INTRODUCCIÓN
El término edad es definido por la Real Academia de la Lengua como “tiempo que una persona ha vivido, a contar desde que nació”.1 Se puede hacer referencia a la edad desde distintos criterios, grados o niveles:2
Criterio cronológico o vital: fecha de nacimiento, a partir de la cual se calcula la edad del individuo.
Grado de desarrollo físico: edad anatómica.
Grado de desarrollo intelectual: edad mental.
Grado de madurez para enfrentarse al entorno: edad social.
La edad biológica guarda una estrecha relación con la edad cronológica, pero difiere de ella.3 Ramírez Román JM,4) refiere que, estas diferirán en más de +/- 1 años, 32 % y en más de +/- 2 años aproximadamente, 5 % de las veces. Se refiere a la capacidad funcional de los individuos, o sea, al estado de los órganos, aparatos y sistemas que componen su cuerpo. Su establecimiento no resulta sencillo, ya que la condición fisiológica depende de muchas y diversas variables.3
En diferentes ámbitos (legales, administrativos, migratorios, forenses, etcétera), la edad es uno de los elementos fundamentales en la identificación del sujeto.5 En el contexto forense, los mayores aportes se realizan en los siguientes casos:6
Contribuye a la identificación humana.
Herramienta de cribado en desastres en masa.
Orienta en investigaciones policiales que carecen de sospechosos o cuando no existen coincidencias con las bases de datos de ADN.
Complementa disputas legales en las que se debe establecer la edad legal.
Sin embargo, calcular con absoluta precisión la edad cronológica o biológica de cualquier sujeto es sumamente difícil ya que, cada individuo se desarrolla de forma diferente y única, en función de su variabilidad individual y de una serie de factores genéticos y ambientales. No todos los individuos de una determinada edad cronológica se encuentran en el mismo estadio de maduración y pueden encontrarse diferencias entre ambos sexos.2,7
Tradicionalmente, se han utilizado diversos métodos para conocer la edad cronológica aproximada y contribuir a la identificación de sujetos o restos humanos, por ejemplo:
la determinación de la tetralogía identificativa: edad, sexo, raza y estatura, que solamente brinda una identidad relativa, mediante el examen del cadáver donde no se ha iniciado la putrefacción,8
la existencia de cicatrices, tatuajes, operaciones, prótesis, comprobables mediante comparación con fotografías, radiografías o información de los familiares,9
el estudio de los huesos con la aplicación de la Antropología forense,12
el uso de la superposición cráneo-fotográfica,13
el estudio del ADN,14 entre otros.
Estos estudios han abierto el camino para aplicaciones en el campo de las investigaciones tanatológicas que involucran identificación de restos humanos; situación que cobra relevancia cuando se trata de desastres o violencias que involucran el manejo masivo de víctimas fatales y requieren de una pronta respuesta.15
Más recientemente, han sido introducidas otras técnicas, como los métodos histológicos, bioquímicos, el uso de marcadores epigenéticos o del sistema aterométrico,16 en el cálculo de la edad biológica.
Teniendo en cuenta que el propósito de la identificación forense reside en establecer la individualidad del sujeto,17) el cálculo de la edad se presenta como una herramienta más para lograr una adecuada identificación, independientemente de las causas de la muerte; dada la importancia que reviste esta actuación médico-legal para la sociedad en el campo civil, laboral y penal.
Es por ello que el objetivo de este trabajo se centra en actualizar el conocimiento acerca de los diferentes métodos de estimación de edad biológica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un artículo de revisión narrativa entre diciembre de 2021 y enero de 2022, con la búsqueda de referencias en las bases de datos bibliográficas Pubmed/Medline, ScienceDirect y SciELO, y el uso del buscador Google Académico.
Las palabras claves utilizadas fueron: "edad cronológica", "estimación de la edad", "edad biológica" y sus equivalentes en inglés: “chronological age”, “age estimate” and “biological age”. Estas fueron las utilizadas en la estrategia de búsqueda aplicada para la recuperación de la información, así como la literatura de consulta disponible en el repositorio de libros de autores cubanos y la biblioteca virtual de salud de Infomed (http://www.bvscuba.sld.cu/).
Se consideró como criterios de selección, aquella literatura publicada más recientemente (últimos 5 años) o que resultara relevante (libros de texto, documentos considerados rectores en la temática), materiales que estuvieran en idioma inglés, español o portugués y en los que fuera posible recuperar el texto completo.
El análisis de la calidad, fiabilidad y validez metodológica de los artículos escogidos permitió realizar una adecuada revisión y seleccionar finalmente un total de 36 fuentes bibliográficas.
DESARROLLO
La estimación de la edad con fines de identificación humana constituye una acción de gran relevancia y también complejidad. Su aplicación en el campo forense está dirigida al análisis del individuo per se, donde lo que se quiere es establecer la identidad de un sujeto vivo donde no se conozca la edad o fecha de nacimiento, para definir si es o no, menor o mayor de 18 años, con las implicaciones jurídicas que esto lleva asociadas,18 o en un sujeto fallecido, ya sea un cadáver íntegro, fragmentos humanos o restos óseos.19,20
En opinión de las autoras, la selección de un método apropiado para su cálculo es fundamental. Depende, en gran medida, de qué elementos están presentes y qué edad general está representada; así como del acceso a herramientas tecnológicas por parte de los investigadores o peritos.
Los más reconocidos por la literatura, pueden agruparse de la siguiente forma:
Métodos morfológicos y radiológicos
Tradicionalmente, se emplea el estudio de la radiografía mano-muñeca para estimar la edad, en función de tablas que relacionan el grado de desarrollo de los huesos involucrados con la edad del individuo, así como los basados en el desarrollo de las vértebras cervicales.6
Castillo-Páez JA.21 destaca la importancia del análisis antropométrico de estructuras óseas craneofaciales para la estimación de la edad que, consiste en el estudio de la osificación, el desarrollo y el grado de obliteración de cierres y suturas craneales.
Otros métodos planteados son: el estudio de la sínfisis púbica con el Método de Todd, El Método de McKern y Stewart, Gilbert y McKern, El Método de Brooks y Suchey, que consisten en observar la morfología de la sínfisis del pubis, también puede aplicarse el estudio de la superficie de la faceta auricular (morfología) y las Fases de la 4ta. costilla.22
La odontología forense ha aportado varios métodos de estimación de edad. El Gustafson (desarrollado en la década del 50 del pasado siglo), se basa en seis parámetros: periodonto, abrasión, dentina secundaria, aposición de cemento, transparencia de la dentina radicular y reabsorción de la raíz. Su fórmula dio pie al desarrollo de varios métodos posteriores. Lamendin modificó el Método de Gustafson y propuso un sistema que trabaja con dientes de una sola raíz y sin caries, en los cuales se deben tomar las siguientes medidas: 1) Altura de la raíz: distancia desde el ápice radicular hasta la unión del cemento-esmalte en la superficie vestibular (labial o bucal) y lingual; 2) Altura del periodonto: distancia entre la unión del cemento-esmalte y el nivel de colocación del borde gingival en las superficies vestibular y lingual; 3) Altura de translucidez de la raíz: distancia desde el ápice radicular hasta el punto de división entre la parte translucida y no translucida. Desde la superficie vestibular y lingual. Posteriormente, Prince y Ubelaker23 observaron que el sexo y la raza debían ser tenidos en cuenta al momento de aplicar la fórmula de Lamendin, por lo que crearon fórmulas específicas, dependiendo del tipo de población, además de incluir la altura radicular.
El Método de Moorrees, Fanning y Hunt (MFH), modificado por Smith (1991), para predecir la edad cronológica en base a la edad dental (ED), se basa en el estudio de 14 estadios de desarrollo dental, los cuales deben ser observados en radiografía panorámica o periapical. Es considerado por la literatura más efectivo que el de Nolla y Demirjian, los que involucran 11 y 8 estadios respectivamente.5
El Método de Willems es un método no invasivo, relativamente reciente, basado en un software que cuantifica vóxeles de imágenes dentales de CBCT y calcula la correlación que hay entre la relación pulpa/volumen dentario y la edad cronológica.24
El desgaste dental es también una alternativa para la estimación de la edad del individuo. Se basa en correlacionar el grado de desgaste dentario y la edad. Uno de los métodos más aceptado es el de Brothwell que, considera el grado de desgaste existente en los tres molares de cada hemiarcada, teniendo en cuenta que durante el desarrollo de la dentición mixta existen seis años de diferencia entre la erupción del primer molar (M1), el segundo molar (M2) y el tercer molar (M3) respectivamente.25) Sin embargo, ha sido muy criticado. En este sentido, Tiol Carrillo A.26 plantea que, la atrición dentaria es sumamente subjetiva para la estimación de la edad, debido a que el grado de desgaste depende mucho de la consistencia de la dieta, los hábitos del individuo y la presencia o ausencia de funciones donde, a consecuencia de lo anterior, un adulto joven puede tener desgastes generalizados indicando una edad no compatible con las tablas descritas por diversos autores.
Métodos histológicos
Se basan en el análisis de la anatomía microscópica de los dientes en cortes histológicos, ya que se pueden observar cambios degenerativos secundarios a la patología, pero también cambios asociados a la edad, que permiten estimar la edad cronológica en ciencias forenses.6
Uno de los más conocidos es el uso de la aposición de dentina secundaria como indicador biológico para la estimación de edad. Parte de la dentina que se forma progresivamente a una velocidad menor y se deposita como respuesta a algunos estímulos presenta una estructura tubular organizada de manera irregular. Se forma luego del desarrollo de la raíz y antes de la erupción del diente en mínimas cantidades, desmintiendo lo que antes se creía que aparecía únicamente frente a estímulos. Es producida por odontoblastos maduros, reduciendo la cámara pulpar y desapareciendo los cuernos pulpares debido a la aposición de dicha dentina en sus paredes, produciendo el fenómeno de recesión pulpar.27
También se emplea la evaluación de las anulaciones de cemento radicular. Este es el tejido calcificado que rodea externamente la raíz de los dientes y constituye el lugar de asentamiento del ligamento periodontal. En la formación de cemento se alternan capas hipermineralizadas con capas menos mineralizadas. Forma un patrón que se observa al microscopio como una serie de líneas o bandas claras y oscuras (fase de parón de la mineralización durante el crecimiento de los fibroblastos). Las oscuras se denominan líneas incrementales y las claras, bandas incrementales. Se plantea que cada par de líneas se corresponde con un año de vida y por lo tanto constituye un registro biológico para la estimación de la edad.6
Métodos bioquímicos: basados en aminoácidos y en ADN
Parten de que la composición química de los tejidos dentarios varía con la edad.6
Se ha reportado que los dientes experimentan cambios de fluorescencia visible (fenómeno óptico en que un objeto refleja una radiación de longitud de onda mayor que la longitud de onda usada como iluminante) al aumentar la edad, por lo que la fluorescencia dentaria es un método reciente como aplicación práctica en la odontología forense.28
En el análisis de la racemización de aminoácidos, el ácido L-aspártico del colágeno dentinario es el de elección, debido a la buena conservación post mortem y a una relativa alta tasa de racemización que se correlaciona con la edad del individuo. Debe señalarse que la racemización es una reacción quími ca que ocurre en los seres vivos, que lleva a la sustitución de algunos aminoácidos por sus pares quirales. Los seres vivos poseen aminoácidos con orientación levógira (el grupo amino está situado a la izquierda de la molécula). Tras la muerte de los indivi duos se inicia la reacción de racemización, que lleva a la transformación de estos ami noácidos con estructura levógira en otros aminoácidos dextrógiros (el grupo amino está situado a la derecha), que es una con secuencia del envejecimiento de las proteí nas.29
Uno de los biomarcadores genéticos más populares relacionados con el envejecimiento es la tasa de acortamiento de los telómeros. Los telómeros son regiones cromosómicas terminales que contienen secuencias de ADN altamente repetitivas. Dichas estructuras se encargan de la estabilidad estructural del material genético, así como de asegurar su segregación a las células hijas. Tras cada división celular, los telómeros sufren un acortamiento debido a factores genéticos y factores ambientales. Cuando estos alcanzan una longitud crítica se desencadena el envejecimiento, que incita una respuesta al daño del material genético telomérico y afecta directamente a la viabilidad celular ya que desencadena respuestas celulares como la muerte celular o la senescencia.30) Sin embargo, Triñanes Ozores J.6 considera que el gran error estándar de las estimaciones para predecir la edad hace que este método no sea el adecuado para la estimación forense de la edad.
Métodos que emplean marcadores epigenéticos para estimar la edad
Parten del proceso de metilación del ADN. Los cambios epigenéticos durante la fase embrionaria y el desarrollo de células germinales están reprogramados biológicamente y son necesarios para determinar el linaje de un tejido o célula mientras que los cambios epigenéticos que ocurren en células somáticas adultas reflejan los cambios asociados a la edad por lo que son ya numerosos estudios los que han documentado cambios asociado con la edad en la metilación del ADN.6
Se plantea que estos cambios epigenéticos tienen un papel fundamental tanto en la salud como en la enfermedad y actúan a lo largo de todo el ciclo vital del individuo condicionando el envejecimiento y marcando el reloj biológico mediante el reloj epigenético. Así, estas marcas epigenéticas brindan información de la edad biológica que es diferente de la edad cronológica mediante la evaluación del reloj epigenético.31
Deben destacarse también, los métodos que evalúan la lesión aterosclerótica y la aterosclerosis como enfermedad subsecuente, en sujetos vivos, pacientes o no, como factor predictivo para la estimación de la edad vascular, la edad biológica y la estratificación del riesgo de morir.32,33,34
Waziry R.35 se propuso cuantificar la edad biológica con base en un modelo compuesto de biomarcadores fisiológicos y evaluar su asociación con la muerte y la aparición de enfermedades relacionadas con la edad, en el contexto de una población anciana. Utilizó modelos de ecuaciones estructurales, calculó la edad biológica de 1 699 individuos reclutados en la primera y segunda oleadas del estudio de Rotterdam. El algoritmo incluyó nueve parámetros fisiológicos (proteína C reactiva, creatinina, albúmina, colesterol total, densidad óptica del citomegalovirus, nitrógeno ureico, fosfatasa alcalina, volumen espiratorio forzado y presión arterial sistólica). Evaluó la asociación entre la edad biológica, la mortalidad por todas las causas, la morbilidad por todas las causas y las enfermedades específicas relacionadas con la edad durante una mediana de seguimiento de 11 años. La edad biológica, en comparación con la edad cronológica o los biomarcadores tradicionales de las enfermedades relacionadas con la edad, mostró una asociación más fuerte con la mortalidad por todas las causas, morbilidad por todas las causas, ictus, cáncer y Diabetes mellitus. Los individuos que eran biológicamente más jóvenes exhibían un estilo de vida más saludable, como se refleja en su menor IMC y menor incidencia de accidente cerebrovascular, cáncer y Diabetes mellitus. En conjunto, los hallazgos obtenidos sugieren que la edad biológica basada en el modelo compuesto de biomarcadores de nueve parámetros fisiológicos es una construcción útil para evaluar a las personas de 65 años o más con mayor riesgo de enfermedades específicas relacionadas con la edad.
En Cuba, Fernández-Britto y colaboradores,36 en un total de 201 necropsias estudiadas (arterias carótidas), determinan que la aterosclerosis progresaba con la edad en todos los tipos de lesiones y en todas las variables del Sistema Aterométrico, la carótida derecha resultó la arteria más afectada en los dos sexos. La edad de mayor progreso de las placas fibrosas es entre los 40 y 50 años y a partir de los 60 años la placa grave progresa notablemente. Los mayores de 80 años exhiben menos placas graves y fibrosas que los del grupo de 60 a 79 años.
Las autoras comparten el criterio de Rodríguez López A.30) cuando plantea que, a pesar del desarrollo de diversos métodos, no existe aún consenso en la forma más eficaz de estimar la edad biológica. Su cuantificación depende de parámetros que determinan su estado estructural y funcional en comparación con una edad cronológica similar, por lo que, le falta de unanimidad en el proceso de cuantificación desencadena numerosos problemas para realizar la estimación.
Se hace necesario entonces continuar la búsqueda de instrumentos, métodos y protocolos que tributen a una determinación de edad biológica lo más fiable posible.
Al tratarse de una revisión bibliográfica, las limitaciones del estudio están dadas por los criterios de selección para las fuentes bibliográficas ya que se excluyen materiales que abordan la temática en idiomas que no sean español, inglés o portugués.
CONCLUSIONES
La determinación de la edad biológica es uno de los pilares de la identificación humana, de gran interés en el campo de las ciencias forenses. Si bien existen diferentes metodologías para su cálculo, no todas son aplicables y útiles en todos los casos; por lo que la elección debe basarse en un riguroso análisis científico.