INTRODUCCIÓN
El cáncer de pulmón (CP) representa la primera causa de muerte por neoplasias malignas en el mundo y en Cuba.1,2 La principal etiología es el tabaquismo, considerado una enfermedad crónica sistémica que pertenece al grupo de las adicciones, clasificada dentro del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV, por sus siglas en inglés) de la American Psychiatric Association.3
Existen importantes programas de prevención de esta adicción, para reducir la mortalidad por CP.4 Cuba cuenta, desde el año 2016, con el Programa Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo.5
Cada año mueren en el mundo cerca de cinco millones de personas a causa del consumo de tabaco, y la mitad de estas muertes ocurren entre los 30 y 69 años, con lo cual se pierden más de 20 años de esperanza de vida. Cada cigarrillo consumido acorta en siete minutos la vida del fumador. Se relaciona con el 33 % de las defunciones por todos los cánceres y con el 80-90 % de las defunciones por CP.6
En el Servicio de Oncología de Matanzas, desde 2019 hasta 2021, la incidencia de pacientes fumadores con CP fue de 63,7 %; 61,6 % y 68,2 % respectivamente (datos obtenidos del AArchivo del Centro Oncológico). En ese trienio, el estadio que predominó al diagnóstico del CP fue el IV (60,9 %; 68,8 % y 74,1 %, correspondientes a cada año de estudio), lo que ubica el hábito de fumar como un gran problema de salud.
La presente investigación se realiza con el objetivo de caracterizar a pacientes fumadores con riesgo de padecer cáncer de pulmón.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo, de corte transversal, en el área de salud Carlos Juan Finlay, del municipio de Colón, en el período comprendido del 23 de noviembre al 23 de diciembre de 2023.
El universo lo constituyeron los 1137 individuos fumadores del lugar. La información fue recogida por el médico de asistencia a través de la entrevista, con cumplimiento de la ética según las normas del Ministerio de Salud Pública y las directrices de la Declaración de Helsinki.7
Se emplearon diferentes métodos (teóricos, empíricos y estadísticos) mediante los cuales se logró profundizar en el conocimiento del fenómeno, lo que ayudó a la interpretación conceptual de los datos y su procesamiento.
Las variables que se estudiaron fueron: sexo; riesgo del fumador,6 según las categorías:
Alto riesgo:
Categoría I
Edad entre 55 y 74 años.
Índice paquetes año (IPA) ≥ 30 en fumadores activos o exfumadores con menos de 15 años de abandono.
Categoría II
Individuos con más de 50 años y con IPA ≥ 20.
Un factor de riesgo adicional (que no sea fumar pasivamente).
Riesgo moderado:
Bajo riesgo:
Otras variables fueron: grupos de edad: 15-19, 20-29, 30-39, 40-49, 50-59, 60-69, 70-79; antecedentes personales de enfermedades crónicas asociadas: hipertensión arterial (HTA), asma bronquial-enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes mellitus (DM), cardiopatía isquémica (CI), alcoholismo, cáncer, otros; y ocupación: estudiante, con vínculo laboral, sin vínculo laboral, recluso.
Se confeccionó una base de datos en Excel con las variables recolectadas, a las cuales se les realizó un análisis de frecuencias absolutas y relativas a través del programa SPSS v. 25.
El estudio forma parte del proyecto “Estrategia de intervención educativa para disminuir la incidencia y mortalidad del cáncer de pulmón en Matanzas”; perteneciente al Hospital Universitario Clínico Quirúrgico Comandante Faustino Pérez Hernández, de Matanzas. Fue aprobado por el Consejo Científico y el Comité de Ética de la institución, y por el consejo de la Dirección Municipal de Salud de Colón.
RESULTADOS
De los 1137 individuos fumadores, 397 son mujeres (34,9 %) y 740 hombres (65,1 %). El porcentaje de fumadores de alto riesgo es de 96,3; con un total de 1095 individuos en esa categoría de clasificación. La edad se representa en la figura 1, donde también se observa que los grupos que mayores fumadores reportan son: 50-59 (280) y 60-69 (281). De 15 a 19 años, hay 14 pacientes. (Figura 1)
El antecedente de HTA ocupa el primer lugar con 230 pacientes; le sigue el asma bronquial-EPOC con 80, la DM con 57, el alcoholismo con 51 y la CI con 28 individuos. El de cáncer se observa solo en 10 personas, con predominio en el sexo femenino (2 con CP, 2 de mama, 2 de cuello uterino, 1 de laringe y 1 de cavidad oral); en hombres se presenta el antecedente de cáncer en 2 pacientes (uno en piel y el otro en próstata). (Figura 2)
En la figura 3 se observa la relación del hábito de fumar con la ocupación. El 56,8 % (646) se encuentra vinculado a un trabajo, el 40,9 % (465) no presenta vínculo laboral alguno, el 2,2 % (25) de los pacientes estudian, y hay un recluso en la comunidad que representa el 0,1 % de los fumadores.
DISCUSIÓN
El hábito de fumar constituye una de las adicciones más nocivas y peligrosas para la salud del hombre, tanto para el fumador como para los que conviven con él y no fuman (los llamados fumadores pasivos).4
La Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos (GATS, por sus siglas en inglés)8 monitorea el consumo de tabaco en personas mayores de 15 años. En 2023 reportó 24,3 % en hombres y 7,4 % en mujeres. En el área de salud donde se realizó la investigación, atendiendo a que, por datos obtenidos de la Dirección Municipal de Salud, tiene una población adulta de 26 134 pacientes, el porciento de mujeres fumadoras es de 1,5 y el de hombres de 2,8, cifras que están por debajo de la media global. En cuanto a la frecuencia de fumadores entre grupos de edades, hay mayor prevalencia de la adicción en el grupo de 25-44 años (17,8 %), seguido del grupo de 45-64 años (14,8 %); estos datos son similares, pero no coinciden en su totalidad con los de la presente investigación.
El riesgo de estos pacientes de padecer CP es alto. Los fumadores de menos de 15 años desde el cese del consumo, que acumulan un índice de paquetes al año ≥ 30, presentan un riesgo más elevado de CP,9 y en la presente investigación el 96,3 %, de los individuos se clasifica en alto riesgo.
En cuanto a la prevalencia de antecedentes patológicos personales, la HTA ocupa el primer lugar; asimismo se comporta en el estudio de Acosta et al.10 La EPOC tiene alta morbilidad y mortalidad, por lo que constituye un verdadero desafío para los médicos; la misma se encuentra relacionada al tabaquismo. En un estudio español,11 se observa que el 4,8 % de los fumadores padecen EPOC, cifra menor que la de la presente investigación.
Es conocido por la literatura científica que cigarro y alcohol casi siempre están combinados. Cuando se indaga sobre la relación entre ellos, se puede constatar la gran asociación entre el consumo de bebidas alcohólicas y el hábito de fumar.12
Con respecto a la incidencia de cáncer en esta población, a pesar de ser baja, la de pulmón se iguala a la de la mama, y esta última, por lo general, presenta un comportamiento superior.1,2 Es importante señalar que de los 10 pacientes con cáncer, solo dos son hombres (el de próstata y el de piel), lo que ubica a las mujeres como más vulnerables a las toxinas del cigarrillo.13
Cuando se analiza la ocupación de los individuos fumadores se encuentra que existe un porciento bajo de estudiantes, pero cabe señalar que de ellos el 56 % tienen entre 15 y 19 años. Es un hecho que uno de cada 10 adolescentes comienza a fumar antes de los 12 años, y que el 40 % lo hace entre los 12 y los 16.14
Está demostrado que las personas sin trabajo tienen un riesgo tres veces mayor de fumar que los que tienen una vida laboral activa. Algunas hipótesis apuntan a factores psicosociales: estrés, bajo control emocional y aislamiento social.15
CONCLUSIONES
Se presenta una población de fumadores con alto riesgo de padecer CP, donde existe predominio del sexo masculino, con mayor vulnerabilidad en las mujeres. Las edades en las que se concentra la adicción son entre 50 y 69 años, y más de la mitad de los individuos presentan vínculo laboral.