Estimado Editor:
Hemos leído con atención el editorial titulado “Infección respiratoria aguda por 2019-nCoV: una amenaza evidente”1 publicado en el número más reciente de su revista que aborda la nueva amenaza que representa esta nueva infección ya declarada como pandemia por la OMS, y al respecto queremos comentar.
A fines de diciembre de 2019, se notificó un grupo de casos de neumonía de etiología no conocida en Wuhan, China. Pocos días después, el agente causante de esta misteriosa neumonía fue identificado como un nuevo coronavirus. Este virus causal fue nombrado temporalmente por el Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV) como SARS-Cov-2 y la OMS lo llamó virus 2019-nCoV y a la neumonía causada por esta infección viral la denominó neumonía por coronavirus (COVID-19).2,3 Esta epidemia se ha extendido de China, a más de 182 países, lo que hizo que la OMS la considerara una pandemia.4
No es casual que China pusiera todo su esfuerzo para superar esta epidemia y controlar la trasmisión de casos.5 La experiencia ha demostrado que países con voluntad política, integración de sectores, organismos e instituciones, tienen más éxitos que países que no tienen esos atributos y donde predominan intereses mercantilistas en el enfrentamiento a la epidemia COVID-19.6
Italia, es un país 20 veces más pequeño que China; sin embargo la cantidad de fallecidos por el coronavirus 2019 supera la cantidad que hubo en China.7) Expertos chinos, que asesoraron inicialmente a ese país8 criticaron la laxitud de las políticas de confinamiento en esa nación europea,9 lo que se traduce no solo en la necesidad de mayor rigor epidemiológico, sino en mayor colaboración intersectorial.
Cuba, país bloqueado económicamente, no tiene reparo en declarar medidas drásticas en beneficio de la defensa y salvación de vidas humanas, reflejo de la voluntad política del gobierno y el partido, que aúnan a todos los organismos, instituciones y sectores, lo que caracteriza un verdadero trabajo de participación social e intersectorialidad.10
En el país se han establecido casi todas las políticas públicas efectivas, para contener la epidemia COVID-19: aislamiento, cuarentenas, distanciamiento social, reordenamiento del comercio, reordenamiento laboral, restricciones de viajes, participación comunitaria, etc.6 todo eso bajo los preceptos que caracterizan la práctica de la voluntad política, la participación social e intersectorial en Cuba:
Actuación pro-activa: antes de presentarse el problema y adelantándose a la evolución de la epidemia en el mundo y en el propio país.
Intervenciones de arriba abajo y de abajo arriba con retroalimentación conjunta de buenas prácticas (del nivel central a la periferia y viceversa). Se declaran medidas emanadas del nivel central, pero se ven enriquecidas con iniciativas locales, que se tornan medidas oficiales.
Acciones basadas en evidencias de las mejores experiencias de efectividad, tomadas en los distintos lugares del mundo donde se ha enfrentado la epidemia, sobre todo en China y otros países.11
Se aprovecha el marco estructural previo instalado en el país (consejos y comisiones intersectoriales de salud), además de las reuniones ad hoc intersectoriales e interinstitucionales.
Enfoque solidario: Cuba no solo presta cooperación técnica por su experiencia acumulada en el control de epidemias, sino que ofrece asistencia a países que lo soliciten, tal es el apoyo y atención brindados al crucero británico M.S Bremar, ayuda que le había sido negada por otras naciones y donde se tomaron todas las medidas de seguridad requeridas por la OMS y el propio país.12 Otro ejemplo es el envío de 53 médicos y enfermeros para ayudar en una de las regiones más afectadas de Italia y a otros países del Caribe que solicitaron colaboración.13,14
Acciones basadas en la eficiencia: se atiende la epidemia desde las fortalezas internas del país, sin descuidar las debilidades y la economía nacional.10
Escucha permanente de las críticas y sugerencias del pueblo, no solo por vía directa sino también a través de los medios de comunicación masiva y por las redes sociales.
Participación comunitaria y popular: e.g. son las iniciativas espontáneas de costureras de confeccionar nasobucos por medios propios y ofrecerlos a los que los necesitan.10
Retroalimentación interactiva: todas las experiencias nuevas recogidas han sido incorporadas al arsenal que ya se tenía en Cuba de afrontamiento de otras epidemias y algunas medidas han sido incorporadas o mejoradas, como el lavado de las manos en la entrada de los establecimientos públicos con hipoclorito de sodio al 0,1 %.10
Participación de instituciones científicas de alto nivel: una muestra es la iniciativa del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba que cuenta con un diseño de vacuna que pudiera utilizarse contra el nuevo coronavirus Sars-CoV-2 causante de la COVID-19.15
En el país hay ejemplos de acciones intersectoriales, que se hacen públicas a través de sus propios impulsores: presidente de la República, primer ministro, titulares de ministerios y otras altas autoridades, que explican personalmente las medidas al pueblo a través de todos los medios de comunicación masiva y redes sociales, en varias comparecencias hasta agotar el tema y esclarecer las dudas, estas se hacen en vivo y en directo en un horario fijo y se retransmiten el mismo día en horario nocturno. El medio principal para hacer estas comparecencias es el popular programa televisivo “Mesa redonda” que se transmite en un horario estelar.
Entre las medidas destacan las del Ministerio de trabajo y seguridad social que ha fomentado el trabajo a distancia o el teletrabajo en todas las actividades que lo permitan, en cuyo caso el trabajador devenga el 100 % de su salario mientras dure esta modalidad.
El Ministerio de Salud Pública capacita por vía presencial y virtual a los estudiantes de medicina y de ciencias de la salud, a todos los trabajadores y profesionales del área, quienes a su vez capacitan y orientan a otros sectores y a la población a través de charlas, audiencias y otras actividades de educación sanitaria. Otras medidas se han desarrollado en sectores como el Comercio, Educación, Cultura, Turismo, Transporte y otros de la Administración Central del Estado.
Estas son algunas de las medidas de algunos sectores llamativos, todas las instituciones y organismos están involucrados en la estrategia para enfrentar la pandemia causada por el nuevo coronavirus COVID-19.16
Las lecciones aprendidas en las últimas semanas, de otras naciones con experiencias exitosas y la propia práctica en nuestro país de afrontar otras epidemias, enseñan que solo una voluntad política consciente, basada en el humanismo y en el trabajo mancomunado del sector privado y el estatal, junto a las organizaciones de masas, comunitarias, organismos e instituciones estatales, religiosas, etc., pueden contener y controlar una epidemia, teniendo en cuenta los preceptos antes mencionados.