Introducción
La empatía es la capacidad que tiene la persona para transmitir comprensión hacia las emociones de los demás,1 no obstante, la misma se ha asociado en forma teórica o empírica con una seria de atributos como el respeto, el comportamiento prosocial, razonamiento moral y actitudes positivas hacia las personas.2
Aplicada al ámbito de atención al paciente; empatía es el entendimiento adecuado del paciente, es considerada el eje central en la relación médico-paciente y es un componente vital para la atención en salud de alta calidad, siendo un aspecto importante de la práctica médica que influye en un mejor rendimiento tanto de los médicos como de los estudiantes de medicina.3
A pesar de su importancia, diversos estudios a nivel mundial, en su gran mayoría en el ámbito estadounidense, muestran que la empatía se estanca o involuciona en estudiantes de Medicina; además se ha podido apreciar que la atención en salud se ha centrado más a la enfermedad que al enfermo, lo que se traduce en un trato menos empático.3
Los altos niveles de empatía médica se relacionan con una mayor facilidad de los pacientes para expresar sus síntomas y preocupaciones, mayor adherencia al tratamiento y a las recomendaciones médicas, mejores resultados clínicos, menor conflictividad y, por ende, una mayor satisfacción del paciente.1,2 Por otra parte, el entrevistador empático tiene la capacidad de obtener mayor información del paciente y con mejor calidad, mayor facilidad y exactitud para llegar al diagnóstico de la enfermedad; por lo que elevados niveles de empatía se correlacionan con un mejor rendimiento clínico, menor estrés y una mayor satisfacción profesional del médico y los estudiantes de Medicina.2,3 En la actualidad, se reconoce que el desarrollo de la empatía constituye una meta importante en la formación médica.4
En nuestro país, los estudios sobre la empatía médica en estudiantes de Medicina son escasos3,5 y no existen estudios donde lo relacionen con factores como la funcionalidad familiar, la autoestima, la depresión, el estrés y rendimiento académico; por lo que la puesta en marcha de estos estudios nos proporcionaría información valiosa de su práctica. Además, podremos plantear reformas educativas orientadas hacia la rectificación o el mantenimiento de una formación médica empática, y se obtiene a largo plazo una mayor satisfacción de las necesidades del paciente.5
El objetivo de la presente investigación es determinar los niveles de empatía hacia el paciente y su asociación con la funcionalidad familiar, estrés, rendimiento académico y factores sociodemográficos y académicos de los estudiantes de Medicina; lo cual contribuirá a conocer cuáles son los factores y su importancia para influir sobre el nivel de empatía hacia el paciente en los estudiantes de Medicina.
Materiales y Métodos
Se realizó un estudio observacional, transversal analítico. Se consideró a toda la población (censo, no se obtuvo muestra), incluyó a todos los estudiantes matriculados entre 3ro a 6to año en la Escuela Profesional de Medicina Humana de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán (UNHEVAL) de Huánuco durante el año académico 2018. Los que aceptaron participar en el estudio, firmaron el consentimiento informado.
La variable dependiente fue la empatía (determinada con la Escala de Empatía Médica de Jefferson [EEMJ]). Como variables independientes se consideraron: la funcionalidad familiar (medido con APGAR familiar), el estrés académico (Inventario de Estrés Académico SISCO) y el rendimiento académico (calculado por el promedio académico acumulado). Otras variables fueron las características sociodemográficas y académicas (edad, sexo, estado civil, nivel socioeconómico, lugar de procedencia y año académico).
Para el presente trabajo se utilizó la EEMJ, que define a la empatía sobre la base de tres factores: “toma de perspectiva”, “cuidado con compasión” y la habilidad para “ponerse en el lugar del paciente”. Tiene una puntuación mínima de 20, máxima de 140 y no establece punto de corte, contiene 20 ítems tipo Likert en una escala de 7 puntos. Existen 10 ítems redactados en sentido positivo y 10, en sentido negativo.
APGAR familiar. Muestra cómo perciben los miembros de la familia el nivel de funcionamiento de la unidad familiar. Al sumar las cinco respuestas el puntaje varía de 0 a 20 puntos, estableciendo dos categorías: familia funcional (18-20 puntos) y familia disfuncional (≤ a 17 puntos).
Inventario de Estrés Académico SISCO. Establece los niveles de intensidad del estrés que sufren los estudiantes universitarios. Se encuentra constituido por un ítem de filtro expresado en términos dicotómicos (sí-no), que permite determinar si el encuestado es candidato o no a contestar el inventario, un ítem expresado en escalamiento tipo Likert con cinco valores numéricos (1 al 5), donde 1 es poco y 5 es mucho y nos permite identificar el nivel de intensidad del estrés académico y 29 ítems expresado en escalamiento tipo Likert de cinco valores categoriales (nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre y siempre), permiten evaluar 3 dimensiones: estímulos estresores, síntomas o reacciones al estímulo estresor y estrategias de afrontamientos.
Se utilizaron pruebas de estadística descriptiva (promedios, desviación estándar, distribución de frecuencias y porcentajes). Para el puntaje total de empatía hacia el paciente, los datos fueron sometidos a la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk. La comparación entre grupos (variables cualitativas y cuantitativas) se realizó mediante las pruebas de U de Mann Whitney y H de Kruskal Wallis. Para la comparación entre variables cuantitativas se utilizó la Correlación de Spearman. Para todos estos análisis se asignó una p < 0,05 como significativa y se usó el programa estadístico SPSS 15.0.
El proyecto de investigación fue aprobado por el Comité de Ética la Universidad Nacional Hermilio Valdizán. Las intervenciones fueron efectuadas después de que los estudiantes de Medicina dieran su libre consentimiento. La información fue recolectada por dos investigadores, quienes mantuvieron el estricto anonimato de los participantes a través de la generación de un código único de identificación para cada ficha autoadministrada. Se respetaron los principios de Helsinki del 2016.
Resultados
Se evaluaron a 130 estudiantes de Medicina Humana de los años tercero, cuarto, quinto y sexto con 40, 28, 31 y 31 estudiantes respectivamente. El promedio de edad de los participantes fue de 25,35 años con una desviación estándar de ± 3,24. En relación con el sexo, 55,4 % fueron mujeres y 44,6 % varones; los estudiantes provenientes de Huánuco fueron 77,7 % y fuera de Huánuco 22,3 %. Las características sociodemográficas y académicas se muestran en la tabla 1.
En relación con las características familiares, 51,5 % pertenecían a una familia funcional; estaban estresados 92,3 %. La media de empatía global de los participantes fue 106,08 puntos con una desviación estándar de ± 18,29. Las características clínicas se muestran en la tabla 2.
Al comparar los niveles de empatía global y sus dimensiones con las características sociodemográficas, se encontraron diferencias estadísticamente significativas con el sexo en la empatía global (p=0,03), con la funcionalidad familiar en la empatía global (p=0,04). y el año de estudios académicos (p=0,00). Estos resultados se muestran en la tabla 3.
Discusión
La empatía abarca un concepto amplio que no consta solo de contenido emocional, sino que presenta otros 3 componentes básicos: cognitivo (identificar y comprender los sentimientos de los demás), moral (motivación interior a practicar la empatía) y relacional (respuesta comunicativa de comprensión).2
Al comparar los niveles de empatía global con las características familiares, se evidenció una relación significativa con la funcionalidad familiar. Estos hallazgos concuerdan con Madera y col., quienes evidenciaron una relación significativa con la funcionalidad familiar;6 este mismo autor en otro estudio concluye que la funcionalidad familiar resultó influir en los niveles de empatía global, lo que puede deberse a que la familia tradicionalmente se ha concebido como un grupo que provee a los jóvenes de valores, creencias y costumbres que ayudan a mantener su integridad física y emocional.7 Adicionalmente, en un estudio realizado por Sandoval en médicos residentes se encontró una alta relación entre el funcionamiento familiar y la empatía hacia los pacientes.8 La influencia de la familia funcional sobre los niveles de empatía que se evidenció en nuestro estudio podría ser responsable de que los estudiantes de Medicina reproduzcan esta conducta cuando forjan la relación aprendiz-paciente, mostrando cierto grado de sensibilización y comprensión hacia la percepción o sentir de su paciente.6
Estos hallazgos son importantes, puesto que ponen de manifiesto la relevancia que tiene la familia en el hábito empático que tiene el estudiante de Medicina y su posterior habilidad para tratar de manera empática a sus pacientes.
Encontramos que no se encontró una relación significativa entre los niveles de empatía con los niveles de estrés académico, lo cual concuerda con lo encontrado por Parck.9 Sin embargo, otros estudios indican que existe un grado de relación significativa entre empatía y el estrés de los estudiantes. Por ejemplo, Hasan y cols. encontraron una relación estadísticamente significativa entre los niveles de estrés y la empatía de los estudiantes de Medicina, donde aquellos con mayor estrés son más empáticos que aquellos con bajos puntajes de estrés.10 En otros estudios la empatía se correlacionó negativamente con el agotamiento entre los estudiantes de Medicina.11 Los estados de ánimo negativos (por ejemplo, angustia, depresión, ira y fatiga) aumentaron significativamente durante la pasantía; estos se correlacionaron negativamente con la preocupación empática.12
Estos resultados tan diferentes podrían deberse a una situación más individual que generalizada, con distintas formas de manejar el estrés y su asociación o no con la empatía.
Nuestro estudio muestra que existe una relación estadísticamente significativa entre el sexo y la empatía. Estos hallazgos concuerdan con los encontrados por Berg13 en Estados Unidos, Sánchez14 en Costa Rica y Nunes15 en Trinidad y Tobago, sugiriendo que el rol del género en la relación aprendiz-paciente puede ejercer una influencia basado en la forma de abordar las relaciones interpersonales. En este sentido, algunos autores han explicado que las mujeres pueden desarrollar un tipo diferente de atención con una mayor capacidad de identificarse con las experiencias del paciente y sus sentimientos.16,17 Contrario a esto, varios estudios en estudiantes de Ciencias de la Salud no encontraron estas diferencias,18,19,20 por lo que aún no está completamente claro si los niveles de empatía están influenciados por el sexo o estos circunscribirse a los médicos y estudiantes de Medicina y no otras áreas de la salud.
Al comparar las características académicas con los niveles de empatía se encontró una relación estadísticamente significativa entre el año de estudios y el nivel de empatía de los estudiantes. Resultados similares fueron hallados por Youssef y col. donde se observó una disminución en las puntuaciones de empatía a medida que avanzaba en la formación de los estudiantes.21 Estos hallazgos son contrarios a estudios realizados por Morales y col. quienes reportaron que las puntuaciones de empatía en relación con el año de la carrera de Medicina no mostraron diferencias significativas las cuales también fueron similares a lo encontrado por Costa y col.22
Conclusiones
El puntaje de empatía hacia el paciente fue relativamente alto en los estudiantes de Medicina de la UNHEVAL. El nivel de funcionamiento familiar influye sobre el puntaje de empatía; donde los estudiantes con un adecuado funcionamiento familiar tienden a ser más empáticos con sus pacientes. El nivel de estrés de los estudiantes fue considerablemente alto, pero no resulta estar asociado con los niveles de empatía de los estudiantes. Dentro de las características sociodemográficas y académicas solo influyeron el sexo y el año de estudios; donde las mujeres resultaron ser más empáticas que los hombres y un mayor año académico resultó en una disminución del nivel de empatía hacia el paciente.