Introducción
La Salud Mental (SM) se define como un estado de bienestar físico y emocional en el cual el individuo es capaz de afrontar las situaciones adversas cotidianas, puede trabajar de manera adecuada y generar contribuciones a su comunidad.1
Es conocido que la carrera de medicina es una de las más exigentes y de mayor presión, por lo que representa un desafío para la salud mental del médico en formación.2,3,4,5 La literatura actual señala que algunos de los problemas de SM más frecuentes en los estudiantes de medicina son la depresión, ansiedad, adicción a internet, burnout, entre otros.2,3,4,6,7,8,9,10 Así mismo, se ha evidenciado que la presencia de alguno de estos trastornos tiene repercusiones negativas en el desempeño académico,6,11 la calidad de sueño 12,13) y los estilos de vida del estudiante.14
Por lo mencionado anteriormente, resulta coherente pensar que la presencia de trastornos mentales influye también en la aparición de algunos trastornos nutricionales, más allá de los relacionados a la conducta alimentaria, que ya son conocidos.15,16 Entre dichos trastornos está la anemia, cuya presencia en estudiantes de medicina no es infrecuente.17,18,19,20 No obstante, pese a la importancia del tema, no hemos encontrado investigaciones que evalúen la posible relación entre algún problema de salud mental y la anemia en poblaciones similares a la nuestra.
El objetivo del estudio fue conocer la prevalencia de ansiedad y mala calidad de sueño y evaluar la asociación con la presencia de anemia en estudiantes de medicina de una universidad pública peruana.
Material y Métodos
Diseño de estudio y población
Estudio transversal analítico. Participaron un total de 80 estudiantes de la Escuela de Medicina Humana de la Universidad Nacional del Santa, Chimbote, Perú. Incluimos a todos los estudiantes matriculados en el semestre académico 2017-1 que se encontraban del 1er al 4to año de la carrera, con carga lectiva de 22 créditos y que aceptaron formar parte del estudio de manera voluntaria, quienes firmaron el consentimiento informado. (Figura).
Variables y mediciones
Para evaluar la presencia de ansiedad, usamos el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI). El BAI es un autoinforme que evalúa la gravedad de la sintomatología ansiosa, con un alfa de Cronbach en su versión al español igual a 0,88.21 Consta de 21 preguntas relacionadas a la ansiedad, con escala tipo Likert de 4 puntos que van de “0= En absoluto”, “1= Levemente”, “2= Moderadamente”, “3= Severamente”. La última edición del manual original del BAI propone los siguientes puntos de corte: sin ansiedad = 0-7 puntos, ansiedad leve = 8-15, moderada = 16-25 y grave = 26-63 (6,21).
La calidad de sueño fue evaluada con el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (ICSP),22,23 en su versión validada al español (alfa de Cronbach= 0,83).24 Consta de 19 ítems, los cuales se agrupan en siete componentes que se califican con una escala de 0 a 3. La suma de los componentes da lugar a una calificación global, donde una mayor puntuación indica una menor calidad en el dormir. Estudios previos informan que los sujetos con buena calidad del sueño tienen una puntuación de Pittsburg ≤5 y con mala calidad del sueño, una puntuación >5.23,24,25
Incluimos otras variables con la finalidad de identificar los factores asociados a la ansiedad y a la mala calidad de sueño en los estudiantes de medicina. Estas fueron agrupadas en 4 categorías: factores sociodemográficos: sexo, edad, estado civil, con quien vive, lugar de procedencia; académicos: el año académico (ciclo), colegio de procedencia, actividades extracurriculares que realiza y rendimiento académico; conductuales: el uso de redes sociales (hrs/semana); y biológicos: anemia. La anemia fue definida como la concentración de la hemoglobina en sangre, menor al valor esperado, teniendo en cuenta la edad, sexo, embarazo y ciertos factores ambientales como la altitud (<1000 m.s.n.m), fue evaluada en los niveles leve, moderada y severa, teniendo en cuenta parámetros establecidos por el Ministerio de Salud (MINSA).26
Procedimientos
Solicitamos las listas oficiales de los alumnos matriculados del primer al cuarto año en el semestre académico 2017-I en la Dirección de la Escuela de Medicina Humana. Del mismo modo, solicitamos los promedios ponderados del ciclo inmediato anterior (2016-II) de los estudiantes, después de obtener su consentimiento.
Encuestamos a los estudiantes antes de iniciar la primera clase del día. La recolección de la información estuvo a cargo de los investigadores. La encuesta incluyó datos generales, preguntas relacionadas con las variables sociodemográficas, académicas y conductuales, con opción múltiple y posibilidad de marcar solo una respuesta. Así mismo, en la encuesta estaban incluidos los instrumentos previamente precisados para medir la ansiedad y la calidad de sueño.
El rendimiento académico fue valorado de acuerdo con los promedios ponderados del ciclo inmediato anterior (2016-II) y se categorizó en alto (≥15), medio (12-14,9) y bajo (≤11,9).
La variable biológica fue anemia. La determinamos obteniendo la concentración de hemoglobina. El tamizaje se realizó fuera del horario de clases y no estaban en ayunas. Utilizamos el método de la cianometahemoglobina, recomendado por el Comité Internacional de Estandarización en Hematología (ICSH).27 Obtuvimos 10 μL sangre por punción capilar, mezclándose con 2,5 μL ferrocianuro potásico y cianuro potásico (Reactivo de Drabkin). El ferrocianuro potásico oxida las hemoglobinas a metahemoglobinas y el cianuro potásico proporciona los iones cianuro para formar cianometahemoglobina. Esta última se vertió en una microcubeta, para ser medida ópticamente en un espectrofotómetro a una longitud de onda de 540 nm, obteniéndose una absorbancia. Finalmente se multiplicó la absorbancia por un factor de 37 (según manual del reactivo), consiguiendo la concentración de hemoglobina.
El procedimiento se desarrolló basándose en la “Guía Técnica: Procedimiento para la determinación de la hemoglobina mediante hemoglobinómetro portátil” brindada por el Instituto Nacional de Salud (INS) 28 y bajo la previa capacitación presencial de los investigadores brindadas por un Profesional en Farmacia y Bioquímica (RDCM) y dos Técnicas de Laboratorio (KLS y JIG), quienes supervisaron todo el proceso.
Análisis estadístico
Los datos obtenidos se introdujeron en una base de datos de Microsoft Excel 2013 a través de un sistema de doble digitación. Posterior al control de calidad, la base fue ingresada en el paquete estadístico STATA v14.0 para su análisis.
En el análisis descriptivo usamos frecuencias y porcentajes. Para presentación de las variables cuantitativas usamos la mediana y rangos intercuartílicos, previa comprobación de la ausencia de normalidad con el test de Shapiro Wilk. Para el cruce de las variables con la presencia de ansiedad y mala calidad de sueño, usamos la prueba U de Mann Withney, Chi cuadrado y Fisher, según correspondiese.
Las variables ansiedad y calidad de sueño fueron dicotomizadas en presencia/ausencia de ansiedad y mala/buena calidad de sueño, respectivamente para la realización de análisis bivariado y multivariado. En la evaluación de los factores asociados a la presencia de ansiedad y a la mala calidad de sueño, calculamos las razones de prevalencias crudas (RPc) y ajustadas (RPa) con sus respectivos intervalos de confianza (IC 95%), mediante modelos de regresión de Poisson con varianzas robustas, se consideraron como significativos los valores p<0,05
Aspectos éticos
El estudio primario fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación del Hospital San Bartolomé (RCEI-40), Lima, Perú. Los participantes que aceptaron colaborar voluntariamente en el estudio firmaron un consentimiento informado, donde se especificó el propósito del estudio. La confidencialidad y el anonimato de la información fue asegurada en todo momento.
Resultados
Características generales de la población
Encontramos que el 62,5 % (n=50) presentaba algún nivel de ansiedad y el 63,75 % (n=51) tenía mala calidad de sueño. Los datos sociodemográficos, académicos, conductuales y biológicos se muestran en la Tabla 1.
Ansiedad y Mala calidad de sueño según características de la población
Encontramos que la presencia de ansiedad fue significativamente más frecuente en las mujeres (p=0,037). Así mismo, encontramos diferencias significativas en la presencia de mala calidad de sueño, según edad (p=0,042), tipo de convivencia (p=0,050), etapa académica (p=0,003), y realización de actividades extracurriculares (0,044). (Tabla 2).
Leyenda: Ciencias Básicas = 1er a 3er año, Clínicas = 4to año
* Mediana (Rango intercuartílico) ** Test de Mann Whitney
† Test chi2 ‡ Test de Fisher
Factores asociados a la ansiedad y a la mala calidad de sueño
En el análisis multivariado se ingresaron las variables que salieron significativas en el bivariado. Ser mujer (RPa: 1,39; 95 %CI: 1,01-1,91) y tener anemia moderada (RPa: 1,31; 95 %CI: 1,06-1,64) se asociaron a tener ansiedad. Por su parte, los factores asociados a una mala calidad de sueño fueron estar en Clínicas (RPa: 1,54; 95 %CI: 1,17-2,02) y tener anemia moderada (RPa: 1,52; CI95 %: 1,09-2,11). (Tabla 3).
Discusión
Prevalencia de Ansiedad
En el presente estudio, aproximadamente dos tercios de los participantes presentó ansiedad. Investigaciones similares en el mundo han encontrado prevalencias en estudiantes de medicina que oscilan entre 17 % y 86 %.6,10,29,30,31,32,33 Una posible explicación a la variabilidad entre los porcentajes puede centrarse en los diferentes tamaños de muestra empleados y en que no todos los estudios usaron el mismo instrumento para medir la ansiedad.
Factores asociados a Ansiedad
El sexo femenino se asoció a tener ansiedad, resultado similar al encontrado en estudios previos.6,10,34 Una posible explicación puede ser que, en estos trabajos, la mayoría de los participantes eran mujeres. Así, un estudio realizado por Cardona, J. et al (2015), en el que hubo porcentajes similares en cuanto al sexo, ser mujer no se asoció con la ansiedad.32 Otra explicación a esta relación tiene sustento fisiopatológico, está descrito que la ansiedad es un síntoma relacionado con aspectos hormonales, que suelen estar más intensificados en la mujer (por ejemplo, durante el ciclo menstrual).35,36
La anemia (moderada) también se asoció a la ansiedad en los participantes. Estudios previos realizados en niños y adolescentes han sugerido una posible relación entre la anemia por deficiencia de hierro y el desarrollo de ansiedad.37,38 Así mismo, un estudio en adultos realizado por Pamuk. GE. et al. (2016) encontró que este tipo de anemia se relacionó con la presencia de migraña, depresión y ansiedad.39 El hierro es considerado un micronutriente que se relaciona con el desarrollo cerebral, tiene función en procesos metabólicos como cofactor y en la síntesis de neurotransmisores.40 Por ello, un déficit en el organismo podría generar alteraciones a nivel neurocognitivo, así como en los estados de ánimo y la conducta, como se ha descrito previamente en diferentes poblaciones.41,42,43,44,45,46
Prevalencia de Mala Calidad de Sueño
Al igual que la ansiedad, dos tercios de los estudiantes tenían mala calidad de sueño. Estudios realizados a nivel mundial han reportado una prevalencia que va desde 23 % hasta 88 %.12,22,31,47,48,49,50,51 Es claro que -si bien no necesariamente implica causalidad- la mala calidad de sueño en ellos se encuentra muy relacionada con las horas destinadas a este propósito.52 En este sentido, debido a la exigencia inherente de la carrera, es común que se vean privados de horas para dormir. Por otra parte, la presencia de los ya descritos trastornos de salud mental,5,53 también desempeñan un papel importante en la aparición de los trastornos del sueño en los estudiantes de medicina.
Factores asociados a la Mala Calidad de Sueño
Estar cursando Ciencias Clínicas (4to año) se asoció a la mala calidad de sueño. Esto puede entenderse por la sobrecarga académica y diferentes actividades que realizan los estudiantes tanto en la universidad como en el ámbito hospitalario. Así mismo, la transición de Ciencias Básicas a Ciencias Clínicas supone también una alteración en sus horarios de estudio. No obstante, nuestro resultado difiere del obtenido por Ibrahim N. et al (2017), quien encontró que los estudiantes de primeros años (Ciencias Básicas) fueron más propensos a la mala calidad de sueño.54
La anemia moderada fue otra variable asociada. Este resultado concuerda con el obtenido por Murat et al (2015), quien reportó que la anemia por deficiencia de hierro afectaba directamente a la calidad de sueño de las personas estudiadas.55 Una posible explicación a este hallazgo puede ser que, dado que el hierro cumple una función importante en el metabolismo de neurotransmisores, una concentración reducida de este elemento puede generar desórdenes neurológicos, cuya consecuencia final son las respuestas inadecuadas a nivel cerebral al momento de descansar.40
Dentro de las limitaciones del estudio estuvieron la dificultad en el contacto de los participantes, por lo que se establecieron horarios para encuestar en los momentos de menor carga académica y de esta forma reducir la tasa de rechazo. Por otra parte, nuestros resultados muestran la realidad solamente de una universidad pública del Perú. No obstante, al ser uno de los primeros estudios locales que abordan este tema, se brinda un panorama actual y cercano a la realidad en la ciudad de Chimbote, esperamos que se realicen réplicas en otras universidades del país.
Conclusión
La ansiedad y la calidad de sueño fueron problemas frecuentes en los estudiantes de medicina evaluados. Tener anemia moderada fue un factor asociado para ambos casos.
Recomendaciones
Futuros estudios deberían realizarse con una mayor cantidad de población y muestras representativas de estudiantes de medicina. Así mismo, sugerimos que se empleen diseños más consistentes (como caso-control) para poder evaluar una posible relación de causalidad entre la anemia y la presencia de algún trastorno mental.