INTRODUCCIÓN
El sobrepeso y la obesidad son un problema de salud pública en todo el mundo.1 El Grupo Internacional de Trabajo en Obesidad y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la han definido como la epidemia del siglo XXI, por las dimensiones que ha adquirido en las últimas décadas, su impacto en la morbimortalidad, la calidad de vida y el elevado gasto sanitario.2
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.3-6) Son de etiología compleja, que se origina de la interacción de factores genéticos y ambientales, como el tipo de alimentación, el grado de actividad física y su contracara, el sedentarismo. También están involucrados factores metabólicos, psicosociales, perinatales y maternos.3
Además, pueden traer consigo consecuencias psicosociales, como discriminación, estigmatización social, ser sujeto a bullying, mala imagen corporal, baja autoestima, baja confianza en sí mismo, estrés, depresión, ansiedad, trastornos de comportamiento alimentario y aprendizaje deficiente. Esta condición también puede incrementar el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes mellitus e hipertensión arterial.7,8
Desde 1973, la incidencia de obesidad a escala mundial se ha triplicado.4,6 En 1975 menos del 1 % de niños y adolescentes entre 5 y 19 años de edad eran obesos.9) Para el 2016, un 11,59 % de niños de entre 5 y 19 años padecían de sobrepeso y el 6,65 % de obesidad.4,10,11
Expertos de la OMS consideran que, de seguir las tendencias registradas hasta hoy, para el año 2022 existirán más niños con obesidad que con desnutrición o talla baja. Este problema será más patente en el grupo de niños y adolescentes de 5 a 19 años, pues las cifras se han duplicado desde que se estudia la obesidad en la edad pediátrica.5
En Europa, la prevalencia tiende a aumentar de norte a sur, pasando de un 20-30 % en los países nórdicos a un 40-50% en los países mediterráneos, con la excepción de las islas británicas, que presentan tasas de exceso ponderal similares a las de los países del sur.6
En América Latina, más del 20 % (aproximadamente 42,5 millones) de niños entre 0 y 19 años presentan sobrepeso u obesidad, en especial los menores de cinco años.12
En Cuba, con su actual perfil epidemiológico postransicional, se presenta una combinación de fenómenos que favorecen, junto con el desarrollo urbano, la disminución de la actividad física y la presencia significativa del sobrepeso corporal y la obesidad en la infancia.13
Según datos obtenidos del Departamento de Registro Estadístico de la Dirección Municipal de Salud en Cárdenas, en 2019 el 41 % de la población padecía de sobrepeso y obesidad,12 % de ellos corresponde a edad pediátrica. En el Policlínico Docente Héroes del Moncada, el 32 % de la población presentan sobrepeso y obesidad, de ellos 15 % son niños con un incremento del 5 % respecto al año anterior.
Teniendo en cuenta la repercusión que tienen el sobrepeso y la obesidad para la salud física y mental de los individuos que la padecen, se hace necesario el estudio de su comportamiento para trazar estrategias de prevención desde edades tempranas. De ahí que el objetivo de este trabajo sea caracterizar el comportamiento de la obesidad y el sobrepeso en la edad pediátrica en el Consultorio del Médico de la Familia No. 12 (CMF-12), del Policlínico Docente Héroes del Moncada, en 2019.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para caracterizar el comportamiento de obesidad y sobrepeso en niños del CMF-12 del Policlínico Docente Héroes del Moncada, de Cárdenas, se realizó un estudio descriptivo, transversal, en el período de junio de 2018 a junio de 2019.
El universo quedó constituido por 68 niños entre 0 y 19 años, cifra que representó el total de población de niños con antecedentes de sobrepeso y obesidad.
Los criterios de inclusión que se tuvieron en cuenta fueron estar entre 0 y 19 años de edad y tener antecedentes de sobrepeso y obesidad.
En la tabla 1 se muestra la operacionalización de las variables.
Variable | Tipo | Escala | Descripción |
---|---|---|---|
Edad | Cuantitativa continua | 0a 4 años 5 a 9 años 10a 14 años 15a 19 años | Según grupos de edades |
Sexo | Cualitativa nominal dicotómica | Masculino Femenino | Según sexo biológico de pertenencia |
Frecuencia semanal de ejercicios físicos | Cuantitativa discreta | De 1 a 2 veces De 3 a 4 veces De 5 a 6 veces 7 veces Nunca realiza | Periodicidad con la que realiza ejercicios físicos a la semana |
Frecuencia semanal de consumo de alimentos | Cuantitativa discreta | Nunca De1 a 3 veces De 4 a 7 veces | Periodicidad con la que consume alimentos a la semana |
Antecedentes genéticos | Cualitativa nominal politómica | Madre Padre Ambos padres Sin antecedentes | Según antecedentes genéticos de obesidad |
Técnicas y procedimientos para la obtención de información:
De las historias clínicas familiares se obtuvo el total de la población y los antecedentes genéticos de obesidad y sobrepeso.
Para el estado nutricional los participantes acudieron al CMF-12, donde fueron tallados y pesados según las normas, y el cálculo se efectuó de acuerdo con las tablas cubanas de Índice de Masa Corporal (IMC).
Para conocer el comportamiento de la práctica de ejercicios físicos y los hábitos alimentarios se elaboró un cuestionario. Para su validación se tuvo en cuenta la opinión de expertos y, posteriormente, se realizó una prueba piloto con una pequeña muestra de 15 pacientes que no participarían en el estudio para detectar problemas de comprensión. Finalmente, el cuestionario fue aplicado por los investigadores.
Para la realización del estudio, se solicitó el consentimiento de padres o tutores. También se contó con el del Comité Científico del Policlínico, cumpliendo así con los principios éticos para investigaciones biomédicas.
Procesamiento y análisis de la información: Los resultados fueron incluidos en una base de datos hoja de cálculo electrónica Excel 2003. Las variables cualitativas y las cuantitativas fueron llevadas a escala ordinal y se describieron las estadísticas mediante las frecuencias absolutas y porcentajes.
RESULTADOS
En los 68 niños del CMF-12 que presentaron sobrepeso y obesidad, se observó una proporción equitativa entre hembras y varones: 50 % para sexo. El grupo de edades más afectado fue el de 0 a 4 años, que representaba el 35,3 %. (Tabla 2)
Grupos de edades (años) | Masculino | Femenino | Total | |||
---|---|---|---|---|---|---|
No. | % | No. | % | No. | % | |
0-4 | 13 | 19,1 | 11 | 16,2 | 24 | 35,3 |
5-9 | 9 | 13,2 | 6 | 8,8 | 15 | 22,0 |
10-14 | 8 | 11,8 | 10 | 14,7 | 18 | 26,5 |
15-19 | 4 | 5,9 | 7 | 10,3 | 11 | 16,2 |
Total | 34 | 50,0 | 34 | 50,0 | 68 | 100,0 |
En la tabla 3 se muestra que el 48,5 % de los niños estudiados nunca realizaban ejercicios físicos, mientras que el 19,1 % los realizaban entre 3 y 4 veces por semana.
Práctica de ejercicios físicos | ||
---|---|---|
Frecuencia (semanal) | Realizan | |
No. | % | |
1-2 veces | 10 | 14,7 |
3-4 veces | 13 | 19,1 |
5-6 veces | 4 | 5,9 |
7 veces | 8 | 11,8 |
Nunca | 33 | 48,5 |
Total | 68 | 100 |
La tabla 4 muestra que el 94,1 % de los participantes consumían de 4 a 7 veces a la semana alimentos azucarados, mientras que el 91,2 % consumían alimentos ricos en carbohidratos.
Alimentos | Frecuencia semanal | Total | % | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Nunca | De una 1 a 3 veces | De 4 a 7 veces | |||||||
No. | % | No. | % | No. | % | ||||
Alimentos fritos | 8 | 11,8 | 23 | 33,8 | 37 | 54,4 | 68 | 100 | |
Carbohidratos | 6 | 8,8 | - | - | 62 | 91,2 | 68 | 100 | |
Azucarados | 4 | 5,9 | - | - | 64 | 94,1 | 68 | 100 | |
Refrescos gaseados | 14 | 20,6 | - | - | 54 | 79,4 | 68 | 100 |
La tabla 5 muestra que el 100 % de los estudiados tenían antecedentes genéticos de obesidad y sobrepeso (los antecedentes maternos fueron los de mayor representación).
DISCUSIÓN
La obesidad es una pandemia que va en aumento no solo en países desarrollados, sino también en países subdesarrollados como Cuba. Es considerada una enfermedad crónica multifactorial, estrechamente ligada a la aparición de otras enfermedades.
Los niños que tienen obesidad y sobrepeso en etapas tempranas de su vida, tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta.11 Por lo que resulta de vital importancia identificar la población de riesgo desde edades tempranas, para tratar este padecimiento y de esta forma atenuar los efectos de esta enfermedad en el organismo.
En la presente investigación, el indicador utilizado para medir la obesidad fue el IMC. Se consideraron con sobrepeso aquellos que estaban entre el 90 y el 97 percentil; y obesos, por encima del 97 percentil, según edad y sexo, de acuerdo con las tablas cubanas de IMC.
Estudios realizados muestran resultados similares con una proporción equitativa entre el sexo y el estado nutricional, lo que se corresponde con los resultados de este estudio.11,12
Pajuelo Ramírez13) refiere que en estudios previos realizados en América Latina en menores de 5 años, se observan elevadas cifras en países como Chile, México, Argentina y Colombia. Coincidiendo con los resultados obtenidos en esta investigación.
En opinión de los autores, en este período transicional estos resultados guardan relación con la anorexia fisiológica que se presenta en esta etapa.14 Este hecho produce en los padres preocupación y ansiedad, lo que conlleva a la práctica de incorrectos hábitos alimenticios.
La actividad física tiene un importante papel en el mantenimiento de un peso adecuado, mientras que estilos de vida sedentarios son un factor de riesgo para desarrollar obesidad y sus comorbilidades.7
Se considera que muchas de estas conductas son propiciadas por los padres o cuidadores, que desde que el niño es pequeño, para mantenerlo alejado del peligro mientras ellos realizan sus quehaceres, lo mantienen dentro de la viviendas con actividades que implican muy poca movilidad y gasto energético, como es el uso de la televisión, computadores, videojuegos o celulares, mientras que dedican muy poco tiempo, o ninguno, a la educación física y la práctica de deportes recreativos.15
Una investigación en México, muestra en un estudio de casos (200 niños obesos) y controles (200 niños no obesos),que el 59,4 % de los niños obesos tenían de tres a cuatro televisores en sus hogares y duermen menos que los niños de peso normal.7
Ajejas et al.,16) realizaron un estudio en Madrid en 2018, que refleja que la obesidad es mayor entre los niños que no realizaron ejercicios físicos, comparados con aquellos que practican alguna actividad física. Estos resultados se corresponden con los obtenidos en esta investigación.
Un alimento es toda sustancia o producto que por sus características, uso habitual y preparación, resulta idóneo para la nutrición humana.13) El hábito de comer fuera de casa de manera permanente, contribuye también al incremento progresivo de tejido adiposo, ya que muchas comidas suelen ser ricas en grasas y con un elevado contenido calórico. Otros factores a tener en cuenta son los horarios laborales de los padres, que a menudo dificultan la tarea diaria de elaboración de los alimentos, optando en un gran número de casos por comidas precocinadas y bebidas ricas en carbohidratos como zumos artificiales de frutas y bebidas carbonatadas en lugar de agua, por lo que el control sobre la dieta es prácticamente nulo.16
Algunos estudios sostienen que los niños obesos tienden a no realizar los desayunos en casa y que es menos frecuente que lleven lunch a la escuela. En su lugar, llevan dinero para comprar alimentos dentro de la misma.7) Otras investigaciones demuestran que los niños que omiten el desayuno experimentan un desequilibrio en su apetito y cambios metabólicos. Como resultado, los alimentos comprados en la escuela se consumen cuando tienen mucha hambre, y eventualmente conducen a la obesidad abdominal y a la resistencia a la insulina.
En el estudio predominó el consumo de los alimentos azucarados y fritos. Situación similar exponen dos investigaciones de hábitos alimentarios realizadas en adolescentes de La Habana y Mayabeque.17
Aunque el genoma no ha experimentado una variación tan importante en las últimas dos o tres décadas como para atribuirle toda la responsabilidad en el aumento del sobrepeso y la obesidad, numerosos estudios exponen que el riesgo de que un niño pueda ser obeso, aumenta cuando los padres también lo son.11
Muchos investigadores han estudiado la relación entre el peso de los padres y la situación ponderal de los niños. En este sentido, existe suficiente evidencia científica para afirmar que hay una estrecha relación entre la situación ponderal de los padres y la situación ponderal de los niños, aunque los mecanismos responsables de la obesidad o exceso de peso de los hijos son múltiples; una gran parte de la influencia se debe al factor genético.3,10
En los resultados de esta investigación se corrobora lo reflejado en estudios anteriores sobre esta relación.
Para la prevención de la obesidad en la infancia, nuestro país cuenta con un primer nivel de atención, como el Programa de Atención Materno Infantil, que tiene entre sus prioridades la Consulta de Puericultura, donde entre otros aspectos se evalúa el estado nutricional de los niños. Los autores consideran que se debe aprovechar esta fortaleza y realizar una labor más enérgica con la familia, y de ser posible una labor conjunta con la interacción de equipos interdisciplinarios donde intervengan nutriólogos y licenciados en Educación Física, entre otros profesionales, para incidir de modo positivo en la eliminación del sobrepeso y la obesidad en las edades pediátricas.