INTRODUCCIÓN
En el mundo, la educación constituye un factor esencial del desarrollo social, cultural y económico ampliamente reconocido y un reto para toda la sociedad. En la actualidad la influencia de la revolución científica, tecnológica y productiva, trae consigo constantes transformaciones en los procesos educativos y por lo tanto en la formación sistemática y continua de los recursos humanos, lo que reafirma a la educación como condición necesaria para el desarrollo. Se precisa pues, redimensionar figuras del proceso pedagógico, como el tutor, que necesitan pasar por un proceso de profesionalización para su exitoso desempeño.1
La historia refiere de preceptores, tutores, mentores, que han marcado hitos en esta labor, tal es el caso de Séneca, Aristóteles y Sócrates, entre otros, el término tutor fue introducido en el escenario pedagógico por la Open University de Inglaterra desde 1969. Otros de los contextos es la Universidad de Oxford, donde se realiza un encuentro semanal con un tutor previamente asignado; en el Reino Unido, Australia y en universidades de los Estados Unidos, donde un profesor asume como tutor que informa a los estudiantes y mantiene estándares de disciplina en esta labor.2
En Cuba, figuras cimeras de la Educación como José Agustín Caballero y Félix Varela encuentran su continuidad en la labor educativa de José de la Luz y Caballero, de José Martí, entre otros, lo que los coloca como mentores de generaciones en el tiempo. El Dr. Chávez afirma que Luz y Caballero “…fue continuador de la obra pedagógica iniciada por Varela... concibió y practicó su obra pedagógica”. Sobre Luz, Martí señaló: “...nada quiso ser y lo fue todo, pues fue maestro...” 3
La tutoría es un elemento inherente a la función docente, que implica el contacto continuo y directo entre el tutor y el tutorado, que favorece el aprendizaje personalizado hacia una formación crítica, científica y humanística.3
El profesor tutor es el responsable fundamental de que el proceso formativo que desarrolla posea la calidad requerida, y para ello debe poseer una adecuada preparación pedagógica y dominar los contenidos que imparte; así como orientar, controlar y evaluar a los educandos para lograr un adecuado dominio de los contenidos del programa, por lo que resulta de vital importancia una labor metodológica que favorezca la preparación del tutor, que redundará en el desarrollo de un proceso formativo de calidad. 3
Es necesario recordar que la enseñanza tutelar es la forma docente más completa y compleja de la educación en el trabajo y se precisan determinadas cualidades para las funciones que debe cumplir el tutor, persona seleccionada a tales efectos, quien entre sus destrezas posee la que el aprendizaje sea focalizado en el estudiante y para esto lógicamente se precisa de conocimientos y experiencias. 4
En el caso cubano, la labor del tutor tiene una larga historia. “En el sistema de Educación Superior cubano, la figura del tutor, ha sido tradicionalmente asociada a la asistencia científica - metodológica que brinda un especialista de reconocido prestigio y tradición en determinado campo del conocimiento…”5)
En busca de los presupuestos teóricos de los tutores, la bibliografía consultada le permitió al autor profundizar en el conocimiento de la Educación Avanzada como teoría integrante de la pedagogía cubana.
La Educación Avanzada ofrece los métodos y técnicas necesarios para, desde su cuerpo teórico, lograr los objetivos de la tutoría, potenciando el carácter humanista, donde los saberes son compartidos, existe una elaboración de un nuevo saber y donde el que dirige el proceso se torna en facilitador.6
En Cuba los estudios de Educación Avanzada han sido liderados por Añorga J, conformando una teoría educativa para el mejoramiento profesional y humano, surgida de la práctica educativa cubana, que ofrece el sistema conceptual y las categorías para organizar, ejecutar y evaluar procesos, lo que repercute en la calidad de vida y la conformación del capital humano de la sociedad.7
El siguiente trabajo se realiza con el objetivo de fundamentar la importancia que tiene el tutor como eslabón fundamental en el proceso formativo y como, desde la Teoría de la Educación Avanzada se ofrecen todos los métodos y técnicas necesarias para potenciar el carácter humanista y contribuir a una correcta formación del futuro profesional
DESARROLLO
La tutoría en la historia de la educación, desde la Antigua Grecia ha tenido un carácter individual, la función del tutor no se limitó a la instrucción sino que atendió a la conducta del educando. En este sentido, con pocas variaciones, la labor del tutor se mantuvo hasta los últimos años del siglo XIX, cuando el tutor deja atrás la atención de los aspectos religiosos y morales en consonancia con la evolución de la educación, y hace énfasis en la producción de conocimientos de forma pragmática. La acción del tutor como orientador de trabajos científicos en la actualidad extiende su radio de acción a la educación de pregrado y posgrado. 4
En correspondencia con los cambios y el desarrollo de la educación, hoy día desempeña un papel protagónico y dinamizador en la formación y elaboración de conocimientos, encarnando un comportamiento en el que deben conjugarse lo académico y lo humano para cumplir finalidades académicas y orientadoras.4 En este aspecto, el autor considera que la tutoría es parte de un proceso pedagógico y como tal brinda al tutor la posibilidad de desarrollar el trabajo educativo, al hacer énfasis en el aspecto humano.
En correspondencia con la historia de la educación cubana, la Teoría de la Educación Avanzada se ha nutrido de las mejores prácticas de los padres fundadores de la Pedagogía cubana; ejemplo de estos exponentes fueron Varela, Saco, Luz Caballero, el pensamiento pedagógico de José Martí y las ideas sobre la Educación del Comandante Fidel Castro. La Teoría de la Educación Avanzada se centra en el comportamiento de los seres humanos, colocándolos en el centro de solución de sus problemas y comprometido con su entorno y la educación de los otros hombres y como parte de su objeto de estudio está el mejoramiento del desempeño profesional y humano visto como un proceso educativo por excelencia.6
Varios autores han conceptualizado al tutor y la acción tutelar desde diferentes contextos. Alcántara A refiere que “el tutor es un profesional que se ajusta a los requerimientos exigidos por el régimen tutelar y que ha recibido un entrenamiento para realizar con propiedad su rol”.8) Conceptualiza la acción tutelar como un sistema de atención educativa donde el profesor apoya al estudiante de manera sistemática. Castillo S conceptualiza la figura del tutor a partir de un profesional de la docencia con mención a un área del conocimiento, encargado de orientar y facilitar el autoaprendizaje de los participantes, grupos y los individuos, mediante modelos institucionales.9 Por su parte, Torrez S plantea que el “tutor es un profesor previamente preparado en tutoría, que se dedica a un grupo reducido de alumnos’.10 En este orden de ideas es menester socializar que Añorga J define al tutor como “el profesional que adquiere formalmente un compromiso frente a una institución y para un tutelado; su labor consiste en guiar, orientar, evaluar y seguir el trabajo de investigación’’. 11
La enseñanza tutelar en las ciencias médicas se caracteriza porque el tutor deja de ser la fuente básica de información, de manera que el educando se nutre fundamentalmente a través de su propio trabajo, es decir, las actividades de educación en el trabajo como principal forma de organización de la enseñanza, así como del estudio independiente. De manera que al tutor le corresponde el papel de guía, organizador de las condiciones que favorezcan el aprendizaje y controlador de todos los procesos docentes-educativos en garantías de una formación integral. 12
¿Cómo se debe realizar un tutelaje en las ciencias médicas? Para ello se recomienda una serie de aspectos a considerar por los tutores en el desarrollo de un tutelaje, fundamentalmente:
Controlar y evaluar las tareas o estudios independientes orientados al educando en el tutelaje anterior, donde el tutor puede plantear situaciones problemáticas reales o elaboradas con este fin para su análisis. También pueden elaborarse preguntas de control o evaluación para explorar y profundizar los conocimientos en los educandos.
El tutor debe registrar las deficiencias y habilidades cumplidas que se detectan en el educando valorando cuali-cuantitativamente los resultados alcanzados.
Participación del tutor en las funciones asistenciales, educativas, administrativas e investigativas desarrolladas por los educandos, asumiendo en todo momento los roles de guía, controlador y promulgador de dichas funciones. Debe fortalecerse sobre bases afectivas y comunicativas la relación tutor-educando en el desarrollo de un tutelaje.
Garantizar la adecuada formación de valores en educandos de las ciencias médicas, así como los principios bioéticos en la actuación profesional y el método clínico como principal herramienta en la relación médico-paciente, así como lograr la interdisciplinariedad entre asignaturas o perfiles donde prime la atención integral a individuos, familia y comunidad sin descuidar el medio ambiente.
Velar por el cumplimiento de la autopreparación y la superación de los educandos y tutores de modo individual, particularizando dificultades, deficiencias y estancamientos dentro del proceso enseñanza-aprendizaje. Debe, a partir de ello, diseñar actividades o estrategias para la solución de dichas adversidades, a la vez que mantiene estrecha comunicación con todos los procesos y factores involucrados.13
Al desarrollarse las actividades tutelares en cualquier escenario docente, carrera, asignatura o programa de estudio, el tutor debe tener presente las misiones que le corresponden como: observador, fiscalizador, orientador y evaluador de la actividad, mientras que al educando le corresponde el papel de ejecutar y aprender de las distintas tareas docentes-asistenciales que debe acometer. No cabe duda que la enseñanza tutelar es la forma docente más completa y compleja de la educación en el trabajo que se realiza en la enseñanza de las ciencias médicas pero, ¿existe algún método idóneo de enseñanza tutelar? 14
No existe un método de enseñanza ideal, ni universal para ello. Su selección y aplicación dependen de las condiciones materiales, humanas y de preparación profesional que existen para el aprendizaje. El método que se emplee debe corresponderse con el nivel científico del contenido, lo cual estimulará la actividad creadora y motivará el desarrollo de intereses cognoscitivos que vinculen la universidad con la salud, la vida y la sociedad. No se debe pretender elaborar normas esquemáticas para su realización, sino más bien ofrecer guías y experiencias para su desarrollo; se requiere además de cierta flexibilidad, habilidades, técnicas de apoyo y destrezas por parte del tutor para realizar una adecuada enseñanza tutelar.14
Es necesario reiterar que para enfrentar los retos de la enseñanza tutelar debe profundizarse en los conocimientos pedagógicos, de los que deben dotarse a todos los tutores, para de esta manera brindarles las herramientas necesarias para perfeccionar su trabajo. 15
Algunos requerimientos para ser un buen tutor
Conocer la logística y los objetivos del año o período en que actúa como tutor.
Conocer bien los principios y métodos evaluativos.
Conocer los procedimientos que promueven el aprendizaje basado en problemas y el pensamiento crítico y científico.
Conocer los principios, técnicas y formas de aplicación de los métodos de enseñanza.
Establecer un patrón de profundo respeto hacia el estudiante y actuar como modelo en el proceso de autoevaluación con el grupo y con cada uno de los estudiantes.
Ser un facilitador educacional.
Ayudar a los estudiantes a definir sus necesidades educacionales.
Propiciar el aprendizaje individual.
Saber mantenerse fuera de la discusión.
Evitar ser visto como una figura de autoridad.
Centrar el proceso educacional en el estudiante.
Saber preguntar.
Ser paciente.
No darse clases entre los estudiantes, sino crear una atmosfera de integración y cooperación.16
Los tutores necesitan conocer en detalle el programa educacional y sus objetivos, contenidos, métodos, medios, formas de organización de la enseñanza, evaluación entre otros aspectos, para que constituya el hilo conductor del proceso de enseñanza-aprendizaje y puedan ayudar al estudiante a adquirir las habilidades correspondientes. De esta forma, los tutores constituyen elementos del conjunto de recursos humanos educacionales que influyen en el estudiante y quienes más le facilitan el "aprender a aprender". El profesor-tutor debe ser capaz de tener dominio del diseño y desarrollo del currículo, que lo convierte en elemento privilegiado en todo el proceso inter comunicativo. Propicia ofrecer una ayuda efectiva en los procesos individuales de aprendizaje, orientador y organizador de dinámicas, experiencias y situaciones de aprendizaje. 17
En tal sentido la Teoría de la Educación Avanzada, como resultado del estudio comparativo de diversos autores y reuniones de expertos en el tema, así como de un elevado número de indagaciones empíricas realizadas, propone el modelo ideal de tutor. El tutor es esencialmente, humanista no solo para enseñar o conducir la producción de conocimientos, sino sobre todo, ser un educador, de ahí el carácter de proceso pedagógico interactivo del proceso tutorial. En su propósito de educar no solo se limita al proceso escolarizado y siempre tiene que vincularse a la lucha de ideas, la aclaración de la inteligencia y su desarrollo y la forja de voluntades.18
Debe el tutor tener una profunda convicción acerca de las ideas que expone, con pleno dominio sobre el tema que aborda, mediante la aclaración, explicación, sentimiento, irritación, indignación, pasión, cuando la situación lo requiera. Por tanto, el dominio teórico y la claridad ideológica son los principales aspectos de este modelo ideal del tutor. El alto nivel científico que implica la actualización del contenido, dominio de los métodos de la ciencia en general y de la rama del conocimiento que desarrolla en particular, constituye la única alternativa para transmitir habilidades y pensamiento para el trabajo científico.18
El tutor debe ser un ejemplo vivo de autopreparación no solo en el contenido que explica, sino también en su cultura en sentido general. Ha de ser el tutor creativo, organizado y flexible para generar soluciones productivas que le ayuden a la eficiencia y calidad del proceso, para modelarlo y reajustarlo cuando las condiciones, incluso las no previstas, lo reclamen, desarrollar la motivación, elevar la autoestima y la confianza y contribuir a la solución de problemas que afecten el desarrollo intelectual, ya sean de índole profesional, familiar o social. 19
El tutor debe dominar los aspectos básicos de la dirección científica, sus técnicas y procedimientos; desempeñar diferentes roles como organizador, planificador y supervisor. Ha de tener dominio de los métodos de la ciencia y de los paradigmas científicos, así como de los caminos para la producción intelectual. 20
En cuanto a la lengua materna, el tutor debe tener un profundo conocimiento de ella, de sus estructuras y de la redacción. Debe conocer sus raíces y antecedentes históricos y el origen y evolución del pensamiento pedagógico y educativo precedente y ser un conocedor profundo de las partes integrantes de las Ciencias de la Educación, de sus objetivos y principales contradicciones. 21
Un tutor tiene que ofrecer sugerencias y dar información al estudiante sobre sus impresiones. La información debe ser objetiva y constructiva, ofreciendo información sobre el rendimiento y reforzando los resultados positivos en lugar de criticar el comportamiento, pues esto puede provocar reacciones negativas que atenten contra la motivación del tutorado. El conocimiento de los modelos de aprendizaje por el tutor, contribuirá a que aplique las estrategias adecuadas. (22
En el desempeño de la tutoría, las dos partes involucradas, tutor y estudiante, deben estar conscientes de su significado. El tutor debe mantener una actitud ética y empática hacia los estudiantes mediante un esfuerzo permanente de comunicación, que le permita desarrollar las actitudes adecuadas para inspirar confianza y lograr la aceptación del estudiante, atendiendo a sus compromisos con toda puntualidad, respeto y confidencialidad.23
CONCLUSIONES
Desde esta óptica y con el análisis realizado se deriva que la Educación Avanzada, destaca la importancia de los tutores para el cumplimiento de los objetivos fundamentales de la educación médica superior, en lo referente a la intención de un proceso formativo dirigido a la transformación que se aspire a alcanzar en los estudiantes, capaces de construir el conocimiento y transformar la realidad por lo que se trata de un proceso pedagógico que comprende más que la instrucción, la educación.