Introducción
La adolescencia forma parte de una ola de transformación positiva, que busca llevar la práctica al lugar donde hace tiempo está el discurso, reclamando sus derechos y deberes, los cuales se complementan, para ser ciudadanos activos.
Reconocen su obligación cívica de implicarse y participar en los asuntos de la comunidad a la que pertenecen de manera comprometida e involucrarse en redes culturales y sociales de intercambio.1-2
Otros autores ven la adolescencia como una etapa del ciclo vital, de gran importancia, que ha sido considerada un segundo nacimiento, un nuevo desprendimiento.
El conflicto central reside en superar un «proceso de duelo» que abarca: pérdida del cuerpo infantil, pérdida de los primitivos vínculos familiares, sustitución por otros nuevos menos conocidos y pérdida de las identificaciones y procesos mentales infantiles.3-4
Las actitudes se adquieren durante toda la vida: no se nace con ellas; sin embargo, es de suma importancia que en la niñez y la adolescencia se guíe convenientemente el trabajo de educación para la salud, pues si eres capaz de formar comportamientos positivos al respecto en esas etapas, no tendrás que modificarlos después, lo cual se convierte en un proceso mucho más difícil y complejo.5-6
Los adolescentes no asisten a las consultas de forma voluntaria, ni tienen responsabilidad con su salud bucal, además de no prestarle mucha atención al cumplimiento de las actividades preventivas curativas.
Los provechosos resultados obtenidos en intervenciones realizadas en estas edades fueron un formidable estímulo para llevar a cabo esta, puesto que es precisamente esa edad el período idóneo para introducir los elementos necesarios y correctos relacionados con la educación para la salud.7-8
Esos aspectos motivaron a los autores de la investigación a realizar el presente estudio para elevar el nivel de conocimiento sobre salud bucal en adolescentes de la escuela primaria “Rodney Coutin Correa” de Baracoa.
Método
Se realizó un estudio de intervención grupal educativa, denominada “Por una blanca sonrisa”, para elevar el nivel de conocimientos sobre salud bucal y cambiar actitudes negativas sobre esta en adolescentes de sexto grado que estudian en la escuela primaria Rodney Coutin Correa, en el período comprendido de diciembre 2016 a marzo 2017.
La muestra estuvo integrada por 40 estudiantes que eran alumnos de la citada escuela.
La intervención educativa constó de tres etapas:
Etapa diagnóstica:
Se determinó el nivel de conocimientos teóricos sobre higiene bucal de los educandos mediante un cuestionario aplicado en forma de entrevista individual, lo cual sirvió para valorar el grado de información que poseían antes de la intervención.
Se realizó además a todos los estudiantes un control de placa dentobacteriana y se calculó el índice de Love para determinar la condición de su higiene bucal antes de su intervención.
Etapa de intervención:
Se llevó a cabo mediante un programa de actividades educativa y se garantizó la participación de todos los niños en el programa educativo, que incluía 4 reuniones apoyadas en técnicas participativas predominando las charlas y la demostración.
1ra. reunión, tema 1: Los dientes, su importancia. Placa dentobacteriana y caries dental.
2da. reunión, tema 2: Forma, frecuencia e importancia del cepillado dental.
3ra. reunión, tema 3: Dieta cariogénica y su control.
4ta. reunión, tema 4: Conclusiones.
Etapa de evaluación:
Se les preguntó de nuevo acerca del tema, por lo que se obtuvieron 2 evaluaciones de conocimientos sobre salud bucal: antes y después de la intervención.
También se realizó un nuevo control de placa dentobacteriana; de ahí que los cambios beneficiosos en ese sentido fueron considerados como el efecto de las acciones educativas.
Resultados
De 40 escolares participantes, 34 (85 %) tenían conocimientos adecuados sobre higiene bucal antes de la intervención; una vez efectuada la intervención todos alcanzaron esta categoría, en tanto los que poseían la información requerida antes de la labor educativa, la mantuvieron y enriquecieron después de realizada (Tabla 1).
Tabla 1 Adolescentes según nivel de conocimiento general sobre higiene bucal antes y después de la intervención

Al evaluar el nivel de conocimiento de los adolescentes sobre enfermedades bucales se evidenció que solo 5 (12.5 %) de ellos tenían dominio insuficiente (Tabla 2).
Tabla 2 Adolescentes según nivel de conocimiento sobre enfermedades bucales antes y después de la intervención

Al indagar a cerca del nivel de información sobre la frecuencia de visita al estomatólogo, 5 educandos (12.5 %) refirieron que acudían cuando presentaban dolencia. Luego del trabajo educativo todos adquirieron las ideas precisas (Tabla 3).
La placa dentobacteriana se encuentra entre los factores de riesgo de algunas afecciones bucales. Los escolares en su mayoría poseían buen nivel de información sobre este aspecto, solo 8 (20 %) tenía desconocimiento de su concepto previamente (Tabla 4).
Discusión
Este trabajo logró la motivación en estos adolescentes, manifestándolo de muchas formas, se escuchaban comentarios favorables en los pasillos sobre el trabajo realizado y se acercaban estudiantes de otras aulas deseando participar en la actividad, todo lo cual llenó de satisfacción a los autores de la investigación quienes coinciden con Palazzo que afirmó que “los adolescentes son individuos abiertos a todo tipo de pensamiento, y están dispuestos a aprender siempre y cuando sea de su interés”.9
Los conocimientos de higiene bucal mejoraron notoriamente luego de la intervención al igual que trabajos de otros autores10-11) donde se llegó a incrementar el número de adolescentes con conocimientos adecuados sobre higiene bucal.
Se hicieron conversatorios con los adolescentes sobre la higiene bucal, y demostraron con el type odont y el cepillo la correcta forma de cepillar los dientes, esta estrategia educativa dejó implícito un doble sentido: conducción del mensaje desde fuera dirigida por los investigadores, en este caso, pero también autoconducción por parte de los adolescentes, entendiendo que ellos no están vacíos de todo conocimiento, sino que se construye nuevo conocimiento a partir de sus saberes previos.12
Los conocimientos inadecuados sobre las enfermedades bucales luego de la intervención fueron modificados positivamente, hallazgos que coinciden con los de varios autores13,14 en los que luego de la intervención alcanzaron cifras superiores.
En relación al hábito de acudir al estomatólogo, los adolescentes encuestados comprendieron finalmente la necesidad de acudir periódicamente y no solamente cuando sientan dolor o molestias resultados similares obtuvo Osorio13) en su investigación.
Con la labor educativa también se logró modificar satisfactoriamente los conocimientos sobre la placa dentobacteriana, aspecto muy relevante por ser el agente etiológico fundamentales de las enfermedades bucales.
Estos resultados coincidieron con los de Roche Martínez15,16, en los cuales, después de la intervención, fueron adecuados.