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ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.13 n.2 Ciudad de La Habana mar.-abr. 2005

 

Presentaciones

Campañas de alfabetización: la experiencia de cuba en el contexto de las bibliotecas públicas*

Lic. Miguel Viciedo Valdés1

Resumen

Se aborda la alfabetización como parte de la gran obra cultural del gobierno revolucionario cubano y la contribución de las bibliotecas públicas al logro de esta humana tarea. Se exponen las experiencias de la labor desarrollada por estas unidades de información en tres momentos significativos de su historia después del año 1959: la campaña nacional de alfabetización que hizo posible enseñar a leer y escribir a una gran masa de analfabetos y declarar a Cuba territorio libre de analfabetismo; el inicio de la alfabetización en lenguaje Braille a ciegos y débiles visuales en los años 70 del pasado siglo y la alfabetización digital en el uso de las nuevas tecnologías de la información en una etapa más reciente, a bibliotecarios y a usuarios a partir de los escasos recursos tecnológicos disponibles en esas instituciones.

Palabras clave: Alfabetización, bibliotecas públicas, Cuba.

LITERACY CAMPAIGNS: THE CUBAN EXPERIENCE WITHIN THE PUBLIC LIBRARY CONTEXT

Abstract

The campaign against illiteracy is approached as a part of the great cultural work of the Cuban revolutionary goverment, as well as the contribution of public libraries to the achievement of this human goal. Experiences of the work carried out by these information units at three significant moments of their history after 1959 are shown: the national campaign against illiteracy, which made possible to teach how to read and write to a a great number of illiterates and to declare Cuba a land free of illiteracy; the start of literacy with Braille lessons for the blind and the visually weak people in the seventies; and the digital alphabetization in the use of new information technologies in a more recent stage to librarians and users, making use of the few technological resources available in these institutions.

Key words: Alphabetization, public libraries, Cuba.

Copyright: © ECIMED. Contribución de acceso abierto, distribuida bajo los términos de la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual 2.0, que permite consultar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente y utilizar los resultados del trabajo en la práctica, así como todos sus derivados, sin propósitos comerciales y con licencia idéntica, siempre que se cite adecuadamente el autor o los autores y su fuente original.

Cita (Vancouver): Viciedo Valdés M. Campañas de alfabetización: la experiencia de Cuba en el contexto de las bibliotecas públicas. Acimed 2005;13(2). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_2_05/aci12205.htm Consultado: día/mes/año.

La situación en Cuba antes de 1959, en materia de educación, en sentido general, presentaba un franco deterioro; existía un alto índice de analfabetismo en los sectores más pobres de la población, que era la gran mayoría del pueblo cubano.

  • En el año 1958, cuatro cifras reflejaban el estado deplorable en que se encontraba la educación:
  • Un millón de analfabetos absolutos.
  • Más de un millón de semianalfabetos.
  • 600 mil niños sin escuelas.
  • 10 000 maestros sin trabajo" 1

Los funcionarios que disponían del presupuesto destinado a la educación saqueaban sistemáticamente los fondos dedicados a esta actividad en el país. A su vez, el panorama que ofrecían las bibliotecas públicas estaba en correspondencia con el deterioro de la educación cubana.

Según expresara Fermín Peraza en su obra Directorio de Bibliotecas de Cuba publicado en 1952, en Cuba, existían en 1951, unas 483 bibliotecas. Posteriormente, en el análisis realizado por el Dr. Emilio Setién Quesada para su artículo El Desarrollo de la Biblioteca Nacional durante 75 años y su influencia en el movimiento bibliotecario del país, el bibliotecólogo cubano encuentra que, de las 483 bibliotecas 108 eran públicas. "De las 108 públicas existentes, 13 no llegaban a los 1000 volúmenes después de más de 20 años de creadas y 12 no alcanzaban esa cifra después de 10 años de existencia. Más de 12 no podían dar información sobre su colección. De estas bibliotecas, 42 estaban concentradas en la provincia de La Habana, fundamentalmente en el área metropolitana" 2

En noviembre de 1954, se creó la Organización Nacional de Bibliotecas Ambulantes Populares (ONBAP), una incipiente red de bibliotecas que al amparo del gobierno de Fulgencio Batista y según sus proyectos, debía crear 50 bibliotecas públicas en Cuba. Para el año 1958, y coincidiendo con el año que se toma como punto de referencia para ejemplificar la situación de la educación en Cuba, sólo se habían creado 21 bibliotecas populares con una asignación mensual de un presupuesto que ascendía a $ 225.00 para cubrir sólo gastos de personal, alquiler y mantenimiento.3

Ante esta situación era imposible que las bibliotecas públicas pudieran presentar una función significativa en la alfabetización de los millones de cubanos que no sabían leer ni escribir.

"Existían edificios que albergaban libros y prestaban... un servicio, pero, en el verdadero sentido de la palabra, no había bibliotecas" 4

Este fue el contexto social que heredó el gobierno revolucionario en 1959, y que pronto se dio a la tarea de transformar con un programa educacional y cultural que cambió de forma radical la imagen anterior por un panorama general de optimismo y luz de esperanzas. A continuación, se abordarán los momentos fundamentales en que han ocurrido dichos cambios.

La Campaña Nacional de Alfabetización

Para contrarrestar la situación existente en cuanto al número de analfabetos, el gobierno revolucionario estableció, entre sus tareas de máxima prioridad, la creación de 10 000 nuevas aulas en septiembre de 1959 y el incremento de maestros rurales para llevar la educación a los campos cubanos.

La ley de nacionalización general de la enseñanza y su carácter gratuito se dictó el 6 de junio de 1961 y el 26 de diciembre, se dispuso la primera reforma integral de la enseñanza. Para los primeros meses del año 1961, "con el propósito de llevar la educación a las zonas más apartadas del país, marcharon a las montañas 3 000 maestros voluntarios, que eran maestros normalistas y jóvenes de estudios completos o incompletos de educación media, que más tarde se organizaron en la brigada de maestros de vanguardia Frank País" 5

Se iniciaba así, la primera Campaña Nacional de Alfabetización en Cuba, por primera vez, en muchos lugares apartados de la geografía cubana llegaba el desarrollo cultural al pueblo. En un año, se alfabetizaron 707 000 analfabetos. Bajo los alientos de esta campaña, se inició la educación de adultos y se crearon las facultades obreras y campesinas, que posibilitaron la apertura de las puertas de la universidad a los trabajadores.

La campaña de alfabetización y los planes de reforma de la enseñanza cumplieron una primera fase el 22 de diciembre de 1961, fecha de su culminación exitosa. En el mes de enero de ese año, paralelamente al inicio de la campaña, se fundó el Consejo Nacional de Cultura (actual Ministerio de Cultura), organismo que se dio a la tarea de crear la Red Nacional de Bibliotecas Públicas tomando como antecesoras a las de la ONBAP. Esta verdadera red, que hizo posible la reorganización y el incremento de bibliotecas en toda la isla, apoyó desde sus inicios, con las pocas bibliotecas que existían, la campaña de alfabetización y permitió el acceso de la población analfabeta, semianalfabeta o alfabetizada a las colecciones de libros, folletos y otros documentos que atesoraban, con el suministro de sus servicios bibliotecarios. Muchos bibliotecarios, a lo largo de toda la isla, continuaron la labor iniciada por los maestros voluntarios con la ayuda brindada a la población de las comunidades recién alfabetizadas en cuanto a la lectura.

En 1962, otra no menos importante campaña, la campaña por la lectura, cumplió los propósitos iniciales de la Revolución Cubana, en la búsqueda de nuevas vías para el desarrollo cultural del pueblo. A esta tarea, se sumaron las bibliotecas públicas cubanas bajo el auspicio de la Biblioteca Nacional José Martí y la sabia conducción de la Dra. María Teresa Freyre de Andrade, en aquel entonces directora de esa institución y directora del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas. La campaña por la lectura contribuyó a consolidar los esfuerzos realizados por aquellos jóvenes maestros y por aquellos necesitados de una luz de esperanzas.

"De más en más, la Biblioteca Nacional y las bibliotecas públicas contribuyen a la educación popular, al estudio de nuestra historia nacional, al desarrollo del amor y el conocimiento de la mejor cultura propia en el terreno de las artes y las ciencias, de las buenas tradiciones nacionales."6

Todas estas acciones en favor de la alfabetización de grandes masas de analfabetos, así como la garantía de la continuación de estudios desde la enseñanza primaria hasta niveles superiores, fue posible como resultado de una adecuada producción editorial que se materializó con la creación de la Editorial Nacional de Cuba en 1962, Ediciones Revolucionarias en 1965 y el Instituto Cubano del Libro y su red de librerías en 1967. Las bibliotecas públicas incrementaron sus fondos bibliográficos, ampliaron las temáticas de sus colecciones y mejoraron considerablemente los servicios de información y, a su vez, fueron un apoyo importante para la enseñanza y la cultura general del pueblo cubano.

Esta ardua labor de enseñanza le permitió a Cuba declararse primer territorio libre de analfabetismo en América Latina.
Un segundo momento importante relacionado con la alfabetización de la población analfabeta, se produjo en Cuba a fines de 1970. En esta nueva campaña, al amparo del gobierno revolucionario, participaron muchos cubanos y, en forma especial, los bibliotecarios de las bibliotecas públicas de las diferentes comunidades y municipios del país. Había llegado la oportunidad al sector de los discapacitados: los ciegos y débiles visuales.

La campaña de alfabetización para ciegos

La campaña de alfabetización para ciegos constituye un ejemplo de los esfuerzos realizados en Cuba por lograr la integración de los discapacitados a la sociedad. Esta campaña comenzó en 1979 y para el año 1983, más de 1 500 invidentes habían aprendido a leer y escribir mediante el lenguaje Braille; ello permitió a Cuba obtener el premio Nadiezhda Krupskaia otorgado por la UNESCO.

Los alfabetizadores en esta oportunidad fueron los propios ciegos que conocían el método, bibliotecarios de las bibliotecas públicas municipales y activistas de la Federación de Mujeres Cubanas, entre otros, bajo la coordinación nacional de Álvaro Montes de Oca, experimentado profesor, discapacitado visual.

Las bibliotecas públicas fueron espacios donde los ciegos pudieron aprender el lenguaje Braille. Los bibliotecarios se auxiliaron de la cartilla que creó el invidente Zacarías Alvisa, "la cual sirvió para que personas con visión normal pudieran alfabetizar a los discapacitados". 7 La Asociación Nacional del Ciego (ANCI) y el Ministerio de Educación auspiciaron las labores de enseñanza, y bajo esta guía la Dirección Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura orientó metodológicamente esta labor en la red de bibliotecas públicas cubanas. Experiencias de esta labor se evidenciaron en las bibliotecas provinciales de toda la isla y en otras municipales, la más relevante fue la de la Biblioteca Provincial de Cienfuegos, que fue objeto de consulta y referencia para el desarrollo del trabajo con ciegos y débiles visuales.

A partir de esta campaña, las bibliotecas comenzaron a crear sus salas o áreas Braille en las que se atesoraron y atesoran colecciones de documentos en este lenguaje, para que los ciegos alfabetizados accedan a la información. Se inició además, una etapa de preparación técnico - profesional que dotó a los bibliotecarios del conocimiento y los métodos necesarios para ofrecer un servicio especializado a este tipo de usuario.

La campaña de alfabetización abrió nuevas oportunidades a los ciegos como fueron "la creación de escuelas especiales en todas las provincias, la apertura de salas de lectura, la inauguración de una imprenta Braille, así como el incremento de los profesionales y técnicos carentes de visión". 8

La experiencia cubana se presentó por bibliotecarios nuestros, y se compartió con la comunidad bibliotecaria internacional en la 60 Conferencia General de IFLA, celebrada en La Habana, en 1994. Posteriormente, Cuba estuvo representada en el Primer Forum de Alfabetización para Ciegos que tuvo lugar en Montevideo, en 1996. Allí se patentizó la decisión de la isla de extender su colaboración a otros países de América Latina.

Este proceso de alfabetización en lenguaje Braille, que comenzó hace más de 20 años, se mantiene como una tarea permanente en la sociedad cubana y en las bibliotecas públicas, porque aún se continua alfabetizando a ciegos y débiles visuales en las bibliotecas. Por citar algunos ejemplos de esta labor en la capital están: las salas de lectura Braille de las bibliotecas de las municipalidades de La Lisa y Diez de Octubre, La Biblioteca Nacional José Martí, así como la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena de la Oficina del Historiador de La Habana -que asesora metodológicamente al sistema de bibliotecas públicas de la capital-, la cual ofrece un curso de alfabetización para ciegos, débiles visuales y videntes, con una duración de 3 meses, que imparte un ciego bibliotecario con la colaboración y coordinación de la Asociación de Ciegos de La Habana Vieja.

El auge de las modernas tecnologías de la información y la comunicación en los últimos años del pasado siglo y en lo que va del tercer milenio, ha creado nuevas poblaciones de analfabetos en el mundo y, en especial, en países de América Latina y el Caribe. El incontenible avance de las nuevas tecnologías entra en contradicción con la pobreza del tercer mundo y con la escasez de recursos financieros de países en vía de desarrollo como Cuba. El desarrollo del mundo de la información, que es hoy una industria poderosa, ha hecho que países como Cuba se vean obligados a buscar alternativas para que los bibliotecarios, trabajadores de la información y la población en general encuentren soluciones al analfabetismo tecnológico. Marchar con estos tiempos para no quedar a la saga es actualmente una tarea priorizada de los bibliotecarios cubanos.

La alfabetización en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación

La llegada a Cuba de la computadora francesa IRIS-60, en la segunda mitad de los años 60, marcó el comienzo del desarrollo de esta disciplina en nuestro país con todo el proceso que acarrearía la enseñanza e implementación de esta nueva tecnología. Actualmente, se ubica como una prioridad del estado cubano para con la sociedad.

"La computación comenzó a introducirse en la educación superior desde finales de los años 60 del pasado siglo en las carreras de Matemática, Física y en algunas ingenierías, sobre la base de máquinas medianas y grandes. Su extensión a las restantes se produjo con la aparición de las microcomputadoras en los años 80. Ya en el curso 1970-1971 se había creado la Licenciatura en Cibernética en la Universidad de La Habana" 9

La Licenciatura en Información Científico-Técnica y Bibliotecología, que posteriormente cambiaría su nombre por el de Bibliotecología y Ciencia de la Información, también se creó en la década de 1970 con un diseño curricular que contemplaba entre sus asignaturas la computación. Esto posibilitó que los profesionales de graduaciones futuras pudieran disponer de los conocimientos que demandaba esta disciplina.

Pero la enseñanza de la computación no se limitó a las universidades. Como parte de una estrategia de preparación para el presente y el futuro, se estableció su enseñanza en escuelas primarias, escuelas de nivel secundario, en politécnicos y en espacios alternativos como los llamados joven club de computación, diseminados por todo el país en número de más de 300 y que enfrentan las necesidades de alfabetización informática de una gran parte de la población interesada, por ejemplo, aquellos bibliotecarios públicos graduados de la especialidad con antiguos programas de enseñanza que no contemplaban la computación.

Esta tercera campaña de alfabetización, emprendida por la sociedad cubana bajo la orientación, como en las anteriores, de nuestro gobierno revolucionario, pudo iniciarse, a pesar de la subsistencia de condiciones económicas desfavorables producto del bloqueo, como resultado de la utilización racional e inteligente de los recursos de que dispone el país y, en especial de su capital humano, concebidos de una manera amplia e integral en un proyecto llamado Informatización de la sociedad cubana.

"La informatización de la sociedad es la aplicación ordenada y masiva de esas tecnologías en todas las esferas de la sociedad cubana, donde su uso adecuado y racional debe significar mayor eficacia y mayor eficiencia, y por consiguiente mayor generación de riqueza y aumento de la calidad de vida de los ciudadanos" 10

En virtud de este postulado, las bibliotecas públicas se han sumado al programa de informatización. Ya con anterioridad, las bibliotecas habían iniciado la superación profesional de los recursos humanos en el aprendizaje de la tecnología computacional, sin contar, en muchas de esas unidades de información, con una computadora. Para ello, se aprovecharon de las áreas del joven club de computación que se crearon en los municipios y provincias del país donde los bibliotecarios se prepararon en el manejo de las computadoras. La estrategia a seguir fue: preparar al bibliotecario para el arribo de las nuevas tecnologías a su biblioteca pública, y que una vez que estuviese adiestrado, fuera capaz de poder alfabetizar a los usuarios necesitados de este conocimiento, para contribuir al mejoramiento de los servicios de información que su biblioteca ofrece.

Por supuesto que el temor a lo nuevo se puso de manifiesto en algunos bibliotecarios cubanos, como en otras partes del mundo, pero el arrollador avance de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación nos llevó al convencimiento de que era necesario seguir el curso de estos tiempos para no envejecer como profesionales de la información. Esta decisión a priori facilitó, en el caso de las bibliotecas públicas, la incorporación al programa de informatización de la sociedad cubana puesto en marcha, y que beneficiará considerablemente el trabajo bibliotecario en Cuba y enriquecerá la imagen profesional al poder automatizar los procesos y ofrecer servicios de información con valor agregado.

El programa de informatización de la sociedad cubana o la nueva alfabetización está diseñado por etapas y prioridades. Aunque el bloqueo económico entorpece la rapidez de estos programas ya es posible apreciar notables avances en la educación, la salud, la banca y la industria básica.11

La Subdirección Metodológica del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas de la Biblioteca Nacional José Martí, ha realizado un estudio para informatizar de forma escalonada a sus bibliotecas. Cada vez, serán menos los bibliotecarios y usuarios desconocedores de las nuevas tecnologías de la información y la computación y por consiguiente, crecerá la demanda y la exigencia de un servicio de información óptimo. Pero como el auge del desarrollo científico es incontenible y nuestra misión es contribuir a la educación y la cultura general de la comunidad, la alfabetización siempre será una actividad de carácter permanente para los profesionales en el contexto de las bibliotecas públicas cubanas.

A modo de síntesis de las ideas expuestas, puede afirmarse que:

  • La alfabetización de aquellos segmentos de población , iletrados o analfabetos, fue y es una tarea permanente de la gran obra educacional y cultural del gobierno revolucionario cubano con el apoyo de intelectuales, profesionales y voluntarios en general.
  • Las bibliotecas públicas por medio de sus profesionales, han ofrecido y ofrecen su apoyo y colaboración, de manera directa o indirecta, en las campañas de alfabetización realizadas en tres etapas significativas del desarrollo de este proceso cultural en Cuba.
  • El proyecto de informatización de la sociedad cubana, la nueva alfabetización, hará posible que en un futuro próximo Cuba repita la hazaña de 1961, y pueda declararse territorio libre de analfabetismo, pero libre de analfabetismo en las nuevas tecnologías de la información y la computación.

Y se recomienda:

  • Mantener, en la medida que la disposición de recursos materiales y humanos existentes lo permita, la contribución por parte de las bibliotecas públicas cubanas a la alfabetización de los ciegos y débiles visuales en lenguaje Braille, así como la continua integración de estos discapacitados a la sociedad.
  • Desarrollar como una tarea de carácter permanente en las bibliotecas públicas, un programa de alfabetización en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para todos los usuarios asistentes a ellas, a partir de la informatización de forma escalonada de estas unidades de información.

Referencias bibliográficas

1. Memorias. Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba. Ed. Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central del PCC. La Habana, 1976. p. 78.

2. Setién Quesada, Emilio. El desarrollo de la Biblioteca Nacional durante 75 años y su influencia en el movimiento bibliotecario del país. Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, enero-abril, 1977. p. 67.

3. Ibídem, p. 69.

4. Ibídem, p. 70.

5. Véase ob. cit. (1) p. 79

6. (1) p. 79.

7. Ramos, Sidroc. Las bibliotecas públicas cubanas. Su misión social. IV Encuentro Nacional de Bibliotecas Públicas. Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 1973. p. 118.

8. Campaña de alfabetización para ciegos en Cuba: 20 años después. Boletín ANCI No. 21. ISSN 1608-3822. Septiembre-diciembre 2003, año 3. p. 6.

9. Ibídem, p. 6.

10. Avendaño Bárbara. La nueva alfabetización. Punto Cu / Mensuario de informática y comunicaciones No. 1, Julio de 2002. p. 3.

11. Rosabal Heriberto. Cuba se informatiza. Punto Cu / Mensuario de informática y comunicaciones No. 1, Julio de 2002. p. 4

Recibido: 27 de febrero del 2005.
Aprobado: 17 de marzo del 2005.

Lic. Miguel Viciedo Valdés.
Biblioteca Pública Rubén M. Martínez Villena. Oficina del Historiador de La Habana.
Obispo No. 59. e/ Oficios y Baratillo.La Habana Vieja. CP 10 100. La Habana, Cuba.
Correo electrónico: metodologico@bpvillena.ohdireco.cu

*Versión de la ponencia presentada en el IV Simposio sobre Cultura y Desarrollo celebrado los días 11 y 12 de noviembre del 2004 en la Escuela de Superación para la Mujer "Fe del Valle", auspiciado por el Centro Provincial de Superación para la Cultura de Ciudad de La Habana "Félix Varela y Morales" y la Dirección Provincial de Cultura.
1Licenciado en Historia. Profesor Auxiliar Adjunto. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana. Biblioteca Pública Rubén M. Martínez Villena. Oficina del Historiador de La Habana.

Ficha de procesamiento

Términos sugeridos para la indización

Según DeCS 1
EDUCACION; BIBLIOTECAS/utilización;
EDUCATION; LIBRARIES/utilization

Según DeCI 2
ALFABETIZACION/desarrollo; BIBLIOTECAS PUBLICAS
ALPHABETIZATION/development; PUBLIC LIBRARIES

1 BIREME. Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004.
Disponible en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm
2 Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información (DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf