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ACIMED
versión impresa ISSN 1024-9435
ACIMED v.11 n.6 Ciudad de La Habana nov.-dic. 2003
PRESENTACIÓN
Hace 170 años, el 3 de diciembre de 1833, nació en la ciudad de Puerto Príncipe un niño que con el tiempo se convirtió en la figura cimera de la medicina latinoamericana. Al cabo de casi medio siglo después ese niño, hecho entonces todo un científico, dio a conocer al mundo su magistral teoría acerca del mosquito como agente transmisor de la fiebre amarilla; ocasión que sirvió para que tanto en la medicina preventiva como en la medicina tropical se vislumbrara un brillante porvenir.
Carlos J. Finlay más que el empírico que emitió una teoría ingeniosa o un postulado con ribetes de originalidad, fue el sabio genial y clarividente creador de una doctrina con verdadero carácter de sistema, que necesariamente tenía que culminar en un resonante triunfo, por cuanto su quehacer se apoyaba sólidamente en una medicina basada en la evidencia de sus rigurosas observaciones.
En 1933 la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana quiso celebrar con el mayor esplendor la fecha memorable de los cien años del natalicio del insigne médico cubano y requirió de los países fraternos su aprobación para establecer ese día como efemérides para rememorar la grandeza de su medicina y conmemorar la gloria de sus descubrimientos científicos. Así, desde hace 70 años se fijó la fecha del 3 de diciembre como el "Día de la Medicina Americana".
En los últimos tiempos se ha producido un vertiginoso auge de la medicina basada en la evidencia, convertida en un importantísimo avance filosófico de la medicina clínica. Esta nueva corriente responde, por una parte, a la necesidad de desarrollar procedimientos de asistencia médica que integren a la práctica diaria los resultados de los constantes avances que con la propia práctica se operan en la investigación clínica dentro del sector de la salud y, por otra, al reto que implica la enorme cantidad de información científica y humanística dispersa y su utilización adecuada en este sentido. De ahí que la información como elemento básico del conocimiento y la acción como fundamento de la investigación se integren y formen en este contexto un inconmovible binomio.
En virtud de lo antes apuntado, esta entrega de ACIMED, a la vez que rinde al gran Finlay el merecido homenaje en el aniversario 170 de su natalicio y felicita en su día a los trabajadores de la salud de Latinoamérica, demuestra, con los trabajos originales que en ella aparecen, la ya insoslayable vinculación de las ciencias de la salud a las ciencias de la información en la investigación clínica, cuyo contenido, dicho sea de paso, no deja espacio para dudar de que la información como antesala del conocimiento se ha convertido en una fuerza productiva de relevancia capital en el mundo de la salud y la enfermedad.
Lic. José Antonio López Espinosa
Sección de Humanidades Médicas
Universidad Virtual de Salud de Cuba
Correo electrónico: jale@infomed.sld.cu