Señor Editor:
He leído con atención un artículo publicado recientemente en su revista, titulado “Características clínico-epidemiológicas de la COVID-19”,1 donde se evidencia que la actual pandemia causada por el SARS-Cov-2 está asociada a una alta morbilidad y mortalidad en los pacientes con enfermedades crónicas y ancianos; 2,3) es este un Coronavirus que durante décadas ha mutado y generado brotes en los humanos.3
Por la prontitud de la declaratoria de la pandemia, sus orígenes se han visto envueltos en el foco de atención, es por esto que quiero referirme a las investigaciones que existen al respecto.
Todos los coronavirus comparten la misma ascendencia evolutiva, el nuevo Coronavirus está emparentado con los betacoronavirus y dentro del linaje Sarbecovirus, específicamente con los que infectan murciélagos.4 Otros estudios indican que posiblemente se debe a una mutación del Coronavirus que infecta pangolines1 y serpientes5. Los análisis filogenéticos muestran una recombinación de Coronavirus de murciélago que comparte el sitio ORF1b.5 Hasta la fecha, el pariente más cercano descrito al nuevo coronavirus nCoV-2019 en un huésped no humano es un murciélago SARSr-CoV, llamado RaTG13 (Genbank MN996532,4 muestreado de un murciélago Rhinolophus affinis, en la provincia de Yunnan, en 2013. (Figura).
Estos virus tienen una velocidad de mutación muy rápida, la recombinación puede ocurrir dentro de la glicoproteína Spike viral, que reconoce un receptor de la superficie celular.5 Se debe tener en vigilancia epidemiológica a los coronavirus, ya que muy pronto puede existir un nuevo brote que se pueda convertir en pandemia. Aún faltan más estudios para dilucidar con exactitud los orígenes del SARS-CoV-2.