Introducción
La propagación del SARS-CoV-2 ha tenido un impacto negativo y significativo en los sistemas de salud alrededor del mundo. Al respecto, el Ministerio de Salud del Perú (MINSA) notificó, el 5 de marzo del 2020, el primer caso de un paciente infectado por el virus; en tal sentido, se adoptaron medidas de distanciamiento social y de restricción de movilidad, con el propósito de reducir la morbimortalidad por la covid-19.1
Dichas acciones pusieron en peligro la reserva de sangre necesaria para las transfusiones, lo cual provocó que el proceso de donación sanguínea fuera particularmente desafiante. Además, el miedo de la población afectó negativamente la sostenibilidad de un suministro seguro y oportuno de sangre.
Según la organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud,2,3 se estima que en el 2022 se realizaron 118,5 millones de donaciones de sangre en todo el orbe, mientras que en el año 2020 solo en América del Sur se realizaron 8,2 millones. Además, el MINSA4 expone que 1,03 % (344 112 ciudadanos) de la población peruana donó sangre en el año 2021; de este total, 21,10 % (72 295) lo hizo de manera voluntaria. Adicionalmente, el Seguro Social (EsSalud) informó que en Perú, durante la pandemia de la covid-19, dichas donaciones disminuyeron en 70 %.5
Asimismo, estudios previos exponen que en las primeras semanas de la pandemia las tasas de donaciones disminuyeron en provincias de China, en 67 %; en Chile, en 10 %; en los Países Bajos, en alrededor de 39 %, y en Estados Unidos, en 67 %.2,6,7,8
Ciertamente, la selección de los donantes es el proceso más importante para la seguridad de las transfusiones en el contexto sanitario; los bancos de sangre no pueden ser desabastecidos, por lo que el criterio de elección fue modificado al agregarle una nueva causa de diferimiento: el contacto con alguna persona infectada por el SARS-CoV-2 o en convalecencia por la covid-19. En México, por ejemplo, se renovaron los lineamientos técnicos para la selección y el diferimiento debido al coronavirus y a otras enfermedades respiratorias; en estos se planteó que los solicitantes asintomáticos con contacto cercano a una persona infectada tendrían diferimiento por 30 días, y los que presentaran síntomas respiratorios o sospecha de la infección también serían rechazados por 30 días y la donación se llevaría a cabo después de una completa recuperación y de finalizado el tratamiento.9
Por otra parte, los solicitantes recién vacunados debían esperar al menos 28 días antes de donar sangre, pues, según lo comunicado por la OMS, por teoría existe el riesgo de transmitir un agente infeccioso en la transfusión. Cabe destacar que el término ‛diferimiento’ hace referencia a la acción de posponer la donación por un tiempo determinado y ‛exclusión’, a la acción de descartar al definitivamente.1,10,11
Es importante desarrollar prácticas, garantizar suministros y seguridad transfusional, con el fin de prepararse para futuras pandemias o cualquier otra contingencia. En consecuencia, el objetivo de esta investigación consistió en analizar las causas de rechazo a donantes de sangre en un hospital peruano durante la pandemia de la covid-19.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, transversal, retrospectivo, desde el 15 de julio de 2020 (cuando se informó el primer caso de contagio por el SARS-CoV-2 en Huancayo) hasta igual fecha del 2022, en una población conformada por 10 177 donantes de sangre, quienes acudieron a la unidad del Banco de Sangre del Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé en Huancayo, Junín, de Perú.
Como criterios de inclusión se tuvieron en cuenta que fuesen donantes provenientes de la región de Junín y mayores de 18 años. Por otra parte, el criterio de exclusión lo conformaron las fichas de registro incompletas, para así cumplir los preceptos estrictos de elegibilidad según el marco legal de la Ley No. 26454 (Resolución Ministerial No. 241-2018/MINSA).11
Entre las variables del estudio figuraron el sexo, el sistema del grupo sanguíneo ABO, el factor Rh y los tipos de rechazo: diferimiento, cuando se aplazó la donación por un periodo determinado en dependencia de la causa que lo motiva; y exclusión, si se descartó al solicitante de manera permanente.
En lo tocante al procedimiento, primeramente, se comprobaron los siguientes requisitos: documento de identidad del aspirante a donar sangre emitido por su país, edad mayor de 18 años, peso corporal de más de 50 kg y estilo de vida saludable. Luego se determinaron el grupo sanguíneo ABO, el factor Rh y la concentración del hematocrito, con el objetivo de encontrar valores aptos. A continuación se realizó una entrevista clínica para evaluar la conducta social y sexual del donante y, por último, se efectuó la flebotomía para aplicar las siete pruebas de tamizaje de enfermedades infecciosas.11
Posterior a la obtención de los permisos correspondientes, se solicitó al Banco de Sangre el registro de los donantes diferidos. Los datos fueron recolectados por los investigadores de manera independiente, por lo que se resolvieron las incongruencias antes de llegar a un consenso.
La información fue procesada utilizando el SPSS, versión 25, y los resultados se presentaron en frecuencias absolutas y porcentajes.
Asimismo, se cumplieron los estándares éticos establecidos en la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial y se contó con la aprobación del Comité de Ética del Hospital.
Resultados
De los 10 177 donantes, fueron diferidos y excluidos 3390 (33,3 %). Respecto al grupo sanguíneo ABO de los rechazados se identificó en el siguiente orden de frecuencia (tabla 1): O (85,4 %), A (9,8 %), B (4,5 %) y AB (0,3 %), mientras que el factor Rh positivo fue el más hallado en la serie, con 99,7 % (n=3380); la mayoría de los de este grupo eran del género masculino, con 55,6 % (n=1870).
Se encontró una prevalencia del diferimiento (26,1 %) y entre las principales causas que lo produjeron figuraron el hematocrito bajo, con 478, para 18,0 %, seguido del hematocrito alto, con 337, para 12,7 %, y la autoexclusión, con 275, para 10,3 % (tabla 2).
Respecto a la prevalencia de los solicitantes excluidos fue de 7,3 % (n=730) y entre las causas más frecuentes estuvieron el HBcAb, con 36,8 %, seguido de la sífilis, con 14,0 %, y los HTLV de tipo 1 y 2, con 11,1 % (tabla 3).
*Anticuerpo del núcleo de la hepatitis B
**Virus linfotrópicos de células T humanas de tipos 1 y 2
***Antígeno de superficie de la hepatitis B
Se evidenció una tendencia lineal al incremento en el número de donantes con el transcurso de los meses durante la pandemia (R²=0,387). Además, se observó una tendencia politómica ligeramente creciente (fig.) tanto en el número de los diferidos (R²=0,2214) como en el de los excluidos (R²=0,1275).
Discusión
En el presente trabajo la cifra de donantes que fueron diferidos y excluidos resultó similar a la informada por Guillen et al12 de 34,9 %, pero resultó superior a lo notificado en investigaciones realizadas en Irán (25,6 %)13 y Tanzania (12,9 %).14
El género más frecuente de los solicitantes diferidos fue el masculino, lo cual concordó con lo obtenido por Guillen et al,12 quienes mostraron que 60,5 % de esos donantes correspondieron a ese mismo sexo. Lo anterior podría deberse a que los hombres son más propensos a adoptar una conducta sexual de riesgo y emplean menos los métodos de protección. De igual forma, se refiere que las mujeres tienen una menor predisposición a donar sangre debido a preocupaciones por su salud, tales como la anemia, los embarazos, la pérdida de peso; o al hecho de haber sido rechazadas anteriormente como donantes.
Respecto a las causas de diferimiento, se encontró, en primer lugar, el hematocrito bajo; dicho hallazgo concordó con lo expuesto en los estudios de Baart et al,15 Urbina et al16 e Iqbal et al,17 en donantes franceses (6,1 %), colombianos (2,4 %) y pakistaníes (50,3 %), respectivamente. Asimismo, cabe precisar que el sexo femenino representaba el mayor número de casos; dicha variación puede relacionarse con la pérdida de sangre durante la menstruación, un nivel bajo de actividad física, una mayor probabilidad de padecer trastornos alimentarios y ciertos hábitos dietéticos que podrían conducir a una baja ingesta de hierro.
El segundo criterio de diferimiento más frecuente fue el hematocrito alto, lo cual también coincidió con lo obtenido por autores12 mencionados previamente, quienes evidenciaron que esta fue la causa principal de rechazo de los aspirantes a donar en la sierra sur del Perú. Dicho comportamiento podría estar influenciado por la altura, pues la localidad donde se efectuó el actual estudio se encuentra a 3256 metros sobre el nivel del mar, y a medida que el cuerpo humano asciende a una mayor altitud (más de 2500 metros), desarrolla mecanismos adaptativos que se asocia con la hipoxia alveolar e hipoxemia en las personas que habitan o llegan a esas alturas, lo que provoca el incremento de glóbulos rojos en la sangre.
Referente a los criterios de exclusión, se evidenció que la mayoría se relacionan con enfermedades de transmisión sexual, donde la predominante fue el HBcAb; estos datos se correspondieron con los de investigaciones realizadas en Nigeria (31,7 %)18 y en Tanzania (29,6 %),14 donde la hepatitis B fue la causa fundamental de la exclusión. En ambos países la pobreza es latente, al igual que en Perú, donde además son escasas la educación en salud reproductiva y la cultura de prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Por otra parte, vale destacar que siete de las diez principales causas de diferimiento tienen como una de sus posibles vías de contagio el contacto sexual; esto podría deberse a factores de comportamiento como la promiscuidad, el coito con trabajadoras sexuales o el consumo de drogas o alcohol, que interfieren con la capacidad de las personas en tomar decisiones respecto a la práctica de las relaciones sexuales.
La séptima causa de diferimiento en los donantes de la actual serie fue la vacuna contra la covid-19. Al respecto, Bansal y Raturi19 afirman que los plasmas recolectados de individuos vacunados contienen una alta titulación de anticuerpos IgG solo contra la proteína S del SARS-CoV-2. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos recomienda un periodo de aplazamiento de 14 días luego de la inmunización; sin embargo, cada gobierno puede añadir algún filtro a la entrevista habitual para respetar los tiempos de diferimiento.
En contraparte, el Consejo Nacional de Transfusión de Sangre de India recomendó, posteriormente, un periodo de postergación de 28 días a los donantes después de ser inmunizados contra la covid-19,10 pues consideró que los recién vacunados podrían generar un riesgo a los receptores de las unidades sanguíneas, lo cual estaba basado en el tipo de vacuna aplicada (activa o inactiva). Igualmente, en algunos países se tomó en cuenta el tipo de inmunógeno para establecer el tiempo de diferimiento; no así en Perú, donde se estableció un periodo general independientemente del tipo de vacuna, lo cual generó un desabastecimiento de unidades de sangre a nivel nacional.
Finalmente, en el presente estudio se evidenció que la tendencia a donar sangre se incrementó con el pasar de los meses durante la pandemia; no obstante, no quedan excluidas las percepciones negativas relacionadas con el incumplimiento de los protocolos de salud y con la idiosincrasia de la persona en cuanto al cuidado de su salud.20
Por ser un estudio de fuentes secundarias, la principal limitación fue que los datos consignados en el Banco de Sangre no fueron corroborados por los investigadores. Además, al ser un estudio transversal, no se establecieron relaciones de causalidad.