INTRODUCCIÓN
Desde su origen, el hombre ha estado estrechamente vinculado con el medio ambiente. Ha demostrado, que su interrelación con la naturaleza es un proceso básico que se caracteriza por la acción recíproca de componentes, que han conducido a la transformación sistemática del paisaje natural, desde un equilibrio más armónico en la relación naturaleza-sociedad en los inicios del desarrollo de la humanidad, hasta los momentos actuales en que se produce un desplazamiento del equilibrio con una influencia más intensa e indiscriminada de la sociedad sobre la naturaleza. Lo que se evidencia en la manifestación de problemas ambientales que afectan los intereses y destinos de todos los pueblos.1
El medio ambiente propiciador del surgimiento y conservación de la especie humana, está actualmente amenazado por factores de diversa naturaleza, pero con mayor peso son los de tipo antropogénico. Paradójicamente, el ser humano con su actividad económico-social constituye una amenaza a la conservación saludable del medio ambiente. Los efectos de esas amenazas se concretan en los problemas ambientales globales, como lo es el incremento en la atmósfera de los niveles de gases de efecto invernadero, lo cual ha intensificado el calentamiento global y provocado el llamado cambio climático.2
El cambio climático es un cambio en la distribución estadística de los patrones meteorológicos durante un periodo prolongado de tiempo, y cambia de una región a otra.
De esta manera, los comportamientos y hábitos de vida condicionan la salud y la situación de las personas, los que se forman por decisiones individuales, influencias del entorno y grupos sociales de los que forman parte.3
En los últimos cincuenta años, al deterioro ambiental le ha acompañado el Cambio Climático (CC), como la manifestación más amenazante de las condiciones de vida humana en el planeta. El año 2016, fue el más caluroso del que se tenga memoria escrita y, a finales de ese año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció que la temperatura del planeta había aumentado 1,2 oC desde la etapa preindustrial.4 Para finales de 2017, según la Organización Mundial Meteorológica,5 los aumentos de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, del nivel del mar y de la acidez de los océanos no habían disminuido.
Todos los fenómenos derivados o asociados al cambio climático tienen incidencia en la salud humana, directa o indirectamente, en lo físico y en lo psicológico. Urge, entonces, tomar medidas.
Se realizó una revisión bibliográfica con el objetivo de describir algunos de los efectos del cambio climático en la salud. Para conformar la misma, se hizo una búsqueda en diferentes bases de datos de la Biblioteca Virtual en Salud y en los sitios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Organización Mundial de la Salud (OMS), donde se consultaron estudios de diferentes autores referentes al tema.
DESARROLLO
Percepciones sobre el cambio climático
La diversidad de las formas de la conciencia social determina la manera en que los hombres interpretan la naturaleza y su transformación, sustentada en patrones étnicos, religiosos, políticos y sociodemográficos.
Sin embargo, estudios han probado que existen ideas compartidas sobre el CC entre diferentes culturas.6 Las que influyen en el diseño de procesos de adaptación y de mitigación incluyentes, efectivos y arraigados a la cultura de los lugares, los cuáles pueden tener mayor aceptación y viabilidad social.7
Hay una gran variabilidad en las percepciones tanto alrededor del mundo como dentro de países específicos.8,9 Evaluaciones sobre la percepción del riesgo, la actitud humana y las modalidades de persuasión pueden ayudar a comprender la divergencia de acuerdos. Dotando de complejidad a la problemática y la incertidumbre sobre el grado y el momento en que tienen lugar los impactos, no es extraño que las personas estén confusas.
Las identidades grupales son una barrera potencial en aceptar la realidad del cambio climático. Debido a que la aceptación o el rechazo del cambio climático se han unido a la propia identidad de la política, negando la realidad del problema, o al menos negando la necesidad de las intervenciones gubernamentales para abordar el problema, se ha convertido en un marcador simbólico de identidad por ejemplo, dentro del Partido Republicano en los Estados Unidos. Un valor que es significativo para muchos grupos es la salud. Mientras que los conservadores pueden acusar a los ecologistas “extremos” de dar prioridad a los intereses de los osos polares en lugar de los intereses de los trabajadores, subrayar las consecuencias del cambio climático para el bienestar humano puede ser un mensaje efectivo para los partidos políticos.10
Los antecedentes personales o grupales han sido igualmente encontrados como un predictor de la aceptación del cambio climático. Las experiencias de las personas en eventos adversos: frío extremo, cálidas temperaturas no habituales se asocian a la creencia de que el cambio climático está ocurriendo, pero está muy alejado de la relación perfecta y estas experiencias pueden ser mediadas por las creencias; aquellos quienes son escépticos sobre el cambio climático en general son menos propensos de interpretar los eventos climáticos particulares como causados por el cambio climático.11,12
El poder sobre los medios de comunicación pueden desempeñar igualmente un papel en la atribución o no de los eventos al cambio climático. Dada la mayor discrepancia en las fuentes de los medios utilizados por diferentes grupos, esta puede ser otra fuente de polarización ya que a un grupo se le puede decir que un evento se debe al cambio climático mientras que otro puede no estar expuesto a esa información.
El papel limitado de la información y el conocimiento de las actitudes a través del cambio climático en parte refleja la problemática de la naturaleza. Es cognitivamente difícil de comprender, no solamente por su complejidad e incertidumbre, sino también porque es psicológicamente distante para la mayoría de las personas: ellos ven los efectos ocurridos como una eliminación geográfica y temporal. Más allá de esto, es emocionalmente difícil de comprender. La perspectiva de un cambio fundamental e irrevocable del clima a nivel global es lo suficientemente aterradora como para activar defensas emocionales tales como la negación. En algunas comunidades religiosas la gente puede negar la realidad del cambio climático porque es incompatible con un sistema de creencias importante, como que Dios ha diseñado la Tierra y sus recursos para el uso humano y la protegerá para su propio beneficio.13
Debido a la amenaza que el cambio climático plantea, se hace demasiado aterrador pensar sobre ello, las comunicaciones que incluyen un aspecto positivo, las posibilidades estresantes de cambio y/o los co-beneficios, pueden ser aceptados más fácilmente. Debido al papel de las identidades grupales, los comunicadores necesitan pensar en el público y en la fuente que entrega cada mensaje. Es importante usar comunicadores de confianza.14
Estudios concluyen que la percepción de la población sobre la existencia e importancia de las variaciones climáticas era mayoritaría y fundamentalmente, local, pero con poco conocimiento fundado que sirviera para formar opinión pública, y para proponer estrategias de adaptación y de mitigación más efectivas a la realidad que vivían.15
Impacto del cambio climático en la salud psicológica
La armonía con la que el hombre convive con su medio, incide en el bienestar humano. Se hace necesaria la transformación de la sociedad en lo relacionado con patrones de consumo, protección y mantenimiento del ambiente, en la misma medida que el cambio climático transforma el planeta.
Hay un incremento de conciencia en los impactos potenciales del cambio climático en la salud física, por ejemplo a través de la inseguridad de la comida, incremento de las temperaturas, vectores de enfermedades y exposición a eventos meteorológicos extremos.14Para esta lista, los psicólogos han añadido énfasis en las consecuencias mentales y sociales.16
El cambio climático afecta y seguirá afectando a la salud de varias maneras. Las situaciones de emergencia o desastres pueden producir una serie de reacciones emocionales, conductuales o fisiológicas, y tienen el potencial de interferir en las habilidades para actuar en el lugar de las operaciones en forma inmediata o, posteriormente, en el retorno a la rutina laboral y familiar.17
Los desastres generan tanto problemas físicos como psicológicos que deben de ser atendidos.18) Pueden alterar el significado y hasta el propósito de la vida de quienes lo experimentan; incluso pueden llegar a modificar el punto de vista que alguien tenga respecto al mundo y a sí mismo.19 Según criterio de los autores, no siempre a los síntomas mentales presentes despues del desastre se les da el valor predictivo de un daño psicológico mayor.
De acuerdo a Abeldano y Fernández 20, existen algunos factores que determinarán el impacto psicosocial de un desastre:
1) La naturaleza del evento: Las características de un desastre que producen un mayor impacto están el que sea inesperado, que sea ocasionado por el hombre y que provoque una afección colectiva. Por lo general, el evento que ocurre sin aviso y no permite establecer medidas de prevención es que producirán mayor impacto psicosocial.
2) Ambiente y circunstancias asociadas: Las personas que pertenecen a comunidades más pobres, con limitaciones al acceso a servicios de salud o servicios sociales son las más vulnerables.
En general, las olas de calor son producto de aire que queda atrapado y aunque no todas obedecen al cambio climático, son más frecuentes, intensas y más prolongadas ahora que en el pasado. Las olas de calor pueden provocar estrés (…), lo que aumenta la incidencia de las enfermedades relacionadas con el calor, como los golpes (…) y el agotamiento por calor. 21,22
Investigaciones hechas en Estados Unidos y México, llevadas a cabo en diferentes décadas mostró una clara relación entre el calor y las tasas de suicidio, estas diferencias no se explicaron por el nivel de ingresos o el gasto de consumo del aire acondicionado. 23 Si no se minimiza el daño al medio ambiente y continuan incidiendo estos eventos, las tasas de suicidio puede mantenerse elevadas o incluso incrementarse en estos países, a opinión de lo autores.
Las condiciones ambientales pueden estimular sus propios conflictos, quizás incrementando los niveles de estrés: el calor está fuertemente asociado al incremento de la agresión interpersonal. 24)
Uno de los estudios que examinan el impacto de una sequía prolongada o repetida ha encontrado que está asociada con la angustia emocional, particularmente entre aquellos que están en zonas rurales cuyos medios de vida están más conectados a la tierra. 25
Uno de los procesos asociados al cambio climático es la migración. El incremento de los niveles del mar y el cambio en los patrones de precipitación ya han desplazado a muchas personas, y están previstos más desplazamientos en las próximas décadas. Mindlis y Boffetta26 demostraron que debido a las dificultades asociadas con viajar a un nuevo país u otra área dentro de un mismo país, la mitigación presenta una amenaza directa a la salud física y mental. Por la comprensible devoción por el lugar de origen, su comunidad o terruño, el desalojo necesario ante tales eventos, es probale que se convierta en una fuente de estrés, así como de angustia por la pérdida de sustento.
Un estudio con sobrevivientes del huracán Mitch que azotó a Honduras mostró que el 22,1 % de los sobrevivientes tuvieron problemas psiquiátricos, de los cuales el 18,3 % fueron depresión grave y el 11,1 %, trastornos por estrés postraumático. 27
Jiménez Boraita y colaboradores (28 encontraron rendimiento escolar bajo, poca actividad fisica y autoestima baja en migrantes en España.
La condición de migrante ocasiona una activación fisiológica intensa, un malestar psicológico acompañado de una hipervigilancia continua que evidencia un alto nivel de estrés, como si volviera a repetirse la situación que motivó la migración, o pudiera repetirse en cualquier momento, ocasionando como consecuencia agotamiento, emociones intensas, pensamientos irracionales, sesgo atencional (pensando lo mismo todo el tiempo), sesgo interpretativo (se viven como amenazantes y se evitan aquellos estímulos que antes eran neutros), por lo que aumenta la ansiedad, la impotencia, la debilidad, el agotamiento, entre otras. 29
Las inundaciones traen consecuencias que se observan no solo en el daño a la infraestructura y paro de los servicios públicos, deterioro del sistema de transportación, daño del espacio público, pérdida de bienes materiales individuales y colectivos, que obligan a comunidades y pueblos a su desplazamiento, sino también en la morbilidad de seres humanos, generando depresión, angustia, sensación de vacío, bloqueo del pensamiento, dificultad para la concentración y la toma de decisiones, así como el agravamiento y profundización de daños mentales pre-exixtentes.
Los factores sociales pueden incrementar igualmente la vulnerabilidad. Tener un estatus social y un poder social más bajo puede impedir a grupos sociales el acceso a políticas que les afecten y a la información que les ayudaría a protegerse de un cambio climático. Tal hallazgo fue informado por Helm y coautores30 quienes mostraron que el afrontamiento ecológico, el cual fue asociado positivamente con la percepción ecológica del estrés, fue negativamente relacionado con los síntomas depresivos. La participación en la acción social colectiva es probable que fortalezca los lazos sociales, una fuente importante de resiliencia frente a los factores de riesgo físicos y mentales.
La familia funciona como un sistema, de manera que cualquier efecto sobre sobre alguno de sus miembros repercute en el funcionamiento familiar; por lo que los desastres suelen afectar a la familia más que aún solo individuo. De esta manera, el impacto psicosocial lo vive la familia en conjunto, y se puede manifestar con síntomas de irritabilidad y depresión entre sus miembros, así como el incremento de situaciones conflictivas entre ellos.31Si se considera que la infancia es un periodo de gran dependencia de otras personas, usualmente de los padres y la familia, se puede deducir que una alteración en el funcionamiento de esta, se podría traducir en el posible desarrollo de un trastorno de estrés postraumático y síntomas depresivos entre los miembros más jóvenes de la misma. Además, la ansiedad de los padres puede llevar, en ocasiones, a emplear estrategias de evitación frente al trauma, con las consecuencias que esto conlleva en sus hijos. 32
CONCLUSIONES
El cambio climático es un factor de riesgo para el desarrollo de sintomas y afecciones psicológicas. Su enfrentamiento exige la combinación de: acuerdos internacionales, de políticas nacionales de desarrollo sustentable amigables con el medio ambiente, planes de enfrentamiento a las catástrofes y desastres naturales, así como lograr un consenso de la sociedad en su conjunto. Los médicos generales integrales, sicólogos, psiquiatras y especialidades afines tienen una labor conveniente en exhortan a la meditación del civismo de los ciudadanos y la sociedad en general como perceptores del cambio climático, reguladores de su comportamiento y garantes de respuestas. Los estudios sobre el impacto psicológico pueden contribuir al proceso de concientización, individual y colectiva, sobre la negativa repercusión del cambio climático sobre la psiquis humana, y a la vez constituir una herramienta valiosa que estimule la movilización para mitigarlo.