Introducción
Desde los inicios de la investigación psicológica la motivación humana ha despertado el interés de los estudiosos de esta rama del saber. Conocer lo que piensa el hombre; cuáles son sus necesidades; el porqué de su actuación en los diferentes contextos; qué prefiere, cómo, y hacia dónde se proyecta han resultado ser el centro de su atención.
Una de las tareas fundamentales de la psicología de la personalidad lo constituye el examen de la esfera motivacional, la cual se integra a la actividad afectiva de la personalidad.
Al estudiar la motivación humana, resulta importante lograr la separación de sus elementos básicos, sobre los cuales se conforma todo el desarrollo del proceso motivacional. Se considera que estos son puntos de partida en el estudio de la esfera motivacional.(González, Castellanos, Córdova, Rebollar, Martínez y Fernández, 1995, p. 96)
Estudiar al hombre significa analizar su personalidad porque la motivación constituye uno de sus aspectos fundamentales, por esa razón es "el núcleo central de la persona, está constituido por sus necesidades y motivos” (González, 1985, p. 9).
Un elemento revelador en la esfera motivacional afectiva de la personalidad lo constituye el análisis de la motivación como uno de los medios para lograr que la escuela de nuevo tipo se convierta en fuente de alegría y conocimientos.
Diferentes enfoques como el marxista, conductista y humanista han analizado la motivación desde sus diversas posiciones, y han realizado aportes significativos que permiten tener una concepción mucho más acabada e integral de la conducta motivada, y presentar así la personalidad como portadora de esas necesidades, motivo de intereses que la mueven hacia una meta.
Los primeros intentos de los que se tienen hoy conocimiento dirigidos a explicar la motivación humana se encuentran en la antigua Grecia, donde el filósofo Sócrates intentó explicar la búsqueda de la felicidad en el hombre; Platón prestó mayor importancia al alma dejando a un lado el mundo de los sentidos, y consideró que la experiencia no era suficiente para explicar todo lo que se conoce del mundo, sino que radicaba en el conocimiento adquirido por el alma en su vida anterior; mientras que para Aristóteles existían determinadas conductas humanas relacionadas con los sentimientos de afecto que dirigían el comportamiento.
El enfoque biologista centró el análisis en las bases orgánicas que permiten explicar las conductas motivadas, defendió la idea de que la conducta es fundamentalmente instintiva, o sea, concibe el instinto como reflejo. En 1923 el psicoanalista Sigmund Freud relacionó distintas etapas de la orientación motivadora con las etapas del desarrollo humano y defendió la motivación subyacente en la conducta, sustentada en dos líneas teóricas fundamentales: la adaptación del hombre al ambiente, y la reacción del hombre ante el ambiente, pero ambas absolutizan el papel de lo orgánico como aspecto decisivo y base de la conducta humana.
Los conductistas, por los años 30, se basaron en la relación estímulo-respuesta, reducían lo motivacional solo a lo externo, de esta manera simplificaban las conductas asumidas por el hombre por lo que las consecuencias de ello repercuten en la motivación hacia el estudio de los estudiantes al dirigirse al producto y no al proceso de aprendizaje. A partir de los años 70 centran la atención en los procesos perceptivos e intelectuales, dejan atrás los procesos afectivos y por tanto la unidad de este con los cognitivos afectándose la motivación hacia el estudio, lo cual es su mayor limitación, pues se aprende dejando a un lado la posibilidad de aprender con implicación de lo afectivo emocional.
Los humanistas resaltan la importancia en la personalidad de los componentes internos, carácter superior de la motivación humana, el papel del yo y la conciencia en la regulación del comportamiento conductual. Según Maslow las necesidades humanas se organizan de manera jerárquica ya que el individuo como un todo integrado posee una serie de motivos estables que lo orientan hacia el futuro, donde prevalece como motivo la autonomía. Ello presupone que el estudiante sea capaz de encontrar lo que tiene en sí mismo, y el profesor debe moldear y enseñar. La tendencia humanista enfatiza el rol activo y creador de la personalidad.
De esta forma, mientras unos le atribuyen mayor importancia al factor cognitivo, otros declaran que es el afectivo el impulsor de ella, pero existen algunos casos que relacionan ambos factores.
Por su parte, los psicólogos marxistas como Rubinstein (1973), Bozhovich (1976), González, D. (1982), González y Mitjans (1982) reflejan la necesidad de estudiar la motivación teniendo en cuenta la unidad existente entre lo afectivo y lo cognitivo, que es el rasgo distintivo de su función reguladora.
En Cuba se destacan en este tema González (1983), González, Castellanos, Córdova, Rebollar, Martínez y Fernández (1995), Bermúdez y Rodríguez (1996) y González (1995).Este último expresa de forma clara la marcada interrelación que existe entre la motivación y la personalidad.
Desarrollo
Según González (1995) la motivación se define como:
El conjunto concatenado de procesos (psíquicos que implican la actividad nerviosa superior y refleja la realidad objetiva a través de las condiciones internas de la personalidad) que conteniendo el papel activo y relativamente autónomo de la personalidad y sus constante transformación y determinación recíprocas con la actividad externa, sus objetos y estímulos, van dirigidos a satisfacer las necesidades del hombre, y en consecuencia , a regular la dirección (objeto-meta) y la intensidad o activación del comportamiento manifestándose como actividad motivada. (p. 36)
En la motivación participan los procesos afectivos, las emociones y los sentimientos, las tendencias voluntarias e impulsivas, y los procesos cognitivos de sensopercepción, pensamiento y memoria; los afectivos y las tendencias ocupan un papel primordial en ella.
En la psicología pedagógica se tienen en cuenta diversos aspectos como la motivación; la motivación hacia el estudio y el aprendizaje; el desarrollo de la voluntad, de las emociones y del carácter. Motivar implica el arte de atraer, de estimular el deseo por conocer, de crear interés por investigar, y de despertar la curiosidad por nuevos saberes.
El concepto de motivación implica el de eficiencia.
(González, 1995, p.4).“Se entiende por eficiencia motivacional el grado en que la motivación moviliza al máximo y dirige certeramente la actividad hacia el logro del objeto-meta buscado, evitar aquello que no se quiere”
El estado motivacional de los estudiantes es un elemento importante que se debe tener en consideración, no se debe hablar de motivación o desmotivación sin profundizar en el estudio de sus características. Con frecuencia los docentes se refieren a la falta de motivación hacia el estudio cuando no se obtienen los resultados deseados y hay fallas en el proceso de enseñanza- aprendizaje, alegan que debido a la falta de interés y de preocupación los estudiantes no ejercitan a diario el contenido recibido.
Los estudiantes, por su parte, manifiestan que si las clases fueran más atractivas, emotivas e interesantes, y despertaran en ellos la curiosidad y el interés por conocer más, los resultados serían mejores y superiores en calidad.
Por tanto, en la motivación participan necesidades sociales como el deber de estudiar, la responsabilidad, la importancia de prepararse para la vida futura, e intereses cognitivos como la necesidad de superación intelectual, de valoración y autovaloración de la vida social.
La motivación se puede considerar como una necesidad significativa si es dirigida hacia el estudio para cumplir con un deber social y prepararse intelectualmente para desenvolverse en la sociedad. La motivación hacia el estudio es autónoma desde el momento en que responde alos intereses cognoscitivos, sentimientos y convicciones propias de la personalidad.
Las motivaciones que mueven a la personalidad son las intrínsecas y extrínsecas, ellas incitan y dirigen el aprendizaje en los estudiantes. La motivación intrínseca se basa en el interés personal por el contenido de la actividad que se realiza, o sea, el placer que se obtiene de aprender contenidos nuevos, lo que da satisfacción por el trabajo realizado sin que medien los estímulos externos. Mantener ese tipo de motivación no siempre es posible, aunque sería lo ideal.
La tarea primordial del docente está en saber generar nuevas motivaciones en sus estudiantes, ayudarlos a cambiar prioridades para que puedan establecer jerarquías adecuadas en su esfera motivacional que los conducirá a un aprendizaje con calidad.
El proceso de motivación hacia el estudio consta de tres fases enunciadas por González (1995). Estas son:
- Primera fase: de la necesidad pasiva y comienzo de la actividad orientadora. Aquí puede existir la necesidad potencial de estudiar, y se es capaz de reaccionar con determinadas actividades psíquicas. Se manifiestan tendencias en sentimientos y emociones para la actividad del estudio, e impulsos o deseos de estudiar, y una valoración afectiva que se va a expresar en percepciones y pensamientos.
- Segunda fase: de tránsito de la necesidad pasiva a la activa y a la orientada. Aquí está presente el reflejo objeto-meta-contenido, la valoración de sus posibilidades (habilidades y capacidades), expresadas en la jerarquía de necesidades y disposición. Esta fase es la que dirige e impulsa la actividad del estudiante hacia la satisfacción de sus necesidades.
- Tercera fase: las formas de expresión de las disposiciones son los sentimientos, los conocimientos y las convicciones que impulsan la actividad ejecutora, y la transforma en necesidad satisfecha contentiva de la actividad orientadora. Aquí se materializa la orientación, la regulación, y el sostén de la actividad motivada. Esta fase es independiente, pero guarda una relación estrecha con las dos fases anteriores.
El estudio de la historia resulta para muchos poco o nada interesante, incluso hasta innecesario, pues se recomienda no mirar al pasado sino hacia el futuro. Sin embargo, es importante recordar las palabras de Lucien Febvre, historiador francés, citado por Saturnino (1995):
Yo defino gustosamente la historia como una necesidad de la humanidad - la necesidad que experimenta cada grupo humano, en cada momento de su evolución, de buscar y dar valor en el pasado a los hechos, los acontecimientos, las tendencias que preparan el tiempo presente, que permiten comprenderlo y que ayudan a vivirlo. (p.32)
En efecto, toda situación social es resultado de un proceso, ningún conocimiento de tal situación puede producirse al margen del estudio de sus fases de formación. Las entidades y fenómenos que se pueden discernir en el movimiento de la sociedad constituyen una realidad caracterizada en términos de proceso y sistema.
La pregunta ¿por qué es importante motivar hacia el estudio de la historia y para qué? pone de manifiesto la utilidad que brinda el saber histórico. La respuesta está en que permite al estudiante:
Conocer el pasado para poder comprender el presente del mundo y de la sociedad en la que vive, y proyectarse hacia el futuro.
Desarrollar un sentido crítico que le permite analizar la raíz de los problemas y llegar a conclusiones.
Estudiar otras culturas y realidades sociales, lo que le consiente obtener una cultura general.
Desarrollar las potencialidades cognitivas.
Fortalecer el sentido de pertenencia de identidad nacional y cultural pues al estudiar el pasado se logra conocer las distintas raíces históricas, saber quiénes son. La historia brinda las herramientas para trabajar esta dimensión ética de la vida social.
Desarrollar habilidades en la metodología de la investigación científica.
Analizar la evolución de los fenómenos sociales y contextualizarlos.
La historia es el recurso fundamental con que cuenta el educador para enseñar a los estudiantes a pensar y defender sus ideas con argumentos, se apropien de valores, y conozcan sus raíces. “La Historia reclama mentalidad flexible, amplitud de pensamiento, reconocimiento de la diversidad y, en consecuencia, asumir métodos y técnicas de trabajo como múltiples y diversas alternativas para la labor docente”(Díaz, 2000, p. 2).
Investigaciones realizadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje muestran el predominio de clases de Historia con un carácter reproductivo, donde el profesor es el centro, y el estudiante ocupa un lugar secundario. Esto afecta en los estudiantes el desarrollo de habilidades como argumentar, reflexionar crítica y autocríticamente sobre los conocimientos que adquieren, el planteamiento de nuevas interrogantes, analizar con profundidad la realidad objetiva. Como consecuencia los estudiantes transitan de un grado a otro con una preparación insuficiente para enfrentarse a las exigencias que el nuevo grado les plantea.
La enseñanza de Historia no debe reducirse solo al libro de texto, el estudiante debe tener la posibilidad de consultar y estudiar diversas fuentes bibliográficas para apropiarse de los conocimientos que les son necesarios y seleccionar cuál es la que tiene la información más acertada.
Desarrollar la motivación de los estudiantes hacia el estudio de la historia representa un verdadero reto, lo que lleva a considerar los aspectos enunciados por Hernández (2014, p. 55).
Desarrollar la curiosidad, el ansia de conocer y el interés por la actividad cognoscitiva; para ello es necesario que las actividades docentes y extraclases tengan un rico contenido con tareas claras e interesantes que hagan reflexionar a los alumnos y que les permitan participar activamente en la búsqueda de soluciones.
Armonizar lo probatorio con lo emocional en las clases y otras actividades es un requerimiento pedagógico de la enseñanza de dicha asignatura, porque si es importante la presencia de hechos demostrativos, importante es también la fuerza emocional con que se expliquen, el grado de convencimiento que se evidencia en quien aborda el tema. Razón y sentimiento deben marchar juntos en la dirección del aprendizaje y la educación de los alumnos.
La exposición oral del profesor de Historia a través de narraciones, descripciones y explicaciones bien utilizadas es muy importante para el desarrollo de la motivación, la animación y el entusiasmo por la ciencia histórica. La manera de decir sigue siendo un factor pedagógico esencial, junto al diálogo cotidiano con los estudiantes y entre ellos, y la estimulación de estos a indagar, investigar. Las preguntas y tareas cumplen su misión pedagógica si exigen esfuerzo intelectual.
Motivar a los estudiantes hacia el estudio de la historia, hacerla más atrayente, influye en que ella cumpla diversas funciones: cultural, patriótica, propagandística, ideológica, de memoria histórica, científica (Prats, Santacana, Lima, Acevedo, Carretero y Miralles, 2011, p.22).
Un elemento importante en la educación histórica es el significado que cada estudiante le otorgue a lo que aprende. El valor que le atribuya a los hechos y procesos históricos que analiza permite despertar mayor interés y entusiasmo por conocer sus costumbres, sus raíces históricas, y defender sus ideales, su idiosincrasia, lo que los hace ser iguales y diferentes, lo que los hace una única nación.
Para ilustrar cómo se evidencia en el estudio de Historia de Cuba el tránsito por las tres fases enunciadas por González (1982) en el proceso de motivación, se seleccionó la utilización de la anécdota en consideración que esta forma genérica de la literatura no requiere de un nivel de abstracción alto para su interpretación; su lenguaje es generalmente sencillo y claro; y a los estudiantes les satisface escuchar o leer este tipo de texto.
Para su demostración se realizó un diagnóstico que partió de un análisis exploratorio de la población de estudio integrada por 64 estudiantes de 2do año del curso diurno de la Facultad de Ciencias Pedagógicas de la Universidad de Sancti Spíritusen el período escolar 2016- 2017. Este permitió determinar que este grupo posee como características comunes que son estudiantes de una carrera pedagógica vinculados por haber cursado juntos el primer año, y proceden de centros preuniversitarios donde recibieron los contenidos de la asignatura Historia de Cuba.
Dentro de esa población se decidió utilizar como muestra al grupo de 2do año de Lenguas Extranjeras con una matrícula 26 estudiantes, lo que representa el 40 % de la población.
La observación de 10 clases permitió constatar que en ninguna de ellas se empleó una metodología para trabajar las anécdotas, solo en una se mencionó un hecho curioso que no fue previamente planificado.
La entrevista a 10 profesores permitió corroborar que no conocen una bibliografía específica donde se aborde la didáctica de trabajo con la anécdota. Además, plantean que no les alcanza el tiempo para impartir los temas de la asignatura por lo que casi nunca utilizan la anécdota para motivar su estudio y que cuando lo hacen es de manera espontánea, no planificada.
La entrevista realizada a 26 estudiantes, y las técnicas completamiento de frases y composición consintieron comprobar que la mayoría, (24),no se siente atraída por el estudio de Historia de Cuba pues, según alegan, se repiten contenidos de un grado a otro, aunque expresan la necesidad de obtener buenos resultados y reconocimiento social. Esto demuestra que el aprendizaje es poco duradero (aquí se evidencia la primera fase, y motivos extrínsecos).
Teniendo en cuenta estos resultados se procedió a la selección de anécdotas históricas para, según su argumento, ubicarlas en las diferentes clases del programa de Historia de Cuba de la carrera Lenguas Extranjeras. A continuación se muestran un ejemplo de lo anteriormente enunciado:
Tema II: La Cuba colonial hasta 1867
Temática: Consecuencias de la conquista y colonización para los primeros pobladores de Cuba.
Manifestaciones de rebeldía aborigen.
Casiguaya, esposa de Guamá, fue ahorcada en Santiago de Cuba junto a cuatro indias más. Al salir de la cárcel hacia el lugar de la ejecución, un coro de indias gritaba manicato. El cadalso, elevado frente al ayuntamiento y a un costado de la Catedral estaba presidido por las más altas autoridades coloniales. La ejecución estaba señalada para los ocho de la mañana. Llegada la hora fueron ahorcadas las cuatro indias y cuando llegó el turno a Casiguaya ésta pidió al padre Fray Pedro Trillo, que oficiaba en el sacrificio, que si le permitía abrazar y besar a su hija renunciaría a sus dioses y aceptaría al dios de los cristianos. Esta solicitud fue aceptada y cuenta entonces Rousset que: “Al recibir a su hija entre sus brazos, puso sus labios en la frente de la criatura y arrodillándose ante ella para bendecirla, colocó ambas manos alrededor de la garganta hasta estrangularla; pónese de pie con su hija sujeta y lanza un grito de rabia, de guerra , de victoria, arrojando al suelo el cuerpo inerte de su hija y al padre Trillo el crucifijo al rostro, el cual lo hirió como si fuera una saeta y precipitóse a la horca gritando, ¡ Malditos! Ni la hija, ni la esposa de Guamá serán esclavas de cristianos y colocándose ella misma la cuerda cual dogal a su garganta, se dejó caer columpiándose en el espacio, ahorcada por ella misma…” (Rousset, 1918, p. 2).
La metodología propuesta para trabajar las anécdotas es la siguiente:
Determinar la etapa histórica.
Hecho histórico
Momento biográfico
Espacio en que se desarrolla
No alejarse nunca del hilo conductor de la exposición.
Estudio de los que protagonizan la anécdota. Polarizar actitudes.
No extenderse demasiado o entretenerse en los conocimientos que el auditorio ya posee.
Determinar la relación entre el mensaje anecdótico y la motivación.
Aportar argumentos o razones que justifiquen las afirmaciones.
Extrapolar el mensaje de la anécdota a las condiciones actuales teniendo en cuenta las características del estudiante y el medio en que se desarrolla.
Dejar claras las diferencias entre hechos, opiniones, y sentimientos
Reflexiones de los estudiantes.
Los profesores durante el trabajo con las anécdotas en sus clases deben tener en cuenta las acciones a realizar por los estudiantes, dentro de ellas:
Analizar, reflexionar, debatir.
Interesarse, motivarse.
Llegar a conclusiones.
Aceptar o rechazar lo que se transmite.
Tomar decisiones.
A medida que el experimento avanzó con la aplicación de la metodología para el trabajo con las anécdotas históricas se pudo apreciar que la necesidad pasiva se revertió en una satisfacción de las necesidades, o sea, los estudiantes que veían la asignatura solo como la repetición del contenido recibido en grados anteriores mostraron un mayor interés por conocer acontecimientos nuevos, y se observaron actitudes positivas como emoción y goce, lo que se traduce en sentir placer al obtener nuevos conocimientos, y desarrollar habilidades y capacidades (aquí se evidencia la segunda fase, y los motivos intrínsecos).
La prueba pedagógica y el diagnóstico final de la motivación hacia el estudio de Historia de Cuba evidenció en los estudiantes emociones positivase interés por su estudio no como una asignatura más del programa, sino en aprovechar las potencialidades que ella brinda como fuente de placer, de cultura y de conocimiento para realizar juicios críticos acertados sobre la sociedad en su conjunto. Los estudiantes reflejaron interés y deseo por conocer (tercera fase).
Conclusiones
Constituye un reto para la pedagogía cubana desarrollar en los estudiantes un mayor interés por el estudio de la historia de Cuba. Las ideas expuestas en este artículo respaldan la importancia de la motivación en este aspecto pues la falta de motivación reduce en gran medida el rendimiento académico y el interés por conocer lo nuevo o redescubrir lo conocido desde una nueva perspectiva.
Mostrar interés por lo que se aprendió, esforzarse y establecer metas para el futuro son algunos de los resultados que se obtienen cuando se aplican metodologías que motivan a los estudiantes.