se extendió hasta el número 12 del año 10, correspondiente el mes de diciembre de 1894. En agosto de 1899 se inició su segunda época y el tomo 11 con el título de Boletín Mensual de la Farmacia y Droguería El Amparo.7 Este tomo 11 se mantuvo hasta finales de 1900, mientras que el tomo 12 abarcó los años 1901 y 1902. Entre 1903 y 1909 tuvo una prolongada interrupción, hasta que reapareció en 1910, para cesar definitivamente a fines de ese mismo año (fig. 5).
Fig. 5. Cubierta de un número del Boletín de la Farmacia El Amparo.
En el Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia
"Carlos J. Finlay" se pueden revisar todos los números publicados de este título entre 1884 y 1890. Por otra parte, en la Biblioteca Nacional "José Martí" se atesoran algunas entregas de los períodos 1886-1888, 1890-1895 y 1899-1902.
La Enciclopedia
En enero de 1885 se dio a conocer a la comunidad científica una revista mensual de medicina, farmacia, agricultura y ciencias físicoquímicas y naturales, la cual se fundó y se mantuvo en circulación durante tres años con el peculio propio de los doctores Carlos de la Torre y Huerta y Antonio González Curquejo.3
Dieron prestigio a esta publicación, bautizada con el título de La Enciclopedia, varios escritos de hombres como Antonio Bachiller y Morales, Francisco Cabrera Saavedra, Carlos J. Finlay Barrés, Carlos Desvernine Galdós, Serapio Arteaga Quesada, Juan Vilaró Díaz, Francisco Jimeno Fuentes, Luis Montané Dardé, José Rafael Montalvo Covarrubias, Gastón Alonso Cuadrado, Pedro Pío Galtés, Joaquín Lastres Juiz y Joaquín Barnet Ruiz, entre otros.
Durante su corta existencia, las páginas de La Enciclopedia se honraron al registrar importantes contribuciones de las referidas personalidades. Entre las que con mucho aprecio se han estimado figuran también los trabajos biográficos, principalmente los que salieron de las plumas de Esteban Borrero Echeverría y de Vidal Morales y Morales (fig. 6).
Fig. 6. Cubierta del primer número de La Enciclopedia.
En general, esta fuente despertó y mantuvo gran interés hasta su desaparición en diciembre de 1887. El primer volumen (1885) alcanzó 648 páginas, el segundo (1886) llegó a 672 y el tercero (1887) acumuló 636.
Afortunadamente, aún se conservan las colecciones completas de esta revista en el Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia "Carlos J. Finlay"; en la biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística; así como en la Biblioteca Nacional "José Martí".
Repertorio Médico Farmacéutico y de Ciencias Auxiliares
El primer número de esta publicación mensual, también fundada y sostenida por el doctor Antonio González Curquejo, surgió en enero de 1890. Aunque, como se infiere del título, divulgaba conocimientos sobre medicina, farmacia y ciencias auxiliares en general, concentró más bien su atención en los asuntos prácticos de la farmacología. Su objetivo fundamental era satisfacer las necesidades de información farmacéutica y terapéutica, y contribuir a dilucidar las dificultades del arte de recetar. Con los trabajos que en ella se publicaban, se trataba de actualizar a médicos y farmacéuticos acerca de las reacciones e incompatibilidades de los nuevos medicamentos. A ese efecto, se reproducían en sus páginas artículos sobre el tema registrados originalmente en otras fuentes nacionales o extranjeras, sobre todo, de procedencia inglesa, estadounidense y alemana, con independencia de que, ocasionalmente, se podían encontrar también fórmulas de aplicación acompañadas de comentarios (fig. 7).
Fig. 7. Cubierta de un número del Repertorio Médico Farmacéutico y de Ciencias Auxiliares.
González Curquejo contó como colaboradores de la revista con los también doctores Gastón Alonso y Cuadrado, Manuel Valdés-Bango León, Rafael Cowley, Carlos Desvernine, José R. Montalvo, Joaquín Lastres, Luis Montané, Juan Miguel Plá Hernández y Juan Vilaró, así como con Carlos Martínez Boloña como administrador.
El Repertorio salió de modo ininterrumpido los últimos días de cada mes hasta diciembre de 1895. Desde entonces no se supo más de él hasta que reapareció en enero de 1904. En diciembre del año siguiente cesó para siempre. En total acumuló ocho volúmenes con un promedio de 400 páginas cada uno.
Toda la colección de esta revista se localiza en el Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia "Carlos J. Finlay". La mayoría de sus números se guardan también en la Biblioteca Nacional "José Martí".
Boletín del Colegio de Farmacéuticos de La Habana
Fundada por el doctor Alfredo Ángel Bosque Reyes, se puso en circulación, en octubre de 1895, el primer número de esta revista, con lo cual se dio cumplimiento a lo dispuesto en el Artículo 72 del Reglamento del Colegio de Farmacéuticos de La Habana, en lo relacionado con la necesidad de que la corporación contara con un órgano propio de publicidad, donde se insertaran sus actas y los trabajos que sirvieran a la promoción y propagación de los avances de la farmacia y sus ciencias auxiliares, abogaran por su adecuado ejercicio y contribuyeran a su decoro y prosperidad. De ahí que el objeto de atención preferencial de su contenido fueran todos los materiales orientados al estudio y cultivo de la disciplina; a la defensa de los genuinos derechos de los farmacéuticos y al desarrollo y perfeccionamiento de su noble y humanitario ministerio.8
Si bien esta fuente mantenía al corriente acerca de la situación de la Farmacia en la isla de Cuba y en España principalmente, podía también hallarse en ella información de interés relativa a otras naciones (fig. 8).
Fig. 8. Cubierta del primer número del Boletín del Colegio de Farmacéuticos de La Habana.
Entre los trabajos más relevantes publicados en el Boletín mientras circuló, están el discurso que leyera el doctor Antonio Gordón Acosta el 29 de septiembre de 1895, en el cual relata la evolución de la farmacia en Cuba desde sus inicios hasta fines del siglo xix; el texto íntegro del Reglamento del Colegio; la biografía del doctor Alfredo A. Bosque, desaparecido meses después de haber fundado la revista, y cuyo autor fue el doctor Santiago Regueyra y Mesa; así como los artículos "Preparación de algunos extractos fluidos", del licenciado Juan Aluija y Gastón y "Plantas inscriptas en el suplemento al codex" del propio doctor Bosque.
Del Boletín se editaron en total 25 cuadernos, que salieron los días 12 de cada mes. El último fue el número 1 del tomo 3, de enero de 1897. El promedio de páginas por tomo fue de 360.
La única institución que todavía dispone de algunos números de esta publicación es el Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia "Carlos J. Finlay".
Revista de la Asociación Médico Farmacéutica de la Isla de Cuba
En 1899 se constituyó en La Habana una agrupación con el nombre de Asociación Médico Farmacéutica de la Isla de Cuba. En virtud de la necesidad de la corporación de tener su propio órgano de prensa, se fundó la revista de su nombre que empezó a publicarse en octubre de 1900, bajo la dirección del doctor Enrique B. Barnet y Roque de Escobar.
La Asociación se creó con el objeto de unir de manera firme y compacta a todos los profesionales de la ciencia de curar y a los farmacéuticos respetables de la isla, a fin de que de dicho vínculo naciera la fuerza del derecho de dar a esas profesiones mayor reputación ante el gobierno, la sociedad y ante los propios asociados. Por su parte, la Revista se fundó para que fuera el "eco y reflejo de la asociación, de sus gestiones y resultados, de sus esfuerzos y recompensas, de sus propósitos y aspiraciones".9
Los farmacéuticos que más se distinguieron como autores de trabajos allí publicados fueron los doctores Miguel Fernández Garrido, Carlos A. Moya Pichardo, José P. Alacán Berriel, Arturo Bosque Reyes, Gerardo Fernández Abreu, Braulio Larrazábal, Francisco Taquechel y Alfredo Martínez Martínez. En lo referente a la medicina, en la Revista se publicaron muchos trabajos sobre la fiebre amarilla, la tuberculosis, el muermo y varias enfermedades tropicales, firmados por los doctores Finlay, Barnet y José A. López del Valle y Valdés.
En cuanto a su estructura formal, este título contaba, además de la sección oficial, donde se registraban las actas y otros documentos de la gestión de la organización, con una de medicina y cirugía, una de farmacia, otra de terapéutica y formulario y otra de notas y noticias de todas partes.
La Revista de la Asociación Médico Farmacéutica de la Isla de Cuba duró hasta diciembre de 1905, y de ella se conservan algunos números en el Centro de Estudios de Historia y Organización de las Ciencias "Carlos J. Finlay".
CONSIDERACIONES GENERALES
La presente reseña histórica demuestra que muchos años atrás hubo una población de farmacéuticos cubanos que se esforzaron por divulgar los avances de la disciplina, y que para ello se ampararon en los nueve títulos antes referidos. Inclusive, se tienen noticias de que, como se apuntó al inicio, antes del surgimiento de éstos, se escribía ya sobre farmacia en el país. Prueba de ello fue la "Bibliografía médico farmacéutica cubana (1707-1905)", título del trabajo presentado por el académico matancero Carlos Manuel Trelles y Govín, el más eminente bibliógrafo cubano de todos los tiempos, en el Primer Congreso Médico Nacional, celebrado en La Habana en 1905.
En esta ponencia, publicada posteriormente en la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana, Trelles dio cuenta de 2 000 títulos de libros, folletos y artículos redactados por 800 autores, de ellos 84 referentes a la farmacia.10, 11, 12 Según el propio Trelles, en 1919 Cuba contaba con 93 revistas de medicina y 11 de farmacia.7
La aparición en 1967 de la Revista Cubana de Farmacia,13 significó un sólido paso de avance en el fortalecimiento de esta especialidad, pues desde entonces todos los profesionales y técnicos cubanos vinculados con ella, disponen de un vehículo estable para dar a conocer los resultados de sus investigaciones y mantener la comunicación científica permanente con sus colegas.
Sirva pues esta contribución para que los títulos en ella descritos se reconozcan y recuerden como precursores de la revista que, patrocinada por la Sociedad Cubana de Farmacia y la Industria Médico Farmacéutica de Cuba, es hoy orgullo de todos los farmacéuticos criollos.
Abstract
Whit the aim of making a modest contribution to the history of the Cuban bibliography on Pharmacy, the publications released in the island during the 19th century, with information pertaining to this speciality, are reviewed. To that purpose, it is included in principle the sources that make up the background for the emergence of the national pharmaceutical press; formal and content aspects of nine journals of the discipline released in Havana between 1863 and 1900 are described and information is given about the place where they can be located. It is planned that present and future generations of Pharmacy specialists and information professionals connected with this branch of science know and remember the titles where the results of the scientific production of those Cubans that devoted themselves to the study of remedies and their composition are registered.
Subject headings: PHARMACY; BIBLIOGRAPHY/history; BIBLIOGRAPHY, RETROSPECTIVE; PERIODICALS; CUBA.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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- Fernández JS. Bosquejo histórico del periodismo médico en la isla de Cuba. Rev Med Cir Hab 1905;10(17):396-411.
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- Camejo Alcalde L. Revista Cubana de Farmacia. En: Publicaciones seriadas cubanas: catálogo 1998. La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1998:19.
Recibido: 6 de septiembre de 1999.
Aprobado: 20 de octubre de 1999.
Lic. José Antonio López Espinosa. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Calle E No. 454 entre 19 y 21. El Vedado, Ciudad de La Habana, Cuba. CP 10400.
1 Licenciado en Información Científico-Técnica y Bibliotecología.
Departamento Procesamiento de la Documentación.
Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas.