Introducción
Mientras el brote del coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave o SARS-CoV-2 (en inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2) se ha expandido por 185 países, la cooperación científica ha permitido abrir nuevos circuitos para compartir información y ganarle terreno al coronavirus, por lo que una buena práctica internacional ha sido una acelerada reconversión hacia el acceso abierto.
La UNESCO y 122 países, han definido la necesidad de desarrollar un instrumento internacional de normas sobre ciencia abierta. La idea que subyace es la de permitir que la información científica, los datos y los resultados sean más accesibles (acceso abierto) y fomentar además la participación activa de todos los interesados (abierto a la sociedad). Su directora general, Audrey Azoulay, destacaba en unas declaraciones recientes cómo la pandemia de COVID-19 “aumenta nuestra conciencia sobre la importancia de la ciencia, tanto en investigación como en cooperación internacional”. La crisis actual, en palabras de Azoulay, también demuestra “la urgencia de intensificar el intercambio de información a través de la ciencia abierta”.1
Para lograr este objetivo la Organización Mundial de la Salud (OMS) dispone de la base de datos sobre investigación en COVID-19, la que comparte hasta la fecha (31/5/20), más de 24 494 investigaciones en abierto.2
Según expresa Moreira, aunque estamos acostumbrados al concepto de evidencia científica que se basa preferiblemente en grandes ensayos clínicos que demoran años en completarse, ahora debemos confiar en estudios de casos, estudios de cohortes individuales e incluso las opiniones de expertos. Sin embargo, debemos recordar evaluar todos los posibles sesgos existentes en este tipo de información científica sin limitar su difusión. Cada pieza de información siempre tiene algún valor, al proponer nuevas hipótesis, ampliar el debate y evolucionar hacia una nueva investigación científica de calidad.3
En un artículo publicado en la revista El profesional de la Información se plantea que en las primeras 10 semanas del 2020 la comunidad científica publicó más de 1000 artículos sobre COVID-19 indexados en la Web of Science. Se creó, además, el COVID-19 open research dataset (Cord-19), una base de datos con más de 40 000 artículos, de los cuales 29 000 tienen acceso completo gratuito sobre el COVID-19 y la familia de coronavirus semejantes.4
En un estudio publicado por Torres Salinas, se analizó el crecimiento de los artículos científicos en bases de datos como Dimensions, WoS, Scopus y repositorios relacionados directamente con la COVID-19. El autor concluyó, que, a principios de abril de 2020 la producción científica sobre COVID-19 en PubMed estuvo en torno a las 1 000 publicaciones, lo que representa un ritmo acelerado de producción nunca antes visto para un tema de salud. Expresa también, que tres de cada cuatro artículos sobre el tema, están disponibles en acceso abierto.5
A nivel internacional, han sido definidas diversas estrategias que garanticen satisfacer las necesidades de la ciencia y la sociedad. Ya que, desde sus inicios, a finales del 2019, en Wuhan, China, se identificaron dos ineficiencias en el sistema de investigación: el valor predeterminado de la ciencia cerrada y el énfasis excesivo en las publicaciones de élite, solo en inglés, independientemente del contexto y las consecuencias de la investigación, por lo que el gobierno chino estipuló que los proyectos financiados sobre coronavirus, deberían publicarse en revistas locales chinas en lugar de revistas internacionales, y que el énfasis debería ser para controlar el virus y salvar vidas.6
A partir de la estrategia de Cuba para la prevención y el control del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19; el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM), con su Centro Editorial (ECIMED) y las áreas editoriales de los Centros Provinciales, definieron iniciativas para facilitar la publicación rápida, desde las 80 Revistas Médicas con que cuenta actualmente el sistema, de artículos que abordaran los resultados de la ciencia, a partir de la estructura multisectorial y organizada, del Sistema Nacional de Salud (SNS) para enfrentar la pandemia.
Estas iniciativas organizacionales garantizarían la evaluación de la calidad, manteniendo el proceso de revisión por pares, agilizando la gestión editorial de los documentos aprobados por los Comités Editoriales y su publicación lo más inmediato posible.
A las revistas científicas les corresponde la misión de cuidar la calidad de la comunicación científica, dar espacios y visibilidad a los investigadores y a sus resultados, los que tributarán a facilitar el debate en función de la toma de mejores decisiones en salud.
Núñez Jover en su reciente artículo “Pensar la ciencia en tiempos de la COVID-19” plantea: La ciencia orientada al desarrollo sostenible debe ser consciente de los riesgos y la provisionalidad de sus propuestas, y deberá generar vínculos efectivos con la política, con el propósito de lograr una mutua comprensión entre los académicos y quienes toman decisiones.7
Añadió además el concepto de la comunicación científica como tráfico de la información en un solo sentido, desde los expertos a los tomadores de decisiones y al gran público, ha sido reemplazado por la noción de asociación a través de aprendizaje recíproco por parte de todos los involucrados y afectados. Ello implica incluir a ambos, al público y a los tomadores de decisiones, en aras de asegurar la calidad de la innovación científica y tecnológica y evaluarla.
La comunicación de resultados de investigación y las revistas científicas mantienen una estrecha relación. Son dichas revistas científicas, mecanismos de control y certificación de calidad y constituyen el canal formal más empleado por la comunidad científica para divulgar sus resultados investigativos.
Todas las actividades de investigación científica y tecnológica necesitan ser evaluadas para juzgar el cumplimiento de los objetivos propuestos, considerar el valor de los resultados y determinar los factores que pudieron contribuir o impedir el éxito. Evaluar la producción científica de las revistas de salud cubanas tiene importancia a nivel estratégico. Las evaluaciones ofrecen datos sólidos para medir el nivel de desarrollo, el impacto económico y social de la ciencia en función de la toma de decisiones acertadas.
El objetivo de esta investigación es describir de la producción científica sobre COVID-19 publicada en las revistas médicas cubanas
Material y Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal, que cubrió la totalidad de las Revistas Médicas Cubanas, certificadas como revistas científico-tecnológicas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (CITMA). Se incluyeron también las 16 Revistas Estudiantiles de las Universidades Médicas. El análisis se hizo al completar los primeros 90 días, a partir del 11 de marzo del 2020, fecha que se confirmaron los primeros casos de la COVID-19 en el país.
Como fuente primaria de información se exploró el Registro Nacional de Publicaciones Seriadas de Ciencias de la Salud (http://www.seriadas.sld.cu/), promovido y gestionado por el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM). Se identificaron las revistas que publicaron artículos científicos utilizando los descriptores o palabras clave: SARS-CoV-2, COVID-19, coronavirus y pandemia y en los que los autores declaraban algunos de estos términos en el título, lo que permitió identificar los contenidos publicados en relación al tema de estudio. Se excluyeron las revistas con incumplimiento de su frecuencia de publicación declarada. Se trabajó con 106 títulos de revistas, lo que constituyo la muestra de análisis.
Los datos y códigos analizados fueron depositados en un banco de datos como cumplimiento de los principios internacionales de la Ciencia Abierta.8
Las variables definidas permitieron observar el modo en que se manifiesta la producción científica objetivo de la investigación: título de la publicación, organismo patrocinador (se clasificaron en Universidades Médicas, Instituciones de Salud y Sociedades Científicas, tipología documental (se describieron tantos tipos de documentos como los definió la revista), afiliación institucional y colaboración, país, provincia, temática y, como medida de uso de la información, el número de lecturas que tenía hasta el momento en que se hizo el análisis. Esta última variable tuvo la limitante del tiempo de exposición en el momento del corte porque los artículos que fueron publicados en los primeros quince días después de la fecha de inicio, tenían más probabilidades de tener más lecturas. Se evaluó también las fechas declaradas desde el envío hasta la aprobación y la salida, como medida de análisis de la gestión editorial.
Para determinar las temáticas que abordó el artículo se aplicó el Esquema de clasificación temática para las ciencias de la salud y afines.9
El registro de las variables se conformó una base de datos en Excel para su procesamiento y análisis básico descriptivo. Se emplearon medidas de resumen para variables cualitativas (frecuencia absoluta y relativas (razón, porcentaje) y medidas de tendencia central (media aritmética y mediana) y de variabilidad absoluta (desviación estándar) en el análisis de las variables cuantitativas.
Para la realización del estudio no hubo ningún conflicto ético en cuanto al uso de los datos porque son de dominio público. Existe un parcial conflicto de intereses por parte de los autores al no ser miembros explícitos de un comité editorial de una revista, pero sí pertenecen al organismo que controla la actividad de la publicación científica en el sistema nacional de salud.
Resultados
De los datos obtenidos se pudo comprobar que las revistas patrocinadas por universidades médicas, publicaron la mayor cantidad de artículos en la fecha de referencia con el 58 % (61), incluidas las estudiantiles, seguidas del 35 % (37) procedentes de las publicaciones especializadas patrocinadas por las diferentes sociedades científicas. (Figura 1).
La relación de cantidad de artículos de revista universitaria/revista especializada fue 1,6:1; es decir; se publicaron prácticamente 2 artículos en las académicas por cada artículo publicado por las sociedades científicas y de casi 8 artículos por cada uno de los publicados en las revistas procedentes de instituciones de salud (7.6:1).
Las revistas académicas presentaron una distribución bimodal con valores de 1 y 2 como cantidad más frecuente de artículos, independientemente de que dos revistas publicaran cifras muy superiores, lo que determinó el cálculo de la mediana (Me) en esta serie, con un valor de 2 y la desviación estándar de 6,8 artículos; lo que significó que la mayoría de los datos se desvían entre 4,8 y 8,8.
De las revistas académicas estudiadas, se destaca la revista Medisur, de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos con un aporte de 19 (31,1 %) documentos, seguido de la Revista Habanera de Ciencias Médicas con un total de 17 (27,9 %). (Figura 2).
Entre las revistas especializadas, sobresale discretamente la Revista Cubana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular con el 21,6 % del total de artículos publicados seguida de la Revista Cubana de Pediatría con el 18,9 % y la Revista Cubana de Enfermería con el 13,5 % respectivamente. (Figura 3).
La media de los artículos fue de 3,7, con una desviación estándar de 2,1. Por tanto, en el intervalo entre 1,6 y 5,8 se encontraron la mayor cantidad de artículos de las revistas especializadas, coincidiendo con el valor de la moda. 3
En la serie de las patrocinadas por instituciones de salud no existió moda. Hubo un promedio de 2,7 artículos publicados, con la derivación estándar de 1,2; significa que, en la mayoría de las revistas, la distribución osciló entre 1,5 y 3,9 artículos.
Entre los países con más contribuciones, lidera con mayor número de documentos bajo su firma Cuba con el 77,8 % de la autoría, y es importante destacar que Perú constituyó el 11,1 % del restante. Se observó presencia de colaboración extranjera compartiendo autoría entre Cuba y Argentina, así como entre España y Cuba. (Figura 4).
Respecto a la tipología documental, se destacan mayores contribuciones en la categoría Cartas al editor, constituyendo el 22,6 %, seguidas de los Artículos originales con el 20,8 % y los Artículos de revisión con el 13,2 %. (Tabla 1)
La producción de artículos acerca de la COVID-19 respecto al total de artículos publicados en la muestra analizada tuvo una media de 3,5 y una desviación estándar de ±8,7 (5,2-12,2).
Se observó un escaso desarrollo de artículos de revisión, es decir, por cada 1,7 cartas al editor se generó 1 revisión bibliográfica.
Del total de artículos estudiados, solo 75 (70,8 %) proporcionaba públicamente el tracking de la gestión editorial. De ellos 41 (54,6 %) evidenció una gestión editorial de menos de 30 días y 23 eran artículos originales de investigación.9
La productividad por provincias estuvo liderada por La Habana y Cienfuegos con 34,1 % y 23,9 % respectivamente (Tabla 2). En este aspecto también se destacaron colaboraciones entre instituciones de diferentes territorios a nivel nacional como el Hospital Universitario “General Calixto García” y el Hospital Universitario “Manuel Ascunce Domenech” de la Habana y Camagüey respectivamente. En estos casos, las contribuciones puntean para cada provincia. La colaboración entre instituciones cubanas abarcó el 24,5% de los trabajos.
La producción por provincias tuvo una Me de 4,5, con desviación estándar de 9,1, oscilando la mayoría de los territorios entre 4,6-13,6 artículos.
Según la clasificación temática en Ciencias de la Salud, el tema de mayor producción fue la Epidemiología con 37,7 % del total de las contribuciones representadas, seguido de Salud Pública con un 20,7 %, lo que evidencia que aún no se han introducido los estudios clínicos en esta etapa en Cuba (Tabla 3). Es decir, cada 2,7 trabajos, uno abordó aspectos epidemiológicos, y uno de cada 4,8 presentó un enfoque salubrista.
Un aspecto de significativa importancia, constituye el efecto que estos documentos han tenido desde su publicación y hasta el 11 de junio de 2020. El artículo “COVID-19 y su repercusión en la Odontología”, publicado en el mes de abril de 2020 en la Revista Cubana de Estomatología alcanzó las 13 570 lecturas, mientras que con gran diferencia le seguía el artículo “Características clínico-epidemiológicas de la COVID-19” publicado en la Revista Habanera de Ciencias Médicas con 5331 lecturas. La Me en el número de lecturas de los artículos fue de 146, con una desviación estándar de 9,1 (4,6-13,6). Superaron las 500 lecturas, el 14,1 % de los artículos (15), de ellos, el 40 % eran revisiones bibliográficas. El valor de la Me en este grupo fue 1429, con una derivación estándar de ± 425. Ambas revistas fueron las más destacadas por la relevancia de sus publicaciones al poseer otros artículos con un valor aproximado de 4 000 lecturas. Estos datos fueron obtenidos directamente de las páginas de las publicaciones.
Discusión
Las publicaciones académicas cubanas suelen ser multitemáticas, excepto la Revista Humanidades Médicas de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, la Revista Finlay y la Revista Cubana de Medicina Militar, que es de la Universidad de Ciencias Médicas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Sin embargo, todas las publicaciones pertenecientes a las sociedades científicas son revistas especializadas, lo cual pudiera haber sido un elemento distintivo para que en ellas se publicaran la mayor parte de los documentos, incluso, porque estas en términos de visibilidad y posicionamiento internacional se encuentran mejor ubicadas en bases de datos como Scopus y SciELO. Pero se evidencia que existe una dificultad para la publicación de los artículos en estas revistas que puede ser objeto de otra investigación.
En el caso de las instituciones de salud, las cuales se han identificado de esta forma porque son organismos que no están vinculados directamente al resto de los clasificados, pero que tienen sus propias publicaciones, poco han aportado en este período de tiempo. Es de señalar que el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”, lugar donde se comenzaron las investigaciones sobre el nuevo coronavirus en Cuba, y centro de referencia a nivel nacional para los estudios virológicos y centro colaborador de la Organización Panamericana de la Salud (https://instituciones.sld.cu/ipk/centros-oms/), no ha publicado hasta la fecha de cierre de la investigación, nada en su propia Revista Cubana de Medicina Tropical.
La publicación de forma priorizada de los artículos recibidos y que tratan temas novedosos relacionados con la COVID-19 ha sido una estrategia acertada, la cual los equipos editoriales han utilizado de diferentes formas. La Revista Habanera de Ciencias Médicas y la Revista Cubana de Pediatría abrieron sendos números especiales para que la información pudiera publicarse de forma expedita sin interferir en la salida del resto de los artículos de forma regular. Esto no sucedió de la misma manera el resto de las revistas que han publicado artículos relacionados con el nuevo coronavirus, porque los han incluido dentro de sus propios números regulares. La ventaja de hacerlo de forma independiente permite tener, de “forma compilatoria”, todo lo que se va publicando y poder indexarlo como un número temático, pero en sentido general no ofrece ningún problema si se publica de una forma o de otra. En la actualidad, la publicación de los artículos en las revistas científicas ha pasado ya de la modalidad de entrega regular por números, a la publicación continua, donde se puede publicar directamente en cualquiera de los números que permanecen abiertos, o publicar por volumen abierto en todo el año.10
Proporcionar las fechas del transcurso del procesamiento editorial es un indicador de calidad de una revista científica, a la vez que contribuye a la transparencia del proceso. El hecho de que un grupo reducido de revistas no haya aportado esta información puede conllevar a interpretaciones erróneas sobre la gestión editorial. Sin embargo, el que la mayor parte de las revistas que presentaba esta información haya publicado sus documentos en menos de 30 días, explica por sí solo la prioridad que los equipos editoriales dieron a esta importante situación, máxime cuando está plateando que un referee puede tomar entre 1 y 6 horas para realizar esta actividad, lo cierto es que el proceso puede tardar hasta un año.11 Sobre este tema varias editoriales han realizado propuestas para acortar los tiempos de publicación. 12
La clasificación temática utilizada según la tipología documental fue obtenida de una propuesta realizada por Cañedo Andalia8 en el año 2001, para la cual utilizó los esquemas de clasificación de Medline, Excerpta Médica y Science Citation Index, los cuales, aun sirven como referencia. A pesar de que existen otras clasificaciones temáticas proporcionadas por nuevos repositorios, se decidió adoptar esta propuesta por considerar que se adapta más al contexto cubano.
La participación de Perú en la publicación de artículos sobre la temática en cuestión no representa una sorpresa, pues muchas de las revistas cubanas han publicado varios artículos procedentes de esa nación andina, fundamentalmente en revistas especializadas. La colaboración internacional aun para esta fecha es baja, lo que evidentemente es correspondiente con los números bajos que tiene este indicador según los datos ofrecidos por Scimago Journal Ranking (SJR) acerca de la producción científica cubana en revistas nacionales, algo que, según un estudio publicado por Ortiz no es la tendencia actual.13 Un resultado similar lo obtuvo Gregorio-Chaviano14 en su investigación. Creemos en este sentido que promover este tipo de aspecto en las investigaciones cubanas, se hace muy necesario.
Sorprende que un número importante de artículos publicados hayan sido artículos originales, si tomamos en consideración que varios estudios revisados en bases de datos de acceso abierto como Dimensions (https://app.dimensions.ai/discover/publication) indican que muchos de los estudios conclusivos sobre la epidemia son artículos de investigación, los cuales aún no han sido validados, por lo que gran cantidad de ellos aparecen en los servidores de preprints a la espera de ser aceptados.15 Sin embargo, el número de artículos de revisión es considerado como bajo, si tomamos en consideración la enorme cantidad de literatura científica sobre el tema que en la actualidad se encuentra disponible. Los autores consideramos que el número elevado de cartas al editor y editoriales obedece al tipo de comunicación y sus características, las cuales generalmente tienen un formato libre y expresan posturas u opiniones.
El número elevado de visitas obtenidas por un artículo en la Revista Cubana de Estomatología, pone al descubierto el alcance de la literatura publicada en las revistas cubanas y su repercusión para la comunidad científica. Aunque precisamente el número de lecturas que tiene un artículo no está considerado como un indicador bibliométrico con alto grado de fiabilidad, constituye una valoración subjetiva de repercusión de la información en público lector. Un análisis métrico de la producción constituye una limitante en este estudio y será objeto de estudios posteriores sobre el mismo tema.
No obstante, es importante destacar que un número no despreciable de publicaciones médicas cubanas (17 activas), ofrece una importante visibilidad al estar incluidas en la base de datos Scopus, considerada junto a WoS como las más importantes en materia científica a nivel mundial.16
Es significativo que, en revistas de temáticas tan específicas y vinculadas con la actual situación, aun en esta fecha no se hayan publicado documentos que demuestren su quehacer investigativo como son los casos de Medicina Familiar, Hematología e Inmunología, Medicina Tropical e Higiene y Epidemiología.
Conclusiones
La producción científica nacional en revistas médicas cubanas en el período estudiado es baja, si tomamos en consideración que las cartas al editor, que fueron mayoría, no son artículos de investigación propiamente dichos, y el resto de las contribuciones estuvo distribuida en diferentes tipologías de artículos. Hay áreas de las ciencias médicas como la medicina familiar que pudiendo haber aportado sus experiencias iniciales en el trabajo investigativo desde la comunidad, en la fecha de estudio no se muestra la relación entre los resultados alcanzados en la prevención y control de la enfermedad y lo publicado en las revistas médicas cubanas.