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Revista Cubana de Higiene y Epidemiología

versión On-line ISSN 1561-3003

Rev Cubana Hig Epidemiol v.44 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2006

 

Comunicación breve

Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología

Consideraciones sobre el control sanitario de los fangos medicinales o peloides

Lic. Maritza T. Suárez Pita1

Resumen

Se hacen consideraciones acerca de la importancia del uso racional y el manejo correcto de los peloides de acuerdo con las normas sanitarias vigentes. Se presentan algunos resultados de investigaciones realizadas, así como proyecciones de trabajo en esta temática. Se enfatiza en la necesidad de garantizar un control sanitario que asegure la aplicación de peloides que sean inocuos, tanto en la práctica médica como en la cosmetología.

Palabras clave: Peloides, control sanitario, fangoterapia.

Los peloides son el resultado de la interacción de un elemento telúrico geológico y húmico (turba, marino, limo), un elemento hidromineral constituido por el agua termal y un elemento biológico, el más abundante y primordial. Este elemento biológico formado por una flora abundante, muy rico en algas y bacterias, tiene una bioquímica especial que hace de estos un complejo animado.1

El uso de los fangos medicinales o peloides con fines terapéuticos es una práctica que tiene tradición en Cuba y en otros países. La utilización de los peloides ha resultado una terapia eficaz para el tratamiento de diversas patologías;2,3 además se ha reportado su eficacia en la cosmetología.4 Por eso son ampliamente utilizados en nuestro sistema de salud en un gran número de instalaciones que abarcan el nivel del hospital, policlínico, la Clínica de Medicina Natural y Tradicional, los consultorios del médico de la familia y turismo de salud.

Las instituciones que utilizan los peloides en la terapéutica y la cosmetología deben garantizar las condiciones higiénicas requeridas y conocer la situación sanitaria de estos recursos en relación con las exigencias regulatorias establecidas. Actualmente es posible adquirir los fangos ya elaborados o disponer de ellos en diferentes instituciones, así como importarlos desde lugares lejanos, con garantía en sus propiedades físico-químicas, biológicas y sanitarias.

En relación con el empleo intensivo del tratamiento con fangos medicinales y su uso en la cosmetología, adquiere un interés especial el estudio de los indicadores bacterianos de contaminación y algunos microorganismos patógenos seleccionados que garantizan la seguridad de su utilización.

El empleo de indicadores de contaminación fecal en aguas ha sido un precedente que se ha utilizado para valorar la calidad sanitaria de otras muestras de origen ambiental. Entre los indicadores más utilizados se encuentran: coliformes totales, coliformes termotolerantes, Escherichia coli, estreptococos fecales, enterococos, colifagos y esporas de bacterias anaerobias sulfito-reductoras. Se plantean requisitos teóricos que se exigen a un indicador ideal de contaminación fecal;5 sin embargo, ninguno de los microorganismos indicadores conocidos cumplen todos estos requisitos.

Las exigencias para la toma de muestras, traslado y conservación del fango medicinal para análisis microbiológico se establecen en la Norma Cubana de Peloides.6 En ella se plantea que se debe comprobar la calidad microbiológica de estos en estación de lluvia y seca, en la zona de yacimiento y del agua que los cubre en el área de extracción y se tomarán muestras para este tipo de análisis en cada lote que se extrae.

Las primeras investigaciones para la determinación de microorganismos de interés sanitario, con el objetivo de garantizar el uso de peloides y aguas mineromedicinales sin perjuicio para la salud, se iniciaron en Cuba entre 1986 y 1987 por el Laboratorio Técnico de Medicamentos y posteriormente, en 1991, el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (INHEM) comenzó a trabajar en esta línea de investigación con el objetivo de obtener criterios metodológicos que sirvieran de base para la elaboración de normas que regularan el control sanitario. En la década del 90 otras instituciones, entre ellas el Balneario de San Diego en Pinar del Río, caracterizaron desde el punto de vista sanitario los fangos utilizados en su institución.

En los primeros años de la década de los 90 se formó un equipo de trabajo integrado por especialistas de varias instituciones para realizar la caracterización geológica, físico-química y biológica de los yacimientos, con posibilidades de tener fangos medicinales de calidad para iniciar o continuar su explotación a lo largo del país. Estos estudios sirvieron de base para elaborar una metodología para el control sanitario de los fangos medicinales, en la cual se emitieron criterios para garantizar las condiciones higiénico sanitarias en las áreas de extracción de los fangos y esta fue considerada al elaborar la Norma Cubana de Peloides.6,7

Cañas8 realizó una investigación desde enero de 1991 hasta junio de 1994 con el objetivo de caracterizar los indicadores de contaminación en aguas mineromedicinales y peloides utilizados en balneoterapia con vista a su normalización. Para el análisis de los peloides se seleccionó un servicio de fangoterapia de un hospital en Ciudad de La Habana. Se analizaron cuatro lotes de fangos sulfurados costeros de elevada mineralización que fueron extraidos en diferentes ocasiones del yacimiento y las aguas que los cubrían, las cuales —por el contenido del extracto acuoso— eran consideradas cloruradas sódicas magnésicas. Cada lote de fango fue analizado en el hospital en un ciclo de muestreo que abarcó cinco etapas: maduración, tamizaje (con malla menor de 0,25 mm), peloide tratado (homogeneizado y sometido a aproximadamente 60 °C), peloide usado y peloide en regeneración (durante seis meses).

Los indicadores físico-químicos determinados en los peloides fueron: pH, humedad, materia orgánica, sulfato y sulfuro, y los metales tóxicos biodisponibles: plomo, mercurio, berilio, cromo, níquel, vanadio, manganeso, zinc y cobre. Además, se realizó al fango (en la etapa de maduración) pruebas de irritabilidad dérmica aguda e irritabilidad dérmica iterativa en animales de experimentación. En cuanto a los indicadores microbiológicos, se analizaron los requeridos por la Norma Cubana de Peloides y coliformes totales, conteo de microorganismos aerobios mesófilos y colifagos. Se realizaron inspecciones sanitarias durante el estudio para evaluar y emitir recomendaciones en relación con las condiciones higiénicas que presentaron los depósitos de maduración y regeneración; así como del área donde se encontraban ubicados en el hospital.

Los fangos analizados conservaron la estabilidad en los parámetros químicos que lo hacen utilizable como producto terapéutico (contenido de sulfuro de hidrógeno) y resultaron inocuos para la aplicación cutánea con fines terapéuticos. La concentración de sulfuro de hidrógeno fue ligeramente mayor en la fase de maduración, y después de seis meses (en la etapa de regeneración) el fango no recuperó sus propiedades químicas.9

En la investigación antes mencionada se alertó sobre la necesidad de mantener un estricto control de las zonas de protección sanitaria del yacimiento y extremar las medidas al realizarse la extracción manual de los fangos para su traslado a los centros asistenciales, lo cual podría resultar en una posible fuente de contaminación.

En este estudio se obtuvieron muestras positivas a Pseudomonas aeruginosa, que cumplían con los requisitos microbiológicos en cuanto a los indicadores analizados, lo cual coincidió con lo reportado por Zotova.10 Se recomendó que la determinación de Pseudomonas aeruginosa debía ser incluida en la reglamentación del control microbiológico de los fangos medicinales. De igual forma, se obtuvo un incremento en la cuantificación de este microorganismo en las muestras de las aguas que cubrían a los fangos, lo cual pudo estar influenciado por la sustitución de la salmuera por agua de costa durante el período de uso en el hospital.

En esta investigación se concluyó que con el proceso de extracción, transporte, uso y regeneración de los fangos, estos se pueden contaminar por la manipulación y las condiciones a que son sometidos fuera de su entorno natural; que solo debía utilizarse salmuera para mantener los fangos medicinales una vez extraídos del yacimiento y que las condiciones constructivas y de limpieza de los depósitos de almacenamiento, así como el área donde estén ubicados, debían ser sometidos a inspecciones sanitarias periódicas para detectar posibles focos de contaminación.

Se ha estado estimulando la utilización de procederes tradicionales que son seguros y efectivos en la atención primaria de salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve la utilización apropiada de los sistemas tradicionales de medicina como parte de los programas de asistencia primaria de salud y estimula así el estudio de la utilidad potencial de esta, como uno de los pilares básicos sobre los que debe sustentarse esta atención. El Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) en la década de los 90 planteó la necesidad del establecimiento de un programa para la introducción acelerada del uso de las plantas medicinales, la acupuntura, así como de los recursos naturales, aguas mineromedicinales y fangos.11 La promoción del uso de la medicina tradicional y natural implica también la evaluación de sus procederes mediante métodos que garanticen los principios de seguridad, efectividad y calidad.12

Actualmente el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología es la unidad ejecutora de un proyecto aprobado por el Programa Ramal de Medicina Tradicional y Natural del MINSAP, y entre sus resultados esperados está obtener criterios que permitan establecer una metodología para la reglamentación del control microbiológico (desde el punto de vista sanitario de los fangos medicinales de origen salino en su etapa de uso en el tratamiento de diferentes patologías al nivel primario de atención) para garantizar una disminución del riesgo a la salud y obtener una medida del nivel de conocimiento, adherencia al tratamiento de fangoterapia, así como la aparición de reacciones adversas en los pacientes que lo reciban, lo cual brindará criterios a la dirección de atención primaria de salud que permitan ofertar un servicio de calidad a nivel de la comunidad. 

Summary

Reflections about the health control of medicinal muds or peloids

The importance of the rational use and correct handling of peloids according to present health standards was considered in this paper. Some results of research works as well as work projections in this field were also presented. Emphasis was made on the need of assuring health control in the application of harmless peloids both in medical practice and cosmetology.

Key words: Peloids, health control, mud therapy.

Referencias bibliográficas

1. Lary A. La Pelotherapie. Presse Thermale et Climatique 1980;117(1):1-11.

2. Fagundo JR. Fangos Medicinales. Disponible en URL: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/mednat/fangos_medicinales.pdf

3. Mazzulla S, Chimenti R, Sesti S, De Stefano S, Morrone M, Martino G. Effetto delle Bioglee solfuree su lesioni psoriasiche. Clin Ter 2004;155(22-12):499-504. Disponible en URL: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-bal/effetto_delle_bioglee_solfuree_su_lesioni_psoriasiche.pdf

4. Pérez M y Segarte FR. Utilización de recursos termales en la búsqueda de salud y belleza. Rev Cubana Farm 2001;35(3):207-10. Disponible en URL: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-bal/loyolamp_segartenr.pdf

5. WHO. Indicators (draft document) OECD, WHO, Ginebra. 2002. In: WHO. Evaluation of the method for detection of fecal contamination of drinking water. 2002.p.40. In: Water, Sanitation and Health Electronic Library. WHO. 2004.

6. Norma Cubana. Peloides. Especificaciones. NC 6. 1998.

7. Cañas R, Suárez M, Hernández MT, González MI. Metodología para el control sanitario de fangos medicinales. Memorias del II Congreso Internacional de Turismo de Salud. Publicación electrónica. 1996.

8. Cañas R, González MI, Suárez M, Hernández MT, Torres T, Junco R, et al. Indicadores de contaminación en aguas mineromedicinales y peloides utilizados en balneoterapia. Informe final. INHEM. 1995.

9. Hernández MT, García M, Altunaga L. Chemical and toxicological characterization of saline origin muds used in Balneotherapy. Medicina Clinica e Termale. 1997;40-41:153-7.

10. Zotova VI, Tishkova N, Afanasyeva MI. Investigation of peloid bacterial contamination in the process of its utilization. Gig Sanit 1988;71(8):86-7.

11. Bosch Valdés F. La medicina tradicional y natural en Cuba. Resumed 1999;12(1):3-6. Disponible en URL: http://bvs.sld.cu/revistas/res/vol12_1_99/res01199.htm

12. Quiñones La Rosa Ileana. Editorial. Rev Cubana Plant Med 2002;7(3):127-8. Disponible en URL: www.bvs.sld.cu/ rev istas/pla/vol7 _ 3_02/pla01 3 02.pdf

Recibido: 27 de mayo de 2006. Aprobado: 30 de agosto de 2006.
Lic. Maritza T. Suárez Pita . Departamento de Microbiología Sanitaria. Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Infanta 1158 e/ Llinás y Clavel, Ciudad de La Habana, Cuba. Email: saludamb@inhem.sld.cu

1Licenciada en Ciencias Biológicas. Investigadora Auxiliar. Instructora

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