Mi SciELO
Servicios Personalizados
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Revista de Ciencias Médicas de Pinar del Río
versión On-line ISSN 1561-3194
Rev Ciencias Médicas v.14 n.1 Pinar del Río ene.-mar. 2010
RECORDANDO A QUIEN FUERA COMO UN APÓSTOL DE LA MEDICINA
Dr. Tebelio Rodríguez del Haya nace en la ciudad de Pinar del Río el 22 de junio de 1906, en el seno de una respetable familia.
Se gradúa como médico en la Universidad de la Habana en 1929 y ese mismo año comienza a ejercer como médico honorario de los Servicios Sanitarios del municipio de Pinar del Río, donde es nombrado oficialmente el primero de julio de 1930.
En fecha tan temprana como el 30 de julio de 1930 aparece en la prensa local el reconocimiento que se le hace por la labor efectuada como médico de visitas esos Servicios Sanitarios Municipales consultando enfermos de "pobre solemnidad". El 15 de octubre del propio año se le ofrece otro homenaje en un hotel de la ciudad, en el cual se exaltan sus méritos en especial, por el Jefe Municipal de Sanidad.
En agosto de 1934 pronuncia ante el Club Rotario un discurso en que denuncia el abandono sanitario de la ciudad pinareña, el cual había provocado una epidemia de paludismo. La prensa de la época recoge testimonios de pacientes agradecidos por haber sido sanados gracias a sus tratamientos.
Su intenso protagonismo como activista social nunca le impidió ejercer su profesión de médico lo que hizo hasta poco antes de su muerte.
Trabajó en el Dispensario Anti-tuberculoso, ubicado donde radica hoy el Policlínico Turcios Lima, pero los pinareños lo recordamos sobre todo como brillante pediatra del antiguo Sanatorio de la Colonia Española, donde se ubica actualmente Hospital Pediátrico Provincial "Pepe Portilla". En su consulta de esa institución trabajaba hasta altas horas de la noche, atendiendo a todo el que solicitara sus servicios, sin preguntarle si tenía turno para ese día.
En su consulta particular o en su vivienda nunca le negó su asistencia a los muchos pacientes que la reclamaban, aunque no les cobraba sus honorarios a la gran cantidad de pobres que atendía con total dedicación, y a los cuales muchas veces les obsequiaba los medicamentos que les prescribía.
Profundamente preocupado al contemplar la insensibilidad de los que nos desgobernaban ante las acuciantes necesidades sanitarias, culturales y de todo tipo que padecía la ciudad de Pinar del Río, el Dr. Tebelio decide iniciar un movimiento popular asombroso bajo la consigna: " Dejemos de ser la Cenicienta".
Y así la noche del 26 de noviembre de 1941 funda junto con otros 16 ilustres pinareños, el Comité Todo por Pinar del Río, en la vivienda ubicada en la calle Maceo No 16 altos, al lado de la actual fábrica de tabacos Francisco Donatien.
Desde 1942, los 26 de noviembre y después del triunfo revolucionario, por acuerdo de la Asamblea Provincial del Poder Popular en 1984, se conmemora el Día de la Dignidad Pinareña.
En el artículo III del Reglamento del Comité se pueden leer las funciones que asumió, las cuales fueron: " Propugnar por todos los medios lícitos a su alcance, el mejoramiento sanitario, educacional, cultural, moral y social de la ciudad de Pinar del Río y sus alrededores, iniciando, sugiriendo, cooperando y realizando por si o por delegación, en la medida de sus posibilidades, toda obra que tienda a la consecución de los objetivos enunciados, sin espíritu de lucro, tendencia partidista política, religiosa, o sectaria alguna y estará siempre dispuesto a luchar por todo lo que constituya progreso y bienestar para sus habitantes.
Con esos objetivos en mente se lanzan el Dr. Tebelio y sus compañeros del Comité, a una lucha sin descanso, basada en su enorme prestigio y su inquebrantable fe y amor en su pueblo, a combatir la insalubridad y otros desórdenes públicos en cuyo propósito le acompañaron la población pinareña. La prensa siempre apoyó esta hermosa obra.
Desde que fundara el comité el Dr. Rodríguez del Haya lo presidió, desarrollando una energía y creatividad asombrosas. A principios de 1947 le traspasa el cargo de presidente a otro miembro de la directiva y él es nombrado Consejero del Comité el 2 de septiembre de ese mismo año y la institución rosigue su actividad benefactora.
El 6 de Febrero de 1950 aprovechando el prestigio y popularidad como profesional y como ciudadano, el Presidente Prío Socarrás, con el objetivo de dar un aspecto más respetable a su desprestigiado gobierno, lo nombra Ministro de Gobernación.
Tan solo ocho meses después, asqueado del ambiente que encontró en su Ministerio y en el Gobierno en general, renuncia al cargo y continúa su trabajo como médico en Pinar del Río.
Se le otorga el Premio Nacional a la Probidad en noviembre de 1956, como reconocimiento una vez más a su honradez.
El Comité Todo por Pinar del Río decidió cesar en sus funciones poco después del triunfo del pueblo en 1959 al derrocar a la tiranía batistiana, por entender que ya no era necesario su accionar, dado el programa que desarrollaba la Revolución triunfante y porque ya en ese momento había cumplido sus objetivos fundacionales. Por su parte, el Dr. Tebelio la acoge con entusiasmo y se identifica con sus principios. Lo recordamos vestido con su uniforme miliciano y repitiéndonos la frase: "Vale más un médico bueno que un buen médico".
Falleció en nuestra ciudad el 30 de abril de 1978, a los 71 años de edad.
Su sepelio constituyó una impresionante manifestación del dolor que sintió su pueblo y del amor que siempre le profesó a su amado hijo.
En la despedida de duelo se leyó un documento escrito por él mismo, en el cual pedía excusas por no haber podido hacer más en beneficio de su pueblo.
Reflexionando sobre la vida del Dr. Tebelio Rodríguez del Haya, siempre al servicio desinteresado de sus semejantes, para lo cual llevó a cabo una obra excepcional que redundó en una marcada mejoría del nivel sanitario y cultural de nuestra ciudad, así como en la elevación de la dignidad y la autoestima de sus habitantes, se puede considerar un verdadero ejemplo del papel que un médico debe desempeñar en función de su deber ante la sociedad que fue lo que le valió el reconocimiento general que ha trascendido hasta nuestros días.
Foto de archivo personal del autor.
Autores: Dr. Marco A. Montano, Profesor de Mérito y Consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río y Lic. Gerardo Ortega, historiador.