Introducción
El trastorno por déficit de atención y/o hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que comienza en la infancia y se puede mantener en la adultez. Se caracteriza por inatención, impulsividad y/o hiperactividad,1 lo que generalmente afecta el desarrollo e integración social de las personas diagnosticadas.2 Su diagnóstico es mayor en niños en comparación a las niñas, aunque en los adultos no se han encontrado diferencias significativas entre ambos sexos.3)
El TDAH presenta cambios físicos, fisiológicos, psicosociales y culturales,4 produce un deterioro social y escolar, lo cual lleva a los estudiantes a constantes experiencias de frustración y fracaso5 e incide de manera negativa en su calidad de vida. La calidad de vida, según la Organización Mundial de la Salud6 está relacionada con la percepción de cada sujeto sobre su posición en el contexto cultural, los valores en el sistema en el que vive, sus propias metas, normas, preocupaciones y expectativas que posee en la vida.
Algunas de las dificultades que poseen los niños con TDAH, son acciones motrices relacionadas a una alta complejidad motora, las que requieren una prolongada atención, procesar problemas y la impulsividad para realizar actos sin medir consecuencia.7,8 A partir de esto, se menciona que los afectados por el trastorno del TDAH, poseen una situación de desventaja en las actividades personales y sociales.9
Es sabido que la práctica de actividad física, ejercicio físico y deporte reporta mejoras en la prevención de enfermedades crónicas no trasmisibles tales como el sobrepeso, obesidad, sedentarismo, diabetes tipo 2, entre otras,10,11,12,13 beneficios osteoarteoarticulares,14,15 autoconcepción,16 beneficios psicológicos,17,18 cognitivos,19 sociales,20 calidad del sueño21 y en la calidad de vida de los sujetos que la practican regularmente.22
Además, la práctica de actividad física, ejercicio físico o deportes produce mejoras en la atención selectiva y actividad motora en niños y adolescentes con TDAH.23,24,25 De esta manera, los principales síntomas de los afectados por el trastorno,26 permitiendo a su vez, que intervenciones de actividades físico-deportivas podrían producir mejoras en la inatención, hiperactividad e impulsividad.27
En base a todo lo mencionado anteriormente, se busca reafirmar cómo la actividad física, el ejercicio físico o el deporte favorecen el desarrollo biopsicosocial de niños y adolescentes que presentan TDAH. El objetivo de la presente revisión es examinar los efectos de las intervenciones de actividad física o ejercicio físico sobre la calidad de vida en niños y adolescentes diagnosticados con TDAH.
Material y Método
Para el desarrollo de la revisión narrativa, los artículos consultados fueron extraídos en las bases de datos Google Scholar, Scopus, Pubmed, Scielo, Web of Science, Dialnet y Redalyc, seleccionando solo investigaciones de libre acceso solo en el idioma español.
Como criterios de selección, se incluyeron artículos tales como, ensayos clínicos, estudios de casos, investigaciones experimentales, investigaciones cuasi experimentales, tesis de pregrado, tesis de postgrado, todas las investigaciones o trabajos seleccionados fueron en el idioma de español donde la muestra estuviera compuesta por niños o adolescentes diagnosticados con TDAH. Se excluyeron revisiones narrativas, revisiones sistemáticas con y sin meta análisis, actas de congresos, capítulos de libros e intervenciones donde su población fueran niños o adolescentes sanos u otras patologías o trastornos del neurodesarrollo, adultos o adultos mayores sanos u otras patologías o trastornos del neurodesarrollo.
La búsqueda de las investigaciones corresponde entre 2015 a 2020, utilizando la estrategia de búsqueda mencionada y descrita por Martín,28 usando los siguientes descriptores:
Actividad Física y Calidad de vida en niños y adolescentes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Ejercicio Físico y Calidad de vida en niños y adolescentes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Actividad Física y Calidad de vida en niños y adolescentes con TDAH.
Ejercicio Físico y Calidad de vida en niños y adolescentes con TDAH.
Se consideraron investigaciones donde se analizó la práctica de actividad física o ejercicio físico sobre la calidad de vida en niños y adolescentes con TDAH. En la primera fase, se revisaron los títulos de las investigaciones; en segunda fase, se revisaron los resumenes y en la tercera fase, se dio lectura a los artículos completos. Se encontraron finalmente 8 investigaciones que cumplen con todas las fases mencionadas anteriormente. (Tabla).
Desarrollo
De las 8 investigaciones que fueron examinadas, 7 artículos desarrollaron intervenciones en base a programas de actividad física,29,30,31,32 actividad física - lúdica33 o recreativa34 o deportiva,5 y solo 1 artículo desarrolló una intervención en base al ejercicio físico.35
Actividad Física
La intervención realizada por Reche,5 a 18 menores (9 a 13 años), 2 niñas y 16 niños, donde se realizó un programa de entrenamiento de esgrima escolar durante 16 sesiones de 90 minutos cada una, por 8 semanas, durante dos meses, se obtuvieron beneficios de manera significativa en los síntomas hipercinésicos, una mejora en su actividad social y académica. El programa está compuesto por principios metodológicos activos lúdicos, integradores, participativos y globales; sus objetivos son motrices, técnico-tácticos, cognitivos, social-afectivos e inicial, y las fases inicial con calentamiento general, principal con prácticas de puesta en ejecución que implican trabajos de resistencia específica o velocidad de reacción, fuerza, habilidades técnicas de esgrima que estimulen la coordinación, equilibrio, anticipación y motricidad fina, en la vuelta a la calma se aplica entrenamiento de flexibilidad para la recuperación del tono muscular y en el reposo se realiza una conversación de feedback de asaltos de forma breve y explícita. La investigadora concluyó que un entrenamiento de esgrima fue asociado con un número de cambios positivos basado en los testimonios de los padres, quienes aseguraron que sus hijos estaban menos inquietos y más atentos con la tarea escolar, además de mejoras conductuales, permitiendo estas mejoras significativas una mejoría de su actividad social y académica.
Erazo34 a través de una intervención de actividad físico-recreativa para potenciar el desarrollo psicomotor en 10 jóvenes con TDAH que presentaban problemas coordinativos, tiene una duración de tres meses, donde se realizan 12 sesiones de trabajo con una duración de 60 minutos en un establecimiento escolar, para la mejora de la motricidad gruesa con una duración de 60 minutos, solo una vez a la semana. La intervención está compuesta por 12 actividades: la primera, relacionada con la entrega de información sobre el TDAH; en la segunda, se trabaja la motricidad gruesa; en la tercera, se trabajan lanzamientos y recepciones; la cuarta actividad está relacionada con el desarrollo de percepciones físicas; la quinta establece parámetros mediante una charla de inclusión; la sexta fortalece el trabajo colaborativo; la séptima fomenta la equidad de género y la tolerancia; la octava establece parámetros cognitivos y conductuales; la novena establece mediante el juego de roles las perspectivas de la vida a futuro; la décima las emociones durante la clase de educación física; la décimoprimera fortalece los lazos afectivos entre los estudiantes y desarrolla la empatía, tolerancia y respeto, y la décimosegunda está relacionada con el desarrollo motor a través de actividades lúdicas. La propuesta de intervención repercute de manera positiva en el desarrollo motor y también en la integración de los estudiantes en la comunidad educativa. El investigador concluyó que la clase de educación física es el espacio idóneo para el desarrollo de actividades que contribuyan a potenciar el avance psicomotor en adolescentes con TDAH y una mayor capacitación de los docentes que están a cargo de estos estudiantes.
Por otra parte, López, López y Díaz,29 realizan una intervención compuesta por 12 escolares masculinos (7 a 12 años) de 12 semanas de 60 minutos de actividad física de intensidad media-alta de dos días a la semana, mediante la realización de circuitos y ejercicios destinados a la mejora de la condición física; el programa compuesto por circuitos y ejercicios destinados a la mejora de la condición física para el adelanto de la inhibición muscular y control postural, enfatizando la relajación y la autoestima, puede producir progreso en la calidad del sueño en niños con TDAH; también permite un mejoramiento en la calidad de vida en 25 % de los participantes, además producen progresos en la coordinación motora general y segmentaria;30 a su vez, el mismo programa de actividad físico-aeróbica de media-alta intensidad, durante 12 semanas con una duración de 60 minutos por sesión (dos veces a la semana), puede producir avances en la calidad de vida en niños con TDAH.31 Los investigadores concluyeron que una intervención basada en un programa de actividad física puede producir mejoras en la calidad del sueño,29 que serán significativas en la coordinación dinámica general y segmentaria,30 así como en la calidad de vida31 en niños diagnosticados con TDAH.
Portes32 a través de la práctica de yoga y meditación a 6 niños con TDA-TDAH del alumnado de 3º de primaria, por 15 minutos dos veces por semana, durante 16 semanas, experimentaron durante el programa estados de relajación y tranquilidad, 4 de los 6 niños con TDAH incrementaron su capacidad de atención, al comparar los resultados antes y después de la intervención. El programa de yoga se basa en técnicas de Hatha yoga y Kundalini Yoga; se implementaron trabajo de respiración larga y profunda, respiración por fosa nasal izquierda y derecha, tipos de posturas tales como, asanas de pie, de flexión anterior, de equilibrio, de relajación y sentadas, los principios metodológicos de la intervención son la toma de conciencia (escucha interna), observación de capacidades y limitaciones, actuar con respeto y cuidado, gestión de emociones y dialogo en el aula, y se clasificaron las actividades en ejercicios de respiración, de postura, de meditación y juegos. La investigadora concluyó que los alumnos de 3ª de primaria que participaron de esta intervención, experimentaron estados de relajación y calma a lo largo del programa, los niños notaron sensación de sentirse bien, relajamiento o tranquilidad y felicidad. Además, durante las clases los niños demostraron tranquilidad, confianza, silencio interior y un aumento de la capacidad atencional por parte de los niños con TDAH.
Ramírez, Paternina y Martínez33 en una intervención de actividad físico-lúdico-recreativa de 4 sesiones de trabajo, realizada en niños de 5 a 7 años, permite un buen desempeño académico. La intervención está compuesta por el juego llamado “la técnica de la tortuga”, un método de autocontrol de la conducta impulsiva; el juego “pollito inglés”, utilizado para el entrenamiento de la regulación verbal del acto motor; “hacer puzzles”, utilizado para que el niño desarrolle su capacidad de aprender, entender y organizar las formas espaciales ejercitando su memorial visual, y “mirarse al espejo”, persigue el autoconcepto y la introspección. Las investigadoras concluyeron que el desarrollo de un programa por medio de actividades lúdico-recreativas permite aprender a manejar las dificultades que poseen los niños con TDAH, y permite el logro de un buen desempeño académico por parte de estos estudiantes.
Ejercicio Físico
El trabajo realizado por Madrigal,35 consistió en un programa de ejercicio físico motor en 30 niños (9 a 12 años) diagnosticados con TDAH; la muestra seleccionada corresponde a 18 escuelas primarias en Puerto Vallarta, Jalisco. El programa de 40 sesiones de 70 minutos de duración durante 5 semanas con ejercicios motores donde su complejidad era progresiva, permite la obtención de cambios positivos en la atención, memoria, funciones coordinativas, emocionales y en el aprendizaje. El programa de entrenamiento estaba compuesto por ejercicios de coordinación motora tales como lateralidad, equilibrio, ritmo, secuenciación, velocidad, ubicación espacial, motricidad fina, motricidad gruesa, seguimiento de instrucciones, atención, memoria y coordinación visomotriz; cada sesión estuvo constituida por estiramientos, control de respiración y un calentamiento inicial, seguida por una rutina de 10 repeticiones de cada una de las actividades programadas. En los primeros 40 minutos se les entregaban instrucciones de manera continua, y durante los 20 minutos posteriores se implementan actividades de juego, durante 8 semanas consecutivas; 5 días a la semana, se realizaron intervenciones de 10 minutos de calentamiento y 60 minutos de trabajo especifico, la intervención realizada permitió una mejora en el control de las emociones, autoestima, autoconcepto, ansiedad, agresividad, impulsividad, desvalorización, timidez, retardo emocional, funciones coordinativas, habilidades de lateralidad, equilibrio, ritmo, ubicación espacial, coordinación visomotriz, coordinación motora gruesa, coordinación motora fina y funciones cognitivas tales como atención, memoria, nivel instruccional y la reproducción. La investigadora concluyó de manera general que la actividad físico-motora programada (ejercicio físico) produce mejoras en las funciones coordinativas, emocionales y del aprendizaje en niños con TDAH, además sugirió que estos programas deberían incluirse dentro del tratamiento de estos niños.
Conclusiones
Las investigaciones examinadas señalan que intervenciones de actividad física y ejercicio físico, considerando actividades lúdicas, juegos, ejercicios deportivos, y técnicas holísticas como el yoga podrían ser beneficiosos para los componentes biológicos, psicológicos y sociales. En esta revisión, se demuestra que el efecto de la actividad física y ejercicio físico en niños con TDAH puede resultar beneficioso con una duración de 15 min a 90 min de trabajo realizado.
Sin embargo, se debe tener precaución con los resultados obtenidos en las investigaciones, debido a que las características heterogéneas de los programas tales como las edades, duración de las sesiones o semanas o tipo de intervenciones no permite establecer con exactitud la utilización particular de un solo programa. Además, se debe considerar que la calidad de vida está relacionada con la percepción de cada sujeto, según el contexto cultural, metas personales propias, normas, preocupaciones y expectativas, entre otras.
Recomendaciones
A pesar de la amplia revisión que se realizó, sería sumamente interesante indagar acerca de investigaciones con respecto al diagnóstico en edades tempranas, lo cual facilita dichos tratamientos en conjunto al tratamiento farmacológico, de acuerdo cómo se desarrolle el trastorno y sus síntomas en sí, lo cual ampliaría el espectro de abordaje del trastorno y los efectos de la actividad física, el ejercicio físico o el deporte en niños y adolescentes diagnosticados con TDAH. No obstante, y sin despreciar los beneficios que estos brindan, permiten replantear posibles soluciones que contemplen el bienestar cognitivo y social de niños y adolescentes diagnosticados con TDAH, a largo plazo, considerando las acciones motrices como método complementario. Estas acotaciones permiten afirmar que aquellos autores que centran su investigación en aspectos vinculados a actividad física, ejercicio físico o deporte, son los que han presentado mejores resultados.