INTRODUCCIÓN
La articulación temporomandibular (ATM) es una articulación sinovial, bicondílea, conformada por un cóndilo mandibular a cada lado, que se enlaza superiormente hacia la fosa glenoidea del hueso temporal, los que, a su vez, se encuentran fijados por una serie de ligamentos. La ATM está recubierta por una cápsula articular fibrosa que está tapizada con una membrana sinovial. En el espacio interarticular se encuentra el disco articular fibrocartilaginoso dividiendo en compartimentos que van a estar llenos de líquido sinovial tanto superior como inferior.1
Debido a su posición anatómica permiten ejecutar movimientos de rotación, ascenso, descenso, lateralidad y traslación de la mandíbula, así mismo, realiza acciones de protrusión y retrusión cuando el individuo efectúa diversas maniobras al momento de la masticación, deglución, fonación, respiración, expresión facial, entre otras.2
Otro elemento por considerar de la ATM es el componente muscular que a su vez se encarga de la dinámica de movimientos; esto se debe a la correlación de los músculos masetero, temporal, pterigoideo medial y lateral que son los encargados de la elevación de la mandíbula, pterigoideo lateral inferior, digástrico, milohioideo y genihioideo responsables del descenso.3
Al existir una alteración del correcto funcionamiento de la ATM se llegará a producir una patología que abarca sucesiones de problemas clínicos en relación con los músculos masticatorios, la articulación y estructuras asociadas, conocidos como trastornos temporomandibulares (TTM). La Academia Americana de Dolor Orofacial (AAOP) clasifica los TTM en dos grupos: musculares y articulares. Dicha entidad llega a ser detonante de signos como el dolor, limitación de la apertura de la boca y sonidos articulares como crepitaciones, y chasquidos.4
El origen de los trastornos temporomandibulares es complejo y multifactorial, debido a que existen algunos factores que pueden coadyuvar al desarrollo de estos problemas. Estos factores pueden agrupase en predisponentes, iniciadores y perpetuantes.5
Vásconez, et al.,6 realizo el primer estudio de TTM en Latinoamérica, en el cual se indagó sobre los factores asociados a los TTM en la Universidad de Cuenca - Ecuador. Se estudió una población de 316 pacientes, en el que se obtuvo que el 65,8 % de los pacientes presentaron al menos uno de los signos o síntomas, el 75,6 % fueron féminas y el 56,3 % presentaron estrés. De igual forma se identificó la presencia de otros síntomas como la ansiedad, hiperactividad muscular y dificultad para conciliar el sueño.
El sueño, juega un papel primordial en el ser humano ya que permite sostener una homeostasis adecuada al igual que perfeccionar funciones fisiológicas, implicando a la consolidación de memoria, regularización hormonal, conservación del estado de ánimo y al equilibrio energético. Se ha considerado que la calidad del sueño se deteriora progresivamente antes de la aparición de dolor, incluyéndose el provocado por trastornos temporomandibulares. Una investigación,7 identificó que la mala calidad del sueño puede predecirse por una mayor intensidad del dolor, así como por una mayor angustia psicológica y un menor control de la vida percibido en pacientes con TTM. Las personas que posean dicho trastorno, independientemente de la gravedad, refirieron una eficiencia del sueño significativamente menor en comparación con aquellos sin TTM.8
Los TTM son motivo habitual de dolor orofacial no dental que se asocian a un grupo de situaciones particularizadas fundamentalmente por disfunción de la articulación temporomandibular (ATM), músculos masticatorios e implicando al dolor siendo este una percepción sensorial desagradable, influyendo en la calidad de vida del paciente, ocasionando cambios elocuentes a nivel comunitario, profesional e intelectual.9
Existen múltiples causantes de TTM, entre los cuales se han identificado el estrés, el cual es una reacción autodefensiva del cuerpo ante situaciones de amenazas que desestabilizan los estados emocionales del individuo. El estrés puede provocar hiperactividad muscular y desarrollo de hábitos parafuncionales, lo que lleva a lesiones musculares y microtraumatismos de la ATM.
Una investigación,10 encontró que las personas con altos niveles de estrés tienden a poseer una baja calidad del sueño por ello, en los resultados exponen que los estados emocionales negativos pueden influir en la calidad del sueño no solo en pacientes con TTM sino también a una población en absoluto. A medida que incrementan los niveles de estrés, la calidad del sueño empeora.
La presente investigación se desarrolló con el objetivo de identificar la relación entre los trastornos temporomandibulares y la calidad del sueño.
MÉTODOS
Se realizó una revisión sistemática de la literatura entre enero y marzo de 2023 referente a calidad del sueño en pacientes con trastornos temporomandibulares.
Para ello se realizó una búsqueda de información en las bases de datos SciELO, Scopus y Pubmed. Se empleó una estrategia de búsqueda según la sintaxis de cada base de datos, empleando los términos y operadores boléanos siguientes: (“temporomandibular disorders” AND “sleep quality”). Los búsqueda de incluyó la ocurrencia de los términos en los campos Título (TITLE) y resumen (ABSTRACT).
Se emplearon los artículos publicados entre 2017 y 2022, en español e inglés, que exploraron la asociación de los trastornos temporomandibulares y la calidad del sueño. Se excluyeron los artículos con bajo rigor científico determinado mediante la aplicación de la escala PEDRO.
Base de datos | Estrategia de búsqueda | Documentos |
---|---|---|
PubMed | ("temporomandibular disorders"[Title/Abstract]) AND ("sleep quality"[Title/Abstract]) AND (2017:2022[pdat]) | 43 |
Scopus | TITLE-ABS ("temporomandibular disorders") AND TITLE-ABS ("sleep quality") AND (LIMIT-TO (PUBYEAR , 2017) OR LIMIT-TO (PUBYEAR , 2018) OR LIMIT-TO (PUBYEAR , 2019) OR LIMIT-TO (PUBYEAR , 2020) OR LIMIT-TO (PUBYEAR , 2021) OR LIMIT-TO (PUBYEAR , 2022) ) | 44 |
SciELO | (ti:(temporomandibular disorders)) OR (ab:(temporomandibular disorders)) AND (ti:(sleep quality)) OR (ab:(sleep quality)) | 192 |
RESULTADOS
Se identificaron 279 artículos tras aplicar la estrategia de búsqueda, quedando seleccionados para el desarrollo del presente artículo 10 registros. En la figura 1 se describe el proceso de identificación, selección, elegibilidad e inclusión siguiendo la metodología PRISMA
De los 10 artículos que se incluyeron en la presente investigación, cuatro fueron investigaciones experimentales, dos revisiones sistémicas, un estudio de cohorte, una revisión bibliográfica y un estudio transversal. En la tabla 2 se describen los artículos según las variables Autor, tema, tipo de estudio, resultados y conclusiones.
Autor | Tema | Tipo de estudio | Resultados | Conclusiones |
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Al Jewair et al.11 2021 | Trastornos Temporomandibulares y su Asociación con Trastornos del Sueño en Adultos: Una Revisión Sistemática | Revisión sistémica | Veintidós estudios se incluyeron en esta revisión en la cual, los adultos que reportaron dos o más signos/síntomas de Apnea obstructiva del sueño tuvieron una incidencia 73% mayor de TTM. | Se evidencia en esta revisión que existe un vínculo entre TTM y la calidad del sueño deficiente. Sin embargo, son necesarias investigaciones que exploren a profundidad dicha relación. |
Daher et al.12 2018 | Umbral de dolor, calidad del sueño y niveles de ansiedad en personas con trastornos temporomandibulares | Revisión sistémica | Las personas con TTM tienen una peor calidad de sueño y puntuaciones de ansiedad altas en comparación con los individuos sanos. | Los individuos con TTM presentan umbrales de dolor más bajos, así mismo, niveles bajos de calidad de sueño. |
Dreweck et al.13 2020 | Asociación entre los trastornos temporomandibulares dolorosos y la calidad del sueño: una revisión sistemática | Revisión Sistémica | La base de datos identificó 1767 artículos. Siete estudios informaron una asociación significativa entre la presencia de DTM dolorosos y la calidad del sueño. | La presencia de dolor parece tener un fuerte impacto en la calidad del sueño en pacientes con TTM. Por la cual existe una relación entre dichos factores. |
Wu et al.14 2020 | La asociación entre el trastorno temporomandibular y la apnea del sueño: un estudio de cohorte basado en la población nacional. | Estudio de cohorte | Se determino un total de 10.408 pacientes con sospecha de apnea del sueño (SA) y se emparejaron con sujetos de control. Los análisis mostraron que los pacientes con SA tenían tasas de 68% incidencia de TTM significativamente más altas. | Se encontró una elevada incidencia de de TTM en pacientes con SA. |
Ekici et al. (15 2020 | Asociación de los niveles de estrés, ansiedad y depresión con la calidad del sueño en pacientes con trastornos temporomandibulares | Investigación experimental | El estudio actual inscribió a 425 pacientes con TTM, los cuales poseen más alteraciones psicológicas y trastornos del sueño que aquellos sin dicho trastorno. Según los resultados, la calidad del sueño varió con respecto al nivel de ansiedad y depresión. | La condición psicológica debe considerarse como un factor indispensable en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con TTM y en la mejora de la calidad del sueño. |
Yap et al.16 2021 | Gravedad del trastorno temporomandibular y grupos de diagnóstico: sus asociaciones con la calidad del sueño y las deficiencias | Investigación experimental | La muestra constaba de 845 sujetos con TMD y 116 controles sin TMD. Determinaron que el 78,4 % de los pacientes con TTM dolorosos sufrían de mala calidad del sueño. | La calidad del sueño se deterioró con el aumento de la gravedad de los TTM. La presencia de TTM relacionados con el dolor e intraarticulares estuvo más relacionada con la falta de sueño. |
Lee et al.17 2022 | Comparación del deterioro de la calidad del sueño por subgrupo de trastorno temporomandibular doloroso basado en criterios diagnósticos para trastornos temporomandibulares | Investigación experimental | Un total de 337 pacientes fueron asignados al grupo TTM. La cronicidad del dolor de TTM puede estar estrechamente vinculada con la mala calidad del sueño afectando al 88 % de los pacientes con dolor crónico. | Los problemas del sueño pueden ser factores desencadenantes de los TTM. En este estudio, la calidad del sueño difirió según la cronicidad de los síntomas. |
Santos et al.18 2021 | Análisis de la relación entre la disfunción temporomandibular y la calidad del sueño: un estudio transversal | Estudio Transversal | Una muestra de 182 individuos intervino en este estudio. La presencia de síntomas de TTM y mala calidad del sueño se encontró en el 34,6% de los estudiantes siendo más prevalente en mujeres. | El 68,13% de ellos informan una mala calidad del sueño pese a que no existió una relación significativa entre TTM y la calidad del sueño en este estudio. |
Lee et al.19 2021 | Efectos de las características clínicas sobre la calidad del sueño en pacientes con trastornos temporomandibulares crónicos | Investigación experimental | En este estudio se incluyeron 503 pacientes con TTM crónico y 180 designados al grupo de control sano. El 90 % de los pacientes con TTM reportaron una mala calidad del sueño. | Los pacientes con TTM crónicos sufrieron más inconvenientes del sueño que los sujetos de control sanos. Por lo tanto, se debe evaluar el mecanismo central subyacente de la mala calidad del sueño. |
Andersen et al.20 2018 | Trastornos del sueño y dolor: una historia de dos problemas comunes | Revisión bibliográfica | En este artículo se llevó a cabo recopilación de información en las cuales asociaciones demuestran que los problemas del sueño se relacionan prospectivamente con los resultados del dolor. | El dolor crónico se ha asociado con trastornos del sueño. El dolor interrumpe el sueño y la privación o alteración del sueño aumenta el dolor. |
En los 10 artículos escogidos se logró identificar una incidencia significativa entre las dos variables investigadas, por lo tanto, gracias a la recolección de información se logra evidenciar las principales causas de TTM, dentro de los cuales existen factores genéticos, conductuales y traumáticos.
DISCUSIÓN
El estudio de Dreweck, et al.,13 identificó una relación significativa entre los TTM y la calidad del sueño de tal forma que una peor calidad del sueño en personas con TTM puede causar un aumento de los resultados negativos experimentales y clínicos del dolor. Sin embargo, los trastornos del sueño deben examinarse de forma preventiva con una intervención primaria.
Wu J-H, Lee K-T, et al.,14 encontró que aproximadamente el 90 % de los pacientes con TTM reportaron una mala calidad del sueño. Generalmente los síntomas crónicos de TTM y los diagnósticos múltiples como: la edad, sexo, dolor miofascial, cefalea atribuidos a TTM pueden tener una correlación significativa lo que afecta la calidad del sueño. En la fase del sueño de movimientos oculares rápidos (MOR) existe una reducción de la modulación circadiana del sueño dado que en este periodo el sueño es ligero y paradójico.
Una vez ahondado sobre el tema se puede determinar que los TTM están íntimamente relacionados con el dolor lo cual tiene como resultado una alteración significativa del sueño, esto afecta más al sexo femenino alterando en un desempeño biopsicosocial normal del individuo.
El sueño es primordial para el funcionamiento correcto del organismo y un factor que contribuye al bienestar de la salud física y mental, por eso la carencia de sueño puede desencadenar afecciones graves e impactar a la percepción del dolor. Cualquier tipo de dolor puede interrumpir el sueño y repercutir en el estado de ánimo del individuo. Un síntoma común de los TTM es el dolor crónico que encamina a diferentes angustias psicológicas como el estrés que es un factor que interviene en el desarrollo de los TTM y por ende afecta la calidad del sueño.
En la revisión sistémica realizada por Dreweck,13 certifica que el dolor provocado por los TTM generalmente se relaciona con una menor calidad del sueño ya que esta puede verse afectada por muchas variables como lo es el estrés que pueden contribuir a la progresión y exacerbación de la sintomatología dolorosa de los TTM, capaz de trascender profundamente los procesos biológicos de transmisión y percepción del dolor.
Yap, et al.,21 en su estudio establecieron que puntajes más altos de TTM estaban relacionados con el estrés en la población general. Los TTM se han relacionado con una capacidad de adaptación más pobre y niveles superiores de depresión, ansiedad, estrés y una baja calidad de vida en aquellos pacientes sin dicho trastorno.
En el estudio de Wu, et al.,14 se estableció una mayor prevalencia por el sexo femenino ya que se propone como un factor de riesgo para el desarrollo de TTM. Benincá Ton, et al.,22 al evaluar la prevalencia y la gravedad de los TTM, también encontraron resultados similares, encomntramdo una asisiación significativa entre el sexo femenino y la presencia de con TTM. Estos resultados fueron justificados debido a características fisiológicas del género, estructura muscular y menor umbral del dolor, mayor prevalencia de alteraciones psicológicas y variaciones hormonales. Además, el pico de desarrollo de los síntomas se situó entre los 20 y los 40 años.
Al Jewari, et al.,11 afirmaron que el dolor generalmente se asocia con una menor calidad del sueño y observaron que la influencia del dolor sobre el sueño suele ser de corta duración; el dolor conduce a un sueño deficiente, pero el sueño puede volver a la normalidad cuando se resuelve el dolor agudo. En la investigación de Chuinsiri, et al.,23 el dolor crónico reportó efectos psicosociales negativos, que a su vez son cruciales en el inicio y la perpetuación de TTM.23
Los análisis registrados por Yap, et al.,16 indicaron que la falta de sueño se produce por la gravedad de los TTM. Determinaron que el 78,4 % de los pacientes con TTM sufrían de mala calidad del sueño en este estudio. Un estudio,24 analizó los factores de riesgo, examinaron un patrón complejo de cambios notables en la función biopsicosocial vinculado con cambios en la condición de TTM.
Por lo tanto, y dada la diferencia de diseños y de poblaciones, se recomienda realizar evaluaciones a largo plazo que comprueben dicha relación entre la calidad del sueño y los TTM. De igual forma, se necesitan estudios en el entorno Ecuatoriano.
CONCLUSIONES
Se encontró una elevada prevalencia de trastornos del sueño en pacientes con trastornos temporomandibulares. La calidad del sueño se vio afectada por la presencia de dolor temporomandibular, la cual varió en dependencia de la intensidad del dolor. Existe divergencias de datos sobre la dirección de la relación entre trastornos temporomandibulares y calidad del sueño, necesitándose estudios que confirmen cual es la causa y cual el efecto.