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ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.10 n.3 Ciudad de La Habana Mayo.-jun. 2002

 

Sección Histórica

Una rareza bibliográfica universal: el Papiro médico de Edwin Smith

José Antonio López Espinosa1


Resumen

Se presentan las principales características formales y de contenido del primer documento científico conocido hasta ahora, el Papiro Médico de Edwin Smith, cuyo texto original se remonta a los tiempos del primer período del Antiguo Imperio egipcio. Se brindan algunos elementos acerca de la estructura de esta remota prueba documental de la actividad médico-quirúrgica; se comenta su cualidad como singular fuente de referencia sobre el estado del conocimiento científico en esa lejana etapa de la historia de la humanidad y se acredita por su conducto la gran importancia que entonces se otorgaba a la técnica operatoria, en contraste con el uso de preparados medicinales. Al final se anexa el ejemplo de uno de los 48 casos abordados en el manuscrito, el cual se refiere a los pasos que se daban en aquel tiempo para tratar una dislocación de mandíbula.

DeCS: BIBLIOGRAFÍA DE MEDICINA; HISTORIA DE LA MEDICINA ANTIGUA; EGIPTO

El primer documento científico de cuya existencia se tiene información fue un tratado de cirugía, elaborado en el Antiguo Egipto hace casi 5000 años. Su contenido, compilado por un autor desconocido en una época en que la medicina se orientaba sobre bases de carácter mágico-religioso y en la que aún no existía el vocabulario científico, constituye hoy día una de las joyas bibliográficas de más valor en la historia de la especialidad médico-quirúrgica. Además de la descripción de los métodos clínicos utilizados en la época de su elaboración, contiene observaciones de asombrosa exactitud sobre Anatomía, Fisiología y Patología y en él están casi por completo ausentes la magia y el misticismo tan característicos de la cultura egipcia.

Este documento, el Papiro Médico de Edwin Smith, debe su nombre al del primer egiptólogo de origen norteamericano, quien adquirió el rollo en 1862 de un negociante nativo en la ciudad egipcia de Luxor (Tebas). Aunque no fue capaz de descifrar su contenido, Smith estaba consciente de la extraordinaria importancia del manuscrito.

Después de la muerte de su comprador, sus herederos presentaron el papiro a la Sociedad de Historia de New York, en cuya biblioteca se atesora actualmente, y autorizaron a James Henry Breasted, renombrado orientalista de la Universidad de Chicago, para que estudiara su contenido. En esta labor lo ayudó el doctor Arnold B. Luckhardt, profesor de Fisiología de la misma institución y entusiasta estudiante de la historia de la medicina. La publicación en 1922 de dos consideraciones preliminares al respecto, creó un ambiente de gran interés entre los egiptólogos, quienes a partir de entonces esperaron con ansiedad la publicación de todo el texto. La traducción completa, acompañada de reproducciones en facsímil, glosarios y comentarios, apareció en 1930 y proporcionó un concepto totalmente nuevo acerca de la antigua cirugía egipcia.1

El texto original de este tratado de cirugía se remonta a los tiempos del primer período del Antiguo Imperio (3000-2500 a.n.e.). Se presume que otro cirujano lo copió siglos después, cuando muchos de los términos originales en él utilizados se habían hecho incomprensibles y obsoletos. Por fortuna, este escritor agregó una serie de explicaciones, que sirvieron para interpretar el contenido del documento, a pesar de la caída en desuso de la terminología por el paso de los años.


Estructura del Papiro Médico de Edwin Smith

Existe una gran diferencia entre el texto del Papiro Médico de Edwin Smith y los otros papiros médicos que se han descubierto hasta ahora, pues además de ser el de más antiguo origen, es el único dedicado principalmente a la cirugía. Mientras los demás consisten en esencia en un montón de oraciones, conjuros y prescripciones fantasiosas, este comienza de arriba hacia abajo y describe una serie de casos ordenados de manera lógica. En él se abordan en principio las lesiones superficiales y luego las más severas. A la presentación de cada caso sigue una determinada asociación. Cada uno está encabezado por un título que comienza por regla general con la palabra “Instrucciones” y al cual sigue una designación del tipo de lesión o de enfermedad y su localización. Tal es, por ejemplo, el caso de Instrucciones con respecto a una dislocación de mandíbula. A esto le sigue el examen, que incluye preguntas al paciente, la inspección, la palpación y la observación de los movimientos ejecutados por el cirujano. Sobre la base de los hallazgos clínicos, se llega al diagnóstico, el cual generalmente se introduce así: “En relación con él, Ud. debe decir...”. A continuación hay una descripción del padecimiento y una exposición de la decisión del cirujano con respecto al tratamiento, que constituye la sección final donde se incluyen instrucciones mecánicas, medicinales, de posturas y dietéticas (anexo).

El material tratado en este texto de 4,7 m de largo y 32 cm de ancho y en cuya parte anterior hay escritas 17 columnas, abarca 48 casos quirúrgicos, en la mayoría de los cuales se describen de modo sistemático las heridas y lesiones que se pueden producir en todo el cuerpo.2 Este abarca:

Heridas de la cabeza                           27 casos
Lesiones del pecho y la mama
(incluyendo tumores y abscesos)           8 casos
Lesiones de la garganta y la nariz           6 casos
Lesiones del húmero                             3 casos
Lesiones de la clavícula                         1 casos
Lesiones del hombro                             1 caso
Lesiones de la espina torácica               1 caso (incompleto).

Alcance del documento

El Papiro Médico de Edwin Smith es una obra de referencia acerca del estado del conocimiento científico de ese antiguo período. Las observaciones anatómicas primitivas son descriptivas en extremo y a partir de ellas se crean términos para designar las estructuras observadas. Fue en este documento donde apareció por primera vez, en cualquier idioma, la palabra cerebro, cuya superficie en forma de rosca se com-para con la forma de las estrías de la escoria del cobre derretido luego de enfriadas. Las pulsaciones comunicadas a los dedos examinadores al explorar el cerebro expuesto a fracturas compuestas, se comparan con las pulsaciones y los latidos que se sienten en los dedos en contacto con la mollera de un niño antes de cerrarse. En el texto se mencionan las membranas del cerebro (meninges) y el líquido cerebrospinal que estas contienen.

Otras estructuras óseas a las que se hace mención son la mandíbula, los huesos del cuello (clavículas), el esternón y las costillas. En el texto se registran observaciones fisiológicas de asombroso discernimiento, como el reconocimiento y medición del pulso, que anteceden en 2500 años a las observaciones de Hipócrates. El contenido de este papiro hace presagiar un conocimiento de la circulación sanguínea, en tanto en él se consigna que por aquel tiempo el hombre sabía que el corazón es el centro desde el cual los palpitantes vasos se extienden por todas partes del cuerpo.

En el documento quedaron apuntadas sabias observaciones sobre la función del sistema nervioso. Por él se sabe que hacia el año 1550 a.n.e. se reconocía la influencia del cerebro en la acción de las estructuras remotas, se atribuía la parálisis de las extremidades inferiores a lesiones cerebrales y se establecía la relación entre la localización de la lesión craneal y el lado del cuerpo involucrado. Asimismo se observan daños motores y sensoriales en las lesiones por compresión de las vértebras cervicales.

La evaluación clínica de los casos descritos demuestra un examen cuidadoso y objetivo. Se observan los síntomas y hallazgos físicos obtenidos mediante la inspección, la palpación e incluso por medio del olfato. La capacidad de los pacientes para efectuar los movimientos, como indica el cirujano, completa más aún el cuadro clínico.3

En general se puede decir que la estrategia terapéutica recomendada en cada circunstancia responde al estilo hipocrático y que la esperanza es la piedra angular de todo tratamiento. El uso de suturas o del esparadrapo en las heridas de los tejidos blandos, el empleo de tablillas y la aplicación de vendajes siguen conceptos lógicos. La carne fresca es el vendaje usual para el primer día, quizás por su valor hemostático. Después se aplican los calmantes y las sustancias protectoras. Tanto el calor como el frío se utilizan en condiciones indicadas por la lógica y la dislocación de la mandíbula se reduce de idéntica manera a como se realiza en la época actual.

De particular interés son las manifestaciones patológicas de la lesión y la enfermedad. En las heridas donde se involucran las meninges o el cerebro, se observa la irritación meníngea en forma de “anquilosamiento” del cuello o la incapacidad de los pacientes de “mirar sus hombros”. Por regla general se describe el sangramiento de los oídos y de las fosas nasales acompañando a las fracturas de cráneo y el modo de andar “arrastrando los pies” después de un daño cerebral. También se describen las complicaciones de las heridas, incluyendo la infección y el tétanos, y se dan pronósticos poco favorables en los casos de priapismo, emisión seminal y micción involuntaria sintomáticos de las fracturas del centro de las vértebras cervicales.


Consideraciones generales

Además de la información directa que es posible obtener de este primer trabajo de cirugía, se pueden hacer también interesantes deducciones. El estudio del documento permite notar el abismo existente en su época entre los médicos y los cirujanos. De todos los papiros que se han podido recuperar hasta ahora, sólo este se dedica por entero a cuestiones quirúrgicas, aunque ello no sea suficiente como para poder afirmar que tal proporción es accidental o un indicador de una relativa ignorancia de parte de los cirujanos egipcios. De cualquier manera resultan llamativas las diferencias entre este texto de cirugía y los demás manuscritos. No se debe olvidar que para esta cultura la enfermedad era resultado de la posesión de espíritus malignos; y que la curación se lograba al invocar una ayuda sobrenatural capaz de aplacar las ofendidas deidades y de exorcizar los espíritus maléficos.

Por lo tanto, ¿quién podía restarle entonces importancia a los poderes de sus deidades en cuanto a declarar que una dolencia no se debía tratar? Esto indica claramente que el autor del Papiro Médico de Edwin Smith no era miembro de la clase sacerdotal.4

En este sentido, las observaciones de Breasted acerca de las connotaciones de la palabra tratamiento adquieren un interés específico. Él señaló que en la mayoría de las historias de caso presentadas, la manipulación quirúrgica aparece bajo el título de examen, mientras que las aplicaciones medicinales se considera bajo el de tratamiento.5

Sin duda alguna, esto indica la distinción que se le acreditaba a las técnicas quirúrgicas, en contraste con el uso de preparados medicinales por parte de los médicos, cuestión que le otorga a este documento de la época de los faraones una importancia adicional a su valor intrínseco como rareza bibliográfica universal.

Anexo

Presentación de un caso en el Papiro Médico de Edwin Smith

Caso 25: Dislocación de la mandíbula

Título

Instrucciones con respecto a una dislocación de mandíbula.

Examen

Si usted examina un hombre con la mandíbula dislocada, debe ver si puede abrirle la boca y si también puede cerrársela. Debe colocar sus pulgares sobre los extremos de las dos ramas mandibulares dentro de la boca y sus dos pinzas (dos grupos de dedos) debajo de la barbilla y debe hacerlas retroceder hasta lograr que descansen en su lugar.

Diagnóstico
En relación con él usted debe decir que la dislocación de la mandíbula es una dolencia que trataré.

Tratamiento
Usted debe vendarlo con ymrn y miel todos los días hasta lograr su recuperación.

abstract

A universal bibliographic rarity: the medical Papyrus of Edwin Smith

The main formal and content characteristics of the first scientific document known up to now, the medical papyrus of Edwin Smith, whose original text dates from the times of the initial period of the Old Egyptian Empire, are presented. Some elements are given about the structure of this old documental evidence of the medical and surgical activity. Comments are made on its quality as a singular source of reference on the state of scientific knowledge in that remote stage of the history of mankind. The importance granted to the operative technique at that time compared with the administration of preparations is also known through this document. At the end, it is given an example of the 48 cases approached in the manuscript, which made reference to the steps taken then to treat a mandible dislocation.

Subject headings: BIBLIOGRAPHY OF MEDICINE; HISTORY OF MEDICINE, ANCIENT; EGYPT


Referencias bibliográficas

  1. García Albea E. La neurología en los papiros médicos faraónicos. Rev Neurol 1999; 8(4):430-3.
  2. Maul S, Westendorf W. Primeras teorías médicas entre la magia y la razón. En: Schott H. Crónica de la Medicina. T1. 2 ed. Barcelona: Plaza and Janés; 1994.p.28.
  3. Zimmerman LM, Veith I. Egyptian Surgery: The Edwin Smith Surgical Papyrus. En: Great Ideas in the History of Surgery. 2 ed rev. New York: Dover Publication; 1967.p.3-13.
  4. Grapow H. Grundriss der Medizin der Älten Ägypter. Berlin: Akademie Verlag; 1962.p.1954-63.
  5. Breasted J. The Edwin Smith Surgical Papyrus, published in facsimile and hieroglyphic transliteration with translation and commentary in two volumes. vol. 1. Chicago: University Press; 1930.p.431-53.

Recibido: 3 de mayo de 2002.
Aprobado: 20 de junio de 2002

Lic. José Antonio López Espinosa. Red Telemática de Salud en Cuba (Infomed). Calle 27 No. 110 e/ M y N, El Vedado, Ciudad de La Habana. Correo electrónico:jale@infomed.sld.cu

 

1 Licenciado en Información Científico-Técnica y Bibliotecología. Instructor de la Escuela Nacional de Salud Pública “Carlos J. Finlay”. Investigador de la Sección de Estudios Humanísticos en la Universidad Virtual de Salud.