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ACIMED
versión impresa ISSN 1024-9435
ACIMED vol.22 no.2 Ciudad de La Habana abr.-jun. 2011
ARTÍCULOS
Conocimiento empírico y conocimiento activo transformador: algunas de sus relaciones con la gestión del conocimiento
Active and transforming knowledge: some of their relationships with knowledge management
Enrique González Suárez
Doctor en Ciencias de la Información. Profesor e Investigador Titular. Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
RESUMEN
Se afirma que el conocimiento humano es un modelo significante de la realidad que está constituido por la interacción de los modelos figurativos y los basados en signos. Se señalan algunas imprecisiones en la clasificación del conocimiento, como descriptivo, empírico y teórico. Se establecen algunas de las limitaciones del conocimiento empírico y se dan determinadas explicaciones sobre la necesidad de pasar al tipo de conocimiento activo transformador para investigar la esencia de los fenómenos que tienen lugar en la gestión del conocimiento.
Palabras clave: Conocimiento empírico, conocimiento activo transformador, gestión del conocimiento.
ABSTRACT
It is assure that human knowledge is a significant model of reality made up by the interaction of the figurative models and those based on signs. In classification of knowledge as descriptive, empirical and theoretical knowledge, some imprecisions are pointed out. Some limitations of empirical knowledge are established giving determined explanations on the need of to change to transforming active knowledge to research the essence of phenomena present in the knowledge management.
Key words: Empirical knowledge, transforming active knowledge, knowledge management.
INTRODUCCIÓN
Cuando se averigua mediante las facultades mentales la naturaleza, las cualidades y las relaciones de las cosas, ocurre el proceso de conocer, que tiene como resultado el conocimiento, es decir, la acción y el efecto de conocer.
El conocimiento es un reflejo de la realidad, una copia del original. Si el reflejo o copia se corresponde con la realidad u original, se está en presencia de una relación de semejanza, lo que constituye la condición básica de un modelo. Por consiguiente, el reflejo puede ser visto como un modelo de la realidad (original) y el conocimiento como un modelo que encierra la copia del original, su esencia, su unidad sistémica, lo que la cosa es por sí misma, a diferencia de las demás y de los estados cambiantes de ella por la acción de unas u otras circunstancias.
La esencia o significado de una realidad es su modelo. En el ser humano este modelo recibe el nombre de significante* y está constituido por la interacción de los modelos figurativos y basados en signos (1er. y 2do. sistema de señales según I. P. Pavlov, respectivamente) que construye el hombre con la actividad de su cerebro. Algunos autores1 denominan este conocimiento como tácito o implícito y lo caracterizan como poco o no codificado y que es muy difícil de comunicar.
El desarrollo del conocimiento en la ciencia tiene lugar por la contradicción entre el tipo de estimulación social del conocimiento y el tipo de conocimiento que se ha acumulado por la sociedad, es decir, aquellas particularidades de la organización del conocimiento que resultan dominantes en la etapa contemporánea del desarrollo de la ciencia.
A pesar de ser frecuente la clasificación del conocimiento científico en descriptivo, empírico y teórico, existen ciertas imprecisiones**. Por ejemplo, el conocimiento descriptivo requiere de cierta dosis de teoría y la descripción es necesaria para cualquier tipo de conocimiento.
Siguiendo a Ya. A. Ponomariov2 se asume en este artículo, para el conocimiento descriptivo, la denominación de «contemplativo explicativo» y para el conocimiento teórico la de «activo transformador». La denominación del conocimiento empírico se conserva para reflejar este nivel de conocimiento entre el descriptivo y el activo transformador.
El surgimiento de cada uno de estos tipos de conocimientos se considera a partir de la concepción de que las etapas de desarrollo de un tipo de conocimiento se convierten en niveles estructurales de su organización y en escalones funcionales ulteriores.2 Esto significa que la etapa histórico-social del conocimiento contemplativo explicativo se transforma en un nivel dado de organización estructural de este, el cual constituye la base para el funcionamiento del conocimiento empírico.
Por ejemplo, la contemplación y la explicación de los fenómenos posibilitan su experimentación empírica al funcionar en los límites de este tipo de conocimiento como observación y descripción de las causas de los fenómenos, a partir de un marco teórico determinado que facilita la comprensión de los resultados empíricos obtenidos.
El surgimiento de un tipo de conocimiento se da cuando en los límites del desarrollo de un nivel inferior surgen elementos del nuevo tipo de conocimiento que se van desarrollando hasta que comienzan a requerir del nivel inferior exigencias que este no puede satisfacer. Por ejemplo, en el desarrollo del conocimiento descriptivo explicativo llegó un momento en que las necesidades sociales del conocimiento requirieron de la comprobación mediante el experimento. Entonces, la observación contemplativa se convirtió en observación activa como método del nivel empírico del conocimiento y las explicaciones requirieron de una fundamentación o comprobación empírica, ya fuera en laboratorio o mediante la práctica social. De esta manera, la contemplación y la descripción tomaron nuevas características cualitativas en el proceso de desarrollo del conocimiento empírico. Las nuevas exigencias sociales estimularon el desarrollo de un nuevo tipo de conocimiento, el empírico, que a su vez requirió de nuevas exigencias al tipo de conocimiento descriptivo explicativo.
Este mismo principio es el que tiene lugar en el surgimiento del conocimiento activo transformador. Llega un momento en que la sociedad requiere de un tipo de conocimiento nuevo para poder resolver sus problemas. En la etapa actual, en la que se hace cada vez más evidente la complejidad de los fenómenos de la realidad en que vive el ser humano, se demanda por la sociedad un tipo de conocimiento que sirva de guía para la transformación del mundo, es decir, del conocimiento "activo transformador"2 que implica la transformación del conocimiento empírico.
¿Cuáles son las limitaciones que presenta el conocimiento empírico para que sirva de orientación a los efectos de transformar con efectividad la compleja realidad del mundo actual, cuando está en riesgo hasta la existencia del Planeta? ¿Cuáles son las características de este nuevo tipo de conocimiento que debe ser gestionado?
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO EMPÍRICO
Este tipo de conocimiento se caracteriza principalmente por un enfoque que se basa en la experiencia y que responde directamente a una u otra demanda social, a una u otra necesidad práctica. Los éxitos de las investigaciones empíricas se valoran por la práctica. Su contenido es fácilmente accesible a quien posee un rico conocimiento descriptivo explicativo: rehacer los conocimientos empíricos en el lenguaje del sentido común no es tan complejo; lo uno y lo otro tienen vínculos directos.
Mientras la complejidad de las demandas sociales todavía no sea muy grande y las leyes no se hayan generalizado, los conocimientos se dirigen hacia la ciencia desde las más variadas esferas de la práctica y se satisfacen sin que se evidencie un vínculo entre los conocimientos descriptivos y empíricos.
Con el tiempo el conocimiento de tipo empírico ocupa el lugar rector. El conocimiento descriptivo cesa en su desarrollo, o mejor dicho, la esfera de la descripción se traslada a esferas de fenómenos más complejos. El conocimiento descriptivo se agota, y se tiene la impresión de que no se puede descubrir algo nuevo.
En el conocimiento empírico tiene lugar un análisis escrupuloso de los distintos ángulos del fenómeno estudiado. El investigador actúa sobre el fenómeno. Sin embargo, no tiene en cuenta aquellas transformaciones internas que tienen lugar en el propio fenómeno. Como resultado se describe el modo de intervención que ha logrado el efecto deseado. Este modo incluye lo que algunos autores denominan regularidad empírica.3 Su potencia no es grande. Solamente es válida para resolver aquellas tareas repetitivas en situaciones tales que el estado del objeto sobre el cual se actúa es cercano a su estado en el momento de la investigación.
Las regularidades empíricas no se salen de los límites de la lógica de la actividad práctica. Ellas reflejan el modo de la actividad que logró un efecto positivo en una situación específica. En otras palabras, solamente registran la «entrada» y la «salida» de la acción sobre el objeto y no reflejan las interacciones internas que de hecho cambian el efecto de esa intervención. De esta manera, el mecanismo interno de los eventos permanece como una «caja negra» en el tipo de conocimiento empírico.
Una particularidad específica del tipo de conocimiento empírico es la subjetividad de los criterios en los que se basa la diferenciación de los distintos ángulos del fenómeno. La cantidad de estos criterios es infinita y su conjunto es lo que se acostumbra denominar como multiplicad de aspectos empíricos: una gran masa de conocimientos empíricos permanece sin generalizarse, por lo que el conocimiento obtenido en estos no puede ser utilizado.
Otro rasgo específico del tipo de conocimiento empírico es que en el objeto de su investigación siempre aparecen eventos integrales, concretos y el objetivo de la investigación emerge de las tareas prácticas. El investigador tiende a vincular directamente los resultados obtenidos con la práctica.
Con el tiempo en la dinámica del desarrollo del tipo de conocimiento empírico aparecen cambios sustanciales. En concordancia con la regularidad general de la interrelación entre los tipos de conocimientos, el número de investigaciones empíricas se eleva; pero el conocimiento se hace no generalizable. En el contexto del conocimiento empírico emerge un nuevo tipo de conocimiento: el activo transformador.
En el conocimiento empírico juega un papel fundamental un nuevo enfoque que acostumbra denominarse por niveles***. En él se forman premisas del principio sistémico estructural, la concepción del problema complejo, se origina la necesidad de elaborar estrategias de investigación de problemas complejos, aparecen intentos de elaborar el aparato conceptual requerido, tiene lugar la diferenciación espontánea de los niveles de investigación, etcétera.
El conocimiento empírico, en su evolución, adquiere un volumen muy grande y su generalización se dificulta. De ahí que comience a surgir un nuevo tipo de conocimiento: el activo transformador. En resumen, las principales características del conocimiento empírico son las siguientes:
1. Se forma en el centro del conocimiento, lo transforma e incluye el contenido de este.
2. El modo de obtener el conocimiento es mediante la influencia activa en el objeto de investigación (manipulación de las variables de interés), pero no tiene en cuenta las transformaciones internas de este.
3. Describe los modos de influencia que provocaron los efectos deseados. Estas descripciones representan las regularidades empíricas que se emplean para satisfacer las necesidades sociales y la construcción de teorías empíricas.
4. Las teorías empíricas solamente son suficientes para aquellas tareas que se desarrollan en situaciones donde el estado del objeto de influencia permanece suficientemente cercano al estado del momento de la investigación. Los criterios para escoger los ángulos del objeto de investigación son subjetivos.
5. Está muy vinculado a la práctica.
ENFOQUES FUNDAMENTALES DE LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO DESDE EL CONOCIMIENTO EMPÍRICO
Se debe subrayar que desde la perspectiva histórica del desarrollo del conocimiento científico, el conocimiento empírico constituye un tránsito hacia un tipo de conocimiento superior que algunos autores denominan de diversas formas, por ejemplo, B. S. Bratus4 como «analítico transformador»; Ya. A. Ponomariov, como se ha señalado, «activo transformador», entre otros.
Al emerger la gestión del conocimiento del tipo de conocimiento descriptivo explicativo, el conocimiento empírico paulatinamente toma elementos del conocimiento activo transformador. En este proceso cobra importancia la conducta y la actividad de los usuarios y los agentes del conocimiento. El manejo de la actividad y la conducta como conceptos impulsa la tendencia que conduce al desarrollo del conocimiento empírico en la gestión del conocimiento.
El enfoque de actividad en la gestión del conocimiento tiene como uno de sus principios "la unidad de la conciencia y la actividad",5 por lo que toman relevancia en la gestión del conocimiento la posición en cuanto a los aspectos psicológicos y la propia actividad de las agencias, agentes y usuarios del conocimiento.
La interrelación entre la conciencia y la actividad requiere de un profundo análisis. No es suficiente reconocer que la actividad humana condicione los procesos psíquicos de las personas involucradas en la gestión del conocimiento e interpretar que estos procesos, regulando dicha actividad, constituyen una condición de su ejecución.
El enfoque conductual tiende a ignorar los aspectos psicológicos. No le interesa saber qué es el conocimiento, ni tampoco que los procesos psíquicos están involucrados en la práctica de crear, adquirir, compartir y usar el conocimiento. Únicamente le interesa garantizar, por determinados medios, el acceso a la información pertinente y oportuna y constatar la correspondencia entre el propósito y los resultados; esto es, poner en práctica el principio estímulo-respuesta.
Este esquema de gestionar el conocimiento tiene el inconveniente de no haber superado las insuficiencias en la comprensión teórica del conocimiento descriptivo explicativo en el contexto de la gestión del conocimiento,6 y deja a un lado los aspectos teóricos positivos del conocimiento descriptivo explicativo, ya que presenta debilidades en la comprensión de los datos empíricos. No obstante, este tipo de conocimiento tiene una serie de ventajas sobre el anterior.
No se puede dejar de señalar que el esquema de gestión del conocimiento basado en la práctica empírica se contradice con el principio de organización de los fenómenos por niveles. Por ejemplo, B.S. Bratus2 establece niveles de salud psíquica, niveles de la esfera de sentido de la personalidad.
La organización de los fenómenos por niveles es el resultado de la interacción entre las realidades, la cual no tiene lugar en los límites de un solo nivel, de una sola forma (por ejemplo, social o tecnológica), sino que la interacción está mediada por determinados efectos cuando se pasa de una forma a otra (por ejemplo, de lo social o tecnológico a lo psicológico u orgánico, como el cerebro humano o cualquier proceso fisiológico o de otros niveles propio del organismo), de manera tal que el conjunto general de una serie de transformaciones arroje, al final, el efecto de la interacción en los límites de una forma.
Por ejemplo, entre el usuario y un documento de su interés, el acceso está mediado por la forma en que esté organizado el conocimiento en el sistema correspondiente (manual o automatizado). Se requiere una adecuación entre el nivel técnico o tecnológico del sistema de clasificación del conocimiento y el nivel psicológico, es decir, la capacidad de orientación del usuario en el sistema de clasificación en cuestión. Es decir, para que se logre el acceso al conocimiento que está en el documento, la actividad de búsqueda a nivel psicológico del usuario tiene que corresponder con el nivel técnico, o sea, el sistema de clasificación del conocimiento empleado para organizar el fondo de documentos. Por otra parte, el sistema de clasificación debe incluir los posibles modelos de orientación del usuario en la situación de búsqueda para que el documento sea el que más se acerque a lo que necesita el usuario.
Por consiguiente, para lograr la eficacia y eficiencia del sistema de búsqueda, una condición básica es el movimiento de un nivel a otro, tanto al clasificar un documento como al recuperarlo. Únicamente de esta manera es posible que el conjunto general de una serie de transformaciones pueda tener al final el efecto de la interacción en los límites de una forma, o sea, del usuario.
Una de las dificultades que se ha tenido que ir superando en el enfoque conductual ha sido la consideración, primero, del lugar del usuario en el sistema de gestión del conocimiento y, con esto, aproximarse a los aspectos del nivel psicológico de la gestión del conocimiento, los cuales no coinciden totalmente con los de la gestión de información, por cuanto son dos niveles distintos, aunque la gestión del conocimiento incluye la gestión de información de una manera transformada, cuestión que no es objeto de éste trabajo.
Desde nuestra perspectiva, en el estadio empírico funciona la lógica de la práctica elemental de gestión del conocimiento. Esta lógica no necesita considerar las interacciones internas de los objetos (de los procesos de gestión o de los procesos psicológicos). Por esto, saber cuáles son estas interacciones, cuál es la naturaleza real del conocimiento y otras cuestiones por el estilo, le es indiferente. De ahí el carácter superficial de la concepción de la gestión del conocimiento a nivel empírico, ya que estas preguntas rompen la lógica de este tipo de conocimiento.
No obstante, las posibilidades de la lógica del conocimiento empírico son bastante amplias. Ella incluye la lógica genética (lógica objetiva sobre lo objetivo). Es decir, el conocimiento empírico tiene implícito aquella lógica que tiende a liberarse del subjetivismo a partir de los datos de la realidad como sucede, por ejemplo, en las investigaciones empíricas de las ciencias sociales.
La lógica genética funciona con gran éxito allí donde las representaciones superficiales de las relaciones causa-efecto coinciden con los requisitos del contenido de las tareas que se resuelven. Es decir, cuando no se requiere abrir la "caja negra" y descubrir las interacciones internas de los fenómenos; por ejemplo, cuando se realiza un estudio de usuarios para conocer por qué ellos hacen un uso insuficiente de los servicios de la unidad de información con el objetivo de mejorar estos servicios e incrementar su uso. Esta es la tarea que se aspira a resolver con ese estudio.
Se pretende que con esta investigación empírica se logre un acercamiento a la realidad objetiva del uso insuficiente de la información por los usuarios a partir de un conjunto de datos objetivos. De esta manera, la lógica genética tiende a alejarse del subjetivismo, a pesar de que incluye en este estudio, datos subjetivos de la realidad acerca del uso de los servicios de la unidad de información por los usuarios.
Con este ejemplo se ilustra con claridad que el conocimiento empírico tiene implícito a aquella lógica que tiende a liberarse del subjetivismo a partir de los datos de la realidad. Consideramos que en el estadio empírico del desarrollo de la gestión del conocimiento, con los medios de generalización alcanzados mediante la comparación, es decir, con los medios a los cuales ya se tiene acceso en el conocimiento descriptivo explicativo, se añaden generalizaciones empíricas que operan sobre los conocimientos de las leyes empíricas, tanto en el orden funcional como en lo referido al origen de los fenómenos, a pesar de las limitaciones por la superficialidad (al no considerar las interacciones internas de los fenómenos) de las representaciones sobre las relaciones de causa-efecto.
Con el apoyo de estos medios transcurre el ulterior trabajo de generalización y sistematización del conocimiento, en el curso del cual sustancialmente se transforma la gestión del conocimiento descriptivo - explicativa. Por esta vía continúa consecuentemente la reducción creciente del volumen de los conocimientos descriptivos.
De las características generales del tipo de conocimiento empírico se deduce que las ideas que guían a este tipo de investigaciones surgen frecuentemente sobre la base de la correcta o incorrecta toma de conciencia de las tareas prácticas, y las propias investigaciones están dirigidas directamente al logro de unos u otros efectos prácticos.
Es verdad que no son pocas las investigaciones empíricas sobre la gestión del conocimiento que han alcanzado estos objetivos, y han generado posibilidades de dirigir en función de determinados fines unos u otros eventos concretos. Esto se evidencia, por ejemplo, en las tesis de grado que se fundamentan a partir de investigaciones empíricas dirigidas a resolver determinados problemas de la práctica social directa.
Sin embargo, en las investigaciones empíricas, los mecanismos internos se mantienen desconocidos (tienen en cuenta únicamente las entradas y las salidas, y no se hace transparente la "caja negra"), y por esto los cambios esenciales y suficientes de las condiciones de una situación concreta hacen que la solución encontrada no sea adecuada: ha sido imposible incluirle las correcciones necesarias ya que no se consideran las interacciones internas de los fenómenos que se estudian.
De esta manera surge la necesidad de nuevas búsquedas empíricas. Pero en ellas, los mecanismos de dirección que sobrepasan los límites de la experiencia directa, del sentido común, del experimento empírico, se mantienen cerrados en una «caja negra».
Como resultado de los trabajos dirigidos directamente a la solución de múltiples tareas prácticas particulares identificadas con apoyo de las representaciones subjetivas sobre su importancia, emerge en la gestión del conocimiento la multiplicidad de aspectos que permanentemente crecen sin unos vínculos sistemáticos entre los conocimientos.
Este conglomerado de conocimientos empíricos en crecimiento constante (téngase en cuenta los múltiples modelos de gestión del conocimiento registrados en la literatura especializada,7) ha brindado y brinda muchas ideas y conocimientos útiles, pero en el límite de los conocimientos empíricos es imposible generalizarlos, lo que en ocasiones disminuye el coeficiente de efecto útil de cada investigación particular. Aquí, como de una nueva manera, tiene lugar la contradicción entre el volumen de los conocimientos acumulados y las posibilidades de su utilización plena como ocurre con el conocimiento.
En consecuencia, con lo anterior emerge la tendencia de buscar, crear y utilizar nuevos y más efectivos medios para generalizar y sistematizar los conocimientos acumulados. Desdichadamente esto es imposible con las características del conocimiento empírico, ya que llega un momento crítico que conduce al cambio del tipo de conocimiento.
Como se sabe, un nuevo tipo de conocimiento se forma sobre la base del tipo anterior. Esto lo posibilita la tendencia que se ha desarrollado con el nombre de enfoque por niveles estructurales. En este enfoque se han formado las bases del principio sistémico estructural contemporáneo que ha desarrollado las ideas sobre los problemas complejos, la complejidad y otros****.
Si en el análisis histórico de las etapas de desarrollo de la gestión del conocimiento se considera a este como un proceso interactivo sujeto - objeto (S-O) es factible identificar que en un inicio se le prestó mayor atención a un ingrediente de esta relación: el objeto, o sea, aquellos elementos de la realidad que eran fuente del conocimiento.
Aquí el objeto se entiende como cualquier elemento de la realidad con el cual el ser humano puede establecer una función de señal (basada en signo, símbolo) productiva, por lo que puede ser un fenómeno, cosa u otra persona. La contemplación, descripción y explicación del objeto caracterizó el conocimiento descriptivo explicativo en el contexto de la gestión del conocimiento.7
Con el conocimiento empírico tiene lugar la tendencia a estudiar no solo al objeto, sino también al sujeto. Ambos son sometidos a estudio en el contexto de la gestión del conocimiento. Este nuevo ingrediente de la relación S-O acapara la atención de los investigadores y se incrementan los estudios centrados en la concepción del usuario como eje de la gestión del conocimiento. Las vías, medios, modos y métodos de gestionar el conocimiento se enriquecen desde esta perspectiva, pero hasta ciertos límites, por las propias características antes señaladas del conocimiento empírico.8
Como se indicó anteriormente, las contradicciones de este tipo de conocimiento hacen que se incremente la búsqueda para generalizar y sistematizar el conocimiento acumulado, lo cual se posibilita con la investigación sistémica estructural compleja. La gestión del conocimiento en el estadio empírico no solo describe y explica una serie de datos sobre la base del conocimiento acumulado y la intuición, sino que trata de emplearlos para dirigir y regular las acciones prácticas de las personas y sistemas involucrados.3,5
En el contexto actual, donde se incrementa el experimento científico en la gestión del conocimiento, está emergiendo la cuestión de su objeto y lugar en el sistema de conocimientos existente. Sin embargo, desde el punto de vista del conocimiento empírico, ni el objeto ni el lugar de la gestión del conocimiento son problemas vitales. Estos problemas sí son relevantes para la elaboración del tipo de conocimiento activo transformador en el contexto de la gestión del conocimiento.
CONOCIMIENTO ACTIVO TRANSFORMADOR
Incluye un grupo de etapas de la posición más elevada del desarrollo del conocimiento social. En el esquema S-O anteriormente señalado, ahora la investigación se centra principalmente en otro ingrediente de la relación: la propia interacción.
Sin dejar de considerarse las fuentes de conocimiento, ni tampoco al sujeto o sujetos involucrados en el proceso de gestión del conocimiento, la interacción debe ocupar el lugar prominente en las investigaciones en este tipo de conocimiento, ya que es posible el enfoque complejo de las interacciones en el seno de los procesos de gestión del conocimiento en el contexto del conocimiento activo transformador.
Si en el conocimiento empírico prevalecen los criterios subjetivos, en este tipo de conocimiento lo predominante son los criterios objetivos, en calidad de los cuales se emplean los niveles estructurales de organización del fenómeno. Según estos criterios se produce el ordenamiento de los múltiples aspectos empíricos compilados. Los modelos empíricos de los fenómenos se transforman en abstracto-analíticos y se convierten en objeto de investigación abstracto - analítica.1
En esencia, aquí tiene lugar por primera vez una suficiente fundamentación para la división de las ciencias que estudian, de manera abstracta, los niveles estructurales de organización de los fenómenos representados y que corresponden a las representaciones sobre las formas de movimiento de la materia. Cada una de estas ciencias establece los datos correspondientes a la forma de movimiento de la ley.
El conocimiento activo transformador tiene otro ángulo que es el analítico sintético.1 Sobre la base de la síntesis de las leyes abstracto analíticas se crean los modelos analítico sintéticos de los fenómenos y se ponen al descubierto las leyes concretas que le corresponden. Precisamente estas leyes concretas, estos modelos analítico - sintéticos de los fenómenos, después de un acabado empírico se transforman en guía para las acciones prácticas. De esta forma, el enfoque por niveles es sustituido por el abstractoanalítico, el cual está relacionado con:
- La jerarquización del conglomerado de modelos empíricos de los fenómenos según el nivel de organización del fenómeno dado.
- La construcción de modelos abstracto-analíticos que representan las particularidades de cada uno de los niveles estructurales escogidos de organización del fenómeno.
- El estudio del fenómeno empleando métodos y medios específicos en concordancia con el conjunto de ciencias abstracto analíticas, en su vinculación con la práctica.
En síntesis, se puede afirmar que el conocimiento activo transformador se caracteriza porque:
1. Se forma en el seno del conocimiento empírico, lo transforma y lo incluye.
2. Al basarse en la génesis del fenómeno investigado y los criterios objetivos de su descomposición en niveles estructurales de su organización, se produce el ordenamiento de los múltiples aspectos empíricos, se identifica el objeto de la investigación, su lugar en el sistema de estudio complejo del fenómeno y sus vínculos con niveles estructurales de su organización.
3. Las tareas experimentales de investigación se resuelven por métodos empíricos, cuyos éxitos se valoran por la práctica de modelación.
4. Este tipo de conocimiento posee dos polos: abstracto y concreto.
5. Posee una compleja estrategia de investigación.
En la gestión del conocimiento es importante no solo diseminar el conocimiento, garantizarle a los que requieren del conocimiento el acceso a este y compartirlo. Sino también propiciar el dominio de los conocimientos, tanto en los individuos, en los grupos de individuos, como en la organización.
Hoy, el aprendizaje organizacional se hace cada vez más relevante. Y en la sociedad, el aprendizaje toma cada vez un mayor significado social. Pero el complejo proceso de aprendizaje no se orienta solamente a la apropiación de conocimientos, sino que incluye la adquisición de habilidades y hábitos. Por tanto, se puede ver la gestión del conocimiento como un concepto complementario al de organización que aprende.
Desde la perspectiva expuesta se comprende que las interacciones que tienen lugar entre las fuentes de conocimiento y los sujetos involucrados en los procesos de aprendizaje organizacional exigen estrategias de investigación sistémico-estructural compleja, cuyos resultados tengan un modelo analítico-sintético experimentalmente comprobado que sirva de guía para la acción, y para el logro de niveles funcionales ulteriores que hagan más eficaz y eficiente el funcionamiento de la organización.
CONCLUSIONES
Sobre el conocimiento empírico se afirma que por sus características es imposible hacer transparente la «caja negra» de los fenómenos que se investiguen en el contexto de la gestión del conocimiento. El conocimiento empírico se va acumulando y se forman conglomerados de modelos empíricos y no un sistema. Carece de la posibilidad de generalizar el conglomerado de los modelos empíricos para que puedan se utilizados en la ciencia y la práctica social. El incremento de conglomerados de modelos empíricos no generalizables (frecuente fenómeno actual) constituye una barrera al desarrollo del conocimiento en el contexto de la gestión del conocimiento, la cual si a nivel del conocimiento empírico se centra en el usuario como un nuevo ingrediente de las relaciones S-O, en el tipo de conocimiento activo transformador, ese lugar lo deben ocupar las interacciones S-O. El conocimiento activo transformador posibilita la investigación sistémica-estructural, para la cual hay que elaborar variadas estrategias de investigación. En este sentido existe un amplio camino a recorrer.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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5. González Suárez E. La formación de usuarios y la diseminación de la información mediante los procesos de actividad grupal [tesis]. Universidad de La Habana: Facultad de Comunicación; 1996.
6. González Suárez E. Una nueva propuesta para el estudio de la gestión del conocimiento. Acimed. 2007;16(1). Citado 22 de agosto de 2011. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352007000700009&lng=es
7. González Suárez E. Limitaciones de los estudios en el análisis de la gestión del conocimiento. Rev Ciencias de la Información. 2010;41(1)27-34.
8. Bueno E. Estado del arte y tendencias en creación y gestión del conocimiento. Congreso Iberoamericano de Gestión del Conocimiento y Tecnología. La Habana; 2001.
Recibido: 10 de enero de 2011.
Aprobado: 4 de marzo de 2011.
Lic. Enrique González Suárez. Universidad de La Habana. La Habana, Cuba. Correo electrónico: eglezsuarez@infomed.sld.cu
* Los modelos psíquicos resultan de la interacción del sujeto con el objeto. El contenido (copia) de la percepción directa, sin palabras, es decir, figurativa de la realidad, se configura en un modelo que sirve de orientación en la realidad, tanto al ser humano como a los animales. La percepción indirecta de la realidad, es decir, mediante la palabra, también queda codificada en un tipo de modelo que se basa en signos. Cuando el ser humano decodifica lo que perciba está abstrayendo la copia del contenido interrelacionado de ambos modelos, y con esto, conforma un nuevo modelo o re-modela el modelo figurativo y el basado en signos, atribuyéndole a la realidad cierto significado. Este tipo de modelo es el denominado significante (Ponomariov, 1983:197).
**Las clasificaciones del conocimiento es un tema que se ha abordado a través de la historia de la filosofía. En nuestro ámbito la más aceptada es la de B. M. Kedrov, en su obra en dos tomos "Clasificación de las Ciencias», publicada en Cuba en 1974, conjuntamente por las editoriales Progreso y Ciencias Sociales".
*** Esta tendencia se ve clara cuando en el ser humano se consideran los niveles estructurales de organización social, psíquico y orgánico. Constantemente en la actualidad se tiende a analizar por niveles cualquier tipo de desarrollo. En el ser humano se distinguen etapas de desarrollo psíquico en el que se conforma determinada organización estructural, cuyas características conforman las distintas edades del desarrollo, como la edad temprana, la adolescencia, la edad adulta, el adulto mayor.
**** Sobre el enfoque de complejidad en nuestro ámbito se puede consultar Fontenia Rizo (2008). La evolución en la era de la complejidad; Charles Darwin. siglo y medio después. La Habana: Ed. Cientíco- Técnica. Igualmente los materiales de los talleres de complejidad que se han realizado en La Habana por la Cátedra para el Estudio de la Complejidad del Instituto de Filosofía de La Habana.