Introducción
La enfermedad arterial periférica de los miembros inferiores (EAP) constituye una de las manifestaciones de la aterotrombosis, enfermedad sistémica que puede afectar a todos los territorios del árbol arterial. Recientemente ha existido un creciente interés por la identificación temprana de la enfermedad, ya que resulta un marcador de riesgo aterotrombótico en otros territorios vasculares, en particular, el coronario y el cerebral. De este modo, su diagnóstico tiene importancia porque la proporción de personas que la padecen son asintomáticas y, por tanto, están sin diagnosticar.1
Hirsch y otros,2 en un estudio realizado en la atención primaria, observaron que el 55 % de las personas detectadas con EAP no se habían diagnosticado previamente, en tanto el porcentaje con signos y síntomas típicos de enfermedad era de 11 %.
Se conoce que la prevalencia de la EAP aumenta con la edad y llega hasta el 20 % de la población con edad superior a los 65 años. En general, la historia natural de la enfermedad se muestra benigna y son pocos los pacientes que acabarán desarrollando complicaciones graves en los miembros inferiores. La tasa de riesgo de amputación a 5 años se cifra en el 2 % en los pacientes con claudicación intermitente.3
Cabe señalar que la silenciosa naturaleza de la EAP, junto con el aumento de la edad de la población y la creciente incidencia de los factores de riesgo, hace pensar que puede llegar a convertirse en una de las más temidas en el siglo xxi.
Probablemente, el aumento de la prevalencia de la EAP en la atención primaria pueda deberse a que muchos médicos, durante el examen físico al paciente, no consiguen un historial relevante para dicha enfermedad y, con frecuencia, pasan por alto sus sutiles signos.4
Para una adecuada planificación de los recursos hay que conocer la distribución de la arteriopatía periférica en la población cubana, el impacto en ella de los factores de riesgo que predisponen su desarrollo y la relación que existe con la enfermedad ateroesclerótica en otros lechos vasculares (cerebro vascular y coronario) para prevenir las complicaciones aterotrombóticas, que producen elevadas tasas de discapacidad, invalidez y muerte en la población.5
Los factores de riesgo más importantes para la EAP son la edad superior a 40 años, el consumo de tabaco, la diabetes mellitus (DM), la dislipidemia y la hipertensión arterial (HTA), entre otros que también contribuyen al incremento del riesgo de padecer la enfermedad o su progresión.6
El presente estudio tuvo como objetivo identificar los factores de riesgo cardiovasculares en pacientes ambulatorios con EAP en sus estadios iniciales.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo-retrospectivo de corte transversal en 57 pacientes de ambos sexos, mayores de 50 años, con historia de EAP en sus estadios iniciales, según la clasificación clínica de Fontaine7 o en los estadios IIa y IIb, que asistían a la consulta externa del Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular (INACV). El período de estudio fue de dos años. Todos los pacientes dieron su consentimiento verbal y escrito para participar.
Criterios de exclusión
No formaron parte del estudio aquellos pacientes con:
Enfermedad arterial obstructiva crónica (EAOC) de miembros inferiores en estadios III y IV de la clasificación de Fontaine.7
Historia de eventos aterotrombóticos periféricos, cerebral y/o cardiovascular, con secuelas e invalidez.
Otras enfermedades no cardiovasculares en etapa terminal.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Insuficiencia renal en estado terminal.
Anemia crónica.
Demencia o trastorno psiquiátrico.
Para la recolección de los datos primarios se diseñó una planilla que incluyó la edad, el sexo, el diagnóstico y el estadio de la EAP, y los factores de riesgo cardiovasculares (DM, HTA, hábito de fumar, hiperlipemia y microalbuminuria).
Se tuvieron en cuenta los criterios siguientes para la EAP:8
Estadio IIa: claudicación intermitente arterial abierta. Cuando el dolor a la marcha aparece a una distancia mayor de 200 metros.
Estadio IIb: claudicación intermitente arterial cerrada. Cuando el dolor a la marcha aparece a una distancia menor de 200 metros.
A todos los pacientes se les extrajo una muestra de sangre, tras un ayuno de 12 horas, para las determinaciones séricas de las concentraciones de colesterol total, triglicéridos y glucosa en ayuna. Las muestras sanguíneas se procesaron en el Laboratorio Clínico Central del Hospital Docente Clínico-Quirúrgico “Dr. Salvador Allende”, mediante juegos de reactivos enzimáticos colorimétricos (HELFA® Diagnósticos).
También fue recogida una muestra de orina para la determinación, por método cuantitativo, de la micro albuminuria, procesada en el Laboratorio Clínico del INACV, también a través de un juego de reactivo comercial de la firma FS-Future System.
Para las variables de laboratorio clínico (biomarcadores) se tuvieron en cuenta los siguientes rangos de referencia obtenidos de los prospectos de cada juego de reactivo comercial:
Glucemia: 4,2-6,11 mmol/L
Colesterol total: 3,87-6,71 mmol/L
Triglicéridos: hombre: 0,68-1,88 mmol/L y mujer: 0,46-1,60 mmol/L
Microalbuminuria (método cuantitativo): 20-200mg/L.
Estos se consideraron patológicos cuando los valores estaban por encima del límite superior.
En cuanto a la edad, se tomaron los años en el momento de inclusión en el estudio; mientras que para el hábito de fumar se tuvo en cuenta si el paciente estuvo o no presente y la cantidad de cigarrillos que fumaba al día, lo que permitió establecer los siguientes grupos:
No fumadores: aquellos que nunca habían fumado.
Fumadores ligeros: los que fumaban un cigarro o menos de 10 por día.
Fumadores moderados: los que fumaban entre 10 y 20 cigarros por día.
Grandes fumadores: los que fumaban más de 20 cigarros por día.
Exfumadores: los que refirieron abandono del hábito tabáquico al menos seis meses antes de la recogida de los datos.
Resultados
Se encontró un predominio del sexo masculino (57,8 %) y del grupo de 60 a 69 años (45,6 %) (Tabla 1).
Se constató que los pacientes con EAP en sus estadios iniciales tenían en más del 30 % valores patológicos para todos los biomarcadores, con excepción de la glucosa en ayunas (Tabla 2).
El tabaquismo estuvo presente en el 100 % de los pacientes con EAP en sus estadios iniciales, con sintomatología clínica de claudicación intermitente arterial abierta y cerrada a la marcha. El estadio clínico IIa mostró elevadas frecuencias de enfermos que fumaban y presentaban microalbuminuria positiva (Tabla 3).
Discusión
A pesar de la elevada prevalencia de la EAP, los estudios descriptivos en esta población son escasos. Hay que destacar que, en la actualidad, numerosas investigaciones ponen en evidencia la aparición cada vez más temprana de la enfermedad y su relación con una alta incidencia de los factores de riesgo cardiovasculares.9 Un ejemplo lo constituye un estudio trasversal y multicétrico que evaluó 348 pacientes, donde se demostró que la prevalencia de EAP fue de 21 %. Se observó una mayor prevalencia en hombres (23,5 %), en mayores de 80 años (39,1 %), en pacientes con nivel bajo de actividad física (22,4 %), en obesos (26,5 %), en hipertensos de larga evolución (38 %), y en fumadores y exfumadores (33,3 % y 23 %, respectivamente).10
El haber encontrado en este trabajo un predominio del sexo masculino con una frecuencia de 57,8 % está en correspondencia con lo informado por Pérez,11 quien observó que el 75,8 % de los pacientes se encontraba en el grupo de 60 y más años de edad, y que el sexo predominante fue el masculino (54,8 %). Esto se asemeja a otro estudio epidemiológico prospectivo de tres años de duración con selección por muestreo aleatorio simple en población general de edad superior a los 49 años, que incluyó a 511 personas de 66,6 (9,7) años de edad media (desviación estándar); entre ellos, 37 varones. La prevalencia de EAP resultó de 12,4 % (n = 63) de la muestra de 72,6 años de edad media; el 46 % eran varones.12,13
De Luis-Román y otros,14 hallaron una alta prevalencia de dislipidemia en la población, con una tasa baja de pacientes tratados.
Un estudio italiano demostró que el tratamiento con simvastatina mejoraba o prolongaba el tiempo de la marcha en los enfermos con claudicación intermitente. En este estudio participaron 86 pacientes con arteriopatía crónica periférica (estadio II de Fontaine) y concentraciones de colesterol total mayor a 200 mg/dL, asignados de forma aleatoria a un grupo con simvastatina (40 mg/dL) y a otro con placebo.15
En el estudio prospectivo británico UKPDS 35, basado en los resultados de otros previos que relacionaban la hiperglucemia con el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, se analizó la asociación entre la disminución de las concentraciones de glucosa plasmática, mediante un control intensivo, con el desarrollo de complicaciones micro- y macrovasculares de la DM de tipo 2.16
Por su parte, Trujillo17) y Carvajal18) citaron que la micro albuminuria es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular y define un grupo de alto riesgo para la mortalidad cardiovascular temprana, tanto en la diabetes de tipo 2 como en la hipertensión esencial; también implica una permeabilidad vascular anormal y presencia de ateroesclerosis.
La relación entre el hábito de fumar y la EAP fue identificada hace más de 100 años, cuando se halló un riesgo de claudicación intermitente tres veces mayor en sujetos fumadores. En otros trabajos se consideró el consumo de tabaco y, en particular, el comienzo de dicho hábito antes de los 16 años como factor de riesgo para la aparición de la EAP.19,20,21,22,23,24,25,26).
Como limitación de esta investigación se consideró la insuficiente disponibilidad de reactivos de laboratorio clínico para estudiar un número mayor de pacientes con EAP de miembros inferiores en sus estadios iniciales en consulta externa.
A modo de conclusiones se puede señalar que se logró identificar a los pacientes en consulta externa con EAP en sus estadios iniciales y determinar la presencia de algunos factores de riesgo cardiovasculares en las etapas tempranas de la enfermedad.
Se recomienda establecer líneas de investigación en población con factores de riesgo cardiovasculares para identificar pacientes con EAP en etapas muy tempranas, al tener el conocimiento de que esta enfermedad cursa, generalmente, de forma asintomática en población con enfermedades cardiovasculares.