INTRODUCCIÓN
La sociedad contemporánea se propone considerar a la Educación Superior como bien público, derecho humano y universal. Demanda su implicación en el desarrollo sostenible e inclusivo que integre lo social, económico, ambiental y cultural. El rápido avance científico-tecnológico que en ella se produce y las peculiaridades de cada objeto de estudio y contexto le otorgan al proceso de formación profesional un carácter significativamente complejo.1
Tal propósito de hacer de la educación un servicio más pertinente explica la orientación hacia el enfoque formativo basado en competencias. La comprensión de la estrecha relación entre educación y desarrollo sostenible le asigna trascendencia a los procesos educativos y fuertes implicaciones hacia el futuro,2en particular en el espacio local, debido a que concentra y a la vez refleja las múltiples facetas del desarrollo social. (3 Es por ello que la comunidad ha resultado objeto de interés de autores nacionales e internacionales. Se destacan Montero,4 Pérez-Yera,5 Romero,6 Calviño,7 D' Angelo,8 Rivero, 9 Alonso y Riera, (10 entre otros.
La importancia de tal objetivo radica en la posibilidad que ofrece de atender mejor y de forma coordinada las necesidades que la población expresa, aprovechar los recursos disponibles e incorporar a los pobladores de forma activa a la vida económica, política y social del país. (6 De acuerdo a lo anterior, en el marco del proceso de actualización del modelo económico y social del país se estimula la iniciativa de los territorios en la conducción de proyectos locales con enfoque de autodesarrollo. Intención que se refrenda en la Constitución de la República y constituye uno de los objetivos centrales del Poder Popular.
Lo anterior supone la integración de la universidad a través de sus procesos sustantivos y los gobiernos municipales desde un proceso de acompañamiento y asesoría, con una visión interdisciplinar, intersectorial e interinstitucional para formar capacidades de gestión, comunicación y empoderamiento de los actores locales y comunitarios que favorezca, a través del perfeccionamiento del trabajo comunitario integrado, el logro de una sólida base económico-productiva y la autonomía de los municipios. (11
Sin embargo, aún no se satisfacen las demandas actuales de transformación social derivadas del funcionamiento integrado de los grupos de trabajo en las comunidades. Resulta necesario concebir alternativas de formación que contribuyan al necesario cambio de actitud y modos de actuación de las personas involucradas para lograr un tránsito hacia el desarrollo comunitario sostenido y sustentable.
Estos elementos apuntan a reconocer como objetivo del presente artículo: Describir la estructura conceptual de la competencia intervención comunitaria desde el paradigma emancipador de autodesarrollo.
MÉTODOS
En función del logro del objetivo de la investigación realizada en el municipio Vertientes, en el período comprendido entre mayo/ 2016 y enero/ 2019. Se utilizaron métodos científicos del nivel teórico y empírico tales como el histórico-lógico, análisis-síntesis, inducción-deducción, sistémico-estructural-funcional y análisis de documentos respectivamente, con la finalidad de realizar el análisis de las diversas fuentes teóricas, elaborar generalizaciones y conceptualizaciones sobre las particularidades de la competencia objeto de análisis, desde el paradigma emancipador de autodesarrollo.
RESULTADOS
La formación es una categoría abordada por diferentes ciencias. Desde la Pedagogía, en el contexto cubano, se utiliza para caracterizar el proceso sustantivo desarrollado en las universidades, con el objetivo de preparar integralmente al estudiante, tanto en los estudios de pregrado como los de posgrado, en una determinada carrera universitaria desde las dimensiones esenciales, instrucción, desarrollo y educación, a los fines de fomentar el compromiso con la sociedad y su transformación. (12
La sociedad exige un profesional que surja de un proceso formativo más contextualizado, que sea capaz de cumplir sus expectativas y necesidades crecientes; es decir, con competencias suficientes para un desempeño acertado.13Estas se caracterizan como aprendizajes que se forman y se desarrollan durante la vida, emergen justamente en el momento de la interacción, responden al contexto, son a la vez potencialidad y realización, integran múltiples recursos, orientan la actividad que realizamos, suponen una implicación personal, articulan recursos individuales y colectivos. (14
Es por ello que se confiere significativa importancia al modelo de formación de competencias y a la definición ofrecida por Tobón, (15 al apreciarlas como desempeños integrales para identificar, interpretar, argumentar y resolver problemas del contexto, con idoneidad, compromiso ético y mejoramiento continuo, integrando sistémicamente el saber ser, convivir, hacer y conocer.
En el mundo coexisten diferentes modelos que intentan satisfacer las exigencias actuales del proceso formativo y se discute, entre otros aspectos, sobre el nivel y el perfil de formación, si debe centrarse en contenidos o en formación de competencias, y de estas últimas, cuáles privilegiar. Entre las más difundidas se encuentran: las básicas, genéricas, específicas; la conceptual, técnica, humana; las técnicas, metodológicas, sociales y participativas. (16
Según los fines de la presente investigación las autoras centran su atención en las competencias participativas y su formación. Entendidas como la integración armónica y compleja de los saberes a nivel personológico que favorece la autorregulación en función de resolver de manera proactiva los problemas socio-profesionales del contexto. (17
A juicio de las autoras, las competencias profesionales participativas encuentran una vía de expresión a través de la intervención en la solución de problemas en los contextos específicos, según esferas de actuación, a partir de la combinación de los contenidos y su puesta en práctica. Desde una articulación de los conocimientos, habilidades, actitudes, capacidades, motivaciones y valores. De ahí que la intervención comunitaria adquiera un valor significativo, dado el impacto que posee en la transformación de la sociedad.
De acuerdo a lo anterior, la acción profesional comunitaria debe partir de una reflexión epistemológica que lleva implícita la necesidad de tener conciencia clara del posicionamiento cosmovisivo desde el cual se concibe al hombre, a la sociedad en sus vínculos y relaciones con la naturaleza, es decir, la aprehensión de la realidad social transformada en objeto de estudio. Lo cual es una necesidad cognitivo-procedimental que supone la adecuación de la praxis-transformativa a la realización del poder ser y no a las propuestas idealistas desde el deber ser.18
La intervención comunitaria puede sustentarse en una visión asistencialista dentro de un paradigma positivista o puede asumirse desde la perspectiva del autodesarrollo comunitario dentro de un paradigma cualitativo y emancipador.19 El primero orienta sus acciones básicamente en término a las necesidades materiales de la comunidad y su motivación obedece sólo a su satisfacción. El segundo, desafía el paternalismo tradicional en este ámbito, ubicando a la comunidad como un sujeto activo capaz de trabajar y generar conocimientos a partir de su práctica cotidiana y promueve acciones que permitan la transformación autogestionada de la realidad.
Las autoras consideran que entre los problemas metodológicos en relación a la acción comunitaria debe destacarse el referido a la función que le corresponde desempeñar al profesional. Se ha abierto una aguda polémica en torno a cómo nombrar esta función, lo cual ha dado lugar a posiciones controversiales que conducen a ambigüedad entre los investigadores con relación al proceso, lo que incide de manera lineal en los propósitos que se plantean y la metodología asumida.
Pese a los cuestionamientos asociados a la carga semántica de la palabra intervención, Rivero 20 comprende que nómbrese como se nombre, la actividad profesional comunitaria siempre tiene una intencionalidad y por tanto deja huellas. Se concibe como la actividad que el profesional realiza para facilitar el proceso de identificación de contradicciones y búsqueda de soluciones por las personas participantes hacia su emancipación y dignificación. Lo que significa la construcción y realización de sus proyectos con enfoque sostenible y de autodesarrollo.21
Tradicionalmente en las universidades se forman profesionales depositarios del saber científico que orientan su acción a la precisión diagnóstica y objetividad. Al introducirse en las comunidades la miran "desde arriba" y se distancian de ella. No captan la identidad, experiencias vivenciales, expectativas ni necesidades. Las acciones que realiza se sustenta en lo que cree que es bueno, en su ideal de felicidad, bienestar y satisfacción.22
De ahí que su expectativa tienda a ser divergente respecto al universo humano cuya actividad vital cotidiana transcurre en el entorno que pretende transformar. Frustrando así las posibilidades de proyectos de desarrollo autosostenidos a partir de las potencialidades endógenas existentes en los diferentes espacios comunitarios.23
Los elementos expuestos apuntan hacia la necesidad de generar alternativas pedagógicas que intencionen el proceso de formación de competencias para garantizar la calidad en el desempeño de la intervención comunitaria orientada al desarrollo, como parte del encargo social de los profesionales. Para la representación estructural conceptual de la competencia intervención comunitaria se tomaron en cuenta los criterios de Tobón 15en relación al enfoque socio-formativo.
La competencia que se describe se asume como una competencia genérica asociada al desempeño profesional cuya formación está ligada a la práctica de diferentes competencias relativas a la profesión, como son prevenir, promover, evaluar, diagnosticar, orientar, asesorar, investigar, formar, entrenar y a su vez se nutre de estas en el ejercicio de la práctica investigativo- transformadora que supone la intervención comunitaria. Desde esta dinámica se brinda su conceptualización, como prólogo a su descripción.
Definición: La competencia intervención comunitaria es el proceso de integración de saberes que regula la acción profesional favorecedora del autodesarrollo comunitario a partir del empoderamiento ciudadano y promoción de la participación de los actores sociales en torno a proyectos emancipatorios y autosostenidos de cooperación colectiva.
Esta competencia se sustenta en el reconocimiento de la diversidad de paradigmas, enfoques teóricos, consideraciones metodológicas y percepción de finalidad que coexisten en torno al estudio de la comunidad según perfil del egresado. Se relaciona, además, con la elección de una perspectiva teórico-metodológica idónea para investigar que parta del análisis crítico y reflexivo de dichos paradigmas y enfoques, lo cual determinará la organización, estructura, rol, proceder y finalidad de la investigación.
Como elementos que involucra su descripción se considera la identificación de la competencia, los problemas contextuales que aborda, los indicadores o criterios de desempeño y las evidencias requeridas.
Identificación de la competencia-objeto de análisis:
Promueve la transformación de la realidad social comunitaria, a partir de la comprensión de la relación epistemología-metodología-praxis con sustento en el paradigma emancipador de autodesarrollo; considerando los saberes adquiridos, el trabajo colaborativo y el compromiso ético-político.
Problemas contextuales:
¿Cómo emplear los enfoques teórico-metodológicos existentes para resolver los problemas profesionales en el contexto comunitario?
¿Cómo lograr la comprensión de la necesaria relación epistemología-metodología-praxis para la transformación de la realidad social comunitaria, en términos de autodesarrollo?
¿Cómo articular, en la práctica, los saberes de los que dispone el profesional para realizar la intervención comunitaria y promover la transformación social?
¿Cómo utilizar los métodos e instrumentos disponibles para la determinación de las necesidades y potencialidades en el ámbito comunitario?
¿Qué estrategias implementar para garantizar la formación para la intervención comunitaria pertinente, contextualizada y humanista en los profesionales?
¿Cómo lograr la participación real y empoderamiento de los actores sociales en el proceso de transformación?
¿Qué herramientas es posible otorgar a los actores sociales, de modo tal que les permitan hacer análisis críticos de la realidad, solucionar conflictos y ser más proactivos en la toma de decisiones colectivas?
¿Cómo fomentar actitudes transformadoras y pensamiento estratégico en los profesionales para la concreción de proyectos emancipatorios y autosostenidos de cooperación colectiva?
¿Cómo trabajar de manera colaborativa para lograr autosostenibilidad en la solución de problemas comunitarios?
Criterios de desempeño
Para precisar los criterios de desempeño se tomaron en cuenta los resultados de la búsqueda bibliográfica y la sistematización teórica realizada, a partir de lo cual resultó posible develar los subprocesos que se derivan de la competencia objeto de análisis, definidos como ejes procesuales:
Diagnóstico participativo: Supone el abordaje consciente de la subjetividad comunitaria como fenómeno complejo y el reconocimiento de las particularidades que caracterizan su estudio, basado en la comprensión de la relación epistemología-metodología-praxis, según el principio emancipador y de autodesarrollo. Se refiere al empleo de los procedimientos necesarios para el análisis de la información. Incluye la selección de informantes, obtención de datos de diversa naturaleza, aplicación de métodos, técnicas e instrumentos; su procesamiento e interpretación.
Diseño de acciones y/ proyectos de transformación: Enmarca el proceso de reflexión grupal donde se potencia la reflexión crítica sobre las contradicciones que generan los malestares que deriva en la planeación de acciones y proyectos de autodesarrollo por los miembros de la comunidad para minimizar la problemática, con alcance al bienestar subjetivo y calidad de vida de la comunidad.
Evaluación de resultados: Supone la integración de saberes del profesional que le permita socializar los resultados y conducir reflexiones colectivas sobre el cumplimiento de los objetivos propuestos y la eficacia de las vías ensayadas. Es el momento de medir el impacto transformador de la realidad comunitaria, tanto en lo positivo como lo en negativo para corregir posibles errores. Requiere el despliegue por el profesional de competencias socio-afectivas que mantengan la motivación y el compromiso de los actores sociales hacia la trasformación de manera sistémica y permanente, acode a la lógica dialéctica.
Entre estos ejes procesuales se establecen relaciones recíprocas, de beneficio y dependencia mutua. A continuación se describen los indicadores específicos derivados de cada eje procesual, en términos de desempeños deseables:
1. Diagnóstico participativo
- Realiza un análisis crítico de los paradigmas y enfoques teórico-metodológicos posibles a considerar para el abordaje del objeto de intervención. Elige una postura teórica y metodológica que sirva de sustento a la estructuración, organización y ejecución de la investigación, con vista a la transformación social desde el principio emancipador y de autodesarrollo.
- Identifica los malestares que se producen durante satisfacción de las necesidades a partir de las interacciones entre las personas e instituciones sociales como contradicciones generadores de desarrollo, por tanto objeto de transformación.
- Promueve la participación activa de los actores sociales en la caracterización de la comunidad, así como compromiso y responsabilidad con el cambio en esa realidad. Capta señales emergentes en cuanto a situación particular, ansiedades explícitas e implícitas que permiten la formulación hipotética de contradicciones comunitarias.
- Genera relaciones simétricas y dialógicas entre los actores sociales. Establece compromisos de colaboración entre las partes. Adopta una postura profesional empática, humanista, ético-política y emancipadora.
- Construye/selecciona el instrumental necesario para obtener información en atención a lo comunitario.
- Planifica los aspectos necesarios con vistas a la aplicación eficiente de los métodos, técnicas e instrumentos (condiciones, recursos, escenarios), a los fines de obtener información veraz, garantizar privacidad y confidencialidad, de acuerdo a las normas éticas de la profesión.
- Aplica los métodos, técnicas e instrumentos a nivel individual y grupal, con apego a las normas éticas de la profesión y el empleo de una comunicación clara y efectiva. Realiza registro pormenorizado de datos de acuerdo a su naturaleza, con énfasis en los cualitativos, por la dificultad que entrañan al ser portadores de sentidos y significados. Contrasta la información obtenida entre instrumentos y realiza triangulación metodológica y de fuentes.
- Conduce el análisis integral y sistémico de la información obtenida que permite al grupo de actores sociales involucrados en la transformación comunitaria extraer conclusiones y priorizar necesidades y/o problemas a resolver.
2.Diseño de acciones y/o proyectos de transformación
- Favorece la cohesión grupal. Concientiza sobre las potencialidades que posee la comunidad.
- Propicia las propuestas de forma organizada y colectiva de alternativas de solución a los problemas y/o necesidades detectadas. Facilita el establecimiento de objetivos en relación al bienestar subjetivo y calidad de vida.
- Coordina la planificación de las acciones a emprender, distribución de tareas, responsabilidades, fecha de cumplimiento, lugar y recursos.
- Socializa el plan de actividades elaborado para la transformación de la comunidad. Coordina el chequeo sistemático del cumplimiento del plan elaborado.
- Constata el impacto de la trasformación a través de la implementación de instrumentos de recogida de información en la comunidad.
3. Evaluación de resultados
- Revisa el cumplimiento de la planificación de las acciones y/o programas de transformación. Coordina la reflexión crítica a nivel colectivo acerca de los resultados alcanzados y la eficacia de las vías previstas.
- Realiza correcciones necesarias a la planificación y ejecución de las acciones. Promueve la rectificación de errores.
- Estimula la sistematización de resultados positivos.
f) Convoca al establecimiento de análisis sistemático de la realidad comunitaria susceptible a transformar. Potencia el valor de la participación en el autodesarrollo comunitario.
Evidencias requeridas:
- Informes orales o escritos sobre la planificación de actividades a desarrollar acorde a las fases de la intervención.
- Simulación de la actividad.
- Registro del empleo de métodos, pruebas e instrumentos de evaluación aplicados.
- Informe contentivo de la caracterización y diagnóstico comunitario
- Portafolio de evidencias.
- Informe de Programa de autodesarrollo comunitario.
- Videos.
- Informe sobre el chequeo de resultados obtenidos en el proceso de transformación comunitaria.
-Informe emitido por el secretario de la Asamblea de Gobierno municipal sobre la valoración del impacto de la transformación comunitaria
- Publicaciones en las que se difundan los resultados en términos de autodesarrollo obtenidas a partir de la intervención comunitaria realizada.
Para facilitar la comprensión y evaluación de la competencia se declaran sus niveles delogro. A partir de los criterios de Tobón. Quedando definidos los niveles preformal, receptivo, resolutivo, autónomo y estratégico. Se propone le ejemplificación de los niveles de logro en uno de los ejes procesuales (Ver Anexo). Lo que constituye una guía metodológica de la que puede valerse el profesor para su formación y evaluación.
CONCLUSIONES
La descripción de la competencia intervención comunitaria, desde el paradigma emancipador de autodesarrollo, constituye una valiosa herramienta teórica-metodológica y didáctica a emplear por los profesores para su formación en los estudiantes universitarios que conduzca a un desempeño profesional exitoso y pertinente. Se destacan como elementos que la integran los siguientes: su identificación/definición; la explicación de los componentes estructurales, así como el esbozo de las relaciones entre estos; los problemas contextuales a los cuales da respuesta, los indicadores o criterios de desempeño, las evidencias requeridas y los niveles de logros a considerar para evaluar el progreso de su formación.