INTRODUCCIÓN
La salud bucodental es un elemento inseparable de la salud general, pues un individuo no puede considerarse totalmente saludable si cuenta con presencia activa de enfermedad bucal. Hace algunos años, cuando se hacía referencia al derecho a la salud, el componente bucal quedaba marginado. No fue hasta la Séptima Conferencia Mundial de Promoción de la Salud, celebrada en Nairobi, Kenia, en 2009, que se hizo un llamado a considerar la salud bucal como derecho humano esencial para la salud general y la calidad de vida.1
Las enfermedades bucodentales han existido a lo largo de la historia de la humanidad y en todas las regiones del mundo. Particularmente, las caries dentales, las periodontopatías y las maloclusiones se han subvalorado por no ocasionar mortalidad directa, cuando en realidad su elevada frecuencia, molestias, afectaciones estéticas y repercusiones en la salud general justifican plenamente su atención como problema de salud pública.2
La Federación Dental Internacional estableció, en 1982, las metas de salud bucal a partir de la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de alcanzar en el año 2000 salud para todos. Cada país, desde sus características y posibilidades, establece sus propias metas. En 1984, Cuba efectuó un estudio epidemiológico, a partir de cuyos resultados se establecieron las metas nacionales de salud bucal por quinquenios.3
En Cuba, la salud bucal constituye una de las estrategias priorizadas, y se confiere un papel esencial a la Atención Primaria de Salud. En Sancti Spíritus, en los años 1989, 1997, 2010 y 2015, se han realizado encuestas de salud bucal. Entre los resultados obtenidos en el estudio de 2015 se evidencia que la mayoría de los indicadores de salud bucal mejoraron con respecto a mediciones anteriores, excepto el promedio de dientes cariados, perdidos y obturados (CPO-D) a los 12 años de edad, que se incrementa. Aún se dista mucho del cumplimiento de las metas propuestas por la OMS para el 2015.4
Para el año 2015 se establecieron tres propósitos, a fin de mejorar la salud bucal de la población cubana:3
Propósito 1: disminuir la prevalencia de caries dental en la población cubana en 40,0 %.
Propósito 2: incrementar el porcentaje de la población sin enfermedades gingivales y periodontales en 15,0 %.
Propósito 3: aumentar el porcentaje de la población infantil y adolescente sin maloclusión en 12,0 %.
El estado de salud bucal, al igual que el estado de salud general de las poblaciones, depende de múltiples y complejos factores físicos, naturales o ecológicos, biológicos, económicos, sociales y de la esfera psíquica. Por lo cual el proceso salud-enfermedad no puede ser señalado fuera del entorno en el cual viven la población y el individuo.5 Así, la epidemiología en salud bucal es fundamental para comprender el impacto de la enfermedad y contribuir con la organización de los servicios de salud.6
En el análisis de la situación de salud del Área Centro del municipio Sancti Spíritus, se encontró una elevada prevalencia de enfermedades bucales, lo que evidencia la necesidad de actuar sobre problemas específicos en donde las acciones tienen la mayor posibilidad de lograr modificaciones importantes en el nivel de salud. Lo anterior motivó a realizar este trabajo, con el objetivo de determinar el grado de cumplimiento de las metas de salud bucal propuestas para 2015 en el Consultorio del Médico de la Familia no. 3.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal en el Consultorio del Médico de la Familia (CMF) No. 3, perteneciente al Área Centro del municipio Sancti Spíritus, en el período de septiembre a noviembre de 2019. El universo estuvo constituido por el total de pacientes de ambos sexos pertenecientes a dicho consultorio, cuyas edades se correspondían con las planteadas en cada propósito. Se seleccionó la muestra (n=150) por muestreo aleatorio simple, siendo escogidos 25 pacientes por cada grupo de edad, que aceptaron su participación en el estudio y cumplieron los criterios de inclusión. El estudio incluyó personas de ambos sexos, de todas las edades, que se encontraran en buenas condiciones psíquicas y mentales y que pertenecieran al área de salud.
Se emplearon métodos del nivel empírico como la observación (para realizar el examen clínico y el diagnóstico de las enfermedades bucales y registrarlo en las historias de salud bucal familiar (HSBF) e historias clínicas individuales (HC). Se aplicaron métodos de la estadística descriptiva, con procedimientos matemáticos, para organizar, clasificar e interpretar los indicadores cualitativos obtenidos en la investigación empírica, que se presentaron en forma de tablas, calculando frecuencias absoluta y relativa.
Se estudiaron variables sociodemográficas (edad: 5 a 6 años, 12 años, 15 años, 18 años, 35 a 44 años y 60 a 74 años) y el estado de la dentición (prevalencia de caries dental, de enfermedad periodontal y de maloclusiones).
Para determinar la prevalencia de la caries dental se utilizó el índice de cariados, perdidos y obturados (CPO-D) para la dentición permanente, y el índice de cariados, exfoliados y obturados (ceo-d) para la dentición temporal, desarrollado por Klein, Palmer y Knutson.7
La enfermedad periodontal se determinó según el índice periodontal de Russell, y las maloclusiones a partir del índice de maloclusiones de la OMS.7
Se contó con el consentimiento oral y escrito de las personas que resultaron seleccionadas. Además, se garantizó la confidencialidad de los datos que se recogieron, que fueron usados con fines científicos cumpliendo con los parámetros éticos.
RESULTADOS
El grupo de mayor afectación resultó ser el de 60 a 74 años, con un índice CPO-D de 14,12 a expensas de los dientes perdidos. El grupo de 5 a 6 años de edad no estuvo afectado por caries dental. (Tabla 1)
El 71,3 % de la muestra no estuvo enfermo periodontalmente. El 100 % de los niños de 5 a 6 años y de los de 12 años no presentaron esta afección. Mientras, el 28,7 % de los pacientes estuvo afectado, de los cuales el grupo de 60 a 74 años mostró una prevalencia de la enfermedad del 68 %. (Tabla 2)
El 27 % de la población menor de 19 años presentó algún tipo de anomalía de la oclusión. De los afectados, el grupo de 18 años presentó una afectación del 40 %. El 100 % del grupo de 5 a 6 años, en el momento del estudio, no tenían ningún tipo de maloclusión. (Tabla 3)
En cuanto al cumplimiento de las proyecciones propuestas para el año 2015, solo se incumplió con el porcentaje de la población sin afección periodontal, ya que de los pacientes examinados el 69,3 % estaban enfermos.
El comportamiento de las metas con relación al cumplimiento por parte del país y la provincia en 2015 fueron superiores en la mayoría, con excepción de los pacientes afectados periodontalmente, que en el país y en la provincia mostraron resultados superiores, con una afectación del 71,2 % y 71,4 % respectivamente4,7,8. (Tabla 4)
DISCUSIÓN
De los propósitos establecidos a fin de mejorar la salud bucal de la población cubana, se cumplieron de forma general el primer y tercer propósito.
Los índices CPO-D/ceo-d son sugeridos por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para cuantificar la caries en ambas denticiones, debido a su facilidad de medición y de implementación.6,9
En el estudio, la prevalencia de caries hasta los 18 años tiene un comportamiento adecuado; inclusive muestra valores según la cuantificación propuesta por la OPS y la OMS, de muy bajo a bajo.10 Se incrementa a partir de los 35 a 44 años, a expensas fundamentalmente de los dientes perdidos, lo que coincide con lo reportado por Perdomo Estrada et al.,11 quienes plantean que a partir de los 35 años existió un aumento en el índice, con 12,8 y 20,8 en los grupos etarios de 35-44 y 60-74 años respectivamente, sobre todo por los componentes dientes perdidos y obturados.
Herrero Escobar et al.,12 en su estudio, plantean que el índice CPO-D aumenta con la edad, obteniéndose uno de 21,67 en los pacientes de 60 a 64 años; de 21,66 en el grupo de 65 a 69, y de 23,04 en el grupo de 70 a 74 años. El componente más afectado son los dientes perdidos, siendo el índice de 18,90, con lo que concuerdan los autores de la investigación.
Los resultados se asemejan, además, a lo encontrado por Ochoa González13 y Reyes Romagosa et al.,5 quienes refieren que la prevalencia de caries se incrementa a expensas de los dientes perdidos.
A propósito de esto, Rodríguez Jiménez et al.14 plantean que a medida que avanza la edad el índice CPO-D aumenta, debido a que los dientes han estado mayor tiempo en el medio bucal, interactuando con una serie de factores de riesgo que propician la aparición de enfermedades bucales, que de no tratarse a tiempo causan la pérdida dentaria -criterio este con el que coinciden los autores del presente estudio.
La edad de 12 años ha sido establecida por la OMS como la edad global de vigilancia de la caries en comparaciones internacionales y de vigilancia de tendencias de la enfermedad.15 En el estudio, el promedio de dientes cariados, obturados y perdidos de este grupo de edad resultó ser de 1,0, por lo que la proyección se cumplió, al obtener resultados superiores a lo reportado por la provincia4 y el país.8
Según el reporte de la OMS,6 el índice CPO-D en el mundo es aproximadamente 2,5 a los 12 años de edad. Esto se agudiza en América Latina, presentando un valor mayor a 3,5, que difieren con los resultados alcanzados en la investigación.
Las proyecciones referentes al porcentaje de niños de 5 a 6 años sanos, y al de quienes conservan todos sus dientes a los 18 años, se cumplieron, lo que coincide con lo referido por Perdomo Estrada et al.11
En un estudio realizado a pobladores del Consultorio Médico No. 46, perteneciente al Área de Salud José Martí Pérez, de Santiago de Cuba,16 se constató que no se cumplió con lo proyectado con relación al promedio de dientes perdidos en la población de 35 a 44 años (4,95) y de 60 a 74 años (23,0), con lo que se discrepa, pues el presente estudio demostró que se cumplió en relación con lo establecido para 2015.
Respecto a la proyección estipulada para las anomalías dentomaxilofaciales, se coincide con la investigación de Díaz Couso et al.,17 obteniendo un 96,6 % de población infantil sin maloclusiones.
Perdomo Estada et al.,11 en su estudio, encontraron que el 16,0 % del grupo de 5 a 6 años poseían alteraciones de la oclusión en la arcada inferior, con mayor frecuencia de la forma leve, y que el grupo de 12 años resultó el más afectado en un 28 %, con lo que se difiere, dado que en la investigación los niños de 5 a 6 años no poseían ningún tipo de anomalía, y los más afectados fueron los de 18 años.
Los autores consideran que estos resultados pueden estar relacionados con el tipo de dentición, pues es sabido que en la temporal o mixta temprana las maloclusiones no son frecuentes, o están simplemente en proceso de instalación, y que es precisamente en estas edades donde se alcanzan mejores resultados en cuanto al tratamiento.
La enfermedad periodontal genera discapacidad y deterioro en la calidad de vida de los pacientes, por las pérdidas dentarias que ocasiona.18 En el estudio fue más frecuente en los pacientes de 60 a 74 años, contrario a lo referido por Perdomo Estada et al.,11 Díaz Couso et al.17 y a Bermúdez-Núñez,19 quienes en sus investigaciones encontraron que los mayores porcientos de afectación correspondieron al grupo de 35 a 44 años, con 52 %, 25 % y 44 % respectivamente. Se incumple con el segundo propósito referente a esta entidad, similar a lo reportado por Bermúdez-Nuñez19 en su población, con un 64,9 % de pacientes que no presentan esta enfermedad.
Por otra parte, se difiere de lo planteado por Perdomo Estada et al.,11 Cutiño Matos et al.16 y Díaz Couso et al.,17 quienes mostraron resultados halagüeños, con ausencia de enfermedad periodontal en el 76 %, 77,7 % y 81,8 % de sus poblaciones respectivamente.
A pesar de los resultados positivos que se muestran en esta investigación, los autores consideran que se debe continuar trabajando con la población desde el individuo y la familia, con el fin de fomentar una cultura sanitaria positiva que influya en la modificación de los estilos de vida, de forma que repercuta en la salud bucal, la salud general y la satisfacción de la población con los servicios recibidos.
Se incumplió con el propósito relacionado con el porcentaje de población sin afección periodontal; el resto de los propósitos fueron cumplidos, incluso superando lo obtenido en la provincia y el país en el año 2015.