Estimada editora de la Revista Cubana de Angiología y Cirugía Vascular:
Los miembros inferiores son estructuras que forman parte del cuerpo humano, con la función primordial de la locomoción, lo que permite realizar las actividades de la vida cotidiana. En su composición participan huesos, músculos, venas, arterias y nervios. Cuando se produce afectación en alguna de estas estructuras, por traumas, patologías y/o por condiciones fisiológicas, queda comprometida la calidad de vida de la persona.1
Tal es el caso del embarazo, donde se producen una serie de modificaciones anatómicas y funcionales que abarcan en mayor o menor grado, y casi sin excepción a todos los órganos y sistemas, incluido el aparato circulatorio. El retorno venoso se dificulta en la medida en que avanza la gestación, para ocasionar sensación de pesadez, aparición de edemas y de las temidas varices, que se presentan hasta en el 50 % de los embarazados y se agravan con las futuras gestaciones.2,3
El riesgo de padecer esta insuficiencia circulatoria es mayor en aquellos casos donde la mujer previa a quedar embarazada, ya tenía varices u otras causales. En consecuencia, se ven involucrados factores genéticos, hormonales y de presión. En los primeros se incluyen la carga hereditaria (mamá, papá o abuelos con varices) y la debilidad de la pared venosa; entretanto los segundos se generan por aumento de estrógenos y progesterona; mientras los terceros por el empuje que ejerce el útero sobre la vena cava inferior, zona abdominal y las piernas, a medida que crece.4
Se trata de una patología con prevalencia importante durante el embarazo, visto que las varices afectan al 40 % de las gestantes, y por consiguiente se trata de un motivo frecuente de consulta donde se alerta sobre su peligro como importante factor de riesgo para sufrir un evento tromboembólico durante el puerperio.5
El actuar médico debe estar encaminado principalmente a la prevención de los factores de riesgo modificables, donde se requiere hacer cambios en el estilo de vida para disminuir el peligro y, de esta forma, reducir las opciones de padecer la enfermedad o de sufrir un evento no deseado.6
Son muchas las orientaciones que se suelen dar para evitar la aparición de venas varicosas durante el embarazo, pero las más útiles son los siguientes:4,5,6
Evitar permanecer varias horas de pie, especialmente de modo estacionario, o pasar muchas horas en posición de sentado. Variar de postura y caminar facilitará el flujo sanguíneo.
Prevenir un aumento desmedido de peso en el transcurso del embarazo. Evadir el sedentarismo y realizar actividades físicas diarias.
Consumir líquidos, frutas y vegetales para que la sangre se mantenga fluida y circule sin complicaciones.
Eludir el uso de ropas muy ajustadas que comprometan la circulación; así modo los zapatos de tacón.
Evitar la constipación, con la ayuda de una dieta equilibrada rica en fibras y vegetales, al igual que permanecer con buen estado de hidratación para favorecer el flujo intestinal y mejorar la circulación de la sangre.
Realizar reposo venoso, con las piernas en alto en repetidas ocasiones al día. Esta postura facilita la circulación de la sangre.
Si duerme de costado, bien sea del lado izquierdo. De descansar en el flanco derecho podría comprimir la vena cava inferior.
Hacer uso de medias comprensivas apropiadas, siempre con la indicación y supervisión del médico especialista.
Ejecutar masajes ascendentes a partir de los tobillos y hasta la cadera, a fin de estimular la circulación y producir alivio de las piernas.
Tomar una ducha con agua fría disminuirá la tensión que puedan tener las piernas.
El cigarrillo está prohibido durante el embarazo por ser nocivo para la salud, en razón de que afecta a la madre y al feto, e incluso el sistema circulatorio.
Consumir una dieta baja en sal. Así que, en lugar de salar los alimentos, lo más aconsejable es condimentarlos con hierbas y otras especias.
Ingerir alimentos ricos en potasio, en vista de que este elemento coadyuva a contrarrestar la retención de líquidos y la respectiva inflamación que origina.
Aprovechar la medicina alternativa como método que ayuda a aliviar las molestias que producen las varices durante el embarazo (acupuntura, shiatsu, aromaterapia, la hidroterapia, previa autorización por un facultativo pueden ser favorecedoras también).
Se recomienda a toda gestante con antecedentes de insuficiencia venosa periférica durante el embarazo, asistir a la consulta especializada y cumplir con todas las indicaciones emanadas de la misma.
Después del parto en buena parte las varices desaparecen solas. Dado el caso que posterior a los tres o cuatro meses no hayan desaparecido, es necesario asistir a un control con el cirujano vascular, a fin de recibir tratamiento.