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MEDISAN
versión On-line ISSN 1029-3019
MEDISAN vol.19 no.4 Santiago de Cuba abr.-abr. 2015
COMENTARIO
Hemoglobina glucosilada en pacientes con diabetes mellitus
Glycosilated hemoglobin in patients with diabetes mellitus
Dra. C. Olga Lidia Pereira Despaigne, I MsC. Maricela Silvia Palay Despaigne, II MsC. Argenis Rodríguez Cascaret, III MsC. Rafael Manuel Neyra Barros III y Dra. Maria de los Angeles Chia Mena IV
I Hospital General Docente "Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso", Santiago de Cuba, Cuba.
II Hospital Provincial Docente Clinicoquirúrgico "Saturnino Lora Torres", Santiago de Cuba, Cuba.
III Hospital Oncológico Provincial Docente "Conrado Benítez García", Santiago de Cuba, Cuba.
IV Centro Provincial de Medicina Deportiva, Santiago de Cuba, Cuba.
RESUMEN
Se analizó la importancia de la hemoglobina glucosilada para el diagnóstico, seguimiento y prevención de complicaciones en los pacientes con diabetes mellitus; enfermedad que continúa siendo subdiagnosticada a pesar de su elevada prevalencia y los métodos existentes para su muestreo y diagnóstico.
Palabras clave: hemoglobina glucosilada, diagnóstico, prevención, seguimiento.
ABSTRACT
The importance of the glycosilated hemoglobin was analyzed for the diagnosis, follow-up and prevention of complications in patients with diabetes mellitus; a disease that continues being underdiagnosed in spite of its high prevalence and the existing methods for its sampling and diagnosis.
Key words: glycosilated hemoglobine, diagnosis, prevention, follow-up.
INTRODUCCIÓN
La diabetes mellitus (DM) constituye una de las pandemias más importantes en la actualidad, con una repercusión social, económica y sanitaria. Es una condición metabólica de incidencia creciente, caracterizada por una disfunción en la homeostasis de la glucosa, con hiperglucemia crónica por inmunodeficiencia absoluta o relativa. Tiene carácter progresivo y se asocia a un alto riesgo de provocar daño vascular.
El diagnóstico temprano de la DM favorece el inicio del tratamiento para la prevención de complicaciones. En países en vías de desarrollo, esta afección se diagnostica en menos de 50 % de quienes la padecen y en alrededor de 25 % de las personas en las cuales ha sido recién confirmada, se presenta alguna complicación microvascular, iniciada de 4 a 7 años antes.1,2
Los paradigmas sobre la patogenia de la citada afección han sufrido saltos extraordinarios con cada nuevo método analítico aplicado al estudio de los trastornos metabólicos de la enfermedad y a la exploración del paciente. La detección del sabor dulce de la orina, la cuantificación de la glucosa en orina y después en la sangre, así como la determinación de la hemoglobina glucosilada (HbA1c), promovieron cambios notables sobre la concepción de esta enfermedad y de su tratamiento.3,4
Actualmente, la hemoglobina glucosilada es la mejor prueba disponible que muestra el control glucémico del paciente con DM. Existe evidencia científica que correlaciona las complicaciones a largo plazo con los niveles elevados de HbA1c y el escaso control de este cuadro morboso. Algunos autores5,6 establecen la relación entre la hiperglucemia persistente y el riesgo de complicaciones microvasculares.
La hemoglobina A1 se relaciona estructuralmente con la hemoglobina del adulto, pero con una molécula de glucosa adherida a la valina terminal de la cadena beta. La glucosilación es un proceso irreversible, no enzimático, que depende de las concentraciones de glucosa y de la duración de la exposición de los eritrocitos a la glucosa.
Ahora bien, la HbA1 se forma continuamente durante los 120 días del eritrocito, es por ello que una simple medida de esta hemoglobina refleja el promedio de glucosa durante los últimos 3 meses; además, mide el cociente de las glucemias en ayunas y posprandial.
La hemoglobina glucosilada puede separarse en diferentes fracciones, pero la fracción HbA1c es la que mejor se correlaciona con las concentraciones altas de glucosa, cada cambio de 1% de HbA1c corresponde a una variación de 35 mg/dL de glucemia media.
DIAGNÓSTICO DE DIABETES MELLITUS
Históricamente, el diagnóstico de la DM se ha realizado a través de glucemias en ayunas (GA) o 2h posterior a la glucosa (2h PG). Desde el año 1922 se efectúan pruebas de tolerancia a la glucosa. Asimismo, en 1959, Fajans y Conns establecen los parámetros iniciales de diagnóstico con la prueba de tolerancia a la glucosa (PTG).
Los criterios modificados por el Comité de Expertos en 1997 y revisados en el 2003, reorientaron la atención hacia la relación entre el nivel de glucemia y las complicaciones crónicas como base del diagnóstico. Además, cambiaron el principio de referencia existente de 2h PG; sugirieron reducir el punto de corte de diagnóstico a 126 o más mg/dL (7mmol/L) y recomendaron la glucemia en ayunas menor que 110mg/dL (6,1mmol/L) como examen preferido por ser más conveniente y menos costoso. De igual manera introdujeron el término glucemia alterada en ayunas (GAA) (110-126mg/dL) (6,1-7,0mmol/L) y no aconsejaron el uso de HbA1c.7,8
De hecho, en la revisión del 2003 se reduce el rango de alteración de la glucemia en ayunas a 100-126 mg/dL (5,6-7mmol/L).8
Por su parte, la Asociación Americana de Diabetes planteó que el diagnóstico de diabetes mellitus por hemoglobina glucosilada se realiza cuando la HbA1c es de 6,5 % o más, y el alto riesgo de esta afección se presenta con HbA1c de 5,7-6,4 %.9
¿Puede la HbA1c ser usada para el diagnóstico de diabetes mellitus?
- Es un marcador de glucemias crónicas ampliamente utilizado (2-3 meses).
- Es preferible un marcador de alteraciones de glucemias crónicas que agudas.
- Correlaciona el riesgo de complicaciones microvasculares y en menor grado macrovasculares.
Ventajas de la HbA1c comparada con glucemias en ayuna y 2h PG para el diagnóstico de diabetes mellitus9
- El paciente no necesita estar en ayunas ni precisa de muestras horarias.
- Tiene menos inestabilidad preanalítica que glucemias.
- Posee menos variabilidad biológica que glucemias y PTG.
- Tiene mejor índice de exposición a glucemia y al riesgo de complicaciones a largo plazo.
- No es afectada por perturbaciones agudas durante periodos de estrés o enfermedades
- Estandarizada y alineada a los estudios DCCT (en diabéticos de tipo I) / UKPDS (en diabéticos de tipo II); las mediciones de glucosa están menos estandarizadas.
Criterios para el diagnóstico de diabetes mellitus9
1. Glucemia de ayunas mayor de 126 mg/dL. Ayuno de al menos 8 horas
2. 2h PG mayor de 200 mg/dL en prueba de PTG con 75 g
3. A1c de 6,5 % o más. La prueba debe ser realizada por un laboratorio que utilice un método certificado por el Programa Nacional de Normalización Glycohemoglobin (NGSP, por sus siglas en inglés) o estandarizado por la prueba de control de la diabetes y sus complicaciones (DCCT, por sus siglas en inglés).
4. Glucemia mayor de 200 mg/dL al azar en pacientes con síntomas clásicos
Limitaciones de la HbA1c como método diagnóstico9
- Mayor costo
- Disponibilidad limitada
- Correlación incompleta entre A1c y promedio de glucemias en algunos individuos
- Resultado desorientador en pacientes con hemoglobinopatías (Hb S, C, F Y E) y ciertas anemias (hemolíticas, ferropénicas) No es válido en mujeres embarazadas ni para el diagnóstico de DM
de tipo 1. (Ante todas estas situaciones se debe continuar con glucemias en ayuna y 2h PG)
Categoría de riesgo aumentado de diabetes mellitus9
- A1c 5,7-6,4 %
- Glucemia en ayunas: 100-125mg/dL (glucemia alterada en ayunas)
- 2h posterior a 75 g de glucosa: 140-199 mg/dL (tolerancia anormal a glucosa)
Para las 3 pruebas el riesgo es continuo; se extiende por debajo del límite inferior del rango y comienza a ser desproporcionadamente mayor en los rangos finales altos.
Recomendaciones a individuos con alto riesgo de diabetes mellitus (con A1c 5,7-6,4 %):9
- Deben ser informados del alto riesgo de DM y enfermedad cardiovascular.
- Aconsejar cambios estilo de vida.
- Si aumenta la HbA1c se eleva desproporcionadamente el riesgo de DM.
- Intervención más intensiva con HbA1c mayor de 6 % y otros factores de riesgo, tales como obesidad e historia familiar.
Sin lugar a dudas, resulta imprescindible que todos los pacientes con diabetes mellitus se realicen una HbA1c cada 3 meses, la cual se puede correlacionar a su vez con las glucemias realizadas por automonitoreo, aunque no resulta confiable basarse en la determinación de la glucemia en ayunas de estos afectados cada vez que acuden a sus citas de control con el fin de monitorear su glucemia. Este examen puede estar influido negativamente por una serie de factores relacionados con la adherencia del paciente y la calidad de su control por los equipos de salud.
La HbA1c ha permitido estratificar a los pacientes en categorías de riesgo para desarrollar complicaciones microvasculares, por cuanto sirve para evaluar y pronosticar su futuro, además de que ayuda a intensificar a tiempo la terapia de control de la diabetes mellitus (control glucémico), así como a identificar los casos que requieran atención especial (enfoque de riesgo).10
Equivalencias entre hemoglobina glucosilada y glucemia en ayunas11
Hemoglobina glucosilada (%) | Glucemia en ayunas (mg/dL) |
Menos de 6,5 | 60-110 |
6,5-menos de 7 | 111-126 |
7-7,9 | 127-180 |
8-9,5 | 181-200 |
Menos de 9,5 | Menos de 200 |
En la DM de tipos 1 y 2 se recomienda su determinación (HbA1c) cada 3 meses, pues permite medir el éxito terapéutico y realizar ajustes de dosis o añadir nuevas terapias, cuando el escaso control así lo requiera.12-14
OBJETIVOS DE LA GLUCEMIA EN ADULTOS
El descenso de la hemoglobina glucosilada por debajo de 7 % disminuye las complicaciones microvasculares de la diabetes mellitus, y si se produce después del diagnóstico de la enfermedad, se asocia con una reducción a largo plazo de la enfermedad macrovascular.15-18
Se sugieren metas de HbA1c más estrictas (menor de 6,5 %) para individuos seleccionados, siempre que no sea por hipoglucemias importantes u otros efectos adversos del tratamiento. Esto sería más apropiado para los pacientes con DM de corta evolución, con esperanza de vida larga y sin enfermedad cardiovascular significativa.19-22
Las metas menos estrictas de hemoglobina glucosilada de 8 % pueden ser apropiadas para los pacientes con antecedentes de hipoglucemias graves, poca esperanza de vida, complicaciones microvasculares y macrovasculares avanzadas, condiciones comórbidas extensas; además, en afectados con DM de larga evolución o con dificultad para alcanzar los objetivos generales a pesar de recibir educación para el autocuidado, el monitoreo apropiado de la glucosa y la dosis efectiva de hipoglucemiantes orales o insulina.23-25
Para los pacientes controlados indebidamente es indispensable utilizar un enfoque de riesgo y establecer una buena coordinación entre los niveles de atención, según su complejidad. Cifras de HbA1c en niveles críticos o persistentemente mayores de 8 %, a pesar de cambios en el tratamiento, podrían servir como indicadores de riesgo. La HbA1c debería convertirse en una de las medidas para valorar riesgos y tener criterios acerca del uso de niveles de mayor complejidad de atención, ya sea secundaria o especializada, cuando se acompañe de complicaciones crónicas. Constituye la guía de oro para el control del paciente con DM. Su manifestación refleja la calidad de los servicios de salud, y permite establecer comparaciones en cuanto al control metabólico de los afectados, así como a la severidad del funcionamiento metabólico.26
CONCLUSIONES
La prueba HbA1c, realizada con los equipos y estándares recomendados por la NGSP, es precisa y segura para niveles de hiperglucemia crónica; además, se correlaciona adecuadamente con riesgo de graves complicaciones. Ofrece múltiples ventajas sobre glucemias realizadas en el laboratorio. La diabetes mellitus puede diagnosticarse cuando la HbA1c es de 6,5 % o más; para confirmar este diagnóstico se debe repetir la citada prueba, excepto si el sujeto está sintomático con glucemias mayores de 200mg/dL; de no poder realizarla, se aceptan los métodos previos (GA o 2h PG). Las personas que tienen un nivel de hemoglobina glucosilada de 5,7-6,4 % poseen mayor riesgo de DM; sin embargo, para aquellas con 6 % o más esta posibilidad aumenta. En la evaluación de riesgo de un individuo deben implementarse estrategias para prevenir la evolución, sobre todo, en presencia de condiciones predisponentes e historia familiar de la citada afección.
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Recibido: 20 de noviembre de 2014.
Aprobado: 5 de enero de 2015.
Olga Lidia Pereira Despaigne. Hospital General Docente "Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso", avenida Cebreco, km 1½, reparto Pastorita, Santiago de Cuba, Cuba. Correo electrónico: olpereira@medired.scu.sld.cu