Introducción
La cultura de seguridad se define como el conjunto de valores y normas comunes a los individuos dentro de una misma organización e implica un modelo mental compartido que posiciona la seguridad como un objetivo común a perseguir, de manera que los individuos y la organización están comprometidos con los programas de seguridad del paciente.1)
La seguridad del paciente es de extrema importancia para que todas las instituciones de salud tanto públicas, privadas y de obra social establezcan protocolos claros para garantizar cuidados eficientes y de calidad y, a partir de allí, poder disminuir los eventos adversos en relación con la atención brindada por el profesional de salud.2)
La seguridad de los pacientes en un servicio de cuidados críticos es de extrema importancia, ya que a veces se requieren de toma de decisiones rápidas y de un riesgo elevado; aparte de esto, el personal de enfermería debe estar bien entrenado y capacitado para brindar cuidados en un servicio tan complejo.3)
Por otra parte, constituye un desafío para el personal de enfermería, por lo que se hace necesario el desarrollo, seguimiento y evaluación de indicadores de calidad y seguridad medibles, objetivos, relevantes y basados en la evidencia. Es indispensable que estos indicadores reflejen la realidad de los entornos asistenciales y, en este sentido, deben incluir una monitorización de resultados sensibles a la práctica enfermera, cuyo liderazgo en calidad asistencial y seguridad clínica es fundamental para disminuir la aparición de eventos adversos en unidades de cuidados intensivos.4
El objetivo del presente estudio es describir la percepción sobre la cultura de seguridad del paciente en el personal de enfermería del servicio de cuidados críticos en un hospital materno-infantil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Método
Se realizó un estudio de tipo cuantitativo, descriptivo y transversal, entre los meses de agosto y octubre de 2021 en un hospital materno-infantil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
La población accesible estuvo constituida por 57 profesionales de enfermería (población = muestra). Los criterios de inclusión fueron: participación voluntaria del personal de enfermería y poseer una antigüedad laboral mayor a 6 meses en la institución. Como criterios de exclusión se tuvo el personal de enfermería que no tenga contacto con pacientes en sus actividades profesionales dentro de la institución.
Se utilizó como instrumento el Hospital Survey on Patient Safety Culture en su versión al español5, que ha sido previamente validado con una confiabilidad catalogada como buena (alfa de Cronbach=0,74). Con la finalidad de obtener un instrumento más confiable, previa a la aplicación se realizó la revisión y contextualización por parte de expertos y estudio piloto propio donde se obtuvo un alfa de Cronbach de 0,88.
Este instrumento evalúa aspectos relativos a la cultura de seguridad de los pacientes en instituciones hospitalarias, permite obtener información sobre la cultura de seguridad, e identificar fortalezas y debilidades.
El Hospital Survey on Patient Safety Culture es un cuestionario autoadministrado, compuesto por 42 ítems propios del instrumento más 4 preguntas complementarias referidas a variables sociodemográficas. La valoración de cada ítem se realizó por medio de una escala de tipo Likert de 5 grados, de acuerdo con cada una de las secciones que componen el instrumento: respuesta positiva (valores entre 5 y 4), respuesta neutral (valores entre 3 y 2 puntos) y respuesta negativa (valores entre 2 y 1 punto).
La prueba de Kolmogorov-Smirnov fue empleada para evaluar la distribución de normalidad de las variables analizadas. Se tomó como significativo p≤0,05.
Los datos obtenidos fueron almacenados en una base de datos y procesados mediante Microsoft Excel. Se emplearon frecuencias y porcentajes para evaluar los datos sociodemográficos y de las dimensiones del instrumento de evaluación. Con todos los datos, se realizó estadística descriptiva mediante el cálculo de frecuencias, porcentajes y medidas de posición (media y mediana) y dispersión (desviación estándar (DE).
Se utilizó la prueba de Kruskal-Wallis, al comprobar la distribución no normal de las muestras, para analizar las posibles diferencias entre grupos. La significación estadística se estableció en p=0,05. El análisis estadístico se realizó con Medcalc.
Este estudio se realizó siguiendo lo establecido en la regulación nacional para las investigaciones en Salud Humana (Resolución 1480/11 del Ministerio de Salud de la Nación). La encuesta tuvo carácter anónimo, se aplicaron tras la aprobación del consentimiento informado, donde quedó claro el compromiso por parte del investigador que los datos no serían comunicados a terceros, que se comprometió a no revelar datos que permitan la identificación de los encuestados.
Resultados
En relación con el género se encontró que el mayor porcentaje de los encuestados fue femenino con un 66,7 %. La edad promedio fue de 39,36 ± 11,8 años.
En cuanto al nivel de formación se encontró una mayoría que poseía el título de Licenciado/a en Enfermería con un 52,6 %.
La media de la antigüedad en el servicio fue de 8,2 ± 7,5 años, con rango que va desde un año hasta los 29.
La tabla 1 muestra de forma resumida las características de la población, así como la distribución de las variables luego de aplicarle la prueba de Kolmogorov-Smirnov.
La tabla 2 y gráfico 1 muestran los valores medios, mediana y desviación estándar según dimensiones de cultura de seguridad de los profesionales de salud, donde se encontró que la dimensión con valores más altos fue la 7 sobre la retroalimentación y comunicación sobre errores.
Las demás dimensiones obtuvieron puntuaciones en el rango de lo neutral, con valores menores o iguales a 4 puntos. No se encontraron dimensiones con puntuaciones promedio consideradas como negativas.
Se aplicó la prueba de Kruskal-Wallis y se estableció como hipótesis nula: la distribución es la misma entre la puntuación Hospital Survey on Patient Safety Culture y variables sociodemográficas (género, nivel de formación, edad, años de graduado) (Tabla 3). No se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en ninguna de las 4 variables analizadas.
Discusión
Es de extrema importancia tratar estos temas y poner en marcha protocolos, prácticas seguras y lineamientos eficientes para brindar una atención de calidad donde los pacientes no sufran de eventos adversos y se sientan protegidos.
Igual importancia constituye la evaluación de la seguridad del paciente para poder identificar las fallas en los procesos de atención hospitalaria y de allí poder revertirlos. Arias-Botero, et al.6) describen el valor de realizar una medición con una mirada crítica donde se integren técnicas de entrevista y estudios cualitativos, en especial etnográficos, donde se brinde información integral y útil en la toma de decisiones con el objetivo de mejorar la seguridad del paciente.
Rangel Álvarez7 determina que el aporte de conocimientos y habilidades blandas fomentan el trabajo en equipo, sin embargo, primero se deben revisar características o aspectos negativos para poder evaluar. De allí, poder identificar los errores en relación con la atención del personal de salud y aplicar estrategias que mejoren tanto el ambiente laboral como las acciones del equipo de salud en el cuidado del paciente hospitalizado. El trabajo en equipo es fundamental para la seguridad del paciente debido a que estando organizado un equipo al momento de realizar procedimientos como prácticas seguras, comunicación eficaz, medicación segura, etc, el mismo reducirá de manera eficaz la incidencia de eventos adversos, generará tranquilidad por parte del sujeto de cuidado y del profesional.
La retroalimentación es vital en relación con la comunicación de errores por parte del personal de salud, para que el mismo no se sienta inseguro, con dudas o tema al momento de transmitir los errores que se presentaron ante un evento adverso. Aunque muchas veces estos eventos vienen arrastrados a una cadena de errores y terminan manifestándose en el último eslabón, se debe considerar que una buena comunicación de eventos adversos ayudará a visualizar debilidades y fortalezas, de esos mismos identificar y accionar ante las debilidades. Esto favorece de manera positiva las prácticas seguras y brindará una atención de calidad.
Sobre esta variable, en particular, al comparar los resultados en torno a la retroalimentación y comunicación de errores de diferentes estudios de investigación: Martínez Reyes, et al.8, encontró opiniones favorables en tres instituciones con un 66,40 %, 58,30 % y 70,50 %, respectivamente; Santiago-González, et al.9, en un hospital de alta especialidad de México encontró opiniones negativas con un 43,9 %; Mella Laborde, et al.10, en el Hospital Universitario San Juan de Alicante de España, halló opiniones en torno a las fortalezas y debilidades del 48,1 % en enfermeros, 47,5 % en médicos, 38,5 en auxiliares, 50 % en celadores, 100 % en farmacéuticos y 34,9 % en otros.10
A pesar de que estos resultados difieren de algunos estudios publicados, son consistentes con la investigación11 desarrollada en un hospital público del conurbano bonaerense que concluyó que la percepción del personal de enfermería sobre la cultura de seguridad del paciente es baja, con un patrón caracterizado por la falta de franqueza en la comunicación, bajas expectativas y acciones por parte del equipo de dirección y deficiencias en el trabajo en equipo. Este estudio, en particular, encontró que las dimensiones relativas a las expectativas y acciones de la dirección del servicio que favorecen la seguridad (Dimensión 3) y los problemas en los cambios de turno y en las transiciones entre unidades y servicios (Dimensión 12), obtuvieron puntuaciones medias consideradas como baja, a diferencia de nuestro estudio que fueron neutral.
Agretti, et al.12, en Montevideo, menciona que es muy eficiente la herramienta SAER (Situación, Antecedentes, Evaluación, Recomendación) la cual se relaciona con la seguridad del paciente e integra recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En dicho estudio más de la mitad de los profesionales entrevistados la utilizan. Esta herramienta resulta favorable en el pase de guardia debido a que facilita la transmisión de información, favorece una comunicación concisa y efectiva, permite especificar tareas las cuales deben ser prioridad y permite la realización de planes a desarrollar; en resumen, mejora la comunicación entre profesionales de la salud y permite evitar errores sanitarios, lo que favorece de manera efectiva la seguridad del paciente.
Arpí, et al.13, en un estudio seguridad del paciente en el contexto argentino respecto a la comunicación y transparencia de pacientes, los médicos respondieron 55 % que en el pase se transmiten datos importantes, con respecto a enfermería un 70 % respondió que no había un pase o que no se cumplía con el mismo, quedando datos importantes de lado. Al analizar el apoyo de la gerencia sobre la educación continua sobre la seguridad del paciente, el 71 % de las instituciones no realiza ninguna actividad, como cursos, charlas, etc. El 61 % de las instituciones no tenía sistema de registros de eventos adversos. El 55 % no aplica medidas de prevención.
Un elemento a continuar su implementación serían las guías de práctica clínica, ya que estas son declaraciones sistemáticamente desarrolladas para ayudar a tomar decisiones dentro del equipo de salud como las de los pacientes, con el objetivo de mejorar la calidad de cuidado, manejando conceptos como las preocupaciones, intereses, deseos, y expectativas de estos, todo lo cual forma parte indispensable de la cultura de seguridad del paciente.4)
Cuando se analizó si existían diferencias respecto a la seguridad del paciente a nivel global respecto al género, la edad, el nivel de formación y el tiempo desde la graduación no se encontraron diferencias significativas, es decir, que no se puede asegurar que las diferencias sean debidas al azar.
En el contexto argentino se han desarrollado investigaciones donde se ha analizado la cultura de seguridad del paciente específicamente en el personal de enfermería11,14; las conclusiones de estos estudios plantean que la percepción del personal de enfermería sobre la cultura de seguridad del paciente es baja, e identifican áreas que indican qué se debe fortalecer dentro de la organización del hospital en materia de cultura de seguridad, como: la falta de franqueza en la comunicación, bajas expectativas y acciones por parte del equipo de dirección, y deficiencias en el trabajo en equipo. Otro elemento para destacar es la falta de personal, provocando que la carga de trabajo se excesiva, lo que interfiere para que se brinde atención de una manera óptima a los pacientes del hospital.
Poseer cultura de seguridad, implica que la organización tiene una activa y permanente conciencia que las cosas pueden ir mal; que tanto la organización como el equipo de trabajo son capaces de reconocer los errores, aprender de ellos, mediante la formación, la educación continuada, la supervisión, la verificación y el análisis retrospectivo de los incidentes y eventos adversos y tomar acciones encaminadas a enmendarlos; ser justos, trabajar en equipo y tener la mente abierta para compartir la información libremente cuando ocurre un incidente.15
Entre las limitaciones del presente estudio se puede plantear, en primer lugar, que los indicadores de seguridad del paciente se midieron mediante autoinformes y un cuestionario autoadministrado, lo que podría haber sesgado los resultados con una sobrestimación o subestimación como consecuencia. No obstante, el objeto de este estudio se centró en evaluar las percepciones de los propios encuestados sobre la seguridad del paciente, y esta percepción subjetiva constituye un elemento importante en lo que respecta a la seguridad del paciente en la dinámica organizacional.
A futuro podrían diseñarse otros estudios que utilicen la triangulación de métodos, e incluyan auditoría de proceso, en combinación con la percepción de los participantes, como los cuestionarios, las escalas de valoración y las entrevistas con la finalidad de tener una visión más integral de la problemática abordada.
Los hallazgos de este estudio constituyen un primer acercamiento para el desarrollo de acciones hacia la construcción unificada de paramentos de actuación ante situaciones específicas de la práctica de enfermería respecto de la seguridad del paciente, lo que permite el fortalecimiento de los equipos de enfermería.
Conclusiones
El análisis de la cultura de seguridad del paciente encontró percepciones no negativas donde la retroalimentación y comunicación sobre errores fue la única dimensión con puntuación positiva entre los enfermeros encuestados. Se destaca el hecho que no se pude establecer que la cultura organizacional de seguridad del paciente estuviera condicionada por indicadores sociodemográficos o de formación.
El estudio genera un importante aporte para el abordaje de las intervenciones institucionales en pro del mejoramiento de la calidad de la atención en salud.