INTRODUCCIÓN
A pesar de que la maternidad es una experiencia de vida satisfactoria, se estima que alrededor de 10 millones de mujeres padecen enfermedades determinadas por las complicaciones del embarazo, el parto y el puerperio.1 Una de las principales causas de morbilidad y mortalidad materna es la hemorragia posparto (HP), que se presenta cada año en cerca de 14 millones de las gestantes, y de ellas 125 000 fallecen,2 lo que revela el significado social de la monitorización de las pacientes con esta emergencia obstétrica para sustentar las estrategias dirigidas a su control.
En el Hospital “Dr. Agostinho Netoˮ de Guantánamo (Cuba) no se encuentra documentada investigación alguna que muestre lo acontecido respecto a la HP, lo que ofrece pertinencia a este estudio, que se desarrolló con el objetivo de caracterizar la hemorragia posparto en el servicio de Anestesiología y Reanimación de dicho hospital.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, longitudinal y retrospectivo en el mencionado servicio de Anestesiología durante el periodo comprendido entre el año 2015-2017. La investigación se desarrolló con previa aprobación por el comité científico y comité de ética institucional.
La población objeto de estudio estuvo constituida por 65 pacientes con hemorragia posparto, y se evaluaron las siguientes variables: edad biológica, edad gestacional, tipo de HP, cantidad estimada del sangrado, etiología, variables de laboratorio clínico y hemodinámicas, reanimación con fluidos y hemoderivados, complicaciones.
Se definió como HP a la pérdida sanguínea de origen obstétrico y posterior al parto, con presencia de alguno de los siguientes criterios: sangrado activo dentro de las primeras 24 h que supere 500 mL tras un parto vaginal, y mayor a 1000 mL tras una cesárea o sangrado que ocurre a una velocidad superior a 150 mL/min con presencia de inestabilidad hemodinámica.3,4,5
La hemorragia posparto fue considera como primaria si ocurrió dentro de las primeras 24 h posteriores al parto4,5 y se clasificó según los criterios de Vélez A.:3 clase I (hemodinamia estable o shock compensado: cantidad de sangrado 500-1000 mL; sensorio y perfusión, pulso arterial normal y presión arterial sistólica mayor de 90 mmHg), clase II (shock leve: cantidad de sangrado 1000-1500 mL; sensorio normal o agitada, palidez, frialdad, pulso arterial entre 91 y 100 lpm y presión arterial sistólica entre 80 y 90 mmHg), clase III (shock moderado: cantidad de sangrado 1500-2000 mL; agitada, palidez, frialdad, sudoración, pulso arterial entre 101 y 120 lpm y presión arterial sistólica entre 70 y 89 mmHg) y clase IV (shock severo: cantidad de sangrado igual o mayor de 2000; letárgica o inconsciente, palidez, frialdad, sudoración, llenado capilar superior a 3 seg, pulso arterial superior a 120 lpm y presión arterial sistólica entre inferior a 70 mmHg).
Los datos se obtuvieron de las historias clínicas. Se emplearon métodos empíricos (análisis documental, instrumentos para la recolección de la información), teóricos (procedimientos de análisis, síntesis, inducción, deducción) y matemático-estadístico (se calculó el porcentaje para el análisis de las variables cualitativas y la media, la desviación típica (X ± DT) y los intervalos de confianza (IC 95%) para las variables cuantitativas.
RESULTADOS
El grupo de pacientes estudiadas se caracterizó por ser gestantes jóvenes que en el segundo y tercer trimestre del embarazo presentaron HP primaria y temprana (Tabla 1).
La etiología más común de la hemorragia posparto fue la atonía uterina (61,5 %) (Tabla 2).
Los resultados en cuanto a los indicadores relacionados con la hemorragia posparto presuponen que 100 % presentó inestabilidad hemodinámica, lo que condicionó el uso de altos volúmenes de fluidos y hemoderivados para su reanimación (Tabla 3).
La tabla 4 muestra que la histerectomía obstétrica con ligadura de las arterias hipogástricas (HOLAH) fue la técnica quirúrgica más utilizada (52,3 %).
Las complicaciones más comunes fueron el shock hipovolémico y el desequilibrio electrolítico y ácido-básico, ambas registradas en 100 % de las pacientes estudiadas (Tabla 5).
DISCUSIÓN
En la investigación que se presenta, la causa primordial de HP fue la atonía uterina, resultado que coincide con otros estudios.6-8 En ese sentido, Troy9 planteó que las principales causas de HP primaria son la atonía uterina, la placenta retenida y la acreta y los defectos de la coagulación.
Entre las complicaciones registradas, el shock hipovolémico fue las más común, resultado similar a otros autores.7,8,9 El hecho de que las 65 pacientes estudiadas presentaron algún grado de shock podría ser un indicador de una subvaloración temprana de la hemorragia, lo que podría estar en relación con los cambios fisiológicos del embarazo que permiten que ocurra una pérdida hemática cuantiosa antes de que se puedan objetivar los signos clínicos clásicos de hipovolemia o una caída en los valores de hemoglobina y/o hematocrito. Además, otros factores como el dolor, el bloqueo anestésico epidural o raquídeo y algunas drogas modifican las respuestas fisiológicas.
La histerectomía fue el tratamiento quirúrgico realizado de modo más común debido a la repercusión hemodinámica del shock hipovolémico, lo que también ha sido notificado en otros estudios.10,11 La radiología vascular intervencionista disminuye la severidad de la HP, y hace que en algunos casos la histerectomía no sea el tratamiento de elección, lo que posibilita mantener la fertilidad de la paciente; pero las condiciones tecnológicas del hospital donde se realizó el estudio no posibilitan su empleo.9
En este estudio la mortalidad por HP fue baja (4,6 %), a lo que contribuyó el trabajo de un equipo multidisciplinario, resultado coherente con los de otros investigadores cubanos,12,13,14,15 y se encuentra en los rangos revelados por autores extranjeros,11,12 que señalan que la tasa de mortalidad por esta causa oscila entre 30 y 50 %.
La magnitud de la HP como problema de salud tiene amplia variabilidad por la complejidad del diagnóstico debido a la diversidad de definiciones y del punto de corte para significar las pérdidas sanguíneas.1,2,3
La relación lineal que existe entre el grado de shock y la prescripción de altos volúmenes de fluidos y hemoderivados para lograr estabilidad hemodinámica también se manifiesta en la presente investigación. Métodos de actuación se han recomendado en diferentes guías clínicas para la atención de las pacientes con HP1,3,5 que de manera esencial orientan a la corrección de la causa desencadenante, y el uso de líquidos y hemocomponentes (concentrado eritrocitario (CE), plasma fresco congelado (PFC), plaquetas y crioprecipitado) para la restauración de la perfusión hística, con el cuidado de generar una coagulopatía dilucional secundaria.
En la literatura científica no se aprecia un consenso sobre la relación entre los hemocomponentes. También se refiere el uso de factor VII activado, concentrado de fibrinógeno, complejo de protrombina; uso de la desmopresina en los casos con trastornos hemorrágicos congénitos, de antifrinolíticos como el ácido tranexámico, y de uterotónicos como la oxitocina, la ergometrina, el misoprostol y el carboprost, entre otras opciones.16,17,18
En las pacientes incluidas en este estudio, el tratamiento de la HP fue contextualizado, y según las necesidades, además de los líquidos (cristaloides y coloides), se empleó, CE, PFC, plaquetas y crioprecipitado, ácido tranexámico, oxitocina y drogas vasoactivas.
En este estudio se identificaron las siguientes limitaciones: no fue posible la monitorización precisa de variables hemodinámicas, ni comparar los resultados antes y después del tratamiento de la HP; tampoco se estudiaron los factores de riesgos de HP ni indicadores de la calidad de la atención integral a las pacientes con esta emergencia obstétrica. Aspectos que se recomiendan como campos de estudio para futuras investigaciones.
Se concluye que durante el periodo 2015-2017 todas las pacientes con HP estudiadas presentaron manifestaciones de shock hipovolémico y la causa más común fue la atonía uterina; no obstante la letalidad fue baja y la histerectomía fue la técnica quirúrgica más empleada.
Se distingue que en la atención médica a una paciente con HP la función del anestesiólogo es clave en el equipo multidisciplinario, pues es quien asegura la supervivencia de la paciente mediante la atención de las funciones vitales, principalmente circulatoria, pulmonar y renal, la reanimación inicial de la volemia, el tratamiento de la coagulopatía, y su atención durante su estancia en la unidad quirúrgica, además que generalmente diagnóstica la hemorragia poscesárea.