INTRODUCCIÓN
La adolescencia es una época de rápidos cambios físicos, psicológicos y sociales. Estos cambios múltiples promueven la exposición a algunos nuevos comportamientos de riesgo para la salud, como la inactividad física, el tabaquismo, el consumo de alcohol, el uso ilegal de drogas y la actividad sexual de riesgo.1
A medida que avanza la modernización económica, la urbanización y los medios de comunicación, cambian las expectativas; el comportamiento de los adolescentes y jóvenes se adapta a nuevas formas de vida, lo que pudiera resultar inconveniente; por tanto, es necesario que tomen conciencia del peligro inminente que representa el comienzo en edades tempranas de las relaciones sexuales, y mucho más si estas son desprotegidas o se asumen con una conducta sexual promiscua.2
El embarazo adolescente se ha convertido en un reto para el abordaje del desarrollo integral de niñas y adolescentes. Cada día se vuelve más frecuente en la sociedad y su aceptación o normalización genera interrogantes sobre sus posibles causas. Entre estas causas se mencionan la falta de educación sexual, el inicio temprano de una vida sexual en los jóvenes, insuficiente información, bajo nivel económico, falta de un proyecto de vida, familias disfuncionales, situaciones emocionales, entre otras.3
La necesidad de atender el embarazo adolescente en Cuba, reconocida por la academia y por las autoridades de salud, plantea, el desafío de estudiar con más detalle las diferencias entre territorios y grupos de edad. Cuando se habla de fecundidad adolescente, usualmente se hace referencia a la población femenina entre 15 y 19 años, sin embargo, es importante estudiar por separado al grupo de las madres entre 12 y 14 años, tanto por su importancia como por su evolución en los últimos años.4
Los factores causales de los embarazos en la adolescencia son complejos porque dependen en gran medida del contexto sociocultural. Las causas directas claramente entendibles son las relaciones sexuales precoces y sin protección, ya sea por desconocimiento o por dificultades de acceso a métodos anticonceptivos eficaces, pero no hay que olvidar que algunos de estos embarazos (los menos) se producen de forma voluntaria, sobre todo en algunos contextos culturales; ni tampoco, los embarazos producidos a causa de relaciones sexuales forzadas, violación o estupro (relación sexual con persona menor de 18 años, prevaliéndose de superioridad, originada por cualquier relación o situación).5
Teniendo en cuenta lo anterior, el embarazo en adolescentes puede traer consigo serias complicaciones para la salud, tanto de la madre como para el feto y futuro recién nacido. Se considera que el embarazo en adolescentes, incluso aquel que es deseado, lleva implícito un incremento en los riesgos.6 Sin lugar a dudas, el embarazo en la adolescencia no es la causa, sino el resultado de la acumulación de diversas desventajas sociales en la trayectoria de vida de los adolescentes en su precoz tránsito a la vida adulta.7) El embarazo en la adolescencia tiene un impacto tanto a nivel individual, dado que disminuye su oportunidad a la educación y las oportunidades laborales con mayor remuneración, incidiendo en el círculo de la pobreza, de la adolescente, su familia y la sociedad.8)
El análisis de esta temática y la revisión de los múltiples factores que ponen en riesgo la estabilidad psicosocial del adolescente, enfrentado a cortas edades que tienen como desenlace embarazo precoz, es necesario que siga ahondando en la temática y buscando soluciones o medidas de prevención específicamente al rol que debe tener la familia en la actualidad sobre el cuidado de los hijos.9) En este sentido es necesario implementar políticas de salud pública a nivel local, regional y mundial que abarquen un trabajo multidisciplinario en beneficio del bienestar de este grupo poblacional con una participación de la sociedad y la familia.10
Evidentemente, el embarazo en la adolescencia es un fenómeno social que necesita de la intervención de todos los factores. Por tal motivo el presente artículo tiene como objetivo caracterizar la población de embarazadas adolescentes del municipio Pinar del Río.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional y descriptivo, con recolección retrospectiva de los datos, de 339 adolescentes embarazadas matriculadas en el Sistema Nacional de Educación de la provincia Pinar del Río, de los niveles educativos Especial, Secundaria Básica, Preuniversitario y la Educación Técnica y Profesional, en los períodos comprendidos en los cursos escolares 2019-2020, 2020-2021, 2021-2022 y 2022-2023, se seleccionó una muestra estructurada por las 66 adolescentes embarazadas residentes en el municipio Pinar del Río seleccionados mediante un muestreo intencional.
Para la recolección de datos, los autores desarrollaron un instrumento compuesto por las variables a estudiar, las que fueron seleccionadas en correspondencia al problema científico para darle salida a los objetivos trazados en la investigación, se analizaron las adolescentes embarazadas por curso escolar y niveles educativos, nivel de conocimientos sobre educación sexual integral, conocimiento sobre métodos anticonceptivos y las consecuencias del embarazo en la adolescencia, la comunicación con los padres, el establecimiento de metas a largo plazo y la responsabilidad del bebé. Se elaboró y validó una escala que permitió evaluar las variables de inadecuado, poco adecuado y adecuado.
Para el desarrollo de la investigación se emplearon como métodos el dialéctico materialista, estadístico, cualitativo y comparativo. Al utilizar estos métodos se tuvo en cuenta que cada uno tiene sus fortalezas y limitaciones por lo que se combinaron diferentes métodos para obtener una comprensión más completa del fenómeno del embarazo en la adolescencia, considerando tanto aspectos cuantitativos como cualitativos.
Los datos primarios se obtuvieron de los registros del departamento Salud Escolar de la Dirección Provincial de Educación de la provincia Pinar del Río. Se aseguró, para la investigación, obtener la aprobación por el comité científico, el consentimiento informado de los participantes y seguir los principios éticos en la investigación con seres humanos.
RESULTADOS
En la frecuencia de adolescentes embarazadas por cursos escolares y niveles educativos, se evidencia que el 50 % corresponden al nivel educativo Preuniversitario, seguido de Secundaria Básica con un 40,9 %. Los cursos escolares con mayores cantidades absolutas son 2020-2021 y 2021-2022 con igual número de embarazadas, lo que representa el 36,4 % en cada caso. (Tabla 1)
Curso escolar | Especial | S/B | Preuniversitario | ETP | Total |
---|---|---|---|---|---|
2019-2020 | 0 | 4 | 6 | 0 | 10 |
2020-2021 | 1 | 8 | 13 | 2 | 24 |
2021-2022 | 1 | 11 | 10 | 2 | 24 |
2022-2023 | 0 | 4 | 4 | 0 | 8 |
Total | 2 | 27 | 33 | 4 | 66 |
Se observa que el 59,1 % del total de adolescentes embarazadas poseen un inadecuado conocimiento sobre educación sexual integral, manifestado en tabúes y estigmas sociales que dificultan la discusión abierta sobre temas relacionados con la sexualidad desde las edades más tempranas. Con relación al nivel de conocimiento sobre los métodos anticonceptivos, el 54,5 % posee un conocimiento inadecuado, con creencias erróneas sobre los efectos secundarios de los anticonceptivos y presión social de los coetáneos para no utilizarlos y confiar únicamente en “la suerte”. Con relación al nivel de conocimiento sobre las consecuencias del embarazo en este período etario, el 48,5 % posee un conocimiento inadecuado minimizando las consecuencias biológicas y psicosociales del embarazo. (Tabla 2)
Variable | Escala | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Adecuada | Poco Adecuada | Inadecuada | ||||
No. | % | No. | % | No. | % | |
Conocimientos sobre educación sexual integral. | 11 | 16,7 | 16 | 24,2 | 39 | 59,1 |
Conocimiento sobre métodos anticonceptivos. | 6 | 9,1 | 24 | 36,4 | 36 | 54,5 |
Conocimiento sobre las consecuencias del embarazo en la adolescencia. | 16 | 24,2 | 18 | 27,3 | 32 | 48,5 |
El 45,4 % de la muestra posee una inadecuada comunicación con sus padres, principalmente los relacionados con temas de salud sexual y reproductiva. Con relación a la planificación de metas a largo plazo, el 39,4 % es inadecuada y el 33,3 % es poco adecuado, principalmente dado por el impacto emocional, económico y social del embarazo. (Tabla 3)
Variable | Escala | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Adecuada | Poco Adecuada | Inadecuada | ||||
No. | % | No. | % | No. | % | |
Comunicación con los padres. | 17 | 25,8 | 19 | 28,8 | 30 | 45,4 |
Planificación de metas a largo plazo. | 18 | 27,3 | 22 | 33,3 | 26 | 39,4 |
El estudio realizado evidencia que el 63,6 % de los abuelos se hacen cargo de los bebés de las adolescentes embarazadas, pues sienten la responsabilidad de cuidar al bebé y brindar apoyo a su hija en esta situación difícil. El 19,7 % es responsabilidad de la madre adolescente y 16,7 % es responsabilidad de ambos padres. (Tabla 4)
DISCUSIÓN
El presente estudio demuestra que el 66.6 % de las adolescentes embarazadas tenían entre 15 y 18 años de edad y el 33,3 % entre 12 y 14 años. Estos resultados no coinciden con Moran y col.,8 quien encontró que el 90,9 % de las adolescentes en su estudio tenían de 17- 19 años.
En la presente investigación se observó un alza de adolescentes embarazadas en los cursos escolares 2020-2021 y 2021-2022 con una superioridad de 14 y 16 con respecto a los cursos anteriores estudiados; entre los factores que más incidieron en esta situación se encuentran la falta de percepción de riesgo sobre la no utilización de protección en las relaciones sexuales, no solo para prevenir embarazos sino también enfermedades de transmisión sexual.
Es importante resaltar que el curso escolar 2020-2021 se desarrolló bajo los efectos de la COVID-19, situación que incidió, en gran medida en el aumento de adolescentes embarazadas. Debido al cierre de escuelas y restricciones de movimiento, muchos adolescentes tenían más tiempo libre sin supervisión, lo que aumentó las oportunidades para la actividad sexual sin protección.
La pandemia generó altos niveles de estrés y ansiedad en la población en general, incluyendo a los adolescentes. En algunos casos, el embarazo constituyó una forma de lidiar con estas emociones o buscar una sensación de control en un momento de incertidumbre.
Por otra parte la falta de apoyo emocional, financiero y social por parte de la familia y la comunidad puede hacer que las adolescentes se sientan desamparadas y busquen en el embarazo una forma de obtener apoyo y afecto. En igual medida los adolescentes con baja autoestima pueden buscar en el embarazo una forma de obtener reconocimiento, afecto o una salida de su situación actual. Algunos de los adolescentes que viven en entornos violentos buscan en el embarazo una forma de escapar de esta situación o encontrar apoyo emocional.
La falta de información sobre cómo obtener y utilizar anticonceptivos de manera segura y efectiva es otra deficiencia importante. Muchos adolescentes no saben dónde pueden obtener anticonceptivos, cómo usarlos correctamente o cuáles son los efectos secundarios. Se desatacan los tabúes que existen sobre la utilización de anticonceptivos. Esta falta de información puede llevar a que los adolescentes no utilicen anticonceptivos o a que los utilicen de manera incorrecta, poniéndolos en riesgo de embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual. Es de destacar que en el 78,4 % de las adolescentes del estudio realizado por Yagual,11 existe un gran desconocimiento sobre los métodos anticonceptivos para evitar un embarazo no deseado. En la presente investigación se obtuvo un 54,5 % teniendo en cuenta la muestra, mas se coincide con la evaluación de la dimensión pues en ambos casos se evalúa de inadecuado.
Sin lugar a dudas la adolescencia es una etapa de la vida llena de cambios físicos, emocionales y sociales, y en medio de todos estos cambios, es crucial que los adolescentes tengan acceso a información precisa y completa sobre la salud sexual y reproductiva. Sin embargo, lamentablemente, muchas veces existen deficiencias en el conocimiento de los adolescentes sobre las consecuencias del embarazo en edades tempranas. Los estudios realizados por Martínez y col.,10) en el período comprendido de enero de 2019 a octubre de 2020 con adolescentes en edades comprendidas entre los 10 y 19 años de edad, se evidencia que el 76,7 % de los adolescentes encuestados poseían nivel de conocimiento inadecuado sobre los factores de riesgo del embarazo. Esta dimensión fue evaluada de igual manera en el presente estudio.
El estudio actual arrojó que solo 17 adolescentes embarazadas, para un 25,8 % posee una adecuada comunicación con sus padres. Dicha falta de comunicación generó desconfianza y distancia en la relación entre padres e hijos, lo que dificultó que los adolescentes acudieran a sus padres en busca de orientación y apoyo en temas relacionados con la sexualidad, lo que propició que los adolescentes buscaran información en fuentes no confiables y tomaran decisiones impulsivas y poco informadas.
Esta situación contribuye al estigma y la vergüenza asociados con la salud sexual y reproductiva, ya que los adolescentes sienten que no tienen un espacio seguro para hablar abiertamente sobre estos temas con sus padres. Esto lleva a que los adolescentes eviten buscar ayuda o atención médica cuando la necesitan.
En este sentido se coincide con los estudios,12) que refieren que en aquellas familias con escaza comunicación, donde los padres no le brindan la confianza suficiente o donde el bajo nivel de escolaridad de los padres no les permite interpretar el potencial riesgo que supone una gestación en estas edades; las adolescentes se ven obligadas la mayoría de las veces a ocultar los signos sugestivos de un embarazo y, por ende, acuden tardíamente a recibir atención prenatal por lo que aumenta los riesgos de complicaciones durante la gestación e incluso para el producto de la concepción.
El embarazo en la adolescencia puede generar estrés emocional, económico y social, lo que puede dificultar que las adolescentes se enfoquen en sus metas futuras. En el presente estudio se evidencia que 26 adolescentes embarazadas, para un 39,4 % poseen una inadecuada proyección de metas a largo plazo, solo el 27,3 % se proyecta metas en búsqueda de oportunidades para continuar con su educación o buscar empleo.
Un resultado similar se encuentra en el estudio de las investigadoras Arango y Areiza,13 que, por medio de un estudio con enfoque cualitativo descriptivo, intentan identificar cuáles son los cambios en el proyecto de vida de madres adolescentes del municipio de Barbosa en el que se halló un ciclo generacional de ser “mamá soltera” a temprana edad. Se identificó que las adolescentes después de ser madres tuvieron que modificar su proyecto de vida por falta de economía, apoyo familiar y por la crianza de sus hijos, aplazando en su mayoría las metas que tenían a corto, medio y largo plazo ya que estas, tuvieron que ser reemplazadas por el inicio de la vida laboral a temprana edad para suplir las necesidades de sus hijos.
El presente estudio demuestra que debido a su edad, falta de recursos, inmadurez, razones de responsabilidad familiar, preocupación por el bienestar del bebé, apoyo a la adolescente y/o para permitir que la adolescente continúe con su educación o busque oportunidades laborales, los abuelos asumen la responsabilidad del cuidado del bebé. Del total identificado, 42 casos para un 63,6 %, son los abuelos los encargados del cuidado y manutención del bebé. En este sentido no se coincide con resultados de estudios realizados en Europa,14 donde los principales motivos para que el abuelo cuide al nieto son el abandono, la muerte y el consumo de drogas por parte de los padres.
En esta investigación el 73,8 % de los abuelos cuidadores tienen vínculo labora estatal o cuentapropista, lo que no coincide con el estudio realizado con 312 abuelos que brindaban cuidados adicionales a sus nietos, en España,15 reveló que la mayoría (54,5 %) era jubilado, esto puede presentar un desafío económico importante para ellos, dado que informan que los costos de alimentación, transporte, salud y ropa de los nietos son elevados, lo que puede generar un factor estresante considerable.
Las investigaciones sobre el embarazo en la adolescencia subrayan la importancia de abordar este problema desde una perspectiva integral, que incluya educación sexual, acceso a métodos anticonceptivos, apoyo emocional y social, así como oportunidades educativas y laborales para las adolescentes embarazadas. Este enfoque holístico es fundamental para abordar las causas subyacentes y para promover el bienestar de las adolescentes y sus hijos.