INTRODUCCIÓN
En los últimos 10 años, las investigaciones en la primera infancia reconocen varias carencias teóricas y metodológicas para dirigir el proceso educativo con calidad y comprometido con el desarrollo y la educación del niño y la familia; 1,2,3,4,5,6,7,8,9 esto ocurre no solo por el aumento de las exigencias del perfeccionamiento, también por la necesidad de preparar a las educadoras, la familia y los agentes educativos que participan.
Con respecto a la evaluación, es importante destacar que es un tema en actualización, tanto en Cuba como en otras regiones de Latinoamérica. 10,11 Varios autores de la región, 10,11,12,13,14 destacan la necesidad de revisar el tema en la infancia preescolar, pues evidencia la importancia que tiene para dirigir el proceso educativo del niño y su preparación para la próxima etapa escolar. Asimismo, plantean que la evaluación en el proceso educativo de la infancia preescolar es un proceso reflexivo, sistemático y riguroso de indagación para la toma de decisiones.
En Cuba, el enfoque histórico cultural es sustento teórico y metodológico para realizar la evaluación del desarrollo integral en la práctica educativa de la primera infancia; desde este enfoque, en las ciencias de la educación, se han declarado formas de evaluación, métodos y procedimientos para la primera infancia, las cuales se resumen en los documentos del perfeccionamiento. Sin embargo, hay limitaciones en el conocimiento de cómo hacerlo en la práctica educativa. En lo particular, las educadoras fragmentan la evaluación del desarrollo integral en áreas del desarrollo, lo que limita su actuación hacia determinados contenidos y obvian que es integral, ejemplo, en una actividad de motricidad o educación física se valora la dimensión motricidad, obviando otras habilidades y saberes del niño como la identificación de objetos por su nombre, tamaño y color, el modo de comunicarse con la educadora y otros niños, la valoración final de la actividad para culminarla con una apreciación de los valores del niño.
Una sistematización teórica del enfoque histórico cultural permitió reunir los principales autores rusos que han trabajado la evaluación desde una perspectiva integral, y como resultado la investigación seleccionó la propuesta de Luria debido a cuatro razones:
La génesis social de las funciones mentales superiores: elaboró tareas y pruebas empleando objetos, datos, conceptos, valores, normas y actitudes de la realidad histórica cultural de Rusia.
Las funciones mentales superiores se organizan como un sistema: elaboró los factores neuropsicológicos para analizar las funciones mentales superiores, por ejemplo, consideró que la ejecución de una acción motora contiene habilidades, conocimientos y hábitos de otras funciones, por tanto, en esa acción se pueden evaluar varios contenidos.
Las funciones mentales superiores se organizan y se localizan en el sistema nervioso de forma dinámica y como un sistema: formado por las tres unidades funcionales para estudiar la localización cerebral de las funciones mentales superiores en el hombre.
Segundo, los resultados obtenidos por Luria fueron puntos de partida para las revisiones teóricas de varios investigadores de la primera infancia en Rusia, tales como F.I Yudovich, L. Venguer, A.V. Zaporozhetsz, Z. Neverovich, A.N. Leontiev, D.B. Elkonin.
Tercero, presentó tres unidades funcionales como categorías explicativas para realizar la evaluación con una perspectiva integral.
Cuarto, ofreció un sistema de métodos y procedimientos para realizar la evaluación con una perspectiva integral, basándose en la observación y los factores neuropsicológicos como indicadores.
Los logros alcanzados por el modelo de Luria son importantes para evaluar y rehabilitar los pacientes con lesiones neurológicas, no obstante, sus investigaciones estuvieron limitadas hacia la población adulta con daño cerebral y exclusivamente para el ámbito clínico.
En este sentido, la presente revisión parte de una pregunta científica ¿los métodos y procedimientos que empleó Luria pueden ser aplicados para realizar la evaluación del desarrollo integral en el proceso educativo de la infancia preescolar?
Para responder a esta interrogante, la presente investigación propone analizar el contenido de un grupo de artículos donde se haya realizado la evaluación del niño preescolar desde la teoría de Luria para relacionarla con los fundamentos de la educación de la primera infancia. El análisis se realizó a partir de la metodología de V de Gowin, la cual está conformada por cuatro elementos a considerar:
DESARROLLO
Se realizó una revisión bibliográfica para responder al objetivo del estudio. La selección de los artículos se realizó considerando tres criterios: (1) el tema, la evaluación del niño en la infancia preescolar, (2) una ecuación para seleccionar artículos en las diferentes base de datos: “evaluación AND preescolar AND neuropsicología”; “evaluación AND preescolar AND Luria”; “preescolar AND neuropsicología” “preescolar AND Luria”, (3) años e idiomas de la publicación, desde 2015 hasta el 2022, en español y en inglés, (4) tipo de base de datos: provenientes de ocho bases de datos: Scopus, WOS, SciELO, PubMed, Dialnet, Latindex, ScienceGate, Ebsco. Además, la selección consideró dos acciones para refinar la búsqueda, primero revisar directamente en la Luria Journal por ser una revista rusa que no está registrada en las bases de datos mencionadas, y segunda acción, realizar una búsqueda avanzada en el Google Académico para incluir revistas indexadas en Scopus y WOS, debido a que los autores no tienen financiamiento para acceder directamente a estas bases de datos; el resultado fue que se seleccionaron 32 artículos.
El análisis de los contenidos de los artículos se realizó utilizando la técnica V de Gowin. 15 De acuerdo con esta metodología se plantearon las siguientes preguntas para identificar los aspectos más relevantes de cada artículo: ¿para qué realizar la evaluación en el niño preescolar según la teoría de Luria? ¿qué evaluar según la teoría de Luria? y ¿cómo hacerlo?
¿Para qué realizar la evaluación en el niño preescolar según la teoría de Luria? ¿Qué hacer con la información obtenida?
Según Luria, los métodos evaluativos de su modelo teórico son necesarios para identificar, diagnosticar y rehabilitar el defecto después de una lesión cerebral, aunque, en la población infantil la información puede ser muy valiosa para dirigir la educación, el desarrollo y el aprendizaje del niño.
Los artículos revisados utilizan la información para obtener un perfil de puntos débiles y fuertes en el desarrollo del niño, y sobre esa base diagnosticar y sugerir la estimulación. Sin embargo, la intención de los autores se reduce al análisis del niño y es deficiente la valoración del grupo, donde el educando juega y recibe influencias desarrolladoras. Además, realizan la evaluación basada en el resultado de las tareas aplicadas y es insuficiente el análisis sistemático con el criterio de la familia y otros agentes y agencias educativas.
Lo anterior evidencia que las investigaciones con la teoría de Luria, tanto en adultos como en niños, han estado orientadas hacia el análisis personal del defecto y en consecuencia un diagnóstico y una rehabilitación personalizada. Desde las ciencias de la educación, la educadora dirige su análisis hacia el desarrollo integral del niño y a su vez, hacia el grupo para organizar su trabajo educativo, asimismo acelerar o disminuir el ritmo para conducir el proceso educativo. De este modo, la educadora emplea la información de la evaluación no solo con propósitos diagnósticos, sino también con intenciones formativas, dirigidas hacia el niño, el grupo y la familia.
Otro punto importante, los aportes de Luria, defienden la idea de la retroalimentación de información, es decir, varios criterios de diversas fuentes constatan una debilidad o una fortaleza en el sujeto.
Por tomar un ejemplo, la educadora observa en la institución si el niño dibuja concentrado en su actividad, si agarra bien el lápiz, ejecuta las acciones según la orientación indicada y si disfruta la actividad, aunque, la educadora tiene la obligación de preguntarle a los padres: si el niño recoge los juguetes cuándo se le indica, si come despacio y emplea los utensilios, si se baña o se viste por sí solo, o si juega con un compañero respetando las reglas, con respeto, cariño y compañerismo. La triangulación de información entre la educadora y la familia es una valiosa herramienta en el proceso educativo, ya que la educadora identifica y verifica las necesidades del niño y la familia, y así dirige su trabajo educativo desde este resultado y en correspondencia con los objetos trazados.
Desde esta perspectiva, en las ciencias de la educación, la información obtenida a partir de los métodos evaluativos tiene una función diagnóstica, valorativa y formativa. Diagnóstica debido a la necesidad de identificar necesidades y potencialidades del niño, tal y como refieren los artículos revisados que emplean la teoría de Luria, pero también, se identifican las necesidades del grupo, la familia y las agencias educativas relacionadas con la educación del niño. De esta afirmación, se reconoce la función valorativa de la evaluación, ya que los criterios de la familia y las agencias educativas son importantes para definir las necesidades del niño, su educación y desarrollo.
La evaluación tiene una función formativa porque la toma de decisiones en el proceso educativo, para su mejoría, va orientado hacia la educación y desarrollo del educando, pero también hacia la educación de la familia y sus modos de actuación en el hogar, así como la preparación hacia las agencias educativas.
¿Qué evaluar según la teoría de Luria?
La observación de varios pacientes neurológicos le permitió a Luria distinguir un campo de la ciencia que se ha potenciado desde finales de los años 90 del siglo pasado. Anteriormente estos pacientes neurológicos eran analizados desde la psicofisiología orgánica, es decir, el análisis se orientaba hacia los reflejos cerebrales para explicar su conducta, aunque dejaba de analizar esos reflejos en la actividad humana. En este sentido, Luria reconoce la importancia de la psicofisiología de la actividad, la cual está dirigida no a la respiración como reflejo incondicionado, más bien hacia el cómo el sujeto usa la respiración en su propia actividad: en el deporte, en el canto, en la natación. (16
Desde esta posición, surge la psicofisiología de la actividad o neuropsicología como disciplina para analizar y explicar las funciones mentales superiores del hombre en su actividad después de una lesión cerebral.
Lo anterior evidencia que el análisis de la psicofisiología en el hombre puede tomar dos direcciones: la orgánica orientada a explicar el funcionamiento cerebral y la psicofisiología de la actividad dirigida a describir y explicar los procesos mentales que subyacen en las acciones del hombre. Ambas direcciones se agrupan en la neurociencia cognitiva, una rama del saber que se ocupa del estudio científico de los mecanismos biológicos subyacentes a la cognición, con un enfoque específico en los sustratos neurales de los procesos mentales y sus manifestaciones conductuales.
Ante la pregunta qué evaluar, Luria responde que el defecto o síntoma que subyace en una lesión cerebral y ese síntoma limita el funcionamiento de los procesos mentales en su conjunto y se expresa en un síndrome. (16) Luria reconoció los factores neuropsicológicos de varios síndromes para explicar los procesos mentales afectados después de una lesión cerebral, y definió el factor neuropsicológico como un eslabón que integra los sistemas psicológicos, la actividad humana y el funcionamiento cerebral. Estos factores subyacen en una acción o actividad dada y son responsables del defecto ante una lesión cerebral.
Así, por ejemplo, se comprende que el factor “síntesis espaciales simultáneas”, también llamado viso-espacial, es responsable de ubicar en el espacio las acciones motoras hacia arriba o abajo, derecha o izquierda, profundo o superficial, por tanto, lesiones en las áreas cerebrales implicadas en esta función incapacita o limita la ejecución de tareas o actividades como escribir, cambiar de renglón cuando se lee, lanzar una pelota al lugar correcto, copia de un dibujo.
Con este modelo teórico, varios autores 17,18,19,20,21,22,23,24,25,26,27 han analizado el desarrollo, el aprendizaje y la maduración del sistema nervioso en la población infantil, y han reconocido un grupo de logros científicos para utilizar el modelo de Luria en la evaluación infantil:
Los factores neuropsicológicos reflejan el funcionamiento de los mecanismos cerebrales del niño y son fundamentos metodológicos adecuados para valorar el desarrollo mental y neurológico en la población infantil.
Las pruebas o tareas conductuales de Luria, diseñada para evaluar los factores neuropsicológicos en adultos, pueden adaptarse en la población infantil.
El modelo de Luria ofrece herramientas teóricas y metodológicas para realizar la evaluación con una perspectiva integral, la rehabilitación o corregir el defecto en la población infantil.
Basados en estos logros, el modelo de Luria es un soporte teórico y metodológico de significativa importancia en las ciencias médicas y psicológicas para analizar el desarrollo en la población infantil, pues ofrece herramientas para realizar la evaluación y rehabilitación en estas edades. 28,29,30,31,32 Sin embargo, su aplicación está limitada en las ciencias de la educación, sus aportes se emplean en la educación especial, encaminado al análisis y la rehabilitación del defecto.
A pesar de que la teoría de Luria tiene una significativa utilidad en las ciencias médicas, psicológicas y en la educación especial, los autores del artículo destacan su posible empleo en la educación de la infancia preescolar, fundamentalmente en la evaluación del desarrollo integral del niño preescolar. En la educación de la infancia preescolar, la teoría de Luria puede ser significativa porque:
Un especialista en neuropsicología, y fundamentado en la teoría de Luria, reconoce las acciones del hombre para analizar la psicofisiología de la actividad, no obstante, la educadora también puede observar las acciones del niño, con la intención de valorar su desarrollo integral. En otras palabras, un especialista que emplee la neuropsicología observa el dibujo de un niño para analizar los factores neuropsicológicos y emitir un criterio sobre la maduración de regiones cerebrales implicadas, 30,31 mientras que la educadora observa el dibujo para analizar la motricidad, la relación con los objetos, la implicación personal del niño con lo que dibuja, los valores y hábitos que pueden reflejarse en el dibujo, la concentración y el cumplimiento de los objetivos trazados por la educadora.
Las pruebas propuestas por Luria en el siglo XX pueden adaptarse en la infancia preescolar para evaluar la motricidad, el lenguaje, la memoria, la lateralización de funciones y el pensamiento. 30,31 Ejemplo, Luria utilizó, como tarea de evaluación, el aprendizaje de 10 palabras en 5 ensayos para valorar el funcionamiento psicofisiológico del lóbulo temporal y su conexión con estructuras subcorticales, sin embargo, en la educación se puede emplear para valorar el desarrollo de la memoria del niño y su capacidad para aprenderse una canción, para recordar el nombre de los objetos y órdenes verbales, así como seguir una ruta de acciones trazadas por la educadora para cumplir un objetivo.
Las actividades de la etapa pueden emplearse como objeto de evaluación, tales como el cuento, el dibujo y juegos didácticos en la mesa. 30,31 Esto es fundamento del enfoque histórico cultural y de la teoría de la actividad de Leontiev. 32
Desde esta perspectiva, el modo de analizar la actividad (los factores neuropsicológicos) y el empleo de los métodos evaluativos propuestos por Luria pueden ser utilizados en la educación de la infancia preescolar.
Las ciencias psicológicas emplean la teoría de Luria como fundamento para realizar la evaluación del niño con alteraciones en el neurodesarrollo, y en este sentido, es esencial el uso de los factores neuropsicológicos para explicar la maduración de regiones cerebrales implicadas en el desarrollo mental del niño. En el caso de las ciencias de la educación, se utilizan los contenidos de los factores neuropsicológicos para analizar los contenidos conceptuales, actitudinales y procedimentales en la infancia preescolar, que son fundamentos pedagógicos en esa educación, y permiten dirigir el proceso educativo con un enfoque integral.
No obstante, el cómo hacerlo en la práctica educativa permitirá esclarecer la diferencia de los enfoques psicológicos y educativos.
¿Cómo hacer la evaluación según Luria?
Para realizar la evaluación, Luria elaboró una metodología basada en tres métodos: la observación, la entrevista y tareas específicas para apreciar el modo de solucionarla. Dicha metodología la divide en dos partes, el análisis estructural del defecto y análisis de los procesos psicológicos que subyacen en el defecto. (16
Según Luria, el neuropsicólogo debe identificar el defecto principal a través de una entrevista profunda sobre la vida del sujeto (hábitos, habilidades, conocimientos, estilo de vida), pero a la vez, sugiere aplicar algunas tareas sencillas para verificar lo que dice el sujeto. Ejemplo, el examinador da órdenes verbales para que el sujeto las ejecute “con tu mano derecha, tócate tu oreja izquierda”. De esta forma, se observa si el sujeto es capaz de seguir y cumplir la orden verbal durante el proceso y para esto debe apoyarse en los factores neuropsicológicos, tales como la retención verbal y la programación - control de acciones conscientes. No obstante, debe seguir analizando otros factores, pues debe observar si seleccionó la mano correcta y si la orientó en el espacio de manera correcta (organización viso-espacial del acto motor; organización motora secuencial; programación y control del acto motor).
Sin dudas, esta entrevista es más sensible para los sujetos que tienen un daño neurológico grave o moderado, que un sujeto que tiene una ligera alteración, por tanto, Luria elaboró tareas de manera específica para cada proceso mental con el objetivo de profundizar y precisar el defecto.
Es oportuno reconocer que en el método de Luria se pueden observar dos elementos esenciales de la evaluación: observar y analizar las actividades de la vida diaria; y usar tareas específicas para verificar y precisar el defecto. (16 No obstante, Luria concibió la evaluación para la población adulta con daño cerebral y no para la población infantil. En este sentido, Mangas y Ramos, 30 Solovieva y colaboradores, 31 realizaron una adaptación de la propuesta de Luria para ser aplicada en niños preescolares.
Detrás de la intención de Luria y sus seguidores, hay un método que responde a la pregunta: ¿cómo realizar la evaluación? La respuesta es: a través de la observación, entrevista y pruebas específicas, y analizando los contenidos a partir de factores neuropsicológicos como indicadores para interpretar las acciones del hombre y el daño neurológico ocasionado.
Sin embargo, llevar esta pregunta a la ciencia de la educación excluiría la visión del análisis sindrómico y orientaría a la educadora en la valoración del desarrollo integral del niño a través de métodos evaluativos empleados por ella (observación y situaciones pedagógicas).
En las ciencias de la educación es necesario emplear indicadores para analizar las acciones del educando en un plano material y simbólico, y así valorar, diagnosticar y tomar decisiones sobre el desarrollo integral del niño. Los autores del artículo toman de Luria los contenidos de los factores neuropsicológicos para elaborar indicadores de interpretación, pero empleando el término “ejecuciones” y evitando el término factores neuropsicológicos. Se utiliza el término “ejecuciones” debido a que la intención es valorar las acciones que subyacen en la actividad del niño y no su funcionamiento psicofisiológico. En el grupo, el niño preescolar está jugando de manera libre con otros niños o está siendo dirigido por la educadora, en ambos espacios, la observación es el método fundamental de la educadora para valorar el desarrollo alcanzado por el educando. No obstante, la actividad de la educadora debe ser precisada para que realice la evaluación con un enfoque integral. La observación debe ir orientada hacia cinco ejecuciones:
Ejecuciones motoras: Mano preferente para ejecutar acciones o reconocer objetos por el tacto. Forma de agarrar el lápiz o color. La posición de los dedos y el agarre al sostener un objeto o al realizar acciones. Rapidez, coordinación y la calidad para vestirse, comer, bañarse por sí solo y realización de ejercicios de educación física. Los gestos faciales como indicadores para analizar los órganos del lenguaje: las mímicas, hincharse los cachetes, la risa y el uso de la lengua para hablar, realizar sonidos de animales o hacer trompetillas.
Ejecuciones intelectuales: Capacidad para realizar la síntesis y el análisis ante una situación dada u orientada. Agrupar objetos por su color, forma, tamaño. Construcción con objetos, imágenes o figuras dibujadas. Cómo organiza las ideas cuando hace una narración o historia. Cómo y con qué intensidad hace las comparaciones de objetos por características (semejanzas - diferencias) o por cantidades (mayor - menor). Rapidez y calidad cuando hace la enumeración y comparaciones de cantidades entre 1 y 10 objetos.
Ejecuciones comunicativas: Capacidad de ejecutar las acciones después de una orientación verbal, tal y como se le dijo. Dirigir acciones motoras a través del lenguaje. Antes de ejecutar qué debe hacer: el lenguaje dirige la acción.
Ejecuciones motivadas: Mantener la motivación durante las acciones y dirigidas por un objetivo. Tener una elevada concentración en las acciones y por un tiempo prolongado según la actividad.
Ejecuciones espaciales: Ubicación y tamaño de los dibujos y figuras en el papel o en la pizarra. Orientación de derecha - izquierda, arriba - abajo, profundo - superficial, tanto de las acciones motoras como perceptuales. Organizar los juguetes, ropa u otros objetos en un espacio delimitado.
Sin dudas, detrás de estas ejecuciones están los logros de la etapa, y a su vez, las acciones que subyacen en cualquier actividad del niño. De este modo, el cómo de la evaluación en las ciencias de la educación se orienta hacia dos puntos: a través de métodos evaluativos empleados en el proceso educativo y mediante el uso de ejecuciones para precisar la observación y dirigir la estimulación.
CONCLUSIONES
La literatura analizada permite plantear que la teoría de Luria puede emplearse en la educación de la primera infancia, en particular en la evaluación del desarrollo integral del niño preescolar. Los contenidos de los factores neuropsicológicos pueden ser incluidos en los contenidos de la educación de la primera infancia para valorar al niño de manera integral, elaborar indicadores o precisar el método de observación en las actividades realizadas en el proceso educativo.
El empleo de las ejecuciones por las educadoras permite direccionar la observación hacia el agarre de lápiz al dibujar, la posición y la fuerza de los dedos cuando hace el agarre, la mano con mayor preferencia para ejecutar las actividades, la concentración y el disfrute. Las ejecuciones provienen de una revisión profunda de los factores neuropsicológicos de Luria, y la intención es analizar el desarrollo integral del niño desde las ciencias educativas: habilidades, conocimientos y valores de la etapa para dirigir el proceso educativo con calidad y preparar al niño y la familia para la próxima educación.