INTRODUCCIÓN
Durante la infancia, la alimentación es esencial para asegurar el crecimiento y mantener la salud, pero además se trata de un período que ofrece importantes oportunidades para establecer hábitos alimentarios saludables que persistirán a lo largo de la vida.1
La hospitalización infantil implica un peligro al estado nutricional. Se relaciona con aumento de los requerimientos energéticos y nitrogenados por dificultad en la ingestión, digestión y absorción de nutrientes, así como de las pérdidas. A esta situación también contribuyen de forma negativa otros factores como son: ayunos prolongados para realización de estudios, abuso de fluidoterapia, falta de valoración de necesidades específicas de nutrientes, instauración tardía de soporte nutricional entre otros.2)
La evaluación del estado de nutrición nutricional se realiza mediante indicadores clínicos, bioquímicos, antropométricos y dietéticos. Le permite al equipo de atención, conocer o estimar el estado de nutrición de los infantes a su ingreso en la institución, identificar los que están en riesgo de malnutrición (por defecto y exceso), prevenirla y realizar la vigilancia y monitoreo al manejo nutricional orientado.2
El balance energético es concebido como el estado en que el ingreso de energía, en forma de alimento equivale a la energía gastada principalmente por el metabolismo basal y la actividad física. El balance entre las necesidades de energía y la ingesta calórica es el principal determinante del peso corporal. Cuando hay un balance positivo y la dieta aporta más energía de la necesaria, el exceso se almacena en forma de grasa dando lugar al sobrepeso y obesidad (malnutrición por exceso). Por el contrario, cuando la ingesta de energía es inferior al gasto, se hace uso de las reservas corporales de grasa y proteína, produciéndose una disminución del peso que puede terminar en desnutrición (malnutrición por defecto).3
En la actualidad, la desnutrición continúa siendo uno de los problemas con alta prevalencia en el paciente pediátrico a nivel mundial, fundamentalmente en los países de medianos y bajos ingresos. Es el estado resultante de una dieta deficiente en uno o varios nutrientes esenciales o a la mala asimilación de los alimentos.4
La desnutrición compromete el sistema inmunológico de los niños exponiéndolos a un riesgo mayor de muerte o enfermedad grave como consecuencia de infecciones habituales en la infancia. Es el resultado de infecciones recurrentes, que pueden empeorar aún más el estado nutricional en un tiempo en que sus necesidades nutricionales son mayores.4
Puede ser primaria, cuando es producida por la ingesta insuficiente, inadecuada, desequilibrada o incompleta de nutrientes, o secundaria cuando es debida a alteraciones fisiopatológicas existentes que interfieren con la ingesta, absorción, utilización y excreción de nutrientes.4
Para disminuir la prevalencia de desnutrición entre los niños hospitalizados resulta importante identificar oportunamente, los que presenten riesgo de padecerla En este contexto surge la necesidad de la evaluación nutricional correcta, factor importante del tratamiento integral ya que, a través de ella, se determinan las condiciones metabólicas y sus necesidades energético-proteicas.5
La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se reúnen cada año para contribuir a mejorar mediante estrategias, el estado de nutrición, el crecimiento y desarrollo. Lo cual repercute en la salud y de este modo, en la supervivencia de los lactantes y niños pequeños. Sin embargo, los problemas de malnutrición son cada vez más frecuentes, en unos casos por la falta de alimentos, sobre todo en los países subdesarrollados. Las enfermedades diarreicas matan a 525 000 niños menores de cinco años cada año. En el mundo en el 2018 se enfermaron unos 1700 millones de casos de enfermedades diarreicas infantiles. En América Latina, el 40 % de las familias viven en extrema pobreza, y más del 50 % de los niños padecen de desnutrición energético-proteica (DPE). En África, más de cinco millones de niños mueren todos los años, la mitad de todas las defunciones es debido a ella.6
Maciques R. y col.,7) en un estudio realizado sobre la frecuencia de desnutrición pediátrica en hospitales de Cuba en el año 2014, constataron en una muestra de estudio constituida por 1.951 niños, de ellos, un 64,3 % eran menores de cinco años y un 35,6 % tenían más de cinco años. El 12,1 % de los niños evaluados se encontraban malnutridos por defecto en el momento del ingreso hospitalario y 30,1 % de los niños presentaban obesidad.
En la provincia de Pinar del Río, la frecuencia de desnutrición en los niños ingresados en el Hospital Pediátrico” Pepe Portilla” fue de un 29 %, lo que ilustra la magnitud de este fenómeno.8
Las infecciones respiratorias y digestivas constituyen las principales causas de asistencia a la consulta de pediatría, siendo así las que más ingresos hospitalarios tributan. Un grupo de pacientes presentan una valoración nutricional inadecuada, lo cual produce una estadía hospitalaria prolongada o un reingreso frecuente en los servicios pediátricos donde no se les realiza una adecuada evaluación nutricional teniendo en cuenta los parámetros bioquímicos y dietéticos. La actualidad enmarca la necesidad de elevar la calidad de vida de la población, teniendo como punto de partida el estado nutricional adecuado de los niños desde la primera infancia. Constituye uno de los mayores retos y una de las necesidades de la provincia.
Por todo lo anterior, es que surge la necesidad por parte de los autores de realizar la presente investigación, con el objetivo de evaluar el estado nutricional de los pacientes ingresados en el servicio de Misceláneas del Hospital Pediátrico “Pepe Portilla”, en el período de enero a septiembre del 2018.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo de corte transversal. El universo lo constituyeron 62 pacientes que se encontraron hospitalizado servicio de Misceláneas del Pediátrico “Pepe Portilla” de la provincia Pinar del Río. Cumplieron los criterios de inclusión y exclusión 40 pacientes menores de cinco años. Se efectuó una entrevista a los padres o tutores y se realizó la evaluación del estado nutricional. Los resultados fueron reunidos en una planilla de recogida de datos creado al efecto. Se empleó la estadística descriptiva, mediante frecuencias absolutas y relativas.
Criterios de inclusión
Criterios de exclusión
La evaluación de estado nutricional se realizó a través de métodos clínicos, antropométricos y bioquímicos.
Métodos clínicos: se obtuvieron a través del interrogatorio a padres o tutores y durante el examen físico realizado al paciente.
Manifestaciones clínicas de mala nutrición: si o no
Por defecto: apatía, pobre grasa corporal (subcutánea), palidez cutáneo mucosa, pelo delgado, claro o quebradizo, presencia de edema,
Por exceso: aumento del panículo adiposo (subcutánea).9
Antropométricos: las enfermeras del servicio de misceláneas con previa capacitación realizaron las siguientes mediciones: peso, talla, y circunferencia braquial (CB) con las técnicas recomendadas, según establece el programa biológico internacional.10
Los índices antropométricos utilizados son combinaciones de mediciones o con la edad por sexo. Fueron utilizadas las tablas cubanas de peso/talla, peso/edad, talla/edad circunferencia braquial/edad según sexo.
Clasificación:
Peso/talla: menor3P Desnutrido. 3-10P Delgado. 10-90P Normopeso. 90-97PSobrepeso. Mayor 97P Obeso.
Peso/edad menor 3P Bajo peso. 10-90PPeso adecuado. Mayor 90PPeso elevado.
Talla/edad menor 3P Baja talla. 10-90PTalla normal. Mayor 90P Talla elevada.
Circunferencia braquial/edad: 10P Desnutrido. 10P-90P Normal. Mayor 90PExcesivo
Los puntos de corte se tomaron de las normas cubanas de crecimiento y desarrollo.11,12
Bioquímicos: Para la realización de los complementarios se utilizó el analizador hematológico HUMAN para la realización de la hemoglobina, y la albúmina, las proteínas totales, conteo total de linfocitos y la glucemia por el analizador químico ELIMAT. Conjuntamente el analizador químico IN LAB 240 de la CPM el cual interpreta el hierro sérico y la ferritina sérica. Los resultados se clasifican según los siguientes puntos de corte:
Hemoglobina: menos 11,0 (g/dl) Anemia. Mayor 11,0 (g/dl). No anemia.
Albúmina: hipoalbuminemia menos de 30g/l.
normoalbuminemia: 30-55g/l.
hiperalbuminemia: mayor de 55g/l.
Proteínas totales: hipoproteinemia: menos de 60g/l.
normoproteinemia: 60- 80g/l.
hiperproteinemia: más de 80g/l.
Conteo total de linfocitos: Deficiencia: menor de 1800.
Normal: 1800-2000.
Glucemia: normal 70-100 mg/dL (3.8-5.5 mm/l).
alterada 101-125 mg/dL (5.6-6.9 mm/l).
diabetes mellitus más de 125 mg/dL (7.0 mm/l).
Hierro sérico: deficiencia menor de 9umol/l.
normal: 9-27umol/l.
alto: mayor de 27umol/l.
Ferritina sérica: deficiencia menor de 30mcg/l.
normal 30-400mcg/l.
alto: mayor de 400mcg/l.
Solo se les realizó hierro sérico y ferritina a los pacientes que tenían la hemoglobina por debajo de los valores considerados como normales.13,14
Las mediciones de los indicadores antropométricos y bioquímicos se realizaron en ayunas al día siguiente del ingreso.
Los datos sociodemográficos (edad, sexo, zona de residencia), antecedentes personales (lactancia materna, el uso de suplementos nutricionales) y los antecedentes obstétricos de la madre se obtuvieron durante la entrevista a los padres o tutores de los pacientes y de la historia clínica. Los resultados de la evaluación nutricional fueron reunidos en una planilla de recogida de datos creada al efecto y llevados a una base de datos automatizada en Excel para su ulterior procesamiento estadístico, los cuales se describieron con el empleo de la estadística descriptiva, mediante frecuencias absolutas y relativas porcentuales. Fue utilizado el sistema estadístico profesional SPSS 18.0.
El presente estudio contó con la aprobación del Comité de Ética de Investigación y del Consejo Científico del Hospital Provincial Docente Pediátrico “Pepe Portilla” de la provincia Pinar del Río, quienes revisaron la calidad del proyecto y el adecuado cumplimiento de los procedimientos éticos. Se consideró oportuno el consentimiento oral y escrito de los padres que aceptaron que sus hijos participaran en el estudio.
RESULTADOS
La caracterización sociodemográfica, peso al nacer y la lactancia de la serie de estudio. La mayoría de los pacientes evaluados eran menores de un año (55 %), del sexo masculino (52,5 %), residían en zona rural (75 %) y tuvieron un peso adecuado al nacer (87,5 %). La lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y complementada hasta los dos años fue baja (37,5 % vs 5 %) respectivamente. (tabla 1)
Características | No. | % |
---|---|---|
Edad | ||
Menor 1 año | 22 | 55,0 |
≥ 1 año | 18 | 45,0 |
Total | 40 | 100 |
Sexo | ||
Masculino | 21 | 52,5 |
Femenino | 19 | 47,5 |
Total | 40 | 100 |
Zona | ||
Urbana | 10 | 25,0 |
Rural | 30 | 75,0 |
Total | 40 | 100 |
Peso al nacer | ||
Bajo peso | 3 | 7,5 |
Peso adecuado | 35 | 87,5 |
Peso elevado | 2 | 5,0 |
Total | 40 | 100 |
Lactancia | ||
Materna exclusiva hasta los 6 meses | 15 | 37,5 |
Mixta | 15 | 37,5 |
Artificial | 10 | 25,0 |
Total | 40 | 100 |
Lactancia materna complementada hasta los 2 años | ||
Sí | 2 | 5,0 |
No | 38 | 95,0 |
Total | 40 | 100 |
Fuente. Historia clínica
La utilización de suplementos nutricionales de los pacientes objeto de estudio. Se encontró que 85 % de los niños tomaba algún tipo de suplemento nutricional, siendo el 47,5 % los complejos multivitamínicos los de mayor empleo. (Tabla 2)
Suplementos nutricionales | No. | % |
---|---|---|
Multivitaminas | 19 | 47,5 |
Ácido fólico | 11 | 27,5 |
Forferr | 4 | 10,0 |
No | 6 | 15,0 |
Total | 40 | 100 |
Fuente. Historia clínica
La caracterización sociodemográfica de las madres de los pacientes estudiados. Predominó el grupo de edad entre 20 a 35 años (77,5 %), siendo la media de 28,2±5,8 años. Según el nivel de escolaridad 32,5 % eran universitarias. A la captación del embarazo la mayoría tenía un peso adecuado (60 %). La edad gestacional en el momento del parto fue entre las 37-41,6 semanas en 67,5 %. (Tabla 3)
Características | No. | % |
---|---|---|
Edad de la madre (años) | ||
Menos de 20 | 3 | 7,5 |
De 20 a 35 | 31 | 77,5 |
Más de 35 | 6 | 15,0 |
Total | 40 | 100 |
Escolaridad de la madre | ||
Primaria | 1 | 2,5 |
Secundaria | 8 | 20,0 |
Técnico Medio | 8 | 20,0 |
Pre Universitario | 10 | 25,0 |
Universitario | 13 | 32,5 |
Total | 40 | 100 |
Estado nutricional a la captación del embarazo | ||
Peso deficiente | 4 | 10,0 |
Adecuado | 24 | 60,0 |
Sobrepeso | 10 | 25,0 |
Obesidad | 2 | 5,0 |
Total | 40 | 100 |
Embarazos anteriores | ||
Sí | 30 | 75,0 |
No | 10 | 25,0 |
Total | 40 | 100 |
Tiempo de Gestación | ||
Pretérmino | 13 | 32,5 |
A término | 27 | 67,5 |
Total | 40 | 100 |
Fuente. Historia clínica
La distribución de los pacientes evaluados mediante indicadores antropométricos según sexo. La mayor representatividad fueron los normopesos en ambos sexos (42,8 % masculino y 57,9 % femenino) según peso para la talla. Con respecto al peso para la edad y la talla para la edad, en más del 70 % de los pacientes se encontró normal en ambos sexos. La circunferencia braquial se comportó normal o excesiva en todos los pacientes. (Tabla 4)
Sexo | ||||
---|---|---|---|---|
Características | Masculino | Femenino | ||
No. | % | No. | % | |
Peso/Talla | ||||
Desnutrido | 3 | 14,3 | 4 | 21,1 |
Delgado | 3 | 14,3 | 2 | 10,5 |
Normopeso | 9 | 42,8 | 11 | 57,9 |
Sobrepeso | 5 | 23,8 | 2 | 10,5 |
Obeso | 1 | 4,8 | 0 | 0 |
Total | 21 | 100 | 19 | 100 |
Peso/Edad | ||||
Bajo peso | 1 | 4,8 | 4 | 21,1 |
Peso adecuado | 15 | 71,4 | 14 | 73,6 |
Peso elevado | 5 | 23,8 | 1 | 5,3 |
Total | 21 | 100 | 19 | 100 |
Talla/ edad | ||||
Baja talla | 0 | 0 | 1 | 5,3 |
Talla normal | 16 | 76,2 | 17 | 89,4 |
Talla elevada | 5 | 23,8 | 1 | 5,3 |
Total | 21 | 100 | 19 | 100 |
Circunferencia braquial/edad | ||||
Normal | 17 | 81,0 | 16 | 84,2 |
Excesivo | 4 | 19,0 | 3 | 15,8 |
Total | 21 | 100 | 19 | 100 |
Fuente. Historia clínica
La distribución de los pacientes evaluados según variables hematológicas e inmunológicas. En cuanto a la hemoglobina, 18 tenían anemia. De ellos 14 (77,8 %) mostraron déficit de hierro sérico. El valor de la ferritina estuvo por debajo de la cifra de normalidad en siete (38,9 %). (Tabla 5).
Variables hematológicas e inmunológicas | No. | % |
---|---|---|
Hemoglobina | ||
Anemia | 18 | 45,0 |
No anemia | 22 | 55,0 |
Total | 40 | 100 |
Conteo Total de Linfocitos | ||
Deficiente | 5 | 12,5 |
Normal | 35 | 87,5 |
Total | 40 | 100 |
Albúmina | ||
Hipoalbuminemia | 1 | 2,5 |
Normal | 36 | 90,0 |
Hiperalbuminemia | 3 | 7,5 |
Total | 40 | 100 |
Proteínas Totales | ||
Bajas | 1 | 2,5 |
Normales | 39 | 97,5 |
Total | 40 | 100 |
Glucemia | ||
Normal | 40 | 100,0 |
Hierro Sérico | ||
Deficiencia | 14 | 77,8 |
Normal | 4 | 22,2 |
Total | 18 | 100 |
Ferritina | ||
Deficiencia | 7 | 38,9 |
Normal | 8 | 44,4 |
Alto | 3 | 16,7 |
Total | 18 | 100 |
Fuente. Historia clínica
DISCUSIÓN
La Asamblea Mundial de la Salud en el año 2018 aprobó un plan de aplicación integral sobre nutrición materna, del lactante y del niño pequeño que identifica seis metas mundiales relacionadas con resultados de nutrición prioritarios y que deberán alcanzarse para 2025. Cinco de ellas son: reducir un 40 % el número de menores de cinco años que sufren retraso del crecimiento en el mundo, reducir un 30 % los casos de insuficiencia ponderal al nacer, conseguir que no aumente el sobrepeso infantil, aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida hasta llegar al 50 % como mínimo y reducir y mantener por debajo del 5 % la emaciación infantil.15)
En el estudio presentado se evaluaron tanto datos prenatales, como postnatales donde se incluyó la evaluación del estado de nutrición de los pacientes, en aras de alcanzar los objetivos propuestos.
En un estudio realizado a pacientes menores de cinco años ingresados en una institución de tercer nivel de atención en México, más de la mitad de los pacientes hospitalizados desde su ingreso presentaban desnutrición (66 %). En general, la mayoría de los sujetos presentaron descenso en el peso, consecuentemente para P/T entre ocho y 16,7 %.16 En cuanto al grupo de edades y el sexo la investigación coincide con lo reportado por Sosa Zamora,17 con predominio del sexo masculino en 19 con un 59,3 %.
En la presente investigación la LME hasta los seis meses tuvo una baja representatividad. Por este motivo, se recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y la complementada desde los seis meses a los dos años de vida, con la incorporación de alimentos adecuados para la edad. Coincidiendo con un estudio internacional, resaltando en este que 38,7 % lactó menos de seismeses y 55,5 % hasta los seis meses.18,19
Los datos indican que la ingesta de hierro en la dieta es inadecuada, así como la baja biodisponibilidad en la mayoría de los modelos alimentarios complementarios a la lactancia y la ausencia de programas exitosos de suplementación de hierro en este grupo de edad. La deficiencia de hierro es el tipo de desnutrición de mayor prevalencia en América Latina y el Caribe. Se calcula que la anemia ferropénica en la región es de 35 % en las embarazadas y 19 % en los niños en edad escolar. Esta es mayor durante la etapa neonatal y la niñez con respecto a cualquier otra etapa de la vida.20
Los datos nacionales representativos de países de la región muestran que 48 - 63 % de los lactantes y niños pequeños sufren anemia; la cifra asciende a 75 % o más en los de 6 a 12 meses. Alimentos fortificados han demostrado que reducen la prevalencia de anemia en niñas y niños de edad pre escolar del 40 % a 10 % en menos de un año.20
En general los resultados coinciden con la bibliografía revisada, lo que reafirma que el mayor nivel de escolaridad materna permite mejorar el conocimiento del esquema de alimentación del niño. De esa manera ella puede adquirir con más exactitud las formas de preparación y conservación de los alimentos. La incorporación escalonada de éstos contribuye a mejorar el estado de salud y nutrición.21
Se observó en el presente estudio que la mayor representatividad estuvo dada para los normopesos en ambos sexos. La desnutrición fue mayor en las hembras, el sobrepeso y la obesidad predominó en los varones. Por lo que los resultados contrastan con los de Sanabria MC, Peralta Luján Eu. (21) Estos evaluaron el estado nutricional de niños menores de cinco años de edad, hospitalizados en el Servicio de Pediatría del Hospital de San Lorenzo, Paraguay durante el periodo 2016. En el que se mostró la talla baja para la edad en 10,5 %. Presentó desnutrición aguda el 26,6 % y desnutrición crónica el 10,5 %.21
Macías Matos y col.,22 realizaron una investigación en el municipio Centro Habana a infantes con edades comprendidas entre uno y cinco años, a los que se les evaluó el estado nutricional mediante el indicador antropométrico (peso para la talla). El estudio arrojó que el 10,2 % de los pacientes presentó una DPE por defecto y 18 % eran obesos y sobrepesos.
La albúmina se señala como índice de medición de riesgo, desarrollando índices pronósticos con base en factores nutricionales. La vida media de esta en el plasma es de 21 días. Es modificada por procesos infecciosos y por déficit de aporte proteínico.23
Estudios realizados señalan que la anemia ferropénica ocupa un lugar prioritario como tema de salud infantil en el primer nivel de atención de salud. Tuvieron como resultados que los pacientes con anemia presentaron más del 95 % y más de la tercera parte fue por déficit de hierro.24 Lo cual coincide con el actual estudio. Chavarría Sepúlveda y col.,25 tuvieron como resultados el 95 % de los pacientes estudiados con anemia y más de la tercera parte por déficit de hierro. Coincidiendo con la presente investigación.
A modo de conclusión, en esta investigación la mayoría de los niños que ingresaron en el servicio de misceláneas eran lactantes con un peso adecuado al nacer, lactancia mixta o artificial en los primeros seis meses y tomaban suplementos nutricionales. El estado nutricional fue adecuado independientemente del sexo y la edad. La anemia por déficit de hierro estuvo presente en la tercera parte de los niños.