Introducción
La hepatitis C es una enfermedad viral que representa un problema de la salud pública por ser una de las principales causas de morbimortalidad a nivel mundial,1) debido a su prevalencia (2-3 %) y progresión a la cronicidad (70-90 %).2 Además constituyen las primeras causas de transplante hepático a nivel global.3
El virus de la hepatitis C (VHC) fue descubierto en 1989, es un virus ácido ribonucleico (ARN) de la familia Flaviviridae. Hasta el momento se han descrito seis genotipos y numerosos subtipos; donde el genotipo uno es el más frecuente a nivel mundial y el de peor respuesta al tratamiento.4
Su prevalencia es variable entre los continentes y entre los países. En el mundo, hay alrededor de 71,1 millones (62,5-79,4 %) personas con infección crónica por el VHC. A nivel global, seis países concentran el 50 % de las infecciones (China, Pakistán, India, Egipto, Rusia y Estados Unidos).5
En la década de los años 90 se observó una disminución en la incidencia general de los casos, sin embargo, en los últimos años ha existido un incremento de casos nuevos, aunque está bien reconocido que en muchos países la hepatitis C, no se reporta de manera adecuada, por una amplia variedad de razones, por lo que se estima que un elevado número de personas viven con el virus de la hepatitis C. De estos más de la mitad no están conscientes de su estado.4
Cerca del 20 % de los pacientes que padecen de hepatitis C aguda son asintomáticos y el 85 % de estos pacientes pueden llegar a desarrollar una hepatitis C crónica. La inflamación continuada del hígado por virus de hepatitis C, está asociada a un elevado riesgo de fibrosis hepática, cirrosis y finalmente carcinoma hepatocelular.6
El virus de la hepatitis C se transmite por vía parenteral (por transfusión de sangre y reutilización de agujas y jeringas). Otras vías de contagio, aunque menos frecuentes, son la transmisión sexual y la transmisión vertical; en el caso de la transmisión vertical aumenta el riesgo en recién nacidos de madres con coinfección por VHC y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).7,8
Algunos métodos predictivos han augurado que para el año 2030, el 50 % de los infectados padecerán de cirrosis hepática, lo que aumentará el riesgo de descompensación clínica y el desarrollo de hepatocarcinoma.9
En Cuba con relación a la hepatitis C crónica en el año 2021 se reportaron 101 casos contra 194 en el 2020, para una tasa de 1,34 que decrece en 47,9 %. Además se ha señalado la prevalencia del genotipo 1b. Este comportamiento es similar en casi todas las provincia del país y Camagüey su cifra es elevada.10
La llegada al mercado farmacéutico de agentes antivirales de acción directa (ADD) pangenotípicos como sofosbuvir/daclatasvir con una eficacia excelente y un buen perfil de tolerabilidad ha representado una nueva era en la farmacoterapia de la hepatitis C.11,12
Ha revolucionado la posibilidad de curar a la mayoría de los pacientes C.
Por todo ello, se decidió caracterizar los pacientes con hepatitis C que recibieron tratamiento con drogas antivirales de acción directa en la provincia Camagüey.
Métodos
Se realizó un estudio observacional descriptivo, transversal y retrospectivo, para caracterizar los pacientes con hepatitis C que recibieron tratamiento con drogas antivirales de acción directa en la provincia Camagüey durante el período del 4 de enero del año 2021 al 28 de marzo del año 2022. El universo de estudio estuvo constituido por 405 pacientes con diagnóstico de hepatitis C en la provincia. La muestra a discreción la conformaron los 110 que hicieron tratamiento con ribavirina e interferón pegilado y no resolvieron ya que sus cargas siguieron detectables y recibieron tratamiento con drogas antivirales de acción directa sofosbuvir y daclatasvir.
Criterios de inclusión:
- Pacientes con el diagnóstico de hepatitis C con fallo al tratamiento con ribavirina e interferón pegilado y requirieron de drogas antivirales de acción directa.
Criterios de exclusión:
- Pacientes con el diagnóstico de hepatitis C que resolvieron con el tratamiento de ribavirina e interferón pegilado.
Se confeccionó un formulario para la recolección de los datos provenientes de la consulta provincial de hepatitis y el departamento de estadística del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Las variables analizadas fueron:
- Secundarias: grupos de edades, sexo, años de diagnóstico, PCR (reacción en cadena de la polimerasa).
- Principal: Cumplimiento del tratamiento.
Para el procesamiento de la información se utilizó el programa estadístico SPSS versión 19.0 para Windows que permitió el análisis y procesamiento de la información. Se trabajó con una confiabilidad del 95 % y una probabilidad de error de 0,05. Los métodos empleados fueron estadística descriptiva de distribución de frecuencias absolutas y relativas. Los resultados se presentaron en forma de tablas para una mejor comprensión. En los aspectos éticos se tuvo en cuenta el consentimiento informado de los pacientes sobre su disposición para participar en la investigación.
Resultados
Predominó el grupo de edad de 55-59 años con el 20,9 %, seguido por el grupo de 50-54 años con el 13,6 % y sexo masculino con el 58,2 % (Tabla 1).
El 46,4 % de los pacientes llevan poco tiempo de diagnosticados (Tabla 2).
El 91,8 % de los pacientes cumplió el tratamiento con las drogas antivirales de acción directa sofosbuvir y daclatasvir durante las 12 semanas. Se produjo durante el estudio nueve abandonos debido a fallecimientos (todos pacientes en hemodiálisis) (Tabla 3).
El 82,2 % de los pacientes con hepatitis C que recibieron tratamiento con las drogas antivirales de acción directa sus cargas resultaron no detectables al finalizar el mismo; de ellos el 56,4 % fue en población y el 25,7 % en pacientes en hemodiálisis. Sin embargo, el 17,8 % presentó cargas detectables, pero menores a la que tenían antes del tratamiento (Tabla 4).
Discusión
El resultado en la investigación coincide con el encontrado por Ledesma et al.,2 en Colombia donde la edad de los pacientes con hepatitis C fue de 55-59 años y sexo masculino. Además evidenciaron la efectividad de los esquemas con antivirales de acción directa al ser del 94,6 % sobre interferón/ribavirina con el 46,9 %.
En estudio realizado por Rodríguez et al.13) en la provincia Cienfuegos observaron que el mayor porcentaje de personas con hepatitis C se concentró entre las edades de 50 a 54 años, sexo masculino y pertenecientes al municipio cabecera.
En otro trabajo Hernández et al.,14 evidenciaron en pacientes en régimen de hemodiálisis y con infección por virus C, pertenecientes al Hospital General Docente Doctor Mario Muñoz Monroy del municipio de Colón en la provincia Matanzas, el predominio del grupo de edad de 51 a 60 años y sexo masculino, donde la totalidad de los pacientes manifestaron carga viral no detectable 12 semanas después del tratamiento con sofosbuvir con daclatasvir a través del PCR, por lo tanto la combinación resultó eficaz, bien tolerada y segura.
En el Hospital Giselda Trigueiro en el Estado de Rio Grande del Norte de Brasil, Da Silva et al.,15 encontraron mayor porciento de hepatitis C en pacientes del sexo masculino, grupo de más de 57 años de edad y con seis años de diagnosticada la enfermedad.
Autores como López et al. (8) y Pérez et al.,16 consideran que el tratamiento de la hepatitis C carga con una historia ya superada de baja tasa de éxitos y terapias difíciles de tolerar por los efectos adversos.
En Brasil estudio realizado por Das et al.,17 hacen referencia a que el género masculino fue el que predominó y la edad de 61 años. Con relación al régimen de tratamiento más utilizado, fue el sofosbuvir y daclastavir durante 12 semanas con una tasa de respuesta virológica del 97,2 %, demostrando su buena tolerancia y alta efectividad.
En España en investigación efectuada por Meroño et al.,18 en el Hospital General Universitario Morales Meseguer,en pacientes con hepatitis C crónica que iniciaron tratamiento con drogas antivirales de acción directa, su efectividad se situó por encima del 90 % con una respuesta viral sostenida, que llevo a los autores a confirmar la posibilidad de cumplir el objetivo de erradicación de la infección, evitando nuevos casos de contagio.
Cárdaba,19 en Granada en la consulta de atención farmacéutica al paciente con enfermedades víricas del Hospital Clínico de Valladolid, la edad media fue 53,7 años, con respuesta viral sostenida del 94 %, por lo que la autora hace referencia a que dicha terapia antiviral frente al virus de la hepatitis C persigue como resultado final curar la infección, con vista a prevenir las complicaciones hepáticas y extrahepáticas así como mejorar la calidad de vida de los pacientes y evitar la transmisión del virus mencionado.
Sin embargo, Otegui et al.,20 plantean que la llegada de los AAD produjo un cambio en el paradigma del tratamiento de la infección crónica por el VHC con el uso de los esquemas de tratamiento de corta duración con excelente tolerancia, buen perfil de seguridad y gran aplicabilidad clínica.
En cuanto al tratamiento Charatcharoenwitthaya et al.,21 hallaron respuesta viral sostenida del daclatasvir y sofosbuvir del 97,9 % en los pacientes mediante el PCR, con buen perfil de seguridad, demostrando qué tan eficazmente estos regímenes se ha traducido en práctica clínica.
Bosia et al.,22 Lopera et al.23 y Ridruejo et al.,24 expresan que el desarrollo de nuevos fármacos antivirales de acción directa ha permitido obtener extender las indicaciones de erradicación del virus de hepatitis C a poblaciones muy difíciles de tratar con una excelente tasa de curación.
En otro trabajo Seoane et al.,25 refieren que la hepatitis C es hoy una enfermedad curable en la mayoría de los casos por lo que se hace necesario la búsqueda activa de pacientes con hepatitis C ya que esta es una medida efectiva para detectar las infecciones ocultas e incrementar el número de tratamientos, contribuyendo así a la eliminación de dicha enfermedad.
Los autores consideran que para cumplir con el objetivo de la Organización Mundial de la Salud que es eliminar esta enfermedad para el año 2030, se debe aumentar el número de personas diagnosticadas y que las mismas accedan al tratamiento con AAD para lograr incrementar la cantidad de pacientes tratados, curados y así llegar al objetivo de la eliminación del VHC.
Conclusiones
Se observó un predominio de los pacientes con hepatitis C en el grupo de edad de 55-59 años, sexo masculino, con 1-3 años de diagnosticada la enfermedad. No todos terminaron el tratamiento debido a la ocurrencia de fallecimientos. Los que cumplieron con el uso de las drogas antivirales de acción directa sofosbuvir y daclatasvir durante las 12 semanas, en su gran mayoría sus cargas virales resultaron no detectables fundamentalmente en población, no así en los hemodializados aunque estos disminuyeron sus cifras con relación a las que tenían antes de iniciar el tratamiento. Por lo que el mismo resulto ser efectivo.