INTRODUCCIÓN
Los términos crecimiento y desarrollo representan el conjunto de cambios somáticos y funcionales que se producen en el ser humano desde la concepción hasta la adultez.1
Los indicadores de la maduración biológica son ampliamente utilizados y útiles en diversos campos del saber, ellos son indicadores de maduración dental, sexual, somática y esquelética, facilitan el análisis e interpretación de los períodos de intenso crecimiento que ocurren durante la maduración de un individuo y aportan información clínica determinante para la planificación de los diferentes tratamientos médicos.2
La variabilidad en los diferentes patrones de crecimiento y maduración del individuo es un hecho comprobado, dicha variabilidad es observada claramente a través del tiempo en el que se suceden los diferentes eventos en cada niño en particular, de allí que para evaluarlos es más conveniente valerse de la maduración fisiológica que permite estimar el potencial de crecimiento individual, factor importante en el paciente ortodóncico.3
La edad cronológica que rutinariamente se ha utilizado para evaluar el nivel de desarrollo, crecimiento y maduración del paciente, no siempre es un indicador muy confiable, se han visto las diferencias en el desarrollo de los niños, dentro de la misma edad, entre los sexos, y aún entre los de la misma familia, lo que ha llevado al concepto de "Edad Biológica o Fisiológica" que define el progreso hacia la madurez del individuo.1
La búsqueda de metodologías para evaluar la maduración biológica siempre fue una constante a lo largo de los años, las primeras evaluaciones de maduración esquelética se remontan a principios del siglo XX, la técnica que permite evaluar las características sexuales secundarias fue introducida posteriormente.4
En la actualidad existen otras metodologías que determinan la valoración de la edad ósea o esquelética, como edad dental, pico de velocidad de crecimiento, los caracteres sexuales secundarios, entre otros.4
Teóricamente cualquiera de las partes del cuerpo pueden ser evaluadas radiográficamente y empleadas para determinar “edad ósea”, o “maduración esquelética”; sin embargo, por facilidad, estandarización y reproducibilidad se han determinado ciertas radiografías como las más adecuadas para hacer esta valoración ósea; la radiografía del carpo, radiografía de las vértebras cervicales y de la falange media del dedo medio de la mano.1
El uso de las vértebras cervicales como método para valorar la maduración ósea en radiografías cefálicas laterales fue empleado inicialmente en 1972 por Lamparski; quien estudió cambios en el tamaño y forma de las vértebras cervicales con el objetivo de crear estándares de maduración para estas vértebras y concluyó que ellas vistas en la radiografía cefálica lateral (telerradiografía) de rutina eran estadística y clínicamente tan confiables como la técnica de la radiografía carpal para la evaluación de la edad esquelética y analiza hasta la vértebra C6; además, encontró que el indicador de las vértebras cervicales era el mismo para los hombres y mujeres, pero que en la mujer se desarrollaban los cambios más temprano.1,5
Según citan en su estudio Salazar Tasintuña y col.,6 también trabajaron en el análisis de maduración ósea en vértebras cervicales: Franchi, Hassel, Bacetti y O´Reilly, que corroboraron la eficiencia de usar como indicador de maduración ósea las vértebras cervicales, para esto modificaron la técnica de Lamparski, se evaluó la presencia y ausencia de curvatura de C2-C3-C4 y la forma general de sus cuerpos según los diferentes estadios, se omitió el análisis de las vértebras C5 y C6 por no ser visibles en las telerradiografías comunes.
De esta forma el paciente no tiene necesidad de realizarse exámenes radiológicos adicionales, lo que disminuye el costo del tratamiento, permite el aprovechamiento al máximo los recursos y medios de diagnóstico que se emplean rutinariamente en los servicios, ya que la telerradiografía lateral de cráneo es indispensable en todas las evaluaciones y tratamientos ortodóncicos.
Esta situación plantea como problema científico la necesidad de tener conocimiento sobre los procesos de crecimiento y maduración de los pacientes, lo cual le permitiría al ortodoncista planificar la atención correctiva de manera más eficaz, sobre todo en los pacientes que necesiten tratamiento ortopédico.
Debido a las insuficientes investigaciones realizadas en la provincia Pinar del Río sobre la utilidad de la tele-radiografía lateral para determinar la maduración ósea a través de la medición de las vértebras cervicales, se realizó la presente investigación con el propósito de identificar la correlación entre la edad cronológica y edad ósea del paciente según estadios de maduración ósea cervical y su utilidad clínica en el diagnóstico ortodóncico.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal. El universo estuvo constituido por 2 198 pacientes con edades entre 7 y 18 años atendidos en la consulta de Ortodoncia de la Clínica “Antonio Briones Montoto” del municipio Pinar del Río, en el período de enero de 2018 a enero de 2020.
Mediante muestreo intencional no probabilístico, la muestra fue de 128 pacientes que ingresaron en el servicio de Ortodoncia para su estudio y posterior tratamiento, cuyas telerradiografías laterales de cráneo eran visibles hasta la cuarta vértebra cervical, (criterio de inclusión).
A la población objeto de estudio se les realizó una telerradiografía lateral de cráneo para su diagnóstico y posterior tratamiento, se evaluaron los estadios de maduración ósea vertebral cervical según el método de Lamparski-(Hassel-Farman modificado).
Se realizaron telerradiografías de perfil para valorar las vértebras cervicales C2, C3 y C4 de todos los pacientes; se consideró la forma, borde superior e inferior, se clasificaron de acuerdo a los seis estadios de maduración según el método Lamparski-(Hassel-Farman modificado), se correlacionaron con la edad y sexo de los pacientes seleccionados.1
Se incluyeron los pacientes con telerradiografía lateral de cráneo visible hasta la cuarta vértebra cervical.
Se excluyeron los pacientes con enfermedades sistémicas que comprometieran vértebras cervicales, deterioro o falta en la toma de la radiografía e historia clínica incompleta.
La radiografía lateral de cráneo empleada fue la utilizada en el diagnóstico de ortopedia maxilar y ortodoncia de las historias clínicas del servicio de Ortodoncia de la Clínica Estomatológica “Antonio Briones Montoto”.
Las radiografías fueron tomadas con un mismo ortopantomógrafo. Se posicionó la cabeza en el plano de Frankfort paralelo al piso. Las radiografías debían involucrar las seis primeras vértebras cervicales.7
El análisis de los datos se realizó en tablas de distribución de frecuencias y a través de un gráfico de dispersión. Los valores de las variables cuantitativas estudiadas (edad cronológica, edad ósea, estadio de maduración de las vértebras cervicales, se resumieron a través de estadígrafos de tendencia central y de dispersión.
El estudio entre las variables cuantitativas se realizó a través del cálculo del coeficiente Pearson, para los cuales la probabilidad es menor que el nivel de significación especificado (α=0,05) lo cual permitió establecer las variables que se relacionaban y la intensidad de las relaciones.
Se aplicó la prueba estadística t de Student para la de diferencias de medias de muestras apareadas, pruebas estadísticas no paramétricas para la comparación de las categorías de variables cualitativas nominales y ordinales, se fijó en cada caso un nivel de significación de 0,05.
Se cumplió con los principios de la ética médica y los aspectos establecidos en la Declaración de Helsinki.
RESULTADOS
Predominó el grupo de 11 a 14 años (85,15 %) y el sexo femenino (57,8 %). (Tabla 1)
De un total de 128 radiografías, 74 correspondieron a hembras para un 57,8 % y 54 a varones para un 42,1 % comprendidos fundamentalmente en el grupo de edad de 11 a 14 años.
La edad cronológica promedio de las hembras fue de 12,6 con una desviación estándar de 1,9 y la edad cronológica promedio de los varones fue de 12,1 con una desviación estándar de 2,2 según el estadígrafo de tendencia central y dispersión aplicado.
Los resultados de la prueba estadística de comparación de medias para muestras independientes confirman que no existen diferencias significativas (p=0,5920 > α=0,05) entre los valores promedios de la edad cronológica de hembras y varones que pertenecieron a la muestra estudiada, lo cual permite asegurar que resultó igualmente probable que la maduración ósea de las vértebras cervicales ocurriera alrededor de la edad promedio calculada independientemente del sexo de los pacientes estudiados.
El coeficiente de correlación se calculó con los datos originales en los que se almacenó para cada paciente un grupo de variables que fueron estudiadas entre ellas la edad cronológica y la edad ósea y según los objetivos los investigadores se propusieron medir si existía concordancia, relación o asociación entre estas variables y en qué medida se daba la misma.
De las telerradiografías examinadas la mayor parte de los pacientes se encontraban en el estadio IV, 35 niños para un 27,3 %, de ellas 20 niñas con 13 años y ocho varones con 14 años, seguido del estadio III con 26 niños para un 20,3 %, en el estadio V se encontró un numero de 25 niños para un 19,5 %, la mayoría comprendido en las edades de 11 a 14 años.
Se observó la existencia de diferencias significativas entre las edades óseas promedio de hembras y varones y que las hembras tienen una edad ósea promedio significativamente superior (3,46) que los varones (2,91) con un nivel de significación de α=0,005.
En el estadio VI, el porcentaje de pacientes fue muy bajo.
La relación entre la edad cronológica y los estadios de maduración cervical de los niños y adolescentes estudiados muestra una correlación positiva, se encontró que, a medida que aumenta la edad cronológica de los examinados hay una tendencia creciente en los estadios de maduración ósea cervical (izquierda a derecha), el coeficiente de correlación de Pearson entre estas dos variables fue de r=0,69 (p< 0,001).
Al revisar la relación entre la edad cronológica y los estadios de maduración cervical de los niños y adolescentes estudiados a través del diagrama de dispersión como el que se muestra, se concluye que estas dos variables presentan una correlación positiva; a medida que aumenta la edad cronológica de los examinados hay una tendencia creciente en los estadios de maduración ósea cervical (izquierda a derecha), el coeficiente de correlación de Pearson entre estas dos variables fue de r=0,69 (p< 0,001). (Gráf. 1)
El diagrama de dispersión entre edad cronológica y estadios de maduración cervical muestra que la correlación entre ellas resultó estadísticamente significativa de cero y que fue una correlación moderadamente positiva. Se deduce que, el estudio de la formación ósea y forma de las vértebras cervicales a través del método utilizado (Hassel-Farman modificado), que se visualizan en la telerradiografía lateral de cráneo, es útil para predecir el potencial de crecimiento del paciente y su aplicación representa un gran beneficio en la clínica ortodóncica.
DISCUSIÓN
La muestra utilizada se asemeja a la empleada en la investigación de Reverte Salazar y col., 1 en este estudio realizado en México la mayoría de las radiografías utilizadas se realizaron a pacientes del sexo femenino, con edades entre cinco y 15 años. La edad cronológica de los pacientes mostró una media en cuanto al sexo femenino de 117,7±25,54 meses (nueve años nueve meses) y una media en cuanto al sexo masculino de 115,4±25,94 meses (nueve años siete meses).
En la investigación realizada por Salazar Tasintuña y col.,6 en Ecuador, se examinaron 50 radiografías panorámicas y laterales de cráneo en pacientes comprendidos entre las edades de 10 a 15 años y se determinó que la edad cronológica coincide con el pico de crecimiento puberal, que se manifiesta a los 12 años en las mujeres y en los varones a los 13 años.
También Miguitama Andrade y Verdugo Tinitana,8 en Ecuador, observaron un mayor grado maduración esquelética de las vértebras cervicales en las féminas de 4 a 11 años que en los varones; el rango de edad estuvo comprendido entre 4 y 17 años.
A criterio de los autores, los niños que han demostrado retraso o aceleración en las etapas de maduración ósea, exhiben retrasos o aceleraciones comparables al crecimiento facial y físico en general, lo que corrobora la fuerte correlación entre maduración ósea y edad cronológica encontrada en la investigación.
Resultados semejantes se obtienen por Reverte Salazar y col.,1 donde se realizó el cálculo de la edad dental de cada paciente con el método de Demirjian, y se determinó el estadio de maduración de vértebras cervicales con el método de Lamparski, esto resultó en una correlación de 72 % entre la edad cronológica y la maduración ósea vertebral; una correlación del 66 % entre la edad dental y la maduración ósea, y una correlación del 86 % entre la edad cronológica y la dental.
Según Julca Lévano,9 respecto a la correlación entre las diferentes edades de maduración: el crecimiento es diferente en cada individuo, la edad cronológica no permite determinar con precisión los periodos en los cuales se acelera, se disminuye o se detiene. En cambio, la maduración ósea se ajusta más a la maduración general, al desarrollo y a la talla del individuo.
Similares resultados fueron encontrados en una investigación realizada en Ecuador por Salazar Tasintuña y col.,6 con la utilización del método de Baccetti donde se observa que las mujeres han finalizado se maduración a los 13 años en el estadio IV y los varones a los 15 años.
Los ecuatorianos Domínguez Quinteros y col.,10) obtienen que la correlación entre las etapas de mineralización y la edad cronológica aproximan a determinar la transición entre el estado juvenil y el de adulto mayor de 18 años.
La edad cronológica de un individuo valora el nivel de desarrollo y la maduración somática, donde la edad ósea es el indicador de madurez biológica más útil para caracterizar ritmos o "tiempos" de maduración durante el crecimiento, ya que otros indicadores tradicionalmente utilizados se limitan a ciertas etapas de la vida, y muestran gran variabilidad, en especial durante la pubertad. 4
En el estadio III (p=0,002) existe una relación estadísticamente significativa entre las variables maduración ósea cervical y la media de edad cronológica de los niños examinados, lo que permite concluir que en el estadio de maduración III (transición) descrito por el método de (Hassell y Farman) donde el crecimiento adolescente se acelera hacia la velocidad del peack puberal y solo resta un 25 a 65 % de crecimiento, coincide con la media de edad cronológica encontrada en la muestra para un promedio de 12 años en las hembras y 13 para los varones, con una diferencia de un año entre ambos.6
Reverte Salazar y col.,1 encontraron que el indicador de la vértebra cervical era el mismo para los hombres y mujeres, pero que en la mujer los cambios se desarrollaban más temprano.
En la investigación realizada por Falcón Moreno 11) en Lima, Perú, el promedio de aparición de la menarquía fue de 12 años, aunque los valores de maduración ósea carpal de las vértebras cervicales e indicadores dentales se encontraban en estadios más avanzados que los descritos por los métodos estudiados.
Salazar Saravia,12 también encontró coeficientes de concordancia altos y estadísticamente muy significativos entre las evaluaciones realizadas a través de la mano izquierda y a través de las vértebras cervicales: sexo femenino Kappa= 0,828 (p< 0,010) y sexo masculino Kappa= 0,767 (p< 0,010).
Según el peruano Mauricio Vilchez,13 la edad cronológica no es un buen indicador para señalar cualquier suceso relacionado con el crecimiento y desarrollo del individuo, esto se manifiesta claramente en la gran variabilidad con que los niños entran en la pubertad y las niñas en la menarquía.
De ahí que sea solo un punto de referencia y se prefieran otros parámetros al estudiar ciertos eventos de suma importancia como cambios en las dimensiones de los arcos, la formación y calcificación de las raíces de los dientes primarios y erupción de los dientes permanentes y, de manera especial en el crecimiento y desarrollo de las estructuras dentofaciales.13
Salazar Tasintuña y col.,6) encontraron coeficientes de concordancia altos y estadísticamente muy significativos en su investigación llevada a cabo en Quito, Ecuador, sobre la evaluación de los estadios de maduración ósea mediante el estudio de vértebras cervicales en pacientes de ortodoncia.
Se concluye que la maduración ósea puede ser evaluada a través de las vértebras cervicales en pacientes de Ortodoncia, lo que permite una atención de mayor calidad a los pacientes, evita exposiciones adicionales a las radiaciones y proporciona un ahorro de recursos al sistema nacional de salud.