Introducción
El siglo XXI, matizado por un mundo globalizado e informatizado, plantea colosales retos económicos, sociales, ideológicos, científico-tecnológicos y las políticas educativas de todos los países a escala mundial. En tal sentido, los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) expresados en la Agenda 2030 (Organización de Naciones Unidas, 2015) ubican al desarrollo humano y social como una de sus preocupaciones y posicionan a la educación como uno de los aspectos a priorizar por los diferentes gobiernos; específicamente el ODS, el cual plantea: garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida.
Ante estas exigencias la elevación de la calidad educativa ha sido siempre preocupación del gobierno cubano, lo cual se expresa con claridad en la Constitución de la República, así como en los Lineamientos de la política económica y social del Partido y el Gobierno, esto implica cambios en el modo de actuación profesional de los profesionales de la educación, por lo que se hace indispensable elevar su preparación en aras de adquirir conocimientos, habilidades y capacidades científico-pedagógicas para instrumentar las transformaciones necesarias en su escenario de actuación profesional, que se motiven a buscar y proyectar creadoramente nuevas estrategias fundamentadas desde la ciencia, para perfeccionar la dirección del proceso pedagógico en las instituciones educativas.
En el logro de este propósito, el metodólogo asume el encargo de crear las condiciones de preparación de los docentes; por lo tanto, tiene una gran responsabilidad en relación con su modo de actuación profesional, de manera que pueda alcanzar los niveles de desarrollo personal y científico-técnicos, dirigidos a elevar la calidad del proceso pedagógico que dirige.
El metodólogo, como funcionario del Ministerio de Educación, apareció en la década de los años 70 del siglo xx, a partir de ese momento en los distintos seminarios nacionales de preparación para cada curso escolar, ofrecidos por el Ministerio de Educación (Mined) se ha hecho alusión a este funcionario de distintas maneras con la intencionalidad, de que sea capaz de transmitir, desde posiciones científicas y psicopedagógicas, la dirección del proceso pedagógico a su cargo, según las particularidades del contexto escolar y las normativas que promueven su actuación.
El metodólogo, según la Resolución Ministerial 200/2014, responde por la calidad del proceso pedagógico en las instituciones educativas. En la concepción de la preparación del metodólogo se reconoce que la misma debe ser continua y permanente a partir de sus necesidades y reclamos sociales.
En la sistematización teórica realizada y a los resultados de la utilización de diferentes métodos investigativos entre los que se destacan la observación, entrevista, encuesta, resultados de visitas realizadas por los metodólogos nacionales y provinciales a los municipios y por el Ministerio de Educación en sus visitas a las provincias, la observación directa al accionar del metodólogo durante su incidencia en los municipios y en la materialización de las diversas vías del trabajo metodológico, permiten afirmar que si bien los metodólogos manifiestan conciencia de la necesidad de prepararse , todavía persisten dificultades entre las que se encuentran:
Limitaciones para planificar, organizar, ejecutar y controlar el trabajo metodológico en correspondencia con el diagnóstico de directivos y docentes.
Carencias en el empleo de métodos que permitan lograr la transformación de los problemas detectados en el proceso pedagógico.
No se aprovecha lo suficiente la amplia plataforma de resultados científicos y la socialización de sus impactos en la elevación de la calidad del proceso pedagógico.
Insuficiente uso de los materiales audiovisuales y productos informáticos.
El análisis realizado permite abordar la problemática anteriormente expresada mediante el proceder investigativo por lo que se define como problema científico: ¿cómo perfeccionar el modo de actuación profesional del metodólogo de la educación preuniversitaria? y como objetivo: se centró en elaborar un sistema de acciones para la preparación del metodólogo de la educación preuniversitaria que contribuyan a perfeccionar su modo de actuación profesional.
Desarrollo
La preocupación por la preparación del docente para el ejercicio de sus funciones no es privativo de Cuba, a nivel internacional son cuantiosos los esfuerzos que se realizan en este sentido; una muestra de ello son los insistentes llamados que se han realizado en el marco de las diferentes Conferencias Mundiales de Educación, donde la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) ha reclamado la necesidad de fortalecer la preparación de los docentes como uno de los factores esenciales para el desarrollo de la educación y como una importante condición para ofrecer una educación de calidad.
Muestra de ello se puede constatar en el informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la educación presentado por Delors (1996, p.171) donde se refiere a la necesidad de la preparación permanente y avizora que: El mundo en su conjunto está evolucionando hoy tan rápidamente que el personal docente, como los trabajadores de la mayoría de las demás profesiones, deben admitir que su formación inicial no le bastará ya para el resto de su vida. A lo largo de su existencia los profesores tendrán que actualizar y perfeccionar sus conocimientos y técnicas. (...)
Un estudio de las tendencias que se dan en los sistemas de preparación del personal docente en el ámbito internacional, lo refiere el informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre educación para el siglo xxi, (1996); los estudios realizados por la Oficina Internacional de Educación de la Unesco (2002); los realizados por la Oficina Unesco-Oreal para América Latina, sobre la preparación del docente; así como los criterios presentados por expertos de España, Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, sobre los procesos de preparación de los docentes a escala global permiten identificar como rasgos que caracterizan a estos procesos los siguientes:
Reconocimiento de la preparación como factor clave en la formación continua de los profesionales de la educación.
Incremento de acciones de cooperación entre las instituciones nacionales e internacionales, en función de la preparación de los recursos humanos.
Incorporación de las tecnologías de la información y las comunicaciones al proceso de preparación de los docentes.
Integración de las acciones de preparación como forma de abordar y dar una respuesta integral a los problemas educativos que presentan los docentes.
Potenciación de las instituciones educativas como centro para la organización de la preparación de los docentes, aprovechando al máximo el trabajo en red.
Al adentrarse en el proceso de preparación docente en Cuba, se encontró que desde la primera mitad del siglo xx se viene alertando sobre su necesidad, en función de la educación del individuo; muestra de ello aparecen en las ideas esbozadas por Luz y Caballero; José Martí y otros eminentes pedagogos cubanos que defendían el criterio que para un individuo se considere preparado era necesario que se haya apropiado de parte de la cultura que lo ha precedido y, consecuentemente conozca una profesión, que sea instruido. Asumían la posición de que un hombre era instruido, cuando podía resolver los problemas presentes en su actividad cotidiana, es decir cuando domina su profesión.
Con el triunfo revolucionario de enero de 1959, el gobierno hizo suya la necesidad de preparar a toda la población y particularmente a los docentes, con énfasis en los cuadros y dirigentes, pues eran ellos los responsables de dirigir, orientar y evaluar el desarrollo de todas las transformaciones iniciadas con la colosal campaña de alfabetización. Atendiendo concretamente a la preparación del metodólogo de preuniversitario, se considera profundizar en los referentes teóricos que la sustentan de manera que sirvan de justificación a la lógica de su diseño.
Por su parte el Diccionario de la Lengua Española, Larousse (2010, p.356) consigna que preparación es: “acción; es el resultado de preparar o prepararse; formación y conocimiento en determinada ciencia o actividad”.
En el Decreto-Ley No. 196 Ministerio de Educación Superior (2000, p. 6) se plantea: (…) la preparación es un proceso sistemático y continúo de formación y desarrollo de los cuadros y sus reservas a todos los niveles. Sus componentes son: preparación política, técnica y profesional, económica, en la dirección y para la defensa. Es prepararse en los principios, las técnicas, los requerimientos de su profesión a través de diferentes vías.
Cabe destacar, como parte del estudio que se realiza que en Cuba, autores como Álvarez de Zayas (1999); Addine (2004); Ferrer (2002); Parra (2002), entre otros han dirigidos estudios en torno a la preparación en sentido general y del docente en particular; Álvarez de Zayas (1999, p.36) en su libro “La escuela en la vida” al abordar la preparación con una visión social es del criterio de que: La preparación de los ciudadanos de un país es una de las necesidades más importantes a satisfacer en cualquier sociedad, lo que se convierte en un problema esencial de la misma (…) Una sociedad está preparada cuando todos o la mayoría de sus ciudadanos lo están; un individuo está preparado cuando puede enfrentarse a los problemas que se presentan en su puesto de trabajo y los resuelve. De ese modo el concepto preparación expresa el problema, punto de partida de la ciencia pedagógica y categoría de la misma
Insistiendo en esta idea, Parra (2002) concibe la preparación como “Un proceso complejo en el que se desarrollan intereses y habilidades profesionales necesarias para el giro cualitativo del sujeto hacia la profesionalidad”. Por su parte, Ferrer (2002, p.20), al abordar la preparación del docente considera que la misma es necesaria (…) para que sea portador de los conocimientos, las habilidades y los valores requeridos que les permitan influir en los cambios que lógicamente se le realizan al currículo de las asignaturas, para adecuarlas a las potencialidades de los estudiantes, del grupo escolar y a su estilo de trabajo propio.
Se comparte el criterio Piñón (2001, p.141) en su investigación sobre los fundamentos teóricos metodológicos para la capacitación Profesional al afirmar que: La preparación del maestro es un proceso prolongado que comienza cuando inician sus estudios en las universidades. Sin embargo, esta preparación no culmina con la conclusión de sus estudios, es necesario que una vez incorporados a la labor de los centros educacionales para los cuales se forman, comience una etapa de ampliación, profundización y puesta en práctica de los conocimientos adquiridos y del perfeccionamiento de su preparación en cuanto al desarrollo de sus habilidades profesionales.
Un mayor nivel de precisión a los propósitos del presente trabajo lo aporta Bermúdez (2002, p.14) en tanto enfatiza en algunas de las vías a través de las cuales se desarrolla este proceso de preparación; al respecto señala que: (…) la preparación de los docentes comprende todas las actividades programadas donde adquieren los elementos necesarios para desarrollar su trabajo, colectivo e individual, encaminadas a perfeccionar experiencias de avanzadas junto a los logros de la ciencia y la técnica, en las que el trabajo metodológico se convierte en vía esencial de su preparación y auto preparación.
Esta afirmación cobra valor para los propósitos de la preparación del metodólogo ya que se asumen las concepciones de (Ferrer, 1999, p.25) acerca de que: (…) la condición de metodólogo no se adquiere en ningún centro de estudios, resulta de la preparación periódica en la actividad práctica, en el vínculo con lo objetivo de sus funciones se dan las condiciones para lo subjetivo (…) Si bien la práctica histórica del trabajo metodológico se ha encargado de acumular modos de actuación del funcionario técnico de la educación, no se han determinado un orden y una sistematización de estos, así como de la forma de obtenerlos y aplicarlos en otras condiciones.
Atendiendo a estos criterios se asume como preparación del metodólogo de la educación preuniversitaria al proceso sistémico y sistemático de actualización y profundización de los conocimientos (saber), actitudes (ser) y habilidades (saber hacer) inherentes a la función que realiza este funcionario que les permitan un desempeño profesional coherente en el marco de las transformaciones que se suscitan en el nivel educativo en que se desempeña. Al mismo tiempo, se defiende el criterio de que esta preparación del metodólogo debe favorecer:
su preparación ideopolítica; el dominio de contenido y la didáctica general y particulares de las asignaturas; psicopedagogía; la labor de dirección;
los métodos para el trabajo educativo en las instituciones escolares;
el dominio del método científico y su aplicación al objeto;
dirección del trabajo metodológico;
currículo, diseño curricular, ajuste curricular y;
proyecto, proyecto educativo, proyecto institucional y de grupo.
En correspondencia con lo anterior se defiende el criterio de que el trabajo metodológico juega un papel esencial en la preparación del metodólogo por su nivel de sistematicidad y por ser una función inherente a este funcionario; es por ello que resulta oportuno dar una mirada al trabajo metodológico a la luz de la preparación del metodólogo.
La preparación del metodólogo se realiza, entre otras vías, a través del trabajo metodológico que se desarrolla con este funcionario con el propósito de elevar su preparación político-ideológica, pedagógico-metodológica y científica, en esta actividad se crean espacios para la discusión sistemática y periódica que tienen los diferentes niveles estructurales del sistema educacional.
La proyección del trabajo metodológico está condicionada por los fines y objetivos de la educación donde el metodólogo se desempeña (En el caso del nivel preuniversitario) y por el ideal de profesional que se desea preparar, se debe prestar observancia, además, a los resultados de su evaluación profesoral, los resultados alcanzados por metodólogos y estructura de los centros con los que interactúa; así como las exigencias del Ministerio de Educación Superior para lograr tales propósitos, por consiguiente sirve para orientar la teoría y la política educativa en su realización práctica.
Se toma como referente la conceptualización de trabajo metodológico que aparece en la Resolución Ministerial 200/2014, por resumir los elementos positivos de las anteriores e incorporar, como parte de su contenido, la preparación de los funcionarios, aspecto hacia el cual se dirigen los principales aportes de la presente investigación. En tal sentido se define en esta resolución en su Artículo 1. (2014, p.7) que el trabajo metodológico: Es el sistema de actividades que de forma permanente y sistemática se diseña y ejecuta por los cuadros de dirección en los diferentes niveles y tipos de Educación para elevar la preparación político-ideológica, pedagógico-metodológica y científica de los funcionarios en diferentes niveles y los docentes graduados y en formación mediante las direcciones docente metodológica y científico metodológica, a fin de ponerlos en condiciones de dirigir eficientemente el proceso educativo.
Vistos estos presupuestos, resulta prudente precisar qué se entiende entonces por actividad metodológica. En el Seminario Nacional para dirigentes, metodólogos e inspectores de las direcciones provinciales y municipales de educación del año 1977, al abordar los fundamentos conceptuales del trabajo metodológico, se plantea que es posible distinguir la actividad metodológica entre todos los tipos de actividad que realizan los órganos de la educación en los diferentes niveles. En tal sentido, el Ministerio de Educación (1977, p.245) precisa que:
(…) serán actividades metodológicas solamente las que se dedican a la elaboración de los propios métodos y contenido de la enseñanza y la actividad encaminada a enseñar estos métodos y contenido a las personas que van a llevar a cabo el proceso docente-educativo.
Se asume la definición anterior y se considera que para el caso del metodólogo las actividades metodológicas deben encaminarse a demostrar (enseñar) los métodos, vías y procedimientos más adecuados para elevar la calidad del proceso pedagógico y con este, el aprendizaje y la formación integral de los estudiantes.
Asimismo, se sostiene que el trabajo metodológico es un proceso que se desarrolla mediante actividades que de acuerdo a su propósito pueden ser docentes metodológicas, investigativas y para la orientación educativa, constituye un proceso de preparación del metodólogo y se lleva a cabo a través de diferentes actividades (formas), donde tienen lugar la enseñanza y el aprendizaje de los sujetos que participan.
Las acciones de preparación que poseen carácter docente-metodológico se ejecutan con el fin de mejorar de forma continua el proceso pedagógico haciendo énfasis en el dominio de los objetivos contenidos, así como en la didáctica de las asignaturas que se imparten en el preuniversitario, entre ellas se destacan: reuniones metodológicas, clases metodológicas, demostrativas y abiertas; preparaciones para la asignatura, y visitas de ayuda metodológica y de control.
Las acciones de trabajo científico-metodológico van encaminadas a perfeccionar el proceso pedagógico que dirige el maestro introduciendo en su práctica el resultado de investigaciones y desarrollando investigaciones, entre las que se encuentran: los seminarios científico-metodológicos y los talleres o eventos científico-metodológicos. En tal sentido serán actividades metodológicas a desarrollar por el metodólogo, según las concepciones de los autores de este artículo son las siguientes:
La demostración a los subordinados de los métodos más adecuados para la planificación, ejecución y control del trabajo docente-metodológico y científico-metodológico.
La demostración de los métodos y procedimientos para instruir y educar en las instituciones educativas.
La demostración de métodos científicos para el abordaje de los problemas de la práctica pedagógica, desde la ciencia.
La demostración de los métodos, procedimientos, medios, formas de organización y evaluación del proceso pedagógico.
Un trabajo metodológico eficaz debe conducir a que los metodólogos eleven su desempeño para que puedan desarrollar sus funciones profesionales. A ello se contribuirá mediante un proceso de socialización con el resto de los agentes con los que interactúa, en el que se alcance la apropiación por él de los contenidos del trabajo metodológico y su objetivación, expresada en modos de actuación. Al mismo tiempo se realiza la individualización del sujeto, dado la objetivación de los contenidos del trabajo metodológico, en el que cada docente procesa la realidad de manera muy particular y aporta los resultados de su propia recreación, como ente social activo.
En la sistematización teórica realizada y a los resultados de la utilización de diferentes métodos investigativos permiten afirmar que, si bien los metodólogos manifiestan conciencia de la necesidad de prepararse, todavía persisten dificultades las que se presentan en la introducción del presente material:
Sobre la base de estos referentes asumidos se propone un sistema de actividades para perfeccionar la preparación del metodólogo de la educación preuniversitaria (figura 1), las que se presentan en el esquema siguiente:
A continuación, se explican las acciones de cada etapa.
La Etapa 1. Diagnóstico y Sensibilización, tiene como objetivo: determinar las potencialidades, dificultades y barreras en el modo de actuación profesional de los metodólogos. Se proponen las siguientes acciones:
Diseño del diagnóstico, que incluye la definición de los objetivos, los contenidos, la variable, dimensiones, indicadores métodos y técnicas a emplear y las fuentes de información a utilizar.
Elaboración de los instrumentos que se aplicarán en correspondencia con la variable e indicadores y objetivos definidos y ejecución del diagnóstico.
Determinación de las necesidades y potencialidades educativas individuales y colectivas de los metodólogos.
Lograr la sensibilización de los metodólogos, sobre las potencialidades, dificultades y barreras en los modos de actuación profesional y la concepción de la estrategia, sus etapas para contribuir al mejoramiento. Es importante que los metodólogos la comprendan, concienticen la necesidad del perfeccionamiento de su modo de actuación profesional y perciban que se puede adecuar teniendo en cuenta la diversidad del objeto de estudio en cada uno de los territorios.
La Etapa 2: Planificación, tiene como objetivo: Planificar las acciones de preparación para los metodólogos de la educación preuniversitaria, en correspondencia con las necesidades y potencialidades educativas individuales y colectivas diagnosticadas que contribuyan al mejoramiento de su modo de actuación profesional en correspondencia con el perfil profesional.
En la concepción y formulación de las acciones, deben concretarse no solo a la búsqueda conocimientos y adquisición de habilidades, sino al desarrollo de ciertas características de la personalidad vinculadas al nivel motivacional, en lo que juegan un importante papel el autoconocimiento, la autovaloración de sus posibilidades y dificultades y la autorreflexión, así como el conocimiento que tiene el metodólogo del diagnóstico de su asignatura o territorio que atiende. Para la elaboración de las acciones se deben tener en cuenta los aspectos siguientes:
Partir del análisis de los núcleos básicos del Plan de estudio de preuniversitario y comprender el lugar que estos ocupan en el perfil profesional.
Determinar las causas de las dificultades del modo de actuación profesional.
Selección de los objetivos, contenidos (qué conocimientos debe alcanzar, qué habilidades desarrollar), métodos, vías, formas, medios y tiempo en que se realizarán las acciones con los metodólogos a corto, mediano y largo plazo. En función de las necesidades y potencialidades educativas detectadas en el diagnóstico, teniendo en cuenta el carácter interdisciplinario, humanista e integrador con que deben ser tratados dichos contenidos.
Diseño del plan individual de cada metodólogo, en correspondencia con las necesidades y potencialidades identificada en el diagnóstico.
Contextualización de la estrategia en el Plan Anual de Actividades de la Direcciones Provinciales de Educación, previa discusión con los implicados.
Utilizar diferentes vías y formas de organización, empleando la auto preparación, participación en actividades metodológicas, cursos, entre otras.
Estimular la actividad independiente de los metodólogos, así como la actividad científico-metodológica.
Valorar las expectativas de impactos o repercusión que puede tener las acciones.
Aseguramiento de los recursos humanos y materiales para la ejecución de las acciones consensuadas con los metodólogos.
Convenio de las universidades para dar respuestas a las necesidades, a partir de otras formas de superación de la educación de postgrado como: cursos, diplomados.
Las acciones de preparación que se proponen son: auto preparación, curso de superación y talleres metodológicos son consideradas como fundamentales para el logro de los propósitos de la estrategia de implementación del perfil profesional del metodólogo de preuniversitario. Estas se integran y combinan con el intercambio de conocimientos y experiencias, que es considerado como complementaria para apoyar y reforzar las acciones previstas en las anteriores.
El curso de superación tendrá una duración de 44 horas presenciales y 30 no presenciales, dentro de los encuentros presénciales se encuentran las formas de conferencias, seminarios y talleres y en las no presénciales la auto preparación. (tabla1)
Contenidos | H/c presénciales | H/c Semi presénciales |
---|---|---|
Introducción al curso. | 2 | |
El Fin y los objetivos de la educación preuniversitaria. | 2 | 2 |
El perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación en Cuba. Panorama histórico de su desarrollo entre 1959 - 2018. | 4 | 4 |
El trabajo docente y científico metodológico. | 6 | 4 |
El trabajo intradisciplinario y la preparación metodológica en red. | 4 | 6 |
El proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador en condiciones transformadoras. | 6 | 4 |
La atención educativa a la diversidad en el desarrollo humano. | 4 | 2 |
La orientación profesional, un reto para la educación preuniversitaria. | 4 | 2 |
El trabajo con la familia y la comunidad en la gestión socioeducativa institucional. | 4 | 2 |
Articulación didáctica del uso de los materiales audiovisuales y productos informáticos en la educación preuniversitaria. | 6 | 4 |
Evaluación | 2 | |
Total | 44 | 30 |
Fuente: Elaboración propia
Los talleres metodológicos (Tabla2) serán espacios de aprendizaje individual y grupal y tendrán la siguiente dosificación:
No | Temas | h/c |
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1 | Presentación de los temas a desarrollar en los talleres. | 2 |
2 | Rol, tareas básicas y funciones profesionales. | 2 |
3 | El uso del Diagnóstico. | 2 |
4 | El trabajo docente y científico metodológico en la educación preuniversitaria. | 2 |
5 | El trabajo intradisciplinario. | 2 |
6 | El uso adecuado de las TICs y las redes sociales. | 2 |
7 | La orientación profesional. | 2 |
8 | El funcionamiento de las comisiones de asignaturas y la preparación efectiva de las asignaturas en cada nivel y educación. | 2 |
9 | Proyecto educativo. | 2 |
10 | Taller final | 2 |
Fuente: Elaboración propia
La Etapa 3: Ejecución, tiene como objetivo: ejecutar las acciones planificadas que contribuyan al modo de actuación profesional del metodólogo de la educación preuniversitaria. Se caracteriza por poner en práctica las acciones creadas a nivel provincial y por los propios metodólogos. Se emplearán todas las vías posibles y necesarias, desde los propios órganos metodológicos establecidos en la estructura provincial, priorizándose así la conformación de grupos de metodólogos, que pueden, a partir del trabajo cooperado entre los participantes, teniendo como ejes de discusión las necesidades del grupo.
Para el lograr el objetivo anterior, el autor propone las siguientes acciones:
Determinación de los recursos humanos y materiales para el desarrollo de las acciones de preparación.
Selección de los profesores que desarrollarán y/o coordinarán las acciones de preparación.
Determinación de los medios.
Desarrollo de las acciones de preparación.
La calidad en la ejecución de esta etapa estará en dependencia de: a) Implicación reflexiva de los metodólogos y adecuada comunicación y b) Contextualización de las acciones y compromiso de los metodólogos para el cambio.
La Etapa 4. Evaluación, tiene como objetivo: valorar el cumplimiento de cada uno de los componentes de la estrategia. Se tendrá en cuenta tanto la calidad de los procesos de preparación ejecutadas, como el resultado del modo de actuación profesional. La ejecución de la evaluación puede ser realizada por los profesores (tener en cuenta la autoevaluación y la coevaluación).
La autoevaluación se ejecuta al finalizar cada semestre, se realiza mediante un informe que realiza el metodólogo. Para ello hace una exposición de su modo de actuación profesional, profundizando en los aspectos que requieran de un perfeccionamiento.
Entre las técnicas que puede utilizar se encuentran los autoinformes, en las que el evaluado expresa cuáles son a su juicio sus mayores logros y dificultades y la encuesta a directivos y docentes, para recibir la información necesaria por parte de estos agentes sobre la actuación como metodólogo. Es necesario que él mismo pueda actualizar recomendaciones u otras precisiones en correspondencia con las apreciaciones realizadas.
La coevaluación se realiza al cierre de cada curso escolar, tiene la característica de que se ejecuta a manera de intercambio entre dos metodólogos. Aquí se intercambian constantemente los papeles evaluador- evaluado. Estas observaciones pueden organizarse a partir de la experiencia de metodólogos en el cargo y las características del contexto. En este caso los metodólogos comparan sus propios métodos y estilos con los de otros colegas.
La evaluación y seguimiento de la estrategia será responsabilidad del asesor de superación de cada provincia, el autor de la investigación y los jefes de departamento de preuniversitario, quienes evaluarán sus resultados en el modo de actuación profesional de los metodólogos, para la cual se apoyarán en las visitas.
Conclusiones
Las transformaciones educacionales que se llevan a cabo en el marco del proceso de perfeccionamiento educacional en Cuba, así como el papel que ocupa el metodólogo en la dirección del trabajo metodológico en la educación preuniversitaria, demandan un perfeccionamiento constante de su modo de actuación profesional.
El sistema de acciones de preparación propuesto está configurado por etapas de modo que se pueda trabajar planificada y organizadamente, concentrando las acciones mediante un curso de superación de postgrado, talleres metodológicos y la auto superación personal, de lo que se trata es de que, a partir de un adecuado diagnóstico, se solucionen los problemas detectados y se dé un mejoramiento profesional y humano en este importante funcionario del Ministerio de Educación.