INTRODUCCIÓN
La Enfermería es una actividad que se inició con la humanidad, en su lucha por la supervivencia y la preservación de la vida humana. Durante largo tiempo ha sido un arte y una práctica basada en una filosofía general y, solo en los últimos decenios ha tomado su lugar entre las profesiones de salud, disminuyendo su dependencia frente a otras disciplinas para desarrollar un marco conceptual que le sea propio.
Su práctica ha comprendido desde las modalidades: profesional, técnica y auxiliar, hasta concebirse en el marco de programas de formación diferenciados por categorías: licenciado y técnico medio, cada uno con funciones básicas en ámbitos sociales diferentes y puntos de encuentro en la educación para asumir brindar un mejor cuidado.1
Se reconoce que fue Florence Nightingale (1823-1910) de nacionalidad inglesa, la primera persona en dar a conocer la Enfermería como profesión y, en consecuencia, es considerada como la madre de la Enfermería moderna. De igual modo a Nightingale también se le atribuye el primer programa conocido para formación de enfermeras, cuando en 1860 inició estas prácticas en los hospitales Santo Thomas y King’s College de Londres.2
Se considera que también fue ella, la precursora de la clasificación didáctica de las funciones de Enfermería por dimensiones: la dimensión asistencial se pone de manifiesto en la concepción en el cuidado de Enfermería; la dimensión docente al ser fundadora de las primeras escuelas de Enfermería como profesión y extender su modelo de formación al resto del mundo y la dimensión investigativa, en tanto se reconoce como una destacada investigadora científica.2
Este tipo de formación al inicio siguió el modelo no escolarizado, (3 no obstante el desarrollo de estrategias educativas proyectadas desde la propia formación del enfermero constituye un reclamo actual para el desarrollo de competencias, lo cual articula esta necesidad a retos que deben enfrentar tanto en su proceso formativo como en el desempeño profesional.4,5,6
El proceso de formación pedagógica (PFP) en todas las áreas del conocimiento, ha estado matizado por la necesidad de una preparación de los profesionales que trabajan en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje y en los procesos educativos en general, tanto en el ámbito escolar como comunitario. Sin embargo, el PFP de los estudiantes cubanos de la carrera Licenciatura en Enfermería en la actualidad, no permite que los egresados desarrollen capacidades pedagógicas que tributen al desarrollo del modo de actuación Educar.
El objetivo de analizar la tendencia histórico tendencial del proceso de formación pedagógica de los estudiantes de la carrera Licenciatura en Enfermería, su análisis conceptual y características.
DESARROLLO
La formación en Enfermería en Cuba se destaca en investigaciones con enfoques históricos, de salud, pedagógicas o didácticas, lo que coincide en su origen a partir de 1726, con el reconocimiento del inicio de la educación médica superior.1
Durante el período colonial, la formación en Enfermería tuvo un carácter empírico, en tanto los practicantes aprendían el modelo de los oficios o imitaban los procedimientos elementales aplicados en aquella época.3 Todas las escuelas oficializadas a partir de 1900, poseen como característica significativa los hospitales como escenarios de aprendizaje, lo cual constituye un antecedente no solo de formación pedagógica en la profesión, sino también de la educación en el trabajo como forma de organización y método de enseñanza aprendizaje en Cuba.
Consideraciones generales acerca de la formación pedagógica del estudiante de la Licenciatura en Enfermería
La labor pedagógica del Licenciado en Enfermería en la actualidad es tan compleja que exige al profesional el dominio de estrategias de enseñanza que faciliten su desempeño docente y educativo. Esto se debe a que su ejercicio como disciplina profesional, no se circunscribe únicamente al ámbito del cuidado (autocuidado, cuidado del paciente y su familia, la comunidad, las personas del equipo de salud y el medio ambiente), sino que incluye las actividades de investigación, docencia y gestión de los recursos de salud.4
La formación inicial como proceso sustantivo de la universidad se fundamenta en un modelo pedagógico que determina las aspiraciones, el contenido, las acciones y los escenarios de formación concretados y articulados de manera sistémica desde el componente académico, laboral, investigativo y extensionista. Lo que su vez está determinado por los problemas que en la práctica social ese profesional debe resolver. Supone no solo brindar los conocimientos necesarios para el desempeño profesional, sino también lograr una formación en sentido amplio. Este criterio es aplicable al contexto escolar y a cualquier otro en que tenga lugar la acción pedagógica del enfermero.5
El objetivo de la formación pedagógica, básicamente ha estado asociado a la apropiación, por parte del alumno, de conocimientos, habilidades, valores, cualidades y actitudes necesarias para el ejercicio de la actividad docente. Sin embargo, para muchos investigadores 1, hoy esta formación rebasa la labor tradicional del educador en la enseñanza frontal o contexto áulico con los estudiantes. También tiene en cuenta las funciones del especialista en relación con la atención tutorial a los estudiantes que realizan prácticas pre-profesionales en su área de actuación, entre otros aspectos. Se considera incluso, que poseer una formación pedagógica permite al enfermero conducir con más calidad los procesos de atención a las demás personas con que interactúa como parte de su rol profesional (promoción y educación para la salud), imprimiéndole a estos un carácter educativo.5
De modo que la formación pedagógica resulta pertinente para el estudiante de la carrera Licenciatura en Enfermería en tanto, facilita:
La comprensión de la realidad educativa global y de los contextos específicos en que tiene lugar su labor educativa.
El desempeño en la gestión del proceso de enseñanza-aprendizaje y los procesos pedagógicos escolarizados de forma general.
Una actitud crítica ante los problemas sociales y grupales que inciden en los procesos específicos de enseñanza- aprendizaje y educativos en general.
El desarrollo sistemático de actitudes positivas para el perfeccionamiento permanente de la labor pedagógica en el desempeño profesional.
La dirección de proyectos curriculares institucionales y sus procesos de implementación en contextos determinados.
La atención individualizada, tutorial o grupal a los estudiantes que realizan la educación en el trabajo.
La dirección de los procesos educativos de promoción, prevención y rehabilitación en salud a partir del conocimiento de las características de las personas que reciben su influencia educativa.
Según lo expuesto, la formación pedagógica del Licenciado en Enfermería en la actualidad debe contribuir a la modelación de un enfermero-educador-investigador, con amplia formación humana y social, a tal punto que constituya un agente de cambio de sí mismo, de sus estudiantes y de la comunidad circundante donde la educación se orientará, también, a enseñar, aprender, trabajar, investigar, innovar, crear y existir; con una mayor calidad de vida.
Algunos autores, aluden en ese sentido los retos que tales premisas implican para el enfermero, en primer lugar, por tener que encontrarse consigo mismo y por la necesidad de poseer herramientas teóricas, conceptuales, didácticas, psicopedagógicas y metodológicas; que le permitan conocer a profundidad el medio y a los que forma. En segundo orden, debe dominar el campo del conocimiento específico para ejecutar su función como educador y tener elementos que le permitan profundizarlos, aplicarlos y estar en permanente actualización.6
Los modos de actuación en la carrera de Enfermería
Tal nivel de actualización posibilita que el proceso formativo del Licenciado en Enfermería se desarrolle con base en un profesional de perfil amplio, capaz de resolver los principales problemas que se presentan en las diferentes esferas de su actuación profesional, lo cual se revela a través del modo en que el sujeto actúa sobre el objeto de la profesión; para ello debe movilizar todos los conocimientos, habilidades, capacidades y actitudes de los que se apropió durante su formación, expresados en sus modos de actuación profesional.7
Investigadores consultados consideran los modos de actuación como la acción del profesional sobre el objeto de trabajo u objeto de la profesión, manifestada en una estrecha dependencia entre las necesidades sociales y los recursos cognitivos y volitivos que posee el sujeto para buscar las vías de solución a los problemas de su profesión de carácter teórico y/o práctico.8
El análisis del objeto de estudio de la profesión Enfermería, permite apreciar que el accionar del enfermero debe tener una intencionalidad marcada hacia el cuidado a la persona, la familia, la comunidad y el entorno. Ello requiere de un diagnóstico y tratamiento sistemático, individual y colectivo, de las manifestaciones del proceso salud-enfermedad, sobre la base de acciones de promoción, prevención, curación y rehabilitación para garantizar el bienestar físico, mental y social en el orden docente, administrativo e investigativo.7
Esta investigación de las diferentes esferas de actuación profesional del enfermero permite comprender la necesidad de formar en ellos durante la educación superior cinco modos de actuación específicos: Diagnosticar, Tratar, Investigar, Administrar y Educar.
El estudio del contenido de estos modos de actuación permite entender cómo en los primeros cuatro, se encuentran presentes acciones donde el enfermero tendrá que movilizar su formación educativa y pedagógica, en tanto ponen en el centro del proceso al ser humano como factor más importante.
De manera específica, la formación del modo de actuación Educar, habilita al estudiante para, una vez graduado, desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje en la formación de otros recursos humanos, personal afín y en actividades de educación para la salud a personas, familias, y comunidad.7
Es decir, el estudiante debe formarse como educador en todo el sentido amplio de la palabra en tanto esta categoría está presente en todas las esferas de actuación del enfermero, tranversalizando el resto de los modos de actuación profesional.
La formación pedagógica del estudiante de Licenciatura en Enfermería en Cuba, desde la visión de la docencia y de la educación
Como se ha visto con anterioridad, tener en cuenta la formación pedagógica del Licenciado en Enfermería implica, no solo reconocer sus cualidades como docente, sino también como educador en su sentido estrecho. Lograr este objetivo permite formar en los estudiantes el modo de actuación Educar.
Investigadores en Ciencias de la Salud, al analizar las funciones y las esferas de actuación del enfermero, coinciden en que la formación pedagógica debe incluir tanto lo docente como lo educativo, sin dejar de reconocer la complementariedad existente entre ambos conceptos. El primero, concebido desde el propio proceso de enseñanza-aprendizaje y el segundo visto desde el resto de los procesos que intervienen en las esferas de actuación del enfermero. 1,2,5,7
En función de ello, los contenidos de la estrategia curricular Comunicación interpersonal y formación pedagógica, se orientan al desarrollo de las funciones que le corresponden en las actividades asistenciales, administrativas, docentes e investigativas, en las diferentes condiciones que se presenten para el desarrollo de su trabajo, dentro del marco de competencias establecidas en el modelo del profesional.7
Las funciones relacionadas con el proceso de enseñanza-aprendizaje como: la identificación de necesidades de aprendizaje y dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje inicial y continua, la realización de tutorías e impartición de docencia incidental en el puesto de trabajo, la capacitación a brigadistas sanitarias y grupos voluntarios de la comunidad, el desarrollo de actividades formativas con los estudiantes ubicados en su servicio; constituyen componentes de dicha estrategia.
Esta incluye también, funciones vinculadas a otras esferas de actuación como: la planificación y ejecución de actividades de promoción, prevención, curación y rehabilitación de la salud a individuos, familia y comunidad; el análisis, discusión e implementación de acciones relacionadas con la situación de salud de su población; asesoría y consulta a individuos, familias y comunidades; diseño, planificación y participación en programas de educación permanente en sus diferentes esferas de actuación; diagnóstico de la situación de salud de su población para la detección de grupos vulnerables, factores de riesgo; valoración y promoción de cambios en los modos y estilos de vida del individuo, la familia y la comunidad así como la elaboración de programas de educación y estrategias de salud, en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de la familia y la comunidad.
En virtud de lo anterior, la formación docente con carácter específico en el proceso de enseñanza-aprendizaje inicial y continuo, resulta básica para la labor educativa que tiene lugar en el resto de las esferas de actuación. Por ejemplo: concebir una actividad educativa en una comunidad determinada obliga a tener en cuenta todos los componentes personales y no personales que conforman el proceso.
Comprender esas relaciones en el estudio del proceso de formación pedagógica del estudiante de la Licenciatura en Enfermería, implica tener en cuenta la visión integradora de la docencia y de la educación por su influencia determinante en la concepción de la estrategia general de la carrera, pues, no basta el trabajo eficiente desde la estrategia curricular Comunicación interpersonal y formación pedagógica, las disciplinas y las asignaturas que la integran y coordinan para cumplir el encargo social del modelo de formación del profesional.
Por ello, la formación pedagógica en la carrera Licenciatura en Enfermería forma parte de la formación integral del profesional. Las peculiaridades que singularizan su modo de actuación exigen, al tiempo que su preparación profesional específica en el área de la salud, el acceso a los conocimientos sobre la formación de la personalidad del profesional, conocidos como pedagógicos desde el pregrado, lo que debe permitir al futuro enfermero ampliar su campo de acción profesional, permitiéndole formarse gradualmente como educador de familia, pacientes y comunidad y, además como docente.1,5
Criterios de otros autores coinciden con respecto a las insuficiencias de la formación pedagógica que aún persisten en el proceso formativo, al no lograrse la participación activa de docentes y asignaturas e incluir la disciplina principal integradora en su desenvolvimiento, situación que incide en el carácter reduccionista que se signa a la estrategia curricular antes mencionada.1
Las estrategias curriculares de la carrera Enfermería y su importancia en el modo de actuación Educar
El concepto estrategias curriculares ha sido abordado en diversas investigaciones, a partir de las cuales se han relacionado sus orígenes con los nombrados Programas Directores o Ejes transversales, destacados durante la década de 1990 e inicios del 2000, con aquellos objetivos generales que no es posible alcanzar desde el contenido de una sola disciplina y demandan el concurso adicional de las restantes. En esa medida se ha declarado la necesidad de su integración coherente al plan de estudios como parte del diseño curricular de cada carrera.9,10
En opinión de varios autores, asumir esos criterios, significa comprender que las estrategias curriculares requieren reflexión didáctico-metodológica de carácter analítico-sintética desde el plan de estudio de cada carrera y, en consecuencia, pueden ser vistas como espacios curriculares interdisciplinarios que satisfacen demandas generales (conocimientos, habilidades, valores y modos de actuación profesional).11,12
En igual sentido, se ha determinado que no basta con el trabajo metodológico concebido en el nivel institucional y en la facultad o en el departamento, si en los colectivos de carrera, de disciplinas o de años, no se logra la continuidad con el mismo grado de calidad y concreción. 13
El estudio exploratorio realizado al componente Estrategias curriculares del proceso formativo, permite establecer que:
las estrategias curriculares favorecen la orientación de los diseños de las carreras de la educación superior hacia las necesidades socioculturales contemporáneas con mayor pertinencia y sentido integrador.
concebir el proceso formativo a partir del trabajo centrado en las estrategias curriculares, exige un adecuado accionar coherente y consciente de los docentes en su implementación, e implica tanto al trabajo disciplinar de cada área de conocimientos como el que tiene lugar entre todas las disciplinas.
las estrategias curriculares necesitan de la influencia integrada, sistémica, coordinada y coherente de los colectivos pedagógicos, a nivel de carrera, de año y de disciplina, en aras de lograr el necesario equilibrio y complementación entre los procesos sustantivos.
En correspondencia con estos precedentes, la formación del Licenciado en Enfermería se concibe a través de varias estrategias curriculares interdisciplinarias, que se derivan y relacionan con la estrategia principal de formación, enfocada de manera integral a la labor educativa de los estudiantes en función del cumplimiento de los objetivos propuestos en el modelo del profesional, los cuales se orientan a brindar cuidados de enfermería a la persona, la familia y la comunidad sanas, en riesgo y/o enfermas en relación recíproca con su medio natural y social. Lo que toma como base las necesidades de salud humanas y su satisfacción a través de la aplicación del Método Científico de la Profesión: Proceso de Atención de Enfermería, extendido a la familia y la comunidad.14
En la formación de este modo de actuación cobra especial importancia la estrategia Comunicación interpersonal y formación pedagógica; ello significa que los objetivos y contenidos de las asignaturas que coordinan la estrategia (Psicología y proceso de enseñanza-aprendizaje), estén concebidas necesaria y suficientemente para que los estudiantes, una vez graduados, puedan desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje tanto en la formación de los recursos humanos de Enfermería, personal afín como en las actividades de Educación para la Salud a personas, familias, y comunidad.14
Sin embargo, solo con la anterior estrategia curricular no será posible formar el modo de actuación Educar; se requiere de las 11 estrategias curriculares restantes.7
El contenido de cada una de ellas dirigido, con prioridad a la formación profesional en el resto de las esferas de actuación, es tranversalizado por el modo de actuación Educar, en tanto el enfermero en cada una de sus esferas debe actuar como un educador, dadas las acciones de promoción, prevención, curación y rehabilitación que conforman los contenidos de la profesión, donde está presente la función docente y asistencial.
Como se observa, los análisis que resaltan la importancia del papel de las estrategias curriculares para formar el modo de actuación Educar, las perciben como factores externos necesarios en el cumplimiento de ese objetivo y no como componentes intrínsecos del referido modo de actuación.
Lo anterior obliga a que, en la concepción metodológica de cada una de las estrategias, disciplinas y asignaturas, así como en la concepción integral de todas las estrategias en su conjunto esté presente, con carácter intencional, la proyección de los objetivos y contenidos con la salida correspondiente en el modo de actuación Educar.
Este trabajo debe ser concebido de manera general desde la estrategia principal de la formación de la carrera. Además, debe ser coordinado de manera sistemática en los colectivos de carrera, año y disciplina, pues en ellos debe precisarse la derivación estratégica y gradual por años, disciplinas y asignaturas, que permita el seguimiento ascendente e integral del estudiante, de manera tal que permita su implementación en correspondencia con los objetivos de año. (15
Los autores reconocen la clase como principal forma de organización del proceso de enseñanza-aprendizaje. Debe procurarse que el docente tenga en cuenta el modo de actuación Educar desde la preparación de la actividad docente de modo que intencione, a través del contenido, la salida pedagógica que esta puede tener, de acuerdo a las esferas de actuación del enfermero.
Las estrategias curriculares constituyen núcleos articuladores que permiten proyectar, conducir y evaluar de manera integradora las acciones específicas de todas las disciplinas en función de aspectos comunes de obligado y necesario cumplimiento en la formación del modo de actuación Educar.
De modo que, en el trabajo por la formación pedagógica de los estudiantes de la Licenciatura en Enfermería, en función de formar el modo de actuación Educar, tienen responsabilidad todas las estrategias curriculares de la carrera. Esta labor debe tener carácter integrador, sistémico, interdisciplinar e intencional. Todas las actividades que integran el proceso formativo deben tributar a la formación de este modo de actuación.
La formación pedagógica debe convertir al enfermero en un profesional activo, reflexivo; que realice juicios, tome decisiones, defina los objetivos y todo lo que conlleva el proceso de enseñanza; al planificar su actividad de acuerdo con diferentes alternativas de actuación según el contexto y sus posibilidades de aplicación.
Los autores asumen que esta formación pedagógica será más efectiva si se toman en cuenta las realidades de la práctica, puesto que hoy se le concede gran importancia al aprendizaje en el lugar de trabajo, donde se define el Proceso de Formación Pedagógica del estudiante de Enfermería como el proceso integrador, sistémico e intencional de las estrategias curriculares de la carrera. A la vez que forma parte del modo de actuación Educar, prepara al futuro profesional de la Enfermería para desempeñarse profesionalmente en su función docente, en la orientación a pacientes y familia durante el proceso salud-enfermedad y en la promoción de salud y prevención de enfermedades en la población.
CONCLUSIONES
El modo de actuación Educar resulta un componente importante en la formación del Licenciado en Enfermería, que se concreta en la relación docencia-servicio, ya sea como profesor (de la educación técnica y la educación superior) en instituciones prestadoras de salud o, en su propia labor asistencial en la relación paciente-familia. En la formación de los profesionales de Enfermería con énfasis en el desarrollo de este modo de actuación, deben considerarse no solo conocimientos y habilidades, sino valores y actitudes que permitan una elevada calidad y eficiencia en la promoción, prevención, diagnóstico, curación y rehabilitación de pacientes.
Ello requiere, además de la preparación en su ciencia, que desarrolle simultáneamente capacidades para integrarlos a la transformación de los servicios que brinda, en forma de competencias profesionales para ejercer la docencia. El proceso de enseñanza-aprendizaje de estos contenidos profesionales proporciona las condiciones al futuro profesional de la Enfermería para hacer efectivo el modo de actuación Educar