El sarcoma de Kaposi, descrito por primera vez en 1872 por el dermatólogo húngaro Moritz Kaposi, es un tumor maligno de bajo grado derivado del endotelio vascular.1,2 Esta enfermedad era considerada poco frecuente hasta el decenio de 1980, cuando su incidencia aumentó en relación con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida;3 en el año 1994, Chang y colaboradores relacionaron al herpes virus humano tipo 8 (VHH-8) con la etiopatogenia de la enfermedad. Nuevas evidencias prueban que la infección por el VHH-8 precede obligatoriamente el surgimiento del sarcoma de Kaposi, aunque no es del todo suficiente, para la aparición de la neoplasia. Desde el punto de vista histopatológico, las lesiones son idénticas en todos los pacientes,1 aunque desde el punto de vista clínico y evolutivo se distinguen cuatro grupos: el clásico, el endémico, el iatrogénico y el epidémico o asociado a la infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).2,4 La lesión inicial se caracteriza por ser una mácula rojiza, indolora y bien delimitada en miembros inferiores, con frecuencia unilateral que evoluciona a nódulo, de apariencia sólida, de color rojo violáceo con algunas áreas de hiperqueratosis y tendencia a la ulceración. En los estadios avanzados, las lesiones son frecuentemente bilaterales, generalmente palpables, no pruriginosas y pueden comprometer toda la extremidad, así como las mucosas.4,5 La finalidad del presente trabajo es comentar un caso de sarcoma de Kaposi clásico con compromiso dérmico en una mujer de 87 años de edad.
Presentación del paciente
Se presentó una paciente femenina de 87 años de edad, de raza blanca, de procedencia rural, sin hábitos tóxicos conocidos, con antecedentes de hipertensión arterial que se controlaba con enalapril (20 mg por día), y cardiopatía isquémica que recibía tratamiento con espironolactona (25 mg 2 veces al día) y furosemida (40 mg por día). La paciente comenzó a presentar lesiones en la piel de 10 meses de evolución interpretadas como vasculitis, y recibió 40 mg al día de prednisona. Un mes antes del ingreso comenzó con decaimiento y pérdida de peso corporal de 7,5 kilogramos, y fue remitida al Hospital Universitario Dr. «Celestino Hernández Robau» encontrándose cifras bajas de hematocrito y se decidió su ingreso para estudio. Se le realizaron varias curas locales de las lesiones ulceradas en miembros inferiores y se le administró moxifloxacina, se transfundió con glóbulos y se le realizó biopsia de piel que resultó diagnóstica. Fue trasladada al Servicio de Oncología para tratamiento específico.
En el examen físico al ingreso se observó que las mucosas se encontraban húmedas e hipocoloreadas. En la piel de ambos miembros inferiores se observaron lesiones maculares y nodulares de color rojo vino, ulceradas en el dorso del pie (Figura 1). En el dorso de ambas manos y regiones tenar e hipotenar se observaron máculas no pruriginosas (Figura 2). El tejido celular subcutáneo se encontró infiltrado en ambos miembros inferiores. El resto del examen físico, incluso sus parámetros vitales, fue normal.
Los complementarios presentaron los siguientes resultados:
Hto: 0,19 L/L, VSG: 60 mm/1ra hora.
Leucocitos 6,8x109/l, Neutrófilos: 0,50, Linfocitos: 0,49, Eosinófilos: 0,01.
Coagulograma: Normal.
Glicemia: 5,6 mmol/l, Creatinina: 140 mmol/l, Ácido úrico: 503 mmol/l
Colesterol: 3,1mmol/l, Triglicéridos: 0,9 mmol/l
ALT: 17 U/l, AST: 13U/l, LDH: 244 U/l.
Proteínas totales: 47 g/l, Albúmina: 26 g/l, Globulina 21 g/l
Transferrina: 1,50g/l, ferritina: 283 µg/l, kappa 2,002 g/l
Complemento C3: 1,03 g/l, C4: 0,31 g/l
Conteo de inmunoglobulinas IGA: 1,95 g/l, IGG: 8,33 g/l, IGM 0,355 g/l
Serologías para VIH, HBsAg y VHC: negativas.
Proteinuria 24 h: negativa
Cultivo de secreciones de las úlceras en miembros inferiores: Staphylococcus aureus
Ultrasonido abdominal: normal.
Radiografía de tórax: Signos de fibroenfisema pulmonar, no derrame pleural, ICT normal.
EKG: Bloque rama izquierda del Haz de Hiss.
Ecocardiograma: Movimiento disquinético del septum, aparatos valvulares competentes, patrón de relajación diastólica prolongado, no trombos, no derrame, FEVI 55 %.
La biopsia de piel informó un tumor vascular compatible con sarcoma de Kaposi en estadio nodular (Figuras 3, 4 y 5).
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Comentario
El sarcoma de Kaposi clásico, considerado poco frecuente, es el que aparece de forma típica en la población anciana, presentándose generalmente en varones,3,4,6 en una proporción de 10-15 hombres por cada mujer7 y en edades entre 50-70 años. Su evolución es relativamente benigna y en escasas ocasiones es la causa del fallecimiento de los pacientes.6,8 Se presentó una paciente de 87 años de edad con un sarcoma de Kaposi clásico. Desde el punto de vista topográfico, las lesiones predominan en miembros inferiores8,9 como las de esta paciente, aunque también se observaron lesiones en los miembros superiores. Navarro-Hernández CA y colaboradores, presentaron 2 casos de sarcoma de Kaposi clásico, y uno de ellos presentaba lesiones en los miembros superiores.1 El estasis venoso y el linfedema de la extremidad inferior son complicaciones frecuentes como en esta paciente. En casos de larga evolución pueden aparecer lesiones en el tubo digestivo, en ganglios linfáticos y en otros órganos. La afectación visceral en el sarcoma de Kaposi clásico se estima menor del 10 %, por debajo de la encontrada en el sarcoma de Kaposi asociado al VIH.6,10 Hasta el 33 % de los pacientes con sarcoma de Kaposi clásico presentan una segunda neoplasia primaria, en la mayoría de los casos, linfoma no Hodgkin. En esta paciente se realizó serología para VIH negativa, se descartó afección visceral, y no se evidenció una segunda neoplasia.