La pedagogía cubana actual, esencialmente humanista, persigue el pleno desarrollo de la personalidad y la educación integral del hombre. Se fundamenta en una concepción dialéctico materialista del mundo y en la formación integral de la personalidad, sustentada en un enfoque histórico-cultural. El proceso docente-educativo garantiza la formación de las nuevas generaciones de una manera sistémica, es decir, resuelve eficientemente el problema que encarna su encargo social.
El proceso de enseñanza-aprendizaje desde un enfoque sistémico demanda la concatenación de todos sus componentes (objetivo-contenido-método-medios-evaluación) que comprenda los principios psicopedagógicos, la sistematización, la lógica de la asignatura y del proceso didáctico, para permitir a los alumnos la adquisición de los conocimientos y el desarrollo de habilidades, con énfasis en el hombre como sujeto activo de la enseñanza, tomando en cuenta sus particularidades psicológicas, como: necesidades e intereses y su enfoque en la enseñanza y caracterizado por la flexibilidad, donde el docente deja de ser el actor fundamental y el estudiante asume el papel principal de su aprendizaje.
El docente debe tener en cuenta el surgimiento y aplicación de los procedimientos dirigidos a favorecer la apropiación de la información requerida para el enfrentamiento exitoso de las situaciones cambiantes de su entorno material y social, en consecuencia con sus propios intereses y en correspondencia con el beneficio de los demás. (1
Hoy ante los educadores surgen problemáticas que necesitan solución: ¿Estamos satisfechos con la calidad educativa en nuestras instituciones docentes? ¿Es necesario transformar la concepción del proceso de enseñanza - aprendizaje en la escuela de hoy? ¿Está satisfecha la sociedad con los resultados en la formación de las nuevas generaciones? ¿Contamos los educadores con los elementos teóricos, didácticos y metodológicos necesarios para lograr transformaciones en el aprendizaje de los estudiantes?
El proceso de enseñanza-aprendizaje debe lograr formar personalidades que busquen el conocimiento y lo apliquen con carácter creador en beneficio de la sociedad, que sientan, amen y respeten a sus semejantes; se expresen libremente y con conocimiento de causa de lo que dicen y hacen, hombres que digan lo que piensan y lo digan bien. Para ello es necesario concebir un docente que estimule la creatividad y la investigación. 1
En este sentido, se debe trabajar para la creación de ambientes de aprendizaje productivos, creativos, en los que los estudiantes tengan la oportunidad y la necesidad de participar activamente en la construcción de los conocimientos, de reflexionar acerca de los procesos que llevan a su dominio y asumir progresivamente la dirección y el control de su propio aprendizaje.
El paradigma educacional actual de aprender a aprender y de aprender haciendo, bajo la conducción del que enseña, que debe gerenciar los espacios necesarios para que los estudiantes desarrollen su actitud competente y defienda sus puntos de vista de una forma productiva, que conlleva a la necesidad de profesores con competencias docentes que les permitan una gestión formativa a la altura de la contemporaneidad.
El profesor debe caracterizarse por una serie de competencias docentes que favorezcan un desempeño exitoso en la dirección del proceso enseñanza-aprendizaje.
El profesor es el representante de las aspiraciones sociales, pero los que van a ser objeto de transformación son los estudiantes y esto es un proceso no solo consciente sino motivado. Por esa razón los alumnos tienen que participar activamente en la dirección de su formación. 2,3
Somos partidarios de una enseñanza desarrolladora, que promueva un continuo ascenso en la calidad de lo que el estudiante realiza, vinculado inexorablemente al desarrollo de su personalidad. Esta enseñanza llega a establecer realmente una unidad entre la instrucción, la educación y el desarrollo. Será necesario transformar la escuela actual, adoptar una nueva postura educativa de mayor alcance y potenciadora de valores culturales, sociales y morales y transformar nuestros tradicionales procedimientos de enseñanza. Asumimos una concepción desarrolladora que se ha ido conformando y sistematizando en los últimos años, a la luz de diferentes investigaciones pedagógicas realizadas, enriquecidas con la práctica docente en Cuba y lo mejor de las tradiciones pedagógicas nacionales. 4
El proceso de enseñanza aprendizaje constituye la vía mediatizadora esencial para la apropiación de conocimientos, habilidades, hábitos, normas de relación, de comportamiento y valores legados por la humanidad, que se expresan en el contenido de enseñanza, en estrecho vínculo con el resto de las actividades docentes y extra docentes que realizan los estudiantes. Se reafirma la función social de la educación, que consiste en trasmitir de una generación a otros conocimientos, capacidades, ideas, experiencias sociales y formas de conducta.
Los alumnos deben realizar proyectos y actividades que les permitan descubrir el conocimiento y aplicarlo en situaciones prácticas, desarrollar la posibilidad real de integrar y movilizar sistemas de conocimientos, habilidades, hábitos, actitudes y valores para la solución exitosa de aquellas actividades vinculadas a la satisfacción de sus necesidades cognitivas y profesionales y demostrarlas en su desempeño, al tomar decisiones y solucionar las situaciones que se presentan en su esfera de trabajo. La educación tiene la misión de permitir que fructifiquen todos sus talentos y todas sus capacidades de creación. 5
La poca solidez del conocimiento y las reducidas posibilidades de su utilización por el futuro profesional son causa de muchas insuficiencias en la escuela contemporánea. Es conocida la inconformidad de muchos docentes en cuanto a la durabilidad y uso que hacen los estudiantes del conocimiento que adquieren. Algunas quejas se refieren a que el estudiante olvida lo que aprendió o casi todo, o que es incapaz de utilizar el conocimiento, de reconocerlo o aplicarlo.
En la Educación Médica Superior se necesita formar una serie de cualidades que deben caracterizar la personalidad del futuro profesional. Los modelos activos de enseñanza propician que el estudiante sea objeto y sujeto de su propio aprendizaje, que aprenda solo y desarrolle las habilidades y modos de actuación que le permitan como futuro profesional la solución de los problemas que demanda la sociedad. 5