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Revista Médica Electrónica
versión On-line ISSN 1684-1824
Rev. Med. Electrón. vol.35 no.2 Matanzas mar.-abr. 2013
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Microsporidiosis gastrointestinal: una actualización
Gastrointestinal microsporidiosis: an update
Amauri L Noda Albelo I, Roberto Cañete II, Katia Brito Pérez III
I Hospital    Provincial Pediátrico Docente  Eliseo Noel; Caamaño. Matanzas,    Cuba.     
   II Centro Provincial de Higiene, Epidemiologia y Microbiología.    Matanzas, Cuba.     
       III Policlínico Docente Comunitario  Samuel Fernández. Matanzas, Cuba.
RESUMEN
La microsporidiosis es una infección emergente y oportunista producida por microorganismos intracelulares obligados formadores de esporas que han sido taxonómicamente reclasificados como hongos. La eficacia y seguridad de diferentes productos farmacéuticos ha sido evaluada a lo largo de los años, sin embargo, es limitado el arsenal terapéutico del que se dispone a la hora de tratar individuos infectados por esos microorganismos. La actualización necesaria en relación con esta temática, así como la necesidad de un documento de consulta para los estudiantes de pre y post graduación determinó la realización de este trabajo, con el que se pretende ofrecer información actual, pertinente y de calidad que permita una mejor atención a los usuarios del sector salud y mantener el proceso de educación continuada de los profesionales en todos los niveles de atención.
Palabras clave: microspiridiosis, parásitos intestinales, VIH/SIDA.
ABSTRACT
 The microsporidiosis is an emergent and opportunist  infection produced by spore-forming intracellular microorganisms,   recently reclassified by taxonomists as fungi.  The efficacy and safety of different pharmaceutical products has been evaluated  along the years, however, the therapeutic arsenal is limited when treating  infected people. The necessary update on this theme, and the necessity of a consultation  document for pre and post graduate students determined the accomplishing of  this review, pretending to offer the updated, pertinent and qualitative  information that may allows a better medical care to the users of the health  sector and maintaining the continued educational process of the professionals  at all the public health care levels.     
           
       Key words: microsporidiosis,  intestinal parasites, HIV/AIDS.  
INTRODUCCIÓN
La  microsporidiosis es una infección emergente y oportunista producida por  microorganismos intracelulares obligados formadores de esporas que han sido  taxonómicamente reclasificados como hongos.(1) Los integrantes de  ese grupo afectan con mayor frecuencia a personas inmunocomprometidas  (VIH/SIDA, o no), niños, ancianos o individuos que utilizan lentes de contacto. (1,2)    
           
   A  mediados del siglo XIX, Pasteur y Garnez relacionaron por primera vez la presencia  de un agente microscópico con la producción de enfermedad, la pebrina o calcina  de los gusanos de seda. Nageli, en 1857, identificó Nosema bombycis como el agente causal del proceso. (3)Diferentes especies de animales, en todos los contextos  ecológicos han sido infectadas por microsporidios. (1,2)      
       
   El  primer caso humano fue notificado por Matsubayashi y colaboradores(4) en  1959 en un niño portador de encefalitis, sin embargo, un amplio grupo de  síndromes clínicos han sido relacionados con microsporidios a escala  internacional.(5) Ocho géneros de microsporidios han sido notificados  como productores de enfermedad en humanos: Nosema, Vittaforma, Brachiola, Pleistophora, Trachipleistophora, Encephalitozoon (incluyendo el reclasificado genero Septata), Enterocytozoon y Anncaliia (previamente conocido como Brachiola).  Adicionalmente, existe un grupo genéricamente llamados microsporidios, donde se  incluyen otras especies sobre las que se posee información limitada aun en la  actualidad (Sprague y Vavra). (6)     
       
   La eficacia y seguridad de  diferentes productos farmacéuticos ha sido evaluada a lo largo de los años, sin  embargo, es limitado el arsenal terapéutico del que se dispone a la hora de  tratar individuos infectados con esos agentes infecciosos. (7)    
       
   En Cuba, diferentes  estudios en los que se buscaba identificar la frecuencia de microsporidiosis  intestinal en población general, mostraron que la prevalencia era muy baja  tanto en niños como en adultos y por consiguiente no constituían un problema de  salud para el país. (8,9) Ese comportamiento era similar al  notificado en diferentes áreas geográficas.(10,11) La frecuencia de  microsporidiosis intestinal es mayor en inmunosuprimidos y dentro de ellos en  pacientes VIH/SIDA. (12,13)     
       
   La actualización necesaria  en relación con esta temática, así como la necesidad de un documento de  consulta para los estudiantes de pre y post graduación, determinó la  realización de este trabajo. Con él se pretende ofrecer información actual,  pertinente y de calidad que permita contribuir a una mejor atención a los  usuarios del sector salud y mantener el proceso de educación continuada de los  profesionales en todos los niveles de atención.     
       
   Clasificación taxonómica    
       
   Los microsporidios  presentan un genoma reducido y compacto (14); lo que ha hecho  difícil el estudio filogenético del grupo. En la mayoría de los textos clásicos de medicina y gastroenterología se  estudian como parásitos; sin embargo, actualmente  existen evidencias genéticas, estructurales y metabólicas suficientes para  ubicarlos dentro del reino de los hongos. Algunos autores  plantean que comparten un ancestro común con zygomycetes y quizás, con Mucorales (15,16).     
       
   El phylum Microsporidia comprende 150 géneros que agrupan  aproximadamente 1200 especies, 14 de ellas descritas como productoras de  enfermedad en humanos (2). Las especies que afectan humanos se  distribuyen en 7 géneros (Enterocytozoon, Encephalitozoon, Anncaliia, Nosema, Pleistophora, Trachipleistophora y Vittaforma) y microsporidios no clasificados (denominados colectivamente Microsporidium). (tabla1 y 2).  
Tabla 1. Información general del Phylum Microsporidia, que tienen un hospedero animal reconocido
| Género y Especie | Manifestaciones Clínicas | Hospedero Animal | 
| Encephalitozoon | ||
| E. cuniculi | Infección del tracto urinario, infección intestinal sintomática y asintomática hepatitis, peritonitis, encefalitis, uretritis, prostatitis, nefritis, sinusitis, queratoconjuntivitis, cistitis, diarrea, celulitis, infección diseminada | Mamíferos: roedores, conejos, carnívoros primates | 
| E. hellem | Infección sistémica, Queratoconjuntivitis, sinusitis, neumonitis, nefritis, prostatitis, uretritis, cistitis, diarrea. | Aves del genero psitasis | 
| E. intestinalis | Colangiopatía, colangitis, colecistitis acalculosa, diarrea, perforación intestinal, nefritis, queratoconjuntivitis. | Mamíferos: asnos, perros, cerdos, ganado vacuno, cabras, primates) | 
| Enterocytozoon. bieneusi | Diarrea, síndrome de desgaste, rinitis, bronquitis, sinusitis, colangiopatía, colangitis acalculosa, colecistitis | Mamíferos (cerdos, primates, perros, gatos, etc.) y aves | 
| Annicaliia: A. algerae | Queratoconjuntivitis, miositis, infección cutánea | Mosquito | 
Tabla 2. Información general del Phylum Microsporidia, que no tienen un hospedero animal reconocido
| Género y Especie | Manifestaciones Clínicas | 
| Trachipleistophora | |
| T. hominis | Miositis, queratoconjuntivitis, sinusitis | 
| T. anthropopthera | Encefalitis, infección diseminada, queratitis | 
| Pleistophora: P. ronneafiei | Miositis | 
| Annicaliia | |
| A. vesicularum | Miositis | 
| A. connori | Infección diseminada | 
| Nosema: N. ocularum | Queratoconjuntivitis | 
| Vittaforma corneae | Queratoconjuntivitis, infección tracto urinario | 
| Microsporidium | |
| M. africanus | Ulcera cornear | 
| M. ceylonesis | Ulcera cornear | 
Biología  y ciclo de vida    
           
   Los microsporidios sobreviven fuera del hospedero por  largos periodos de tiempo (17). La pared de la espora es gruesa,  resistente y compuesta por una doble capa: una interna rica en quitina denominada  endospora y una externa rica proteína denominada exospora. Dentro de esa  cubierta rígida y resistente vive el esporoplasma que aloja el núcleo y el  citoplasma celular, todo lo cual es transferido a la célula hospedera en el  proceso de infección.    
       
   La espora también contiene varios orgánulos  específicos de microsporidium, dentro  de ellos, la vacuola posterior (una gran estructura que ocupa entre la tercera  parte y la mitad del volumen celular), el polaroplasto (estructura membranosa  en la porción anterior de la célula) y el disco de anclaje, el cual une el tubo  polar a la célula durante el proceso de germinación (el tubo polar define el  carácter de phylum). En la mayoría de  los microsporidios esa estructura está finamente enrollada alrededor de la  periferia del esporoplasma. El número de espirales que forma el orgánulo es  típico de la especie. En el caso de E.  bieneusi y E. intestinalis presenta entre 5 y 7 espirales (2).     
       
   El tubo polar de microsporidium se forma en la espora inactiva. A diferencia de otros hongos (18),  ese tubo es una estructura larga compuesta por bloques de proteínas de las  cuales tres han sido identificadas PTP1 (polar tube protein 1), PTP2, y PTP3 (19-21).  Existen evidencias que sugieren que el tubo polar se forma fuera del  esporoplasma lo que explicaría por qué durante la eversión brusca durante el  proceso de germinación no afecta la estructura del esporoplasma. (21)    
       
   La espora es activada para iniciar el proceso de  infección por modificaciones de pH y en la relación de concentración catión/anión  al entrar en el sistema digestivo o al entrar en las proximidades de un  potencial hospedero. El proceso de activación es seguido por edema del  polaroplasto y de la vacuola posterior, lo que causa un incremento importante  de la presión dentro de las paredes rígidas de la espora. Ese edema es mediado  por la rápida entrada de agua a través de los canales de acuaporinas en la  membrana plasmática. (22,23) La presión osmótica aumentada dentro de  la espora se debe a la ruptura del disacárido trehalose en monosacáridos de  glucosa.     
       
   Otro mecanismo propuesto, que estaría involucrado en  el incremento de la presión dentro de la espora, es la producción de agua a  partir de H2O2 (peróxido de hidrogeno) en la vacuola  posterior (23)  lo que empuja  el esporoplasma dentro del tubo polar como si fuera un pistón a presión. La  presión en la espora se incrementa y la porción anterior se rompe y el disco de  anclaje se evierte formando un cuello por donde es expelido el tubo polar. Esto  ocurre de tal manera que la superficie luminar del tubo pasa a ser la  superficie exterior del mismo, como cuando evertimos un dedo de guante al  soplar en él.     
       
   Las hipótesis convencionales sostenían que la rápida  expulsión del tubo polar bastaba para que penetrara la membrana de la célula  hospedera. Actualmente, existen evidencias que sustentan que para que ocurra la  penetración del tubo polar en la célula hospedera se necesitan complejas  interacciones moleculares entre la membrana de esta y el extremo distal del  tubo polar, seguido por la endocitosis de la punta del tubo polar y la  emergencia del esporoplasma (24). En diferentes especies del genero Encephalitozoon se ha comprobado la existencia de interacciones moleculares entre la pared  de la espora y moléculas de glycosaminoglycans en la superficie celular, lo que  facilita la orientación de la espora en el momento de “disparar” el tubo polar (25).    
       
   El proceso de entrada del esporoblasto en la célula es  muy similar a una inyección intracelular, en la que la jeringuilla estaría  constituida por la pared rígida de la espora, la aguja es formada por el tubo  polar, y el émbolo seria la presión generada dentro de la espora por diversos  mecanismos.     
       
   Una vez dentro de la célula hospedera el microsporidium sufre dos fases clave en  su proceso de desarrollo. La primera, un estado proliferativo de fisión binaria  o múltiple y un segundo estado o esporogonia, en el cual se desarrolla la  espora y madura. Durante la fase proliferativa la cariocinesis ocurre de forma  repetida antes de que se presente la división celular, resultando formas  redondeadas de plasmodio multinucleado como en el E. bieneusi o células  multinucleadas semejantes a cintas como en E. intestinalis. Esas fases pueden  ocurrir libremente en el citoplasma como en E. bieneusi, o en el interior de una vesícula parasitófora  en el caso de E. intestinalis.      
       
   Respuesta inmune contra Microsporidium    
       
   El conocimiento sobre la respuesta inmune contra E.  bieneusi es escaso debido a la ausencia de modelos animales adecuados y a  la imposibilidad en la actualidad de cultivarlo en tejido.     
       
   Existen evidencias claras acerca de la ocurrencia de  respuesta inmune humoral contra microsporidium.  Los anticuerpos son capaces de reconocer la pared de la espora y el tubo polar(26) aunque es probable que jueguen un papel limitando en la prevención de la  mortalidad o erradicación de la  infección. La importancia de la inmunidad  mediada por células en la resistencia contra la infección por microsporidios se  demuestra por la susceptibilidad a presentar formas graves de la enfermedad en  los estados en que se compromete esa respuesta (ej. SIDA, paciente sometido a  trasplante de órganos). (27)      
       
   La microsporidiosis es usual en pacientes infectados  por VIH con conteo de células T CD4 positivas por debajo de 100/mm3  de sangre y su erradicación espontanea puede ocurrir por la sola inducción de  reconstitución inmune a partir de la terapia antirretroviral de alta eficacia  (TARVAE) (28,29) lo que evidencia la importancia de la integridad de  la respuesta inmune celular en la protección contra ese germen. Estudios  experimentales realizados en modelos murinos y estudios ex- vivo en humanos demuestran la implicación de citocinas  proinflamatorias tales como Interferon gamma-γ (IFN-γ), interleukina-12  (IL-12), y tumor necrosis factor alpha (TNF-alpha) en la resistencia a Encephalitozoon spp. (30,31)    
       
   Epidemiología    
       
   La microsporidiosis humana es cosmopolita con  estimados de prevalencia que oscilan entre el 1 y 50% dependiendo de la región  geográfica, el método diagnóstico, y las características demográficas de la  población estudiada. Antes de la introducción de la TARVAE, la prevalencia de  microsporidiosis solía ser más frecuente entre los individuos VIH positivos con  diarreas y un conteo de linfocitos T CD4 positivos por debajo de 100 por mm3 de sangre. (32) En regiones de África,  Asia, y Sudamérica, donde la terapia antirretroviral no es accesible, la  microsporidiosis es frecuente en individuos infectados por VIH con SIDA. 
 La microsporidiosis es una infección emergente en  pacientes inmunodeficientes que no es exclusiva de aquellos infectados por el  virus del VIH, también afecta a receptores de trasplantes de órganos o  pacientes sometidos a quimioterapia inmunosupresora. La notificación de este  germen se incrementa también de manera perceptible entre individuos  inmunocompetentes tales como: viajeros, niños y ancianos. (33,34)    
           
   Las fuentes de infección humana por microsporidios son  aún inciertas. Las esporas de esos microorganismos son liberadas al medio  ambiente con las heces, la orina, y las secreciones respiratorias. Los animales  o personas infectadas, así como agua y alimentos contaminados con esporas parecen ser las fuentes de infección más frecuentes. La transmisión persona- persona  ocurre, y la infección ocular puede ser el resultado de auto inoculación,  causada por dedos contaminados. (6)    
       
   Experimentalmente se ha logrado infectar conejos  con  E. cuniculi vía rectal. E. hellem se ha  encontrado en próstata y en el tracto urogenital, lo que sugiere la posibilidad  de la trasmisión sexual. Esta especie de microsporidium se ha demostrado  en mucosa respiratoria, lo que suministra evidencias para la posible  transmisión respiratoria, en conejos, ratones, perros, caballos, zorros, y  monos. En ardillas, se ha comprobado la infección congénita por E. cuniculi aunque la transmisión vertical no se ha podido demostrar en humanos. Los  genotipos de los microsporidios que infectan humanos han sido identificados en  animales domésticos o salvajes, lo que aporta elementos para considerar la  microsporidiosis dentro de las zoonosi.s (35)    
       
   Microsporidiosis del tracto gastrointestinal    
       
   El tracto gastrointestinal es afectado solamente por E.  Intestinalis y E. bieneusi, lo que se conoce con el nombre de  microsporidiosis intestinal. Esos microorganismos se comportan como agentes  oportunistas en especial en pacientes con el Síndrome de Inmunodeficiencia  Adquirida (SIDA) en quienes, además de producir infección intestinal pueden,  afectar otros órganos y sistemas.    
       
   Fisiopatología    
       
   La microsporidiosis se asocia con anormalidades en la  estructura y la función del órgano infectado; sin embargo, el cómo las  diferentes especies de microsporidium producen el daño no está lo suficientemente dilucidado. La infección del tracto  gastrointestinal es la forma más frecuente de presentación de la  microsporidiosis, más del 90% es causada por la ingestión de esporas Enterocytozoon bieneusi, y el 10%  restante se debe fundamentalmente a Encephalitozoon intestinales. (6) Es probable que otras especies puedan causar infección gastrointestinal  asintomática. 
 Se ha notificado la  presencia de hepatitis granulomatosa secundaria a la infección por Encephalitozoon  cuniculi en pacientes infectados por VIH. (36) La infección por E.  bieneusi y E.  intestinalis del tracto biliar  puede resultar en colangitis esclerosante en pacientes SIDA. Esas observaciones  sugieren que el epitelio biliar puede ser el reservorio para las recidivas de E.  bieneusi, y quizás de otros microsporidios.(2)    
           
   La infección por E.  bieneusi no produce enteritis activa ni ulceraciones pero si resulta en  aplanamiento de las vellosidades e hiperplasia de las criptas. La carga  parasitaria es superior a nivel del duodeno distal y yeyuno proximal y, aunque  los microorganismos pueden ser hallados en el ilion, raramente se encuentran en  colon. El germen se localiza en la región apical del enterocito y de las  células epiteliales del tracto biliar y pancreático. Las esporas raramente se  encuentran en la superficie basal o en la lámina propia. E. bieneusi raramente se disemina, a diferencia de Encephalitizoonidae que es común en lámina propia y desimanada a órganos  viscerales. 
 La infección se asocia a incremento de linfocitos  intraepiteliales y desestructuración del epitelio. En la punta de las  vellosidades las células adquieren la forma de lágrimas como parte de un  proceso de denudación que es característico de la infección por  E. bieneusi. Las esporas de este germen son más pequeñas y más difíciles de  encontrar en cortes de tejidos que las de Encephalitozoon spp. 1,0×1,5 µm y 1,2×2,2 µm respectivamente.    
           
   La infección se asocia con mal- absorción por  disminución de la superficie mucosa y por inmadurez de las células epiteliales  de las vellosidades. En pacientes SIDA y diarrea crónica secundaria a E.  bieneusi, se ha descrito la  presencia en materia fecal en concentraciones relativamente altas del Factor de  Necrosis Tumoral-alfa, citocina proinflamatoria, implicada en el síndrome  devastador de estos pacientes. (37)     
       
   E. intestinalis es invasivo y las esporas comúnmente se hallan  en el lado apical y basal del enterocito así como en células de la lámina  propia, incluyendo fibroblastos, células endoteliales, y macrófagos, este  patrón es propio de otros miembros del género Encephalitozoon yrefleja  la habilidad de estos para diseminarse a órganos viscerales después de la  ingestión de sus esporas. La diseminación puede resultar en necrosis de aéreas  intestinales, con manifestaciones clínicas que semejan un abdomen agudo.  Histológicamente se demuestran aéreas de necrosis y erosión de la mucosa. Las  esporas de  E. intestinalis se  detectan más fácilmente que las de E. bieneusi por su mayor tamaño,  fuerte birrefringencia, y el color azulado  que adquiere  con coloración de  hematoxilina y eosina, además son más numerosas en tejido.     
       
   Encephalitozoon cuniculi se ha relacionado con casos  de peritonitis, en la necropsia se ha podido apreciar masa a nivel del omentum con necrosis  focal, inflamación no granulomatosa, y la presencia de esporas de este microsporidium.    
       
   Manifestaciones Clínicas    
       
   Microsporidiosis en personas inmunocompetentes    
       
   Tanto Enterocytozoon  bieneusi como Encephalitozoon intestinalis han sido asociados con diarreas acuosas auto- limitadas en  adultos inmunocompetentes y en niños, particularmente entre personas que  residen o viajan a países tropicales. 
 Microsporidiosis en pacientes immunocomprometidos     
           
   En el caso de la infección en pacientes SIDA, microsporidium fue reconocido como  patógeno oportunista causante de diarreas y síndrome de desgaste desde 1985. La  diarrea crónica es la forma clínica más prevalente de enfermedad por  microsporidio en el paciente VIH, es importante conocer que existe un  incremento en el reconocimiento de formas diseminadas de microsporidiosis en el  paciente infectado por VIH.     
       
   Diarrea, colangitis y  colecistitis acalculosa.    
       
   Enterocytozoon bieneusi y Encephalitozoon intestinalis son    causa de diarrea crónica y síndrome de desgaste, colangiopatía    y colecistitis acalculosa en pacientes infectados por VIH o portadores de otro    tipo de compromiso inmunológico, particularmente en pacientes con un    conteo de linfocitos T por debajo de  50 células/mL.      
       
   Enterocytozoon bieneusi es considerado uno de los  parásitos intestinales más importantes asociados a la infección por el virus  del VIH, está presente en el 5-30% de las diarreas no explicadas por otra  causa, las manifestaciones clínicas  principales consisten en: diarreas acuosas sin  sangre, anorexia, pérdida de peso, y edema. Algunos pacientes experimentan  diarreas intermitentes, unos pocos excretan esporas de microsporidios en  ausencia de diarrea. Las heces son líquidas o pastosas, la diarrea empeora con  la ingestión de la mayoría de los   alimentos, con frecuencia los pacientes reportan dolor abdominal o  náuseas y vómitos. 
 Los exámenes de laboratorio  y las manifestaciones clínicas aportan evidencias de mal- absorción intestinal.  La diarrea es debilitante y la pérdida de pesoconduce a caquexia, la  cual es una causa importante o co- factor para la muerte, la tercera parte de los  pacientes afectados de microsporidiosis intestinal presentan co- infección con  otros patógenos intestinales.  E.  bieneusi ha sido detectado en el árbol  biliar y en la vesícula biliar de pacientes afectos de colangitis y colecistitis  acalculosa. Procederes imagenológicos muestran dilatación de las vías  intrahepáticas y del conducto biliar común, irregularidades en la pared del  conducto biliar y la vesícula biliar tales como engrosamiento y presencia de  barro biliar.    
           
       Encephalitozoon intestinalis primariamente causa  diarrea, posteriormente puede diseminarse en el tracto biliar causando  colangitis y colecistitis, a diferencia del E. bieneusi, este  microorganismo puede diseminarse sistémicamente, afectando riñón u otros  órganos.     
           
   Diagnóstico de laboratorio    
       
   El diagnóstico de la  microsporidiosis consiste en la detección microscópica de las esporas de los  microsporidios en secreciones infectadas (principalmente heces) o en  especímenes de tejido. La biopsia endoscópica no es más sensible que el examen  de heces debido a las características en parche de la infección.    
       
   El laboratorio debe ser alertado del diagnóstico  potencial, el examen rutinario de búsqueda de parásitos o huevos usualmente no  detecta las esporas del Microsporidium.  No existe sangre ni leucocitos fecales en la infección por Microsporidium, cuando está presente alguno de estos elementos se  debe sospechar la confección por otro microorganismo.     
       
   El examen de la heces bajo microscopio de luz es el  método estándar para el diagnóstico de la microsporidiosis gastrointestinal, en  las especies de microsporidios que se diseminan y afectan el riñón las esporas  aparecen en la orina, lo que implica que ante la sospecha de esta entidad se  debe tomar muestra de este fluido. Esto tiene implicaciones terapéuticas ya que  los microsporidios que se diseminan como Encephalitozoon spp. son  sensibles al albendazol, mientras que E. bieneusi es resistente. La identificación definitiva  del Microsporidium causante de la infección se debe realizar  mediante el examen ultraestructural utilizando el microscopio electrónico o a  través de técnicas moleculares (polymerase chain reaction [PCR]  específica de especie). Si el examen  de heces es negativo en el contexto de diarrea crónica (más de 2 meses de  evolución), se debe realizar endoscopía. (38)    
       
   La demostración a través  del microscopio de luz se logra con métodos de tinción que generan contraste  diferencial entre las esporas del microorganismo y las células y detritus  presentes en las muestras clínicas. Se debe utilizar magnificación de 60× a 100×, ya que el tamaño de las esporas es de  1  a 3 µm, los colorantes utilizados  selectivamente para microsporidios en heces y otros fluidos corporales es el  Chromotrope 2R, Calcofluor blanco (fluorescent brightener 28), y Uvitex 2B.  Estos colorantes se unen a la pared quitinosa de la espora.  Las dos tinciones más utilizadas incluyen la  que utilizan chromotrope, que es más específica (38) y la que  utiliza agentes quimiofluorescentes, que es más sensible pero suele producir  resultados falsos positivos, por lo que se recomienda pesquisar los especímenes  clínicos con agentes quimiofluorescentes y confirmar los resultados con  colorantes chromotrope.    
       
   La diferencia entre el tamaño de las esporas de Enterocytozoon  y Encephalitozoon spp, permiten establecer un diagnóstico diferencial  tentativo entre los géneros. Pero este debe confirmarse mediante microscopia  electrónica o mediante técnicas de biología molecular. La utilización de  técnicas de inmunofluorescencia para el diagnóstico de Encephalitozoon spp es promisoria pero no está disponible en la  actualidad, la utilización de anticuerpos policlonales generan reacción cruzada  con levaduras y bacterias, la sensibilidad de la técnica es baja. Existen  anticuerpos monoclonales contra Encephalitozoon spp y contra esporas de Enterocytozoon bieneusi que pueden ser de más utilidad.
 Entre los pacientes VIH que  sufren de diarreas crónicas el examen de heces es tan sensible como la  endoscopía para identificar todos los patógenos causales excepto Leishmania y citomegalovirus. La identificación de microsporidios en secciones de  tejido  a través de técnicas rutinarias  con tinción de hematoxylina  y eosina, solo es posible de ser realizada por patólogos altamente  experimentados, se prefieren tinciones como la de tinción de Gram hística como  Brown- Brenn o Brown- Hopps, realizadas en secciones de tejidos embebidas en  parafina así como tinciones de plata (Warthin-Starry stain), o técnicas  tintúrales basadas en chromotrope 2R.    
           
    La biopsia debe  ser considerada en todos los pacientes con diarreas crónicas de más de 2 meses  de duración y examen de heces y orina negativos. En este grupo de pacientes la  endoscopía demuestra el Microsporidium en el 30% de los individuos. Si el Microsporidium invade la lámina propia se deben repetir los exámenes de orina ya que el Encephalitozoon spp. es el agente causal más probable.    
       
   Debido al incremento de reportes de microsporidiosis  entre individuos relativamente inmunocompetentes, ha crecido el esfuerzo en  desarrollar métodos serológicos de diagnóstico, con el objetivo de detectar  infecciones subclínicas en individuos que pueden transmitir gérmenes a  pacientes de riesgo. Mediante la serología también se puede detectar quien está  en riesgo de reactivación de infección, bajo condiciones de inmunocompromiso.    
       
   El microsporidio en la actualidad probablemente es  sub-diagnosticado, debido a su pequeña talla y a la experticia requerida por el  microscopista en el diagnóstico de laboratorio,   en las muestras clínicas sospechosas de microsporidios se encuentra con  frecuencia inhibidores del PCR que pueden confundir la interpretación de los  resultados y además la microsporidiosis no se incluye de manera rutinaria en el  diagnóstico diferencial de la diarrea, las muestras de orina no son evaluadas  para microsporidios como causa potencial de infección sistémica.     
       
   Tratamiento Preventivo     
       
   Dado que las fuentes de infección humana por  microsporidios son aun inciertas, estrategias certeras para prevenir la  enfermedad están aún por definirse.     
       
   La higiene personal es probablemente el factor más  importante en este sentido, hervir el agua y/o beber agua embotellada es de  extrema utilidad en pacientes inmunocomprometidos. No existen vacunas  disponibles contra Microsporidium, ni  un agente antimicrobiano profiláctico específico para estos gérmenes. En el  hospedero inmunocomprometido la profilaxis más eficaz es restaurar la función  inmune.    
       
   Tratamiento curativo    
       
   La infección por microsporidio, como se ha señalado  anteriormente, a menudo ocurre en pacientes comprometidos inmunológicamente, particularmente  en pacientes infectados por VIH y concentraciones de linfocitos T CD4 + por  debajo de  50/mL. Estudios clínicos  demuestran que la TARVAE,  al restaurar la respuesta inmune induce la eliminación del microorganismo y la  normalización de la arquitectura intestinal. Estas observaciones sugieren que  parte del tratamiento primario de la microsporidiosis en pacientes portadores  SIDA es la indicación de una TARVAE efectiva. No se reporta síndrome de  reconstitución inmune con TARVAE y microsporiciosis (39).    
       
   Albendazol, un inhibidor de la tubulina, es efectivo  contra la mayoría de los microsporidios particularmente en la infección por Encephalitozoon SPP, pero solo muestra  una modesta eficacia contra E. bieneusi.  La duración de la terapia depende del estatus inmune del hospedero y de la  condición de la infección en particular si esta es diseminada o localizada. En  pacientes con compromiso inmune e infección diseminada, el tratamiento usual es  albendazol 400 mg dos veces al día por 4 semanas, en ocasiones es necesario  mantener el tratamiento hasta que la concentración de linfocitos T CD4+ supere  las 200 células/mL por más de 6 meses después de iniciada la TARVAE. Los pacientes  competentes desde el punto de vista inmune pueden recibir tratamiento por  cortos periodos de tiempo y en ocasiones resolver la infección espontáneamente  sin necesidad de tratamiento.     
       
   Existen reportes señalando que la utilización de dosis  de albendazol a 15 mg/kg/día por 7 días acorta el periodo diarreico y aceleran  la mejoría clínica en general, cuando se utiliza en niños inmunocompetentes. (40)    
       
   Debido a la falta de actividad del albendazol frente a E. bieneusi, se han utilizado otros  muchos agentes con efectividad variable que incluyen metronidazol,  azitromicina, doxiciclina, atovacuona, talidomida, furazolidona, nitazoxanida,  itraconazol y paromomicina. La utilización de nitazoxanida  muestra mejoría clínica administrada con  alimentos a la dosis de 1000 mg 2 veces al día por 60 días, es menos  efectiva con bajos conteos de CD4.
 Fumagillin, es un antibiótico derivado del hongo Aspergillus  fumigates, la droga seaisló  en 1949. En humanos, este medicamento fue utilizado para el tratamiento de la  amebiosis intestinal hace más de 40 años. El medicamento se une selectivamente  y de manera covalente a metalloprotease methionine aminopeptidase tipo  2. La actividad de esta enzima es esencial para la sobrevida de las células  eucariotas, ella elimina una metionina terminal de la proteína, lo cual es  indispensable para su función y modificación post-traducción. Fumagillin  sistémica ha mostrado beneficios en el tratamiento de la infección por E. bieneusi en pacientes VIH positivos  la dosis recomendada es de 60 mg/día por 14 días, esta droga también se ha  utilizado con éxito en pacientes portadores de compromiso inmune diferentes al  ocasionado por el VIH. Fumagillin es medulotóxico y este efecto es dosis  dependiente, por tal motivo la utilización de la misma por vía sistémica está  limitada. Un análogo de la fumagillin, TNP-470, es menos tóxico por lo que este  pudiera ser una mejor opción. Otros agentes como poliaminas y fluoroquinolonas  se han utilizado pero no existen evidencias que justifiquen su  efectividad (41).    
           
   La deshidratación, la malnutrición, y el desgaste,  deben ser tratados con apoyo de fluidos, suplemento nutricional. Los agentes  antiperistálticos pueden ser usados para controlar la diarrea.
CONCLUSIONES
Las nuevas evidencias surgidas como consecuencia del proceso investigativo a escala global han determinado cambios en la forma que se diagnostica, maneja y trata los pacientes con microsporidiosis gastrointestinal. La actualización continua y la investigación basada en situaciones diarias permitirán una mejor atención a los usuarios del sector salud y mantener el proceso de educación continuada de los profesionales en todos los niveles de atención.
Agradecimientos al alumno Alejandro Noda Pulido.
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Recibido:    25 de enero de 2013.     
   Aprobado: 14 de febrero de 2013. 
Amauri    L Noda Albelo. Hospital Pediátrico "Eliseo Noel Caamaño".    Santa Isabel y América. Matanzas, Cuba. Teléfono: (53) (45) 247012    
   e-mail: amauryn.mtz@infomed.sld.cu    
CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO
Noda Albelo AL, Cañete R, Brito Pérez K . Microsporidiosis gastrointestinal: una actualización. Rev Méd Electrón [Internet]. 2013 Marz-Abr [citado: fecha de acceso];35(2). Disponible en:http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202013/vol2%202013/tema08.htm

 
 








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