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Revista Habanera de Ciencias Médicas
versión On-line ISSN 1729-519X
Rev haban cienc méd v.9 n.1 Ciudad de La Habana ene.-mar. 2010
EDITORIAL
Universidad de Ciencias Médicas de La Habana (UCMH)
Retos de la extensión en la Universidad de Ciencias Médicas de la Habana
Lic. Pedro Luis Marzán Favier
Vicerrector de Extensión Universitaria. marzan@infomed.sld.cu
La primera década del siglo XXI marca para nuestra universidad el inicio de esenciales transformaciones académicas en la formación de recursos humanos de salud. Fruto de una acertada visión de futuro, los cambios operados en la década de los 80, focalizados en la Atención Primaria de Salud y el Médico General Integral como eslabón básico del sistema generaron las condiciones de una significativa expansión de la formación universitaria en salud, literalmente, hasta todos los escenarios del Sistema Nacional de Salud, en estos primeros 10 años de la nueva centuria. Este aprovechamiento de todas las oportunidades para formar médicos, enfermeros, psicólogos, tecnólogos y estomatólogos, abrió las puertas, gratuitamente, a miles de jóvenes de otras nacionalidades para el logro de su aspiración profesional, a la vez que generó mejores condiciones para los estudiantes nacionales. El Proyecto Policlínico Universitario (PPU) y otros importantes cambios, en programas y modelos de estudios, junto a definiciones en lo estructural, han conformado una nueva fisonomía para la universidad médica y generado nuevos retos, entre ellos, los de carácter extensionista.
Aunque el Programa Nacional de Extensión Universitaria del Ministerio de Educación Superior (MES), desde marzo de 2004, establece claramente los lineamientos de la actividad en las universidades cubanas, por diversas razones, en las universidades médicas, el proceso desborda las concepciones hasta ese momento sostenidas. Vista como el sistema de interacciones de la Universidad y la Sociedad, mediante la actividad y la comunicación para promover la cultura en su más amplia acepción, la extensión universitaria en salud pretende no sólo la promoción, sino la conversión en valor (incorporar a la conducta), de la cultura que se promueve.
Durante años, el principal logro de la labor extensionista en salud estuvo centrado en el perfil del egresado, orgullo del país por su incondicionalidad, humanismo, modestia, sencillez y profesionalidad. El Destacamento "Carlos J. Finlay" y el Movimiento de Vanguardia "Mario Muñoz Monroy" modelaron, entre otras, las formas de alcanzar estos objetivos. El primer gran reto en las nuevas condiciones es "continuar graduando profesionales comprometidos con los valores de la Revolución".
La nueva universidad que tiene su campus en los barrios, comunidades, poblados y ciudades, sembradas todas de diversas instituciones de salud (consultorios, clínicas, policlínicos, hogares maternos, de ancianos, farmacias, centros de investigación, etcétera), tiene otro gran reto extensionista: "convertirse en el referente natural de la cultura de salud, a desarrollar por la población". Al expandirse la universidad, no puede soslayar ninguno de los rasgos que la sustentan, por lo que cada nuevo escenario debe irradiar la cultura que la solidez del conocimiento académico valida e incorporar los valores locales que correspondan.
Se ha conformado un escenario particular donde, por primera vez, en nuestra realidad, las proyecciones locales de salud pueden tener la correspondiente respuesta académica a corto o mediano plazos; se favorecen las condiciones de una interacción verdadera entre las instituciones universitarias y la comunidad; infinidad de proyectos dejan de tener una generalización baldía y expresan realidades concretas de determinadas personas en condiciones específicas. Por primera vez, la universidad alcanza el potencial de incidir de forma homogénea en toda la población. Le corresponde a las instituciones universitarias "sostener e impulsar las transformaciones sociales que deriven de esa fecunda interacción".
El carácter multinacional del alumnado de las instituciones de Educación Superior cubanas no es nuevo, ni privativo de nuestra universidad, aunque sí lo es la relación de esos estudiantes con la realidad cubana en la que se insertan como nacionales, con el compromiso de devolver a sus pueblos la formación que fraternalmente le brindamos; sin embargo, es aún insuficiente el mutuo aprovechamiento de la interacción cultural que se genera. Es preciso "fomentar al máximo las potencialidades del intercambio cultural multinacional".
En su historia reciente, la formación de profesionales de la salud, especialmente, en nuestra universidad, archiva páginas de extraordinario valor. Personalidades y hechos conforman un impresionante aval de lo realizado en pos de la salud de nuestro país y de otros pueblos.
"Recopilar, sistematizar, difundir y promover esa realidad con sus fallas y aciertos", es rendir culto a la inconmensurable hazaña de un pueblo por la vida. Este, también, es nuestro reto.