Introducción
En esta continua transformación de paradigmas educativos, cabe pensar en la misma transformación del docente en formación. No solo apuntando a las tecnologías sino al saber de su práctica docente con miras a fortalecer los procesos de formación que atañan al desarrollo creativo, que aprenda y desaprenda en cada momento, con mentalidad flexible, que pueda adaptarse a un mundo tan complejo, tan cambiante y contradictorio. Por tal motivo el objetivo de este artículo es reflexionar sobre la pedagogía corporal y su impacto en el aula.
En la pedagogía, abordada como una ciencia que estudia la formación, remite a un interrogante esencial para intentar determinar de qué forma aprenden los seres humanos. Así mismo, como arte de la educación, intenta descubrir las potencialidades del proceso educativo en beneficio de un aprendizaje integral y para toda la vida. Otros autores la definen como una disciplina del saber, con su propio objeto de estudio y, de esta forma, la abordan como el saber que estudia los procesos educativos, cuyo fundamento filosófico es la formación referida al proceso de enseñanza-aprendizaje.(Cáceres, 2010)
En este sentido, el paradigma que hace la diferencia entre los estratos sociales y económicos es la calidad de la educación, ya que se identifica desigualdad social con desigualdad de oportunidades educativas. Por lo tanto, es de vital importancia mitigar esta gran diferencia con una educación de calidad sin el tinte de clase social, por constituirse en un derecho, una práctica social que responde a una visión de hombre generada por la sociedad. De ahí que los procesos de formación que se establecen, deben enfocarse a la calidad de los docentes, ofreciendo a sus estudiantes no solo contenidos impactantes, novedosos y de alta calidad, sino también procesos de retroalimentación con otros docentes para mejorar sus prácticas docentes, lo que comúnmente se ha señalado como comunidades de aprendizaje.
Se considera pues el enfoque del modelo pedagógico de formación que caracteriza a la Corporacion Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO dentro de su enfoque social y praxeologico, que la devela con un fuerte compromiso para la sociedad de jóvenes que lleguen a cumplir con su proyecto de vida, en donde los docentes fomentan la autodisciplina, autonomía y formación en valores, pero sobretodo potencian en pensamiento crítico como futuros licenciados en Educación.
Teniendo en cuenta lo anterior, el rol del maestro debe resignificarse y es primordial que se comprometa a cambiar la manera de mediar el conocimiento y el modo de ofrecerlo a los estudiantes, reflexionar sobre la función social del saber desde una mediación pedagógica donde el estudiante viene a ser el protagonista de este escenario en una estrecha relación dialéctica entre el conocimiento, las nuevas tecnologías de la información y la cultura. En esta reflexión aparecen unos cuestionamientos sobre el quehacer docente que cada uno responderá en su interior, entre éstos ¿Están los docentes en capacidad de asumir los nuevos retos tecnológicos que pueden contribuir a la práctica pedagógica?, ¿Será que la educación tradicional continúa presente en nuestro quehacer?, ¿Para qué enseñar?
Desarrollo
Educación, pedagogía y didáctica, una relación muy necesaria
En primera instancia, es primordial redimensionar el concepto de práctica pedagógica, el cual encierra el significado de interactuar con otras personas dedicadas a articular, planear, examinar, asumir y posibilitar proyectos. Por consiguiente, la práctica docente no contiene una reflexión por sí misma y, en este sentido, como afirma Betancourt (2013) “al mismo tiempo que se ejerce o se realiza dicha práctica pedagógica no se produce la pedagogía como formación discursiva, teoría o reflexión sobre ella, como condición ineludible de su ejercicio” (p. 95). Por ende, se entiende que la práctica docente debe articularse con el diálogo y la reflexión sobre el quehacer pedagógico, resolviendo dificultades que se presentan en el ejercicio de enseñanza-aprendizaje.
En el contexto del aula no es extraño reconocer que las prácticas en su mayor parte giran alrededor del docente, quien utiliza el discurso pedagógico, cuyo pre-texto son los contenidos que le permiten mediar el conocimiento. Sin embargo, actualmente se continúa con esas prácticas tradicionalistas, dando importancia a la instrucción, dejando de lado aquellos aprendizajes que se fundan en la crítica y la reflexión.
En este sentido y desde los estudios de Guazamayán (2000) se aportan valiosos aspectos sobre los propósitos que debe tener una práctica docente o pedagógica en la búsqueda de un profesional idóneo frente a las necesidades socioculturales de los estudiantes. Así plantea la importancia de una formación integral que conlleve unas competencias básicas adecuadas al quehacer docente tales como: interpretar, argumentar y proponer acciones pedagógicas en las que el estudiante debe comprometerse con la planeación, gestión y ejecución de proyectos de investigación, en el marco de una cultura ciudadana.
Desde esta perspectiva, preguntarse por el cuerpo es un tema de actualidad, que empieza a tener su propio lugar de enunciación. Desde la Educación Física se estudian sus relaciones con el sujeto y todas sus posibilidades expresivas y comunicativas, y no solo se hace referencia al cuidado del cuerpo en términos de bienestar y salud. Por el contrario, el cuerpo habla permanentemente de todo lo que le acontece cotidianamente, lo cual hace que se generen unas relaciones sujeto-cuerpo que responden a una visión integral.
Por otro lado, actualmente el Ministerio de Educación Nacional -MEN sugiere dentro de sus documentos de trabajo las Orientaciones Pedagógicas para la Educación Física, Recreación y Deporte, las cuales constituyen la propuesta curricular del enfoque de desarrollo de competencias donde la corporeidad toma un papel relevante en los procesos de formación. La corporeidad entendida como el ente mediador y las respectivas relaciones que se dan entre el conocimiento, el mundo que lo rodea y su integración con la naturaleza. Asimismo, es a través del cuerpo que se experimenta una amplia relación con el movimiento, la emoción y los sentidos. “Las emociones determinan constantemente el comportamiento humano, por lo que estas no pueden desvincularse del ámbito educativo, siendo la educación emocional necesaria para el desarrollo integral de los alumnos/as.” (Bermúdez & Sáenz, 2019, p. 597)
En consecuencia, tendrían que repensarse las didácticas específicas de la Educación Física, para que no se aborde solo desde el entrenamiento de las capacidades motoras, sino desde una pedagogía de la corporeidad. Por eso es primordial retomar el papel protagónico del docente, revisando su propio cuerpo, su propia formación corporal, sus prácticas y cómo éstas se vinculan a la cultura. Hay un interés creciente por procesos de formación donde el cuerpo sea asumido desde manifestaciones corporales que a través de la experiencia provoquen cambios de actitud hacia el reconocimiento de sí mismo y de los límites corporales que impone el mundo actual.
Hay que redimensionar las prácticas corporales hacia la búsqueda del auto-conocimiento, como una alternativa para hacer visible en todos los sujetos el cuidado de sí mismos. Es decir, el cuerpo de cada sujeto tiene un sustento biológico pero cada ser humano, condicionado por su circunstancia y contexto de vida, determina cómo quiere vivir su corporeidad, imaginarla, utilizarla o desarrollarla en determinado sentido. “Estamos convencidos que educar a través de la corporeidad puede contribuir decisivamente a la consecución de estas metas, ayudando a las personas a encontrar el equilibrio y la armonía interna que requiere el acto de vivir con plenitud.” (Águila & López, 2018, p.420)
En la actualidad existe una diversidad de enfoques sobre esta dimensión corporal, que implican diferentes consideraciones y tratamientos del cuerpo que los estudiantes necesitan identificar y definir. Es propósito del futuro docente establecer una conciencia de su propio cuerpo para redimensionar la práctica docente como educador físico. Es necesario construir un nuevo tipo de relación entre la educación, los contenidos, los sujetos y sus cuerpos. Relación que contemple los errores y los aciertos de la Educación Física y que ponga en debate sus actuales límites y sus horizontes.
Definitivamente y desde la reflexión del quehacer pedagógico en una Pedagogía del Cuerpo que supone una transformación en las prácticas de los docentes, se anota que el cuerpo puede ser abordado desde la fenomenología, el entrenamiento, el acondicionamiento, modelación y organicidad, entre otros, y como expresa Gallo & Martínez (2015) ”la Educación Física ha olvidado la corporeidad, lo que es, de algún modo, mostrar un desprecio por el cuerpo sensible, expresivo, gestual, artístico, creador y creativo”(p.619) En este sentido, la historia de la Educación Física demuestra que esta disciplina ha enseñado el cuerpo-físico en toda su dimensión humana, pero el cuerpo-emocional que constituye al hombre como un sujeto vivo-expresivo, y que lo legitima como ser único con su propia identidad, ha quedado relegado a un segundo plano.
Como educadores físicos es pertinente darse a la tarea de desarrollar la corporeidad desde espacios como la danza y la expresión corporal, logrando integrar el yo-cuerpo que en últimas constituye al sujeto con una representación ante el mundo.
Expresión corporal en Educación Física
La Educación Física vista y originada como disciplina, propicia experiencias de movimiento donde el cuerpo vivencia prácticas corporales que le permiten afianzar sus capacidades físicas, cognitivas y afectivas procurando como su nombre lo indica educar, formar y tomar conciencia de la responsabilidad que tiene el sujeto para ser activo y saludable durante toda la vida. “La expresión corporal, como materia curricular en la formación de maestros y maestras del itinerario de educación física, se nutre de una historia, didáctica, metodología, conceptualizaciones, dinámicas evaluativas, actividades, propuestas y ejemplificaciones ampliamente mostradas en la literatura.” (Prados, 2019, p. 645) Además de hacer transformaciones de tipo social por medio de la educación corporal, respondiendo a las necesidades de la comunidad. Desde el punto de vista Bernate, Fonseca & Betancourt (2019)
Es necesario que los educadores físicos se apersonen de proyectos para fortalecer a las comunidades en las cuales trabajan. Es necesario que el sector académico se comprometa con el fortalecimiento de la política pública y así facilitar el desarrollo de la infraestructura, asignación de rubros a nivel comunitario regional y nacional que cubran las diferentes necesidades de la sociedad con relación a las diferentes clasificaciones del deporte. (p.746)
De igual manera como proceso educativo, la Educación Física es un elemento fundamental de la pedagogía ya que contribuye a desarrollar las cualidades básicas del ser humano en cuanto a su dimensión bio-psico-social, que le permite comprender su propio cuerpo, desde sus posibilidades y limitaciones. En esta medida, la Educación Física de calidad contribuye a aprender a convivir desde el respeto, la autonomía y la valoración de la diversidad cultural del entorno. Si bien es cierto, la Educación Física no ha mirado el lenguaje de la corporeidad como una unidad de posibilidades expresivas que fortalecen una construcción de sujeto en su totalidad. Al hablar de lenguaje corporal no se descarta el lenguaje verbal, ya que ambos se complementan en un proceso de comunicación efectiva; de un lado, se suministra una información verbal y, de otro lado, se confirma, se rechaza o se soporta en los significados de la gestualidad.
Es de conocimiento que en los lineamientos curriculares del Ministerio de Educación Nacional (MEN) se contempla que dentro de los contenidos de Educación Física se debe incluir el área de Expresión Corporal; sin embargo, son muy pocos los docentes que se atreven a realizar o diseñar una sesión de este tipo, ya sea por el desconocimiento o por el miedo que produce salirse del esquema tradicional. Situación que lleva a algunos docentes a prescindir de esta sesión. La invitación está en no decaer en el intento, se puede apostar a una sesión de clase con una didáctica donde el docente tenga una actitud proactiva, de escucha, de apertura y ante todo que comprenda que el estudiante puede aportar y generar nuevas posibilidades de encuentro consigo mismo, estimulando la creatividad en un ámbito de confianza, reforzando las acciones del grupo y en especial de manera individual con aquellos estudiantes que presenten dificultades de baja autoestima o que se encuentren aislados o reticentes.
Conviene resaltar que desde la Expresión Corporal se puede educar en la sensibilidad, gozando de una experiencia vital que permite el autoconocimiento, el desarrollo de la auto-imagen, el conocimiento del grupo de compañeros, la desinhibición, etc. En este sentido, la Educación Física debe ir más allá de la acción motriz hacia una didáctica de la Expresión Corporal que incluya una liberación que permita expresar las emociones, sentimientos y sensaciones a través del cuerpo. En sentido coloquial, se señala que las palabras pueden disfrazar lo que realmente se piensa y se siente, pero el cuerpo lo delata.
Ahora bien, al escalar la propuesta de Expresión Corporal en el programa de Licenciatura en Educación Física, Recreación y Deporte, se observa que el espacio académico de Expresión Corporal está enmarcado en el principio teórico de Stokoe (2005) citado por Cáceres (2010) quien fundamenta lo siguiente;
La esfera corporal, constituye una conducta que existe desde siempre en todo ser humano. Es un lenguaje pre-verbal, extra verbal y paralingüístico por medio del cual el ser humano se expresa a través de sí mismo, reuniendo en su cuerpo el mensaje y el canal, el contenido y la forma, pues él es cuero y no tiene cuerpo.( p.2)
Con respecto a lo anterior se puede observar que la Expresión Corporal es un lenguaje no verbal de naturaleza universal que permite que el cuerpo a través y por medio del movimiento se exprese, se haga presente y se comunique consigo mismo y entre en relación con los demás, con códigos corporales como los gestos, la postura, la manera en que se mueve, para hacer presencia en el mundo. Por consiguiente, el cuerpo está en continuo movimiento así esté estático; paradójicamente, se escucha muy poco al cuerpo, a pesar de que existimos a partir y desde la corporeidad.
Sobre este campo, un término acuñado por Stokoe (1997) citado por Galo (2015) es la Expresión Corporal-Danza, definido como la danza creativa al alcance de todos, concepto de danza libre referido a la búsqueda de posibilidades y limitaciones expresivas tanto de sí mismo como de los demás para canalizar y liberar energías desde el movimiento que le ha sido innato pero que en su propia historia ha sido relegado a un segundo plano, para así reencontrarse consigo mismo en un proceso de auto reconocimiento. Lo cual confirma la relevancia de abordar desde la primera infancia y más aún como futuros docentes, la educación del cuerpo y la expresión, dada su influencia en la formación de mejores seres humanos.
Asimismo, en la construcción de formador de formadores, la experiencia vivida de los estudiantes cambia no solo en su perspectiva conceptual sino en la posibilidad del encuentro consigo mismo desde el reconocimiento de su lenguaje corporal. De tal manera, que en el buen sentido de esta concepción de cuerpo y desde lo motriz, la corporeidad es un contenido clave para repensar la Educación Física, dado que, no solo como disciplina del saber sino en su proceso de formación, tiene que dar cuenta de la integralidad del ser humano.
Pese a que hoy en día el cuerpo está siendo violentado, mutilado, con cicatrices de una guerra constante, no solo como resultado de la situación misma del conflicto armado, sino por el incremento permanente de acciones violentas que agreden el cuerpo. Al respecto, es pertinente que la Educación Física genere retos de transformación social que conlleven un cambio desde las didácticas, para humanizar las prácticas deportivas de alto rendimiento, hacer más cercana la recreación como una forma de sentirse bien, educar para el tiempo libre y el ocio, poner en práctica la rehabilitación a partir de lo humano, lo sensible y lo perceptivo, contribuyendo así a la formación de ese ser integral, capaz de equilibrar las tensiones ocasionadas por el estrés de este mundo tan diverso y cambiante. Lo cual, supone a su vez, una transformación en la formación docente y en sus prácticas pedagógicas. De ahí que los currículos deben generar una perspectiva desde lo humano, permeada por una pedagogía del cuerpo y de la corporeidad, contemplando en toda su esencia, al ser humano. (Urrea, Bernate, Fonseca & Martínez, 2018).
Socialización de la praxis en el aula Universitaria
De acuerdo a la experiencia vivida en la Corporacion Universitaria Minuto de Dios (Uniminuto) desde los espacios académicos de Expresión Corporal y atendiendo los desafíos que implica abanderar la docencia en donde la educación es el motor que puede llegar a contribuir a la reconstrucción de tejido social, el perfil de formación de futuros docentes que contiene un sello particular de responsabilidad social que lo diferencia de otros, debe estar encaminado a la construcción de una pedagogía de la paz en la que el cuerpo sea el primer territorio de paz.
Es sabido que, a lo largo de estos 50 años de conflicto armado, las narrativas de la violencia han sido relatadas desde los cuerpos mutilados, maltratados y silenciados, en donde se está experimentando una corporeidad atemorizada que excluye al otro por sus temores y miedos, que implica un acto violento cualquiera que fuese en mayor o menor rango y que en la mayoría de los casos, causa dolor. El superar estos rastros violentos implica una nueva manera de mirar el mundo desde acciones de paz, que, en este caso, conformarían las didácticas de la pedagogía de la corporeidad
En medio de tantas heridas sociales se estaría apostando a la formación de la corporeidad como estrategia de resiliencia, con la capacidad para adaptarse y superar la adversidad, sanar y aliviar a partir de la Expresión Corporal. En esta perspectiva, los estudiantes que llegan a este espacio académico difieren en la mayor parte del conocimiento que implica la expresión corporal dentro de la Educación Física. En sus primeras clases se delata una incertidumbre de los contenidos programáticos y experiencias a vivir que contemplan su propio cuerpo. No ha existido anteriormente otro espacio académico que les permita explorar su vocabulario corporal.
Por lo tanto, a medida que transcurren las sesiones de clase se genera un ámbito de aprendizaje de confianza, de conocimiento tanto a nivel teórico y práctico, basado en la realización de ciertos ejercicios expresivos propuestos, donde cada uno experimenta un encuentro personal que le permite en primera instancia, atreverse, es decir, mirarse así mismo, y de esta manera ser reconocido por el grupo.
En un sentido amplio, son sesiones de encuentro permanente con su propio yo. Se parte del complejo significado del que emana la expresión, entendida como la representación materializada de una idea, mediante recursos como el habla, la escritura y el lenguaje corporal. En estas tres dimensiones se recorre toda una práctica corporal-expresiva referida a la interiorización de la actitud anímica y emocional que cada uno experimenta. En este contexto, el estudiante expresa sus diferentes modos de pensar, sentir y explorar usando los distintos lenguajes expresivos que dan forma a sus ideas a través de descripciones, relatos, narraciones y diálogos.
En este transcurrir de diferentes formas expresivas, el estudiante va adquiriendo técnicas que le permiten realizar un trabajo de senso-percepción, entendida como el eje de la expresión corporal donde entra en escena, no solo el conocimiento, sino la sensibilización y la conciencia corporal, desarrollando al mismo tiempo la capacidad de observación, el placer por el juego, la improvisación, la espontaneidad y la creatividad.
El primer encuentro con su propia timidez es la realización de ejercicios de expresión facial que junto con la mirada son los medios más eficaces para expresar emociones y sentimientos. La mirada ejerce un gran poder dentro de la comunicación no verbal. Bien dicen en el acervo popular que la mirada dice más que mil palabras, lo que significa que a través de la mirada podemos ver el interior de las personas. En este sentido, la mirada que en principio rehúyen algunos, se convierte en la fuerza de poder comunicarse a medida que se descubre el potencial expresivo-corporal.
A lo largo del curso de Expresión Corporal, lo más significativo es la construcción de un ámbito de reconocimiento de sí mismo y del otro; de igual manera se arriesgan a interpretar situaciones de la vida cotidiana desde un vocabulario corporal muy elemental, permitiendo crear imágenes corporales que en cierta medida los identifican en su realidad y, por consiguiente, su búsqueda personal adquiere sentido.
Seguidamente se acude a los diferentes tipos de lenguaje expresivo como son la danza creativa y la expresión dramática, con el objetivo de exteriorizar en los estudiantes sentires y temas de la cotidianidad, así se realiza un trabajo colaborativo de representación e interpretación, además de la experimentación de diversidad en eejercicios de expresión dramática donde la creatividad se pone a la orden de la imaginación.
Una vez alcanzado el nivel expresivo se realiza una puesta en común de sus productos artísticos, argumentado desde las propias miradas del mundo, con un carácter artístico y de estética del movimiento. En este orden, realizan sketch de monólogos, de mimos, de danza creativa, de títeres, de marionetas y de juegos dramáticos, ya que el drama es una constante de la vida cotidiana, todo esto permeado por un ejercicio escritural de reflexión de su vivencia en ese ámbito de aprendizaje como educador físico en formación.
Dentro del proceso de aula, hay una constante retroalimentación tanto grupal como individual, con el ánimo de fortalecer la experiencia y los códigos corporales y expresivos. Finalmente hay que destacar el valor social que conlleva este espacio como proceso de formación ya que bien se sabe que el docente debe ser un agente socializador que genere ambientes de aprendizaje en donde la confianza, la libertad, la autonomía, el respeto y el reconocimiento, sean los pilares de formación efectiva y eficaz. En esta misma dirección el juego simbólico pone de manifiesto la capacidad lúdica y de integración social, que invita a gozar educativamente de una comunicación afectiva que permite continuar la construcción de mejores seres humanos.
En este marco, hay que aprender a exteriorizar las emociones desde una totalidad expresivo-corporal, a hacer del tacto y el con-tacto, los protagonistas de una comunicación auténtica y asertiva. En definitiva, hay que tener presente que el verdadero aprendizaje es el que se realiza a través de la experiencia; sólo después de haberla vivenciado, se podrá transmitir.
Conclusiones
Se debe trabajar imperantemente desde las escuelas e instituciones educativas de educación formales y no formales; para transformar los discursos tradicionalistas y más aún sus prácticas corporales, convirtiéndolos en discursos privilegiados del cuerpo y estereotipos culturales establecidos, enmarcados en la praxis pedagógica del aula, articulando las prácticas a las cuales se sumergen los actores educativos de la sociedad, bajo técnicas de control y conciencia kinestésica-corporal.
El ejercicio pedagógico desde el aula debe romper el paradigma de educar bajo el modelo conductista, el cual irrumpe en el desarrollo expresivo-corporal de los seres humanos; mutilando la libertad de expresión en el aula y fuera de ella y limitando el conocimiento social y cultural.
El mayor reto de esta época digital en que está sumergida la sociedad; para los docentes, se convierte en cómo atacar y dirimir todas las problemáticas corporales que se están viviendo hoy en día, desde la población infantil hasta la el adulto mayor, como lo son; la obesidad, enfermedades no trasmisibles, timidez, vicios posturales, etc. Por tales motivos, el educador físico debe convertir el aula en un espacio de socialización corporal, a través del cuerpo en movimiento solucionando estas problemáticas de tipo corporal.