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MEDISAN
versión On-line ISSN 1029-3019
MEDISAN v.13 n.1 Santiago de Cuba ene.-feb. 2009
IN MEMORIAM
Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas
Dr. Hugo Orlando Torres Aldrich: una huella imborrable
Dr. Hugo Orlando Torres Aldrich: an indelible mark
María Antonia Peña Sánchez 1
Bertolt Brecht
RESUMEN
El artículo tiene como objetivo honrar la memoria del Dr.Hugo Torres Aldrich, pediatra santiaguero, profesor de varias generaciones; justamente reconocido por su fidelidad a la patria y por su consagración a la salud de los niños que tanto amó.
Descriptores:PEDIATRÍA;BIOGRAFÍA;MÉDICOS;PERSONAJES
ABSTRACT
The objective of this work is to honor the memory of Dr. Hugo Torres Aldrich, pediatrician from Santiago de Cuba city, professor of several generations; precisely acknowledged for his fidelity to the homeland and for his consecration to the health of the children whom he loved very much. (AU)
Subject headings:PEDIATRICS;BIOGRAPHY;PHYSICIANS;FAMOUS PERSONS
Recibido: 21 de diciembre del 2008
Aprobado: 22 de diciembre del 2008
La noticia fue recibida por todos con profunda tristeza: el jueves 2 de octubre del 2008 falleció en su querida ciudad natal el Dr. Hugo Orlando Torres Aldrich y con ello la comunidad científica perdió a uno de sus eminentes pediatras y a un revolucionario ejemplar.
Es imposible esbozar su fecunda y extensa vida en tan breves líneas; más difícil aún para quienes lo conocimos cercanamente y aprendimos de sus sabios, atinados y bondadosos consejos. Por eso asumo con infinita humildad, agradecimiento y respeto el privilegio de escribir sobre este hombre excepcional, convencida de antemano de que estas pocas cuartillas son apenas un pálido reflejo de su larga y fructífera trayectoria.
El Dr. Hugo Torres Aldrich nació en Santiago de Cuba el 10 de septiembre de 1926 y se graduó en la Escuela de Medicina de La Habana en 1954.
A solo 2 años de haber finalizado sus estudios universitarios, marchó a San Ramón de Guaninao, donde se ganó el cariño de los campesinos pobres por atenderles con esmero; experiencia esta que influyó en su decisión de convertirse en luchador clandestino y médico combatiente en la columna 10 René Ramos Latour del III Frente Oriental, a las órdenes de Fernando Galindo Castellanos. Al triunfo definitivo en 1959 se incorporó a las tareas de crear los Comités de Defensa de
Sus cualidades como ser humano le hicieron merecedor de integrar las filas del Partido Comunista de Cuba como fundador. En 1975 cumplió en Nicaragua una misión solidaria como médico de la población sandinista.
El admirable sentido de la responsabilidad, una de sus características fundamentales, le llevó a ocupar diferentes cargos administrativos, tales como: jefe del Servicio Cardiorrenal del Hospital Pediátrico de Santiago de Cuba, director del Hospital de Maternidad Obrera, hoy Hospital Infantil Norte; fundador jefe del Servicio Pediátrico de Cirugía Vascular en el Cardiocentro y prestigioso fundador del Departamento para Niños Reumáticos de Santiago de Cuba.
Maestro de varias generaciones, el Dr. Hugo Torres protagonizó en unión de otros grandes de la pediatría santiaguera, los doctores Alfonso Araújo Bernal, Onel Valón Jiménez, Guillermo Amaro Ivonet y Enrique González Corona, la enseñanza de esta disciplina en nuestro territorio en el quinto curso de la Escuela de Medicina (1965-1966), que ya había sido fundada el 10 de febrero de 1962 en el teatro universitario de nuestra ciudad.
El Dr. Torres Aldrich jamás dejó de estudiar; tenaz e incansable aprendió computación a una edad en que otros hubieran cejado en ese empeño, lo cual le permitió agregar a su ya larga autoría de artículos científicos y libros en formato impreso, otro en formato digital para beneplácito de sus asiduos lectores, ávidos de los conocimientos atesorados por la experiencia de tantos años dedicados al difícil arte de curar y elevar la calidad de vida de los niños (figura).
Figura. Monografía electrónica publicada en el Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas y puesta a disposición de los usuarios en el portal Infomed-Santiago de Cuba.
Fue uno de los 44 profesionales de la medicina que recibieron diplomas de reconocimiento por su fidelidad a la patria y consagración a la salud del pueblo, al cumplirse 50 años de su graduación como médico.
Su presencia en el Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas constituyó siempre un regalo para nuestro colectivo, pues su exquisita educación, cultura y trato afable lograban que su amena, afectuosa e inteligente conversación cautivara a todos. Sus habilidades de pedagogo no lo abandonaban nunca y era capaz de transmitir sus conocimientos aun cuando solicitaba información para profundizar en sus investigaciones, que terminaba siempre con una frase:
¿Me hago entender?, y no el acostumbrado: ¿Entendiste? Pues afirmaba, con mucha sabiduría, que ambas preguntas marcaban una diferencia notable: con la segunda se ponía en tela de juicio la capacidad del interlocutor, pero con la primera cuestionaban nuestras habilidades para una comunicación apropiada.
Sus dotes intelectuales las puso al servicio de la Revista electrónica Medisan como árbitro, pues la enriqueció no solo con recomendaciones éticas y oportunas a otros autores, sino con artículos de su producción científica. Sus probados méritos sociales, científicos y políticos le fueron reconocidos con medallas y distinciones, entre los cuales pueden citarse: Medalla Conmemorativa del Primer Centenario de la Bandera Cubana, Orden "Carlos J. Finlay" y Medalla "Manuel 'Piti' Fajardo". Integró el grupo de fundadores de la Docencia de Pediatría y Cardiopediatría en el territorio y era además: Especialista de II Grado en Cardiología Pediátrica, Doctor en Ciencias Médicas, así como Profesor Titular, Consultante y de Mérito.
Cuando se estudie la personalidad del profesor Hugo habrá que dedicar un capítulo especial al amor a su familia, pues junto a la patria y a su profesión, fueron los tres pilares de su vida.
De la unión con Luz América, su Edith, nacieron Edicita, Hugo, Carlos y Susana; multiplicada después con sus nietos Tatiana, Carlitos, Adriana y Huguito. Ya en la ancianidad recibió como regalo a su bisnieta Amanda Camila, cuya foto ilustra el libro mostrado cuando tenía poco menos de un año de nacida.
Sus 4 hijos son graduados universitarios y sus descendientes se hallan en vías de lograrlo; pero de esta numerosa familia, solo Carlitos estudia Medicina, quien apesadumbrado como todos por la pérdida de su abuelo manifiesta: Yo no tengo que ir lejos a buscar ejemplos de conducta, cuando tan cerca he tenido siempre a un hombre de tantos méritos y virtudes como mi abuelo.
Bastaría esta afirmación para aquilatar la veneración de la familia que amó y por la cual fue amado. También la comunidad científica santiaguera siente el vacío que nos deja la ausencia del Dr. Hugo Torres Aldrich por su bondad, disciplina, nobleza, amor a los niños que tanto cuidó, su espíritu investigativo y su admirable energía.
Por eso la única manera de honrar su memoria es continuar por el camino que él nos enseñó con su doctrina íntegra.
Eternamente recordaremos al admirado y querido Maestro.
Lic. María Antonia Peña Sánchez. San Mateo No.207 entre Rastro y Corona, Santiago de Cuba
Lic. María Antonia Peña Sánchez
1 Licenciada en Información Cientificotécnica y Bibliotecología.Instructora
Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba, Cuba
CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO
Peña Sánchez MA.Dr.Hugo Torres Aldrich:una huella imborrable [artículo en línea]MEDISAN 2009;13(1). <http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol13_1_09/san20109.htm>[consulta: fecha de acceso].