Introducción
Las tumoraciones óseas son afecciones frecuentes que afectan a pacientes en cualquier edad, las características clínicas e imagenológicas específicas son variadas de acuerdo a la naturaleza histológica de la lesión. 1,2,3
El dolor, la impotencia funcional y el aumento de volumen son los principales síntomas y signos de los tumores óseos, aunque en ocasiones son asintomáticos o están acompañados de otras enfermedades que enmascaran sus manifestaciones clínicas, por lo que constituyen un hallazgo fortuito al examen imagenológico. 2,4
A pesar de los variados tipos histológicos en los tumores óseos, existen patrones específicos que ayudan a identificarlos, entre los que se encuentran: la edad, localización, situación y características radiográficas. 5,6
Las estructuras óseas que conforman la articulación de la rodilla son unas de las más afectadas por los tumores, de allí la necesidad de apoyar el diagnóstico en patrones como la edad. Desde el punto de vista imagenológico se necesitan de radiografías en varias proyecciones, tomografía axial computarizada, imagen de resonancia magnética y gammagrafía en caso de ser necesario, apoyado además por exámenes de laboratorio que constituyen marcadores de la actividad tumoral. 5,7
Los tumores primarios de hueso son más frecuentes en las segunda y tercera décadas de la vida, no así en otras donde por lo general predominan las lesiones de tipo secundarias en especial por encima de los 60 años de edad. 1,3
Debido a lo infrecuente de la tumoración ósea presentada en el trabajo en relación a la edad y su asociación a otra enfermedad que enmascara sus síntomas y signos, los autores del trabajo tienen como objetivo mostrar una paciente con encondroma en la región proximal de la tibia derecha.
Presentación del caso
Paciente de 74 años de edad, blanca, femenina con antecedentes de hipertensión arterial, asma bronquial, cardiopatía isquémica y bloqueo de rama izquierda, la cual acude a la consulta de Ortopedia y Traumatología por referir dolor a nivel de la rodilla derecha que aumenta con la actividad física y se acompaña de limitación funcional y crepitación articular.
Mediante la exploración física se observó aumento de volumen de la rodilla derecha con cambios vasculares de la extremidad propios de la edad. A la palpación se comprobó el crepitación articular, así como la limitación del movimiento articular.
La tomografía axial computarizada (TAC) 2 2291/19 detectó imagen osteoblástica a nivel de la meseta tibial derecha que no rompe la cortical, de contornos bien definidos, con dimensiones de 2,59 centímetros por 2,46 centímetros. Además se evidenciaron múltiples quistes subcondrales de aspecto degenerativo, presencia de osteofitos tibiales, femorales ipsi y contralateral, espacio femoro-rotuliano muy disminuido asociado a esclerosis del cóndilo femoral (Figuras 1 y 2).
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Figura 1 Topograma donde se observa tumoración intra-ósea (flecha amarilla) en la meseta tibial derecha (imagen propia de los autores).
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Figura 2 Corte axial de tomografía axial computarizada de rodilla derecha, donde se observa tumoración ósea de 2,59 por 2,46 centímetros (imagen propia de los autores).
Los estudios analíticos mostraron: hematocrito 0,36 %, glucemia 6,7 mmol/l, creatinina 79 μmol/l, transaminasa glutánico pirúvica (TGP) 5 u/l, transaminasa glutánico oxalacética (TGO) 19 u/l, lactado deshidrogenasa (LDH) 508 u/l, grupo sanguíneo y factor Rh A+.
Al tener en cuenta todos los elementos anteriores, se decide llevar a la paciente al quirófano, para tratamiento de tipo quirúrgico. Se realizó exéresis de la tumoración descrita con anterioridad y se envió al departamento de Anatomía Patológica para estudio histológico. El déficit de tejido en el lecho tumoral se ocupó con cemento quirúrgico (Figura 3).
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Figura 3 Radiografía anteroposterior de la rodilla derecha operada, donde se observa el relleno de la cavidad tumoral con cemento óseo (imagen propia de los autores).
El informe histológico mostró nódulos bien delimitados de cartílago hialino, citológicamente benigno y osificación endocondral (Figura 4).
Terminado el acto quirúrgico se colocó inmovilización tipo calza por un periodo de dos semanas, para comenzar ejercicios de rango de movimiento con apoyo del peso corporal a las seis semanas de la intervención.
Discusión
Los tumores cartilaginosos que afectan al hueso pueden ser benignos o malignos. Los primeros se clasifican según la localización en excéntricos como: condromas periostales o yuxtacortocales y centrales o encondromas. 6,8
Según Cable MG et al. 9 el encondroma representa el 10 % de todos los tumores benignos y el 50 % de ellos se localizan en los huesos tubulares de la mano, seguidos del fémur (17 %) y el húmero (7 %), de allí la primera característica que hace diferente la presentación del paciente; además con relación a la situación, esta afección por lo general se sitúa de manera central y no excéntrica, como ocurrió en la enferma.
En relación a las manifestaciones clínicas, el encondroma por lo general es asintomático y una de sus principales forma de presentación es la fractura patológica. El dolor en pacientes con esta afección responde a esta complicación, compresión de las estructuras vasculonerviosas vecinas, crecimiento rápido, malignización o la combinación con otras entidades en específico la artrosis, como es en el caso presentado en el trabajo, donde existen cambios radiográficos marcados de tipo degenerativo en la articulación de la rodilla. Resulta muy difícil definir con exactitud el origen del dolor, sin embargo, la edad de la paciente, la afección de la rodilla contralateral, los cambios degenerativos y las características del dolor de tipo mecánico, soportan como principal fuente de los síntomas y signos la gonartrosis. 4,5,6
La edad constituye otro patrón que hace diferente a la paciente, ya que esta tumoración predomina de 20 a 40 años en más de un 60 % de los enfermos. 3,8) Los principales diagnósticos diferenciales incluyen: el condrosarcoma de bajo grado y el tumor de células gigante, al tener en cuenta la edad de la paciente. 10
La respuesta al tratamiento quirúrgico es buena y la presencia recidiva hace pensar en la posibilidad de malignización, que por lo general se acompaña de invasión a partes blandas y dolor en ausencia de trauma. El llenado de la cavidad con cemento óseo permite eliminar las células tumorales residuales debido al calor de la polimerización y el efecto tóxico. 11,12
Conclusiones
El encondroma es un tumor benigno de origen cartilaginoso, su presencia por encima de los 40 años de edad es ocasional y constituye el principal diagnóstico diferencial del condrosarcoma de bajo grado histológico. Debido a lo infrecuente de esta afección fuera de su rango de edades, es necesaria la biopsia para confirmar el diagnóstico.