Estimado Director:
Los autores de la presente se basan en el artículo realizado por García-Herrera1 “La gestión de la sostenibilidad del claustro: proceso sustantivo en una institución de educación superior”, publicado en el vol. 45 de 2023. El mismo hace alusión a los numerosos desafíos que enfrenta la educación médica superior (EMS) cubana en su desarrollo, entre los que menciona: consolidar una mejor superación y preparación del capital humano, que garantice el éxito de sus procesos sustantivos, académicos, investigativos y extensionistas; desarrollar una formación basada en las competencias, con el objetivo de satisfacer las demandas del entorno social donde se enclava la universidad, y la mejora y conservación de la calidad de la enseñanza y la investigación.
Así también lo destacan Salazar Rodríguez, Mondéjar Rodríguez y Ruiz Hernández,2 cuando aseveran que la formación de profesionales de las ciencias médicas constituye un problema educativo actual, con desafíos relacionados con el enfoque curricular, la integración de los conocimientos y la necesidad de habilidades, más allá de lo puramente técnico. En tal sentido, la universidad médica cubana se prepara constantemente para la superación de los claustros de profesores, con un rol protagónico del estudiante de medicina en dos escenarios docentes: teórico y práctico.
Por todo lo anterior, se hace pertinente la propuesta del empleo de la enseñanza problémica con enfoque neuroeducativo para la EMS. Concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje con esta propuesta, podría generar grandes resultados relacionados con la motivación, el interés, el manejar las emociones, el autoestudio, el pensamiento creador, el pensamiento crítico, la colaboración y la investigación de los estudiantes.
La enseñanza problémica es un método pedagógico que utiliza problemas complejos y realistas para estimular el aprendizaje activo y el pensamiento crítico. En lugar de enseñar a través de lecciones magistrales, los estudiantes trabajan en resolver problemas clínicos que reflejen situaciones reales de su futura práctica médica;3 por lo que los autores de esta carta consideran que su empleo generaría un desarrollo de habilidades clínicas, un pensamiento crítico que favorecería la toma de decisiones médicas y la colaboración.
Por otro lado, la neuroeducación aplica conocimientos de las neurociencias para mejorar procesos de enseñanza-aprendizaje. Se basa en cómo el cerebro aprende y retiene información, y adapta los métodos educativos para optimizar este proceso.2 De esta manera, los autores opinan que los principios básicos de este enfoque favorecen el aprendizaje basado en el cerebro, y reconocen la importancia de la motivación y las emociones en el aprendizaje; por lo que pudieran fomentar un entorno positivo y estimulante.
Si se emplean de forma combinada estas metodologías de la enseñanza en la EMS, generaría una mejor contextualización del aprendizaje, favorecería el engagement y la retención de la información brindada, así como el desarrollo del pensamiento autónomo.
Salazar Rodríguez, Estrada Rodríguez y Naranjo Lima4 destacan que la profesión docente enfrenta un contexto dinámico ,que exige constantes adaptaciones y reflexiones profundas sobre sus funciones y competencias. Además, que los educadores son esenciales para garantizar una enseñanza de calidad, especialmente en campos complejos como la medicina. Partiendo de esta idea, consideran los autores que esta propuesta generaría mejor preparación docente para los educadores y mayores resultados académicos para los educandos; esta combinación de enseñanza problémica con neuroeducación resultaría muy beneficiosa para la EMS.













